Capítulo 4
—¡Abuelo! –gritaba el cachorro de lobo en forma beastman corriendo hacia el mencionado.
Este había llegado la fecha que había acordado en la carta, al pasar del medio día.
El hombre de los ya cumplidos 45 años, de cabellos algo grises, tomó al infante entre sus brazos y lo alzó al aire.
—Mírate Haru, ya estas más grande que antes –exclamaba el lobo gris alegre.
—Apenas me viste la otra vez abuelo –sonrió el menor.
La joven humana, que veía todo desde la entrada de su casa, se acercó hacia el cachorro y el beastman sonriendo.
—Que bueno que hayas llegado Fenrir –dijo ella sonriendo.
—Bueno, quería poder llevarme a mi nieto al festival de Anima City –respondió con el menor en brazos–. ¿Por qué no mejor entramos?
—¿Cómo a estado todo en las montañas? –preguntaba la joven con el mayor sentados en la mesa del jardín, teniendo a Haru adentro tomando una siesta.
—Bueno, todo es tranquilo, y el trabajo allá no es algo arduo, desde leñadores, hacer jarabe de maple o recursos de primera mano –respondió bebiendo una taza de té–. No hay mucha gente por allá, todos conocen a todos, hay confianza.
—Pero por lo que dijiste en tu carta, no es seguro que vayamos a vivir allá –sugirió la humana comenzando un tono inseguro.
El de ojos marrones negó.
—La gente allá no dudaría en delatarte donde sepan que eres una humana –respondió comiendo una galleta–. O también harían justicia por su propia mano antes de que la policía llegue.
La menor bajó la mirada temerosa ante lo que le iba a decir ahora al beastman. Tal vez Marie le dio información y esos días habían estado relativamente tranquilos, pero algo en su interior le decía que algo muy pronto ocurriría.
—Hablando de eso Fenrir, hay algo de lo que quisiera hablarte –dijo y el mayor le presto atención–. ¿Conoces a Shirou Ogami?
El de cabellos algo canosos escupió de lado su comida ante ese nombre. Tosió un rato hasta que tras beber toda su taza de té, se recompuso y miró a la oji-___.
—¿Quién te habló de él? –preguntó el azabache con mechones grises con cierto tono de preocupación.
La de cabellos ____ se removió incomoda de su lugar.
—Últimamente, por las calles, hablan mucho a mis espaldas, sobre que Haru no tiene figura paterna, y que por ello me lo podrían quitar –respondió con tono inseguro.
Fenrir se dejó caer en su asiento y suspiro pasado. Eso era por lo que su hija, Akiko, debería estar pasando, se lo imagino y veía venir más de una vez; pero ahora ella ya no estaba y era ______ la que debía pasar por eso.
—Shirou Ogami es quien debería hacerte una visita como trabajador social al saber que Haru no tiene padre –comentó con tono serio pero preocupado al mismo tiempo, concentrado en su taza de té.
—Eso ya lo sabía –dijo la oji-___ sin quitar su tono inseguro–. Eso y… que odia a los humanos…
Cierto olvidaba ese tema, la mejor amiga de su difunta hija era una humana. Y Shirou Ogami, el beastman más peligroso e intimidante de todos, odiaba a los humanos a más no poder.
—A mi como beastman que crio solo a Akiko, no me dijeron nada, y por ser macho, y me dejaron cuidar de mi hija cuando su madre murió –alzó la mirada hacia la joven–. Pero tu… Estas en peligro –concluyó el beastman.
El lobo beastman suspiro pesado…
No conocía a nadie mejor para cuidar a su nieto que _____, desde el primer momento, se comprometió a cuidar de Haru y ser su madre. Y él, asombrado por su desinteresado acto, le ayudó con lo que podía, como si fuera su hija.
—¿Tienes un plan?
—Pensé, que tu sabrías que hacer –mencionó ella sirviéndole más té.
El beastman lobo se quedó pensando un largo rato, con las manos entrelazadas y cubriéndole la boca.
—Deberías pasar más tiempo en la ciudad de humanos vecina –dijo mirando no tan seguro a la humana–. Tal vez si intentas pasar más tiempo allá, él no te tenga en su radar.
—Pero no quiero estar para siempre allá con los humanos –respondió ______ ante su idea–. Digo, sé que son mi especie, y estoy mejor allá económicamente que aquí –hizo una pausa–, pero donde supieran que Haru es un beastman –trago saliva–. Los humanos son más sanguinarios que los beastman.
—Pero tenías amigos en esa organización “Pro-animal” y además eres miembro, ¿no? –habló el de ojos azules y ella asintió–. Entonces ellos te podrían ayudar.
—Pero no es lo mismo luchar por intentar llevarse bien entre hombres bestia y humanos o poder convivir juntos que dejar que una humana sea madre de un beastman –argumentó ella–. Fenrir, ese es un paso muy adelantado a por lo que ellos luchan –se rasco la nuca–. Sería muy difícil que se lograra eso cuando apenas vamos empezando.
El mayor guardo silencio. Ella tenía un punto.
—¿Y si le pides a Nina que se queden tú y Haru unos días con ella? –sugirió nuevamente y ella alzó la mirada–. La hija de Giuliano Flip te adora a ti y a Haru hasta donde me cuentas, nunca te negaría nada; y hasta donde sé, Shirou Ogami nunca buscaría problemas con la familia.
—Eso podría ser una opción –respondió no tan segura sobándose el brazo algo nerviosa.
—Pero definitivamente no vayas a quedarte con Gram Grandma –habló nuevamente, está vez, más seguro de sus palabras–. Esas mujeres se meten en más problemas que cualquiera de la familia, siento que caerán pronto –chisto los dientes–. No sé cómo fue que te metiste dentro de la mafia ______, ellas podrían hacerte daño a ti y a Haru.
—Con Gram Grandma fue gracias a Marie que la conocí –comenzó a explicar con cierta timidez ante el asunto–. Ella quería conocerme de hecho, se preguntaba que hacía una humana en Anima City –adhirió–. Y tras explicarle el asunto, me prometió que se aseguraría de esconderme y mantenerme a salvo de la policía o cualquiera que pudiera separarme de Haru –tomó un sorbo de su té.
—Bueno al menos cumple su palabra –habló Fenrir bajo y entre dientes mientras bebía su taza–. ¿Y a los Flip?
—Fue casualidad, estábamos en el mismo parque que Nina y se nos acercó –respondió ante su pregunta–, pensó que Haru era el cachorro más lindo del mundo y quiso jugar con él –sus labios formaron una dulce sonrisa ente el recuerdo–. Aunque su guardaespaldas nos amenazó, Nina lo regaño y le dijo que sólo quería jugar con Haru –prosiguió–. Luego dijo que lo repitiéramos cada semana, eso hicimos, hasta que un día no llevó a su casa y ahí conocí al señor Flip –soltó una risa seca–. Gracias a su hija él no me mató o algo por el estilo, y es él quien me lleva a la ciudad de humanos sin que nadie se de cuenta.
—Que suerte tuviste –habló tras terminar el relato.
Ella soltó una risita.
—Si, soy realmente afortunada –respondió bebiendo su té.
—¿Quién no se conmovería después de saber el porqué haces esto y la historia que tienes con Haru? –habló sonriendo y se llevó una galleta a la boca–. Entonces creo que mientras los tengas de su lado, Shirou no sabrá que existes y estarás a salvo –culminó.
—Pero no quiero estar tan confiada Fenrir –repitió la peli-___–. Algo dentro de mí me dice que ahora que se que Shirou Ogami existe, este alerta.
—Debe ser tu instinto materno, supongo –bromeó Fenrir terminado su taza–. En cualquier caso ten precaución, te daré unos consejos para que te cuides…
No se que comentario decir mas que el típico: *Prefiero que me ahoguen con comentarios que con votos, si les soy honesta*
Cuídense mucho y espero me digan que les pareció este capítulo, los amo muchísimo, les deseo solo lo mejor para esta navidad.
Dedicado a AhriaNee
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