
Capítulo 22
—Buenas noches señorita Charlie~ –Michiru se despidió de la azabache antes de cerrar la puerta–. Ah~ fue un día sin duda cansado –bostezaba detrás de Shirou quién volteo a verla por el rabillo del ojo.
—¿Te divertiste con esas humanas?
La joven noto el tono hostil del albino, a lo que frunció el ceño e hizo una mueca.
—Tienen nombres ¿sabias? Rayos estas más cascarrabias que antes –se quejó–. Y mi respuesta es sí, fue muy divertido para tu información, la señorita tiene un muy bonito jardín.
—No me sorprende, eres humana a pesar de todo, te llevas con los de tu especie –Kuro se posó en su cabeza y le dio un picotazo–. ¡Au! ¿Y eso por qué? –exclamó tocándose la cabeza y mostrando los colmillos.
Ante la queja Kuro inmediatamente voló hacia Michiru, colocándose en su hombro, a lo que la tanuki sonrió y soltó leves risas.
—Creo que es un mensaje de su parte, un regaño. Estas siendo grosero con la señorita _____ y la señorita Charlie.
Como respuesta chistó la lengua y les dio la espalda.
—¿A ti también te agrado _____ y el pequeño Haru verdad? –Michiru le hablaba a Kuro acariciando su barbilla, quien respondió con un graznido—. Lo se, ella cocina muy bien, y Haru es tan adorable, como un hermanito menor.
Siguieron una charla a la cual Ogami no quiso poner atención, cerrando los ojos y evitando oír. Hasta que los dos se fueron de su oficina para seguir su platica a gusto fue que él suspiro.
La noche y las estrellas de la bóveda celeste aparecieron cual pintura surrealista por sus grandes ventanales. Cada una brillaba intensamente, y tintineaban tímidamente para él, le relajaba ver las noches estrelladas, le hacían por un momento olvidar todos los dolores en su vida…
Todavía faltaba un poco para que Anima City y todas sus luces se encendieran, y como apreciaba ese espectáculo; salir afuera, en los tejados de los edificios mas altos y ver como poco a poco las luces de Anima City salían.
Una sonrisa solitaria apareció en él, sin que nadie lo viera, sin que nadie supiera de su existencia… no estaba preparado para mostrársela al mundo.
Si, definitivamente saldría hoy.
El viento ondeaba su gabardina, suavemente y cual capa.
Comenzó a ver como una a una, las luces de Anima City se encendían, siendo un verdadero espectáculo.
Las estrellas competían contra las luces de Anima City, quienes incandescentes las hacían desaparecer; y con ello, el momento de paz interior de Shirou nacía.
La prosperidad de los beastmen a costa de la suya, como siempre ha sido su condena. Y más ahora cuando una nueva molestia se une a su vida, primero Michiru y ahora esa chica llamada ______.
A veces cuando planeas una cosa, te sale otra completamente diferente. Sip, y ese fue su caso.
Sus planes eran localizar a la humana, rescatar al cachorro, eliminarla y fin de la historia; no volverse una especie de niñera/guardián de la humana.
Falló en sus planes de eliminar a la humana, lastimó a una embajadora de los humanos y la alcaldesa se enteró. Se llevó la peor parte del asunto.
¿Por qué me pasa esto a mi? Se preguntaba en su mente.
Recibes lo que mereces, cosechas lo siembras.
Su subconsciente, o mas bien, su propia voz interna y del pasado lo regañaba, haciéndole sentir un odio por si mismo… otra vez.
No le sorprendía, siempre se tenía odio por no haber hecho algo hace tantos años, la culpa y el hubiera eran sus verdugos, y cada noche sus pensamientos contagiaban a su sueño y lo hacían tener pesadillas.
Era normal todo eso, pero ahora, ¿por qué se sentía así por una humana? La razón de todo su sufrimiento, su especie asesino a los suyos, masacro a su pueblo y lo apartó de sus padres.
¿Por qué la alcaldesa le dejaría quedarse en Anima City? ¡A una humana!
Tras suspirar pesado y cansado concluyó que era una pregunta sin respuesta para él.
Ya era de noche, y a pesar de la luz de la luna colándose por su ventana y la hora, su máquina de coser seguía en marcha.
Había decidido llevarse parte de su trabajo a Anima City, coser lo que le faltaba y en cuanto estuviera listo, volver. Solo le faltaba el tocado especial de las mangas, una especie de firma personal; imaginaba que en algún momento vería a una persona usando su traje y lo reconocería por aquello.
Su hijo dormía en su cama plácidamente, mientras ella trabajaba con su máquina de coser, la vista comenzaba a cansarle, debía parar si no quería hacer una mala costura o pincharse el dedo. Y por las fechas no debía permitirse errores que costaran mas plazos de tiempo, menos con el futuro desfile de modas con Ama Betty.
Paró y se restregó los ojos, pero solo cuando al fin pudo terminar y bien.
Si su padre la viera, pensó sonriendo de lado e irónica.
Se recuerda a si misma de pequeña, bajando las escaleras hacia el taller de su padre, quien como buen sastre y costurero no dormía hasta que su trabajo tuviera su última revisión de detalles y errores. Revive sus memorias de niña donde ella regañaba a su padre por no dormir y lo “obligaba” a volver a su habitación y dormir.
Ahora ella es igual a su viejo padre.
Dejó la máquina de coser en paz y apago la lámpara que le hacía compañía, para irse a dormir junto con su hijo.
Quién al notarla caer rendida en la cama se movió hacia ella para abrazarla y darle confort. Sonrió ante aquello y mantuvo a su hijo entre sus brazos, cerrando los ojos cansada.
Habían pasado un par de días, Charlie volvió a Japón (con la promesa de que no dirá nada a los medios sobre ____), y al volver a tierra fue entrevistada por los medios de televisión de los humanos.
En aquel momento escuchaba un programa matutino con su teléfono, Haru lo veía atento y moviendo la cola entretenido mientras ella hacía de desayunar.
Gracias al cielo su bebé y ella podían tener un momento solos y desayunar en su casa, según Michiru le habló el día anterior, el lobo cascarrabias estaría ocupado, y ella pasaría a desayunar con ellos.
—¿Entonces disfruto de su visita señorita Charlie? –el presentador del programa matutino hablaba con la azabache militar.
—¿No la atacaron las bestias? Escuché que huelen mal –preguntó la compañera de este mismo presentador.
Ante eso la mujer se ganó una burla por parte de la azabache. Incluso _____ misma soltó una risa burlona.
—Por supuesto que no, fue una visita totalmente encantadora, Anima City parece mas bien un lugar de ensueño, y no huele mal, a diferencia de ciudades que aunque encantadoras huele a alcantarilla.
El público soltó una bulla y después aplausos, pues la presentadora del programa alababa mucho a lugares donde prohibían la convivencia humano-beastmen de una manera exagerada.
—Anima City es una gran ciudad para los beastmen, ellos parecen gente normal y muy cordial, crearon una sociedad en verdad espectacular.
—¿Y usted cree que Anima City podría ser la primera ciudad de Asia donde la convivencia entre humanos y beastmen sea de lo más normal? –el locutor volvió a tomar el control de la entrevista.
—Ali, yo te lo aseguro, será como París o Barcelona en dichas convivencias, yo recuerdo esos países y como desde hace años normalizaron esa convivencia.
La entrevista seguía pero ______ ya no le prestaba atención, la mención de París le trajo memorias de la escuela, de su preparatoria. Memorias de promesas que todas las amigas se hicieron.
Fue en la preparatoria donde Shimzy comenzó su carrera de actriz, el primer sencillo de Katy salió ahí y los volvió locos a todos. Phoebe conoció a Louis en su último año y gracias a ella las tres tienen trabajo.
También recordaba a Aki, siendo una maestra por excelencia en los deportes, sin que los demás supieran de su naturaleza excepto sus amigas, el sueño que les propuso a todas de viajar a Europa tras terminar el ciclo… y también, fue en el último año donde Akiko tuvo a Haru.
Miró a su cachorro, esos ojos y esa sonrisa… Aki estaría orgullosa de saber que su cachorro tenía su mismo rostro, vaya en sus expresiones era su misma imagen.
Se acerco a él y lo abrazo por sorpresa, frotando sus mejillas y haciendo de reír a su niño, para después repartir besitos en su cara mientras aún lo mantenía en sus brazos.
—Te quiero mucho mi amor –habló besando una de sus mejillas por última vez.
—Y yo a ti mami –respondió y escuchó con sus orejas el tocar de la puerta–. ¡Michiru! –exclamo de inmediato y bajo de su silla.
—Hola señorita _____, hola pequeño Haru, buenos días –saludo la tanuki apenas le abrieron.
—Michiru bienvenida –saludo la madre desde lejos–. Llegas a tiempo, hice pasta, tocino, jugo de naranja y tengo helado en el refrigerador.
—Y huele delicioso señorita –Kagemori olfateaba con su nariz de beastman la comida encantada–, ¿esta oyendo las noticias humanas? –alcanzó a escuchar.
—Con mi teléfono, Charlie esta siendo entrevistada y al público le gusta lo que esta oyendo, creo que pronto cosas buenas vendrán.
Desayunaban escuchando la música y canciones de Katy y demás artistas con los que colaboró.
—¿Qué es ese cuarto del fondo señorita? –Michiru preguntó mientras comía, señalando con su tenedor la puerta enfrente del baño.
—¿Eso? Es mi taller, cuando regreso a Anima City, a veces me traigo mi trabajo conmigo, y necesito un taller donde terminar de remendar.
—¿Es costurera?
—Mi mami es la mejor diseñadora de modas del mundo –Haru se metió en la conversación alzando las manos entusiasta.
—S-Solo soy una asistente, apenas estoy comenzando en realidad, Ama Betty me esta dejando hacer mis propios diseños poco a poco –con modestia respondió _____.
—¿Ama Betty? ¿Usted trabaja con la santa eminencia de la moda? –Michiru estaba boquiabierta.
—Se podría decir que es mi mentora, y me acogió bajo su ala como aprendiz y asistente… b-bueno, ¿quién quiere helado? –intento cambiar de tema rápidamente.
Funcionó para su suerte, su hijo y su menor aceptaron de inmediato. Y mientras comían su postre de helado afuera en la mesa del jardín, entre risas y juegos, Ogami apareció de la nada, de un salto bajo de quien sabe donde y ya se encontraba con ellos.
—Humana, es hora –habló y la fémina humana mostró una mueca de disgusto por la manera en la que lo llamó–. Le pediste a la alcaldesa una cita para visitar el reclusorio de hembras beastman, ¿no? Es hoy.
La oji-__ se levantó del césped con cachorro en brazos, mostrando el entrecejo fruncido a modo de incomodidad, ya sea por la presencia de Ogami, su tono o como interrumpió tan exquisita mañana.
—¿Pero donde puedo dejar a Haru? ¿Me lo puedo llevar conmigo?
—No –respondió de inmediato con frialdad–. Un cachorro no debería ir a lugares tan bajos como esos, usted es su responsable debería saberlo.
—¿P-Pero donde lo dejo?
—Es su problema –las gélidas palabras de Ogami y esa mirada que decía “te quiero matar” la hacían tartamudear–. Si bien no quiere o no puede con tanto, deje al niño, tómelo o déjelo.
______ apretó los labios, maldecía al lobo, la ponía contra las cuerdas cada que podía. Ambos se miraban y mostraban una tensión hostil, frunciéndose el ceño.
—Aja, si… ya veo, bueno es algo aliviante de escuchar, yo le digo. ¡Gracias alcaldesa! –la voz de Michiru los hizo voltear a ambos–. ¿Qué crees Shirou? Hable con la alcaldesa y… –alargó la última letra acercándose a madre y cachorro–, dice que yo puedo cuidar de Haru, mientras tu y la señorita _____ van al reclusorio.
Tomó en brazos al pequeño albino quien correspondía a ella, mientras ambos le mostraban una sonrisa felina, maliciosa. Frunció el ceño, cachorros…
—Los señores Horner y yo nos encargamos, vaya sin cuidado señorita.
La voz y el tono de Michiru, junto con esa sonrisa, le alivianaron el peso en su pecho; así que _____ le mostró una mirada confidente hacia Ogami, que lo hizo retroceder intrascendente.
—¿Nos vamos?
El lugar se veía lúgubre, sombrío, callado y frío. Jamás pensó que esa sería la realidad de una correccional, y menos uno de mujeres.
La luz apenas y se colaba por medio de tragaluces, y ella al ser una humana le costaba mucho el no forzar la vista, pero poco a poco se acostumbraba. Adaptarse para sobrevivir suponía ella.
—¿Por qué hace tanto frío aquí? –preguntó en voz baja abrazándose a si misma para conseguir calor–. ¿Y por qué es tan oscuro?
—Estamos en el área de nocturnidad* –el lobo albino le respondió, pues alcanzó a escucharla–. En un beastman el romper sus ciclos de comportamiento es un buen castigo para que los criminales aprendan… uno de muchos, las personas que quieres ver son diurnas y están en esta parte de la correccional –alcanzo a verla por el rabillo del ojo.
Los ojos de Ogami brillaban en una intensidad realmente aterradora, al ser un lobo, un animal mayormente nocturno, podía ver en su iris un indescriptible resplandor en medio de la oscuridad.
Para muchos parecería un brillo de esperanza. Para _____, era el brillo de una bestia, una criatura que a ella le odiaba y no le agradaba.
Caminar por esos pasillos, con toda la penumbra del lugar y detrás de el albino, le recordaba a aquella escena de la bella y la bestia; en la cual Bella aceptaba quedarse como prisionera de la bestia a cambio de la libertad de su padre.
Caminando por ese pasillo de gárgolas, monstruosas y aterradoras… por lo menos la bestia le dijo algo lindo y amable a Bella en el camino, en cambio esta bestia…
No le había dirigido más que frases frías y cortantes, miradas amenazadoras o sin expresión.
No se atrevía a mirar hacia las celdas, sentía que si lo hacía se rompería ahí mismo, su corazón no aguantaría con eso y lloraría a mares. O quizá las hembras la mirarían con hostilidad y querrían atacarla, dejándola aterrada.
—Es esta –la voz de Shirou la sacó del vacío de sus pensamientos.
Alzó la mirada y se detuvo en su caminar, apretando su mano contra su pecho, que latía como loco. Finalmente podría ver y hablar con Grand Grandma.
Ogami hizo una seña moviendo su cabeza, señalando su izquierda. Ella se acercó a la celda, mirando como la anciana estaba sola en la celda; una cama maltratada y a cualquier vista vieja y nada cómoda era el lugar donde estaba sentada.
—¿Grandma?
La mujer mayor alzó la mirada, reconocería esa suave y melodiosa voz donde fuera. Era su pequeña humana ______.
—¿______? ¿Eres tu? –se acercó a los barrotes para verla mejor.
La peli-___ al ver el estado en el que se encontraba quería llorar, no se lo creía. ¿Cómo podían darle este castigo a una mujer mayor?
Arrugas mas notorias estaban en su rostro, la piel caída en pliegues y leves ojeras eran los nuevos detalles que veía en ella.
Pero aun así agradecía verla una vez más.
—Que gusto me da verte otra vez –saludo ______ con una sonrisa.
—¿No trajiste a Haru contigo o sí?
Ella negó suavemente.
—No, no lo hice.
La coneja beastman soltó un suspiro de alivio.
—Eso me reconforta, me dolería que el cachorro me viera en un lugar como ese –alzó su mirada hacia la humana–. ¿Cómo es que estas aquí? –quería acercar su mano a su mejilla pero Ogami y sus gruñidos la detenían.
—La alcaldesa lo sabe abuela.
—Y no te paso algo malo, ¿o si? ¿Qué hay de Ogami?
—No puede hacerme nada, no me separará de mi Haru, él seguirá siendo mi hijo –ante su sonrisa Grand Grandma sonrió también–. Pero Grandma, ¿por qué no me dijiste lo de los niños?
Ante eso su sonrisa se borro y se alejó de los barrotes.
—No quería decírtelo, y si te lo confesé en esa carta era porque pensé que ya no te veía otra vez –rápidamente alzó la mirada hacia los ojos color ___ de la chica, pero no pudo con la mirada y volvió a bajarla–. No quería que esos ojos me dieran la mirada que me dan ahora, no quería verlos llorar, esta anciana es cobarde, lo sé. Pero al menos estoy pagando mi deuda aquí.
______ se arrodillo para ser ella quien tomara la mejilla de la anciana. Su tacto era suave, gentil, amable; era tanto así que logró hacer que su contraria la mirara.
No mostraba odio, tampoco rencor, era como ver a un ángel en la tierra, con esa sonrisa compasiva, que te daba el perdón.
—Vendré a verte cuando pueda, a ti y a Elsa.
Esas palabras fueron suficiente para hacer que la hembra quisiera llorar, y no pudo retener a unas cuantas y finas lágrimas que se escaparon de sus ojos.
—Oh ______, ¿por qué naciste? –preguntó con voz quebrada, pero con una sonrisa en su cara.
Querían abrazarse, ambas, realmente lo sentían, y lo hicieron, a pesar de los barrotes, lo lograron con un poco de dificultad. ______ podía sentir las lágrimas caer en su hombro y mojar su ropa.
Al separarse Grand Grandma limpio sus lágrimas y sonrió para ella.
—¿Sabes donde está Elsa?
—Me temo que esa no fue a la persona que quisiste ver, por lo tanto, no puedes hacerlo –Ogami hizo presencia interrumpiendo a ambas–. Y ya terminamos aquí, debo reunirme con la alcaldesa para algo y tu volver con Haru.
Ogami daba una mirada en su forma bestia intimidante, hostil. _____ frunció el ceño de regreso y se levantó, miró a Grand Grandma y le sonrió.
—Volveré mañana, si o si –aseguró.
Intente contactarme con mi lector beta todo el día y ayer pero no pude, así que si o si lo tuve que subir. p-pinkbunny perdón bunnyhon.
Ya es lunes, si aun tienen clases tomen esto como un regalo por parte de su escritora para seguir con la semana que empieza. Y si ya entraron a vacaciones, déjenme recibirlos con esto.
Eso y como vi que a muchos les gustaba la idea de un grupo, decidí hacerlo realidad.
Debido a su organización y que se me hizo mas práctico, el grupo sera en Discord, espero no les moleste y puedan unirse.
El link para entrar estará en el emogi de flor de Sakura que esta abajo
🌸
Y yo tenia un regalo para ustedes...
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Ah si!
Les gusta? Es un póster promocional de el nuevo arco de Close To Me, hecha por su servidora e inspirado en la canción Rockabye.
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Adios a todos! Felices fiestas y lindas vacaciones
Los quiero mucho~
🖋️༆━━Miss Writer.
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