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Capítulo 16

El teléfono de la visón sonó un momento, mientras aún tenía a Haru en su regazo, quien veía emocionado el partido.

Saco el teléfono de su abrigo blanco y contestó al notar el contacto de quien se trataba.

—Ah, eres tu ______, ¿qué sucede? –preguntó tranquila y con una sonrisa.

—Marie, ¿siguen en el partido? –el tono de la mujer al otro lado de la línea se oía preocupado.

—Ah sí, esta emocionante, resulta que la chica tanuki esta jugando en el equipo de los Osos –notificó tranquila.

Se oyó un breve silencio, dándole a entender que algo andaba mal.

—¿Haru sigue contigo?

—Si ______, no te preocupes, aún lo tengo en mis brazos –respondió mirando al pequeño albino.

—Mami~ –musito el pequeño hacia el teléfono.

_______ suspiro con una sonrisa al oír la voz de su amado niño.

—Por favor, tráelo a casa, vengan inmediatamente.

—¿Eh? ¿Por qué? ¿Qué te pasa, todo bien? –preguntó la mujer bestia.

—… Me topé con Shirou Ogami…

Tal vez por fuera Marie se veía sonriente y calmada, como si en aquella llamada no pasara nada. Pero por dentro se sobresaltó y preocupó también.

Mientras veía a la tanuki correr como chita por el campo de juego, buscó con la mirada a Shirou Ogami, encontrándolo en las gradas solitarias del otro lado del estadio; sentado y cruzado de brazos, mirando igualmente a Michiru.

Esto no es bueno, pensó mirando al lobo con su semblante serio y frío.

—Tranquila, ya vamos para allá, de inmediato –informó con un tono tranquilo y sonriente para después colgar–. Ven Haru, vamos a casa, mami nos está esperando allá –lo cargo entre sus brazos, pues era más pequeño que los de su edad y se veía de dos o tres años.

—¿Uh? ¿Ya no vamos a ver el partido? –preguntó el de ojitos azules curioso.

—Nah, hay mejores cosas que hacer, tal vez te compre algo en el camino –le guiño el ojo e hizo señal de silencio–. Pero que mamá no se entere –habló divertida y el niño le siguió la corriente.

—Tranquila Marie, no diré nada –respondió con diversión y ambos soltaron risillas.

El día esperado había llegado, el cielo tan celeste como una gema brillante, despejado y con pocas nubes; sol radiante pero no abrazador.

Todo se veía perfecto para el día en el que oficialmente, miembros de la organización Pro-Animal entrarían a Anima City, frente a muchas cámaras.

Y Shirou Ogami, se preparaba para partir, debía estar junto con la alcaldesa e Ishizaki cuando los humanos arribaran a Anima City.

—¿Te vas temprano? –preguntó la Tanuki mientras desayunaba leche con cereal, viendo a su mayor colocarse su gabardina.

—Así es, la alcaldesa me pidió le ayudara con los humanos que llegarán a Anima City –respondió restándole importancia al asunto.

—Escuche que la actriz Shirley Imzy vendrá –agregó sonriendo–, es mi actriz favorita, y la cantante Katy Mason, tengo todos sus hits.

Shirou curioso volteo a verlo.

—¿Las conoces?

—También fui humana alguna vez, recuérdalo –respondió sin quitar su sonrisa–, son muy famosas debido a la edad en la que debutaron –suspiro–. Ojalá pudiera pedirles un autógrafo o una foto.

Shirou se quedó en silencio analizando las palabras de la Tanuki, pero las ignoró de inmediato.

—Ya me voy –anunció abriendo la puerta.

—¡Que te vaya bien Shirou!

—Ogami, quisiera presentarte oficialmente a Nelson Imzy, el líder del movimiento Pro-Animal –presentó la alcaldesa con una sonrisa.

Nelson, aunque fuera un adulto, mantenía una sonrisa de niño pequeño, emocionado y entusiasta.

—Un honor ser presentado oficialmente ante usted señor Ogami –habló con respeto e inclinándose, pues la alcaldesa le dijo que Ogami no era de apretón de manos.

—Y ellos son los demás invitados –agregó la mujer bestia señalando a los otros tres humanos.

Shirou los miraba con algo de frialdad y seriedad, lo de ser su guardaespaldas sonaba más bien a que sería el guía turístico de esos humanos.

¿De qué le vieron cara, de niñera?

Pero lo que sea para mantenerlos vigilados. Uno a uno los fue presentando, aunque no fue muy necesario, pues previamente Ogami había pedido la información de todos los miembros que irían a Anima City; leyendo y aprendiéndose de memoria todo.

—Es un placer conocer a más beastmen –comentó el más grande de todos, Barry Ruth.

La alcaldesa presto atención a eso curiosa.

—Creí que esta era su primera vez viendo a un beastman joven Ruth –habló la de ojos rojos.

—Oh no, mis hermanos y yo ya habíamos conocido a un beastman antes –agregó Shirley apegándose al brazo de su hermano.

—Era como de la familia, un segundo padre incluso –explicó el mayor–, pero debido a todo esto que pasó fue exiliado y ya no lo volvimos a ver.

Eso abrió la curiosidad de Ogami, ¿un humano considerando a un hombre bestia su familia? ¿Qué locura era esa?

—¿Podríamos comenzar ya? Me emociona mucho esto –dijo Katy interrumpiendo el silencio.

La alcaldesa, curveo los labios para darle una cálida sonrisa a la cantante.

—Veo que esta entusiasta por esto señorita Katy –habló hacia la apiñonada.

—Como no tiene idea señora, he oído maravillas de Anima City –volteo a ver al albino lobo–, y su agente no es de muchas palabras, puedo ver.

¿Así que ese era el hombre del que tanto “miedo” tenía ______? Ya veía porque, ese hombre se veía la partiría en dos, si ni con Nelson se porto amable, se notaba su odio a los humanos; era un peligro para su mejor amiga y el pequeño Haru.

Pero ahora que lo observaba, era del tipo de los que le gustaba a su mejor amiga ______. Alto, no debilucho, masculino, fuerte y de hombros anchos, el rostro era serio e intimidante, pero ese era su fuerte y atractivo.

—Disculpe a mi agente, es solo una persona reservada –intentó excusar la alcaldesa al albino con una sonrisa.

Katy curve los labios y cerró los ojos.

—Sin problema alcaldesa Rose, puedo entenderlo.

—Será mejor que empecemos el recorrido –interrumpió Ishizaki a todos–, después de todo no queremos llegar tarde al último evento.

—¿Último evento? –preguntó extrañado el líder del grupo.

—Está noche en Anima City es el final del campeonato de béisbol –explicó la mujer beastman–, y como el señor Barry es beisbolista, se me ocurría que presenciaran todos un partido de béisbol al estilo beastman.

A los tres hermanos les nació un gran brillo y una emoción en su rostro, se les notaba ansiosos por aquella sorpresa.

—Estaremos más que encantados –exclamó Shirley y sus hermanos a sintieron.

La alcaldesa mostró una sonrisa dulce ante ellos, parecían niños.

—Síganme por favor, comencemos con esto entonces.

—La alcaldesa reservo estos asientos especiales para ustedes en la visita –comentaba Ishizaki hacia el grupo de humanos abriendo la puerta de la habitación.

—¿La alcaldesa y Ogami ya no van a acompañarnos? –preguntó la morena castaña mirando al beastman pangolín.

—A ambos les surgió un asunto de improviso, no sabría responder si Ogami nos alcance, pero yo los escoltare a su hotel de hospedaje en Anima City –respondió con tranquilidad viendo a todos entrar a la habitación.

—Bueno, yo nunca he visto como los hombre bestia juegan béisbol –habló el mayor del grupo con entusiasmo caminando hacia un asiento–. Realmente quiero verlo, puede que aprenda nuevas técnicas.

—Ruth tiene razón —Nelson se sentó a su lado–, puede que aquí lo encontremos –murmuró bajo siendo algo que él y sus hermanos entenderían.

Al final del partido, el grupo de los Osos y Michiru, fueron vitoreados por el público de Anima City, y su entrenado les veía con una gran sonrisa de orgullo.

Michiru notando que su entrenador había cambiado, como si la llama de algo que hace mucho estaba apagada volviera a prender, se sintió alegre por este.

Dando una orden que sus compañeros entendieron bien, caminaron hacia su entrenador y lo cargaron todos juntos por todo el campo. Sonriendo y felicitando a su mayor.

Fue entonces cuando los hermanos Imzy abrieron los ojos de par en par, sorprendiendo a Ishizaki y a Katy.

—¿Señor Barry? –preguntó el pangolín–. ¿Se siente bien?

—¿Shimzy? –preguntó la rubia morena tocando el hombro de su querida amiga.

—Barry, Katy… es él –murmuró el de piel negra hacia sus hermanos.

La primera en salir corriendo sin importar lo que gritaban detrás de ella fue Shirley, corría tan rápido como sus tacones de aguja altos le permitían. Detrás de ella le seguían sus hermanos.

¿Era él? ¿Cómo era posible que fuera él? ¿Aquí había estado todo este tiempo?

—¡Dante! –él beastman escuchó como alguien gritaba su nombre entre tantas personas–. ¡Tío Dante!

Esa voz… la reconocía perfectamente.

Volteo a ver y sus ojos notaron a lo lejos una silueta femenina, una cara ya adulta, pero reconocería esa mirada donde fuera.

—Shimzy –murmuró y su equipo lo tiro al piso.

Se levantó rápidamente y corrió hacia la humana como pudo.

¿Pero que es esto? Tal parece la humana visitante Shirley Imzy ha entrado al campo de juego. ¡Y el entrenador de los Osos se acerca a ella también!

Decía el anunciador del partido impresionando a todos.

La joven morena se lanzó a sus brazos y le abrazo fuertemente, casi tirándole.

—Shimzy, Shimzy… mi pequeña niña –le miró de frente y las lágrimas escapaban de la cara de la humana–. Oh mírate, antes eras una pequeña niña y ahora eres toda una mujer. ¿Cuándo creciste?

—¡Tío Dante! –grito otra voz acercándose.

El líder del grupo Oro-Animal se detuvo expectante al reconocer al hombre bestia.

—Nelson… es él –hablaba Shirley con lágrimas en los ojos–, es el tío Dante.

El joven se les unió al abrazo siendo contagiado por las lágrimas de su hermana menor.

—Nelson, Shirley, mis pequeños niños –hablaba Dante con voz quebradiza debido a la conmoción–. ¿Ustedes eran los que iban a venir? ¿Solo vienen ustedes? –preguntó acariciando a los dos jóvenes.

—No sólo nosotros –comentó Nelson viendo hacia atrás.

Hasta atrás venía el mayor de los hermanos, Barry, a quien le sería imposible olvidar al beastman que marcó su infancia, a quien siempre consideró de su familia aunque no lo fuera, aquel le dio su pasión por el béisbol, quien le enseñó todo lo que sabía del deporte.

Por quién quería ser el mejor.

—Barry… –murmuró expectante el hombre bestia.

Recordaba a Barry más pequeño, un niño que estaba fascinado con que su tío fuera un beastman, pero bueno, todos los hermanos Imzy eran así con él, le querían como un hermano de su padre.

Barry con todas sus fuerzas le abrazo, casi apretujándolo, dejándole sin aire, pero Dante lo dejo pasar, había pasado tanto tiempo, más de diez años, mucho antes de la construcción de Anima City, tuvo que dejar a la familia Imzy atrás, por su bien; sino tacharían a los pobres humanos de traidores, y quien sabe que le harían a los niños.

¡Esto es impresionante! Los tres humanos se abrazan con cariño hacia el entrenador de los Osos. Que conmovedor es esto.

Todo mundo estaba conmovido por aquello, Katy e Ishizaki veían de lejos, y Ogami, quien apenas iba entrando al estadio, se les unió sin entender.

—¿Me he perdido de algo? –preguntó extrañado, ¿qué hacían los humanos abrazando a un beastman?

—Supongo que el es tío Dante del que tanto Shirley me hablaba –comentó la apiñonada aún mirando la escena–. Hace mucho tiempo, hubo un beastman que era amigo de su familia, su padre lo consideraba su hermano, y le dejó estar presente en la vida de sus hijos,  –comenzó a contar–. Le querían tanto, me dice que tuvo bonitos recuerdos de su infancia con él; pero los humanos fueron tan crueles con él, en que el fuera el primer hombre bestia beisbolista –pudo sentir el tono de lástima–. Al final lo echaron, pero por él, fue quien hizo que Barry decidiera ser beisbolista, fue por él que Nelson creo el grupo Pro-Animal, para que los beastmen no fueran vistos como extraños o menos, que no les discriminaran, que todos pudieran estar juntos y unidos.

Ogami internamente quedó impresionado por la revelación. Jamás creyó ver o escuchar una relación como la que ahora presenciaba. Dante, que antes estaba tan deprimido, sonreía y soltaba lágrimas de felicidad abrazando de manera grupal a los jóvenes.

Había humanos que consideraban a los beastman su familia, y la necesidad de volverlos a ver era tal, que fue suficiente para hacer que Nelson Imzy y creara al grupo Pro-Animal.

—Ahora que te volvemos a encontrar, todo va a ser diferente –anunciaba el mayor de los hermanos hacia Dante–. Lo prometemos tío Dante, no vamos a dejarte ir nuevamente.

—No te vayas nunca más ni nos dejes tío Dante –hablaba Shirley con lágrimas.

El hombre bestia se sintió conmovido, y limpio las lágrimas de los tres jóvenes, como si fueran niños pequeños nuevamente.

—Oh mis niños, el tío Dante nunca los dejará solos.

Y juntos se unieron en un conmovedor abrazo que todos veían. Michiru, Shirou, Katy, Ishizaki y todo Anima City.


A ver gente, tenemos que hablar.

No me gusta exponer a la gente, por respeto que le tengo a mis lectores, no importa que sea, intento ser paciente con ustedes.

Pero esta persona realmente ha rebasado mi límite y ya no le tengo nada de respeto.

Créanme, que comentarios como estos, me sacan de quicio, ir directamente a denigrarme e insultarme no lo puedo tolerar.

Si fuera por mi, les dejaría sin capítulo, de verdad, otros lectores llevan esperando más tiempo por capítulos y no me hacen un show de estos.

Esto lo saben los lectores de Enferma Necesidad.

Pero existen personitas, que realmente me conmueven, como esta.

Quisiera dedicarle este capitulo a -sweetwitch y a @Tuviejam  personas que realmente con sus comentarios me animaron bastante.

Es por estas personitas que tienen capítulo nuevo, y que por su amabilidad, quiero seguir con el Fic y no cancelarlo.

Mil gracias, de corazón, por ser tan considerados y amables conmigo.

Y no, hoy no hay edits ni momento de apreciaron para Shirou Ogami

Lo siento pero enojada por comportamientos como los que vieron en los primeros comentarios.

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