
Capítulo 5
—Y eso sería todo por hoy –concluía Shirou en la torre de la alcaldesa Bárbara Rose.
—¿Estas seguro Ogami? Por tu tono de reunirnos lo más pronto posible me imaginé algo más alarmante –decía la alcaldesa mirando al albino.
Se hizo un click en su cabeza, claro, ¿Cómo podría haber olvidado eso?
—Eso –se aclaró la garganta–. Y un asunto en privado entre usted y yo –habló intentando disimular su repudio hacia la compañía de la alcaldesa en aquella sala.
Humanos de la organización “Pro Animal”
Los humanos no eran tontos, sabían con quien lidiaban. Shirou Ogami, el mejor agente y detective de la alcaldesa Bárbara Rose; y él consideraba a los humanos la escoria del mundo. Fue un milagro que al entrar a aquella oficina, no se les haya lanzado hacia la yugular apenas los vio.
—Nos retiramos alcaldesa. Esperamos verla la próxima semana con noticias –habló el que parecía ser el líder encaminando a todos hacia la puerta de las instalaciones–. Que tenga una linda celebración por los 10 años de Anima City.
El asistente de la alcaldesa los acompañó hacia la salida, cerrando la puerta detrás de él y dejándolos solos.
Shirou Ogami soltó un suspiro.
—¿Por qué? –preguntó el albino serio y la alcaldesa le volteo a ver aún sin entender–. ¿Por qué está colaborando con esos humanos? Podría ser peligroso, podrían incluso ser traidores y querer robarnos algo.
—Ogami, estas muy paranoico últimamente –respondió sonriendo tranquila y hablando con el mismo tono–. Tu no estuviste cuando ellos quisieron venir a hablarme –soltó una risita–. Se ve que hicieron lo imposible, en especial su líder. Alguien haciendo tanto sacrificio y esmero, ¿no crees que cualquiera se merece cosechar lo que siembra, sin importar si es beastman o humano?
Shirou miró hacia otro lado callado y sin cambiar su semblante.
—Aunque seas menor que yo, hablas como toda una sabia –comentó el de ojos claros.
—Solo abro los ojos hacia el presente y el mañana –respondió calmada posicionándose al lado de él y mirando el ventanal–. Ellos me dicen que en el mundo de los humanos también la tienen difícil, los cazan y matan como si no fueran sus semejantes, los desconocen, ya ni los llaman humanos… pero nunca han detenido su lucha.
Se quedaron un momento en silencio, admirando la vista de la oficina de la alcaldesa, que daba hacia la calle, donde habían muchos hombres bestia alegres y sin preocupaciones, deambulando en la calle.
—¿De qué querías hablarme en privado Ogami? –preguntó la alcaldesa retomando conversación.
Ogami volteo a ver de frente a la alcaldesa y ella imitó su acción.
—Hay un humano en Anima City –dijo sin rodeos y yendo directo al grano.
Eso definitivamente sorprendió a la alcaldesa.
—¿Cómo es eso posible? –preguntó aún con voz suave.
—No lo se –respondió serio–. Pero sí se que sentí su olor, cerca de las calles que colindan con Rabbit Town.
—¿Sabes quien es?
—Solo se que es una mujer, joven –respondió nuevamente–. Intenté seguirla pero cuando estaba ya muy cerca, su olor se perdió entre los demás.
—¿Cómo habrá logrado eso? ¿Alguien le habrá ayudado? –pensó la de ojos rubí en voz alta y con mano en la barbilla.
—No estoy muy seguro –comentó Shirou–, si tiene ayuda probablemente podremos encontrar al traidor y obligarlo a decir dónde está la humana.
—¿Pero es mala? –volvió a preguntar la alcaldesa–. ¿Ha hecho alguna acción que altere la tranquilidad de Anima City? ¿Algún atentado o ataque? ¿Qué se sabe que ha hecho ella?
Shirou negó lentamente ante todo eso.
—Es la primera vez que siento el aroma de una humana como ese, ni siquiera pude ver perfectamente su rostro –comentó–. Eso como si –se quedó pensativo con la mano en el mentón–, quisiera ser un fantasma…
—Entonces supongo que no podría considerarse una amenaza, aún –concluyó la oji-rubí apoyada en su bastón–. En este caso toma las cosas con calma, mientras no sea un peligro, no es nuestra prioridad número uno.
—Pero es una humana –interrumpió Shirou con seriedad–. Los humanos no pueden vivir en Anima City.
—No, pero es algo que la organización “Pro-animal” y yo hemos estado hablando –respondió con calma y Shirou le miró perplejo–. Quieren luchar porque varios tengamos el acceso a la ciudad vecina, mínimo figuras como yo, para que vean que no somos una amenaza.
—Y por ende también quieren que humanos entren –supuso el de ojos claros.
—En efecto –dijo la alcaldesa con calma–. Pero conociéndote y conociendo tu reacción, pedí que comenzáramos con algo ligero; así que solo serán pocos grupos de personas los primeros en entrar públicamente y frente a los ojos de todos –concluyó.
Su contrario abrió la boca para cuestionar.
—¿Quienes serían estos?
—El líder de la organización, una cantante y una actriz –respondió–. Será sólo una visita, no extendiéndose más a un lapso de 36 horas, tranquilo Shirou, pensé en todo.
—Esperemos no hagan algo sospechoso, puede que en el mínimo intento, quieran planear algo –el albino se cruzó de brazos.
—Puedes seguirlas y hacer de guardaespaldas si quieres para ellos –eso le hizo abrir los ojos sorpresivamente–. Es tener contacto con un trío de humanos o dejarlos sin supervisión y que “hagan algo” –intentó persuadirlo sonriendo ladina.
Shirou soltó un quejido ante ello, ella tenía su punto. Pero no le gustaba la idea de tener que estar con humanos, que ni se le acercaran, le daba blasfemia. Sin embargo, todo era por la protección de sus hermanos y hermanas beastmen.
—Tsk, bien, pero necesito que me digas con anticipación quiénes son, sus nombres, profesiones y edades –condicionó a la alcaldesa–. No dejaré que cualquier extraño entre a Anima City.
La alcaldesa Bárbara Rose sonrió suavemente.
—De acuerdo Ogami, le pediré al líder de la organización que me dé toda la información posible de las visitas.
El asintió más tranquilo, colocando las manos en los bolsillos de su gabardina.
Sin embargo, algo en su instinto, le decía que algo, algo iba a suceder pronto.
—Si no te molesta, quisiera hacer un patrullaje antes de la celebración.
—¿Eh? ¿Para que querrías eso Ogami? Ya lo hiciste hace un par de días –comentó la mujer de ojos rubí.
—Y fue hace un par de días que descubrí a la humana –complementó–. Si tengo suerte puedo encontrarla.
La alcaldesa miró no muy confiada a aquel lobo. Podía ser necio a veces cuando de humanos se trataba, pensaba que no debía darle tanta importancia a dicho asunto; mientras la humana viniera en paz. Pero Ogami era Ogami, así que no tenía otra opción que ceder.
—Esta bien Ogami, haz el patrullaje, pero tienes hasta cierta hora, cuando esa hora pase, volverás y darás el aullido para inaugurar el festival –ahora era ella la que condicionaba a Shirou.
Él suspiro pesado y aceptó.
—¿Y… ya lo pensaste bien ____? –cuestionaba Fenrir sentado en la barra mientras miraba a la joven lavar los platos.
—Si, bastante –respondió sin dejar su labor.
—¿Y la respuesta es? –alargó la última palabra en espera de respuesta.
La fémina dejó por un momento los platos, volteo a verle y con un semblante serio respondió.
—Por mi seguridad, y por el bien de Haru, no iré al festival, así Shirou no me descubrirá.
Feliz inicio de año nuevo mis queridas lectoras, este es su regalo, empezaremos bien este año nuevo, el capítulo 6 ya casi está en culminación. Así que esperenlo ansiosas.
Mientras más comentarios haya más rápido llegará.
Momento de apreciación de Shirou Ogami
Bai las quiero mucho
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