—Su majestad segundo príncipe, tenemos una emergencia.

Llega un sirviente a paso veloz a la sala donde Jaeyun disfrutaba el té con su madre Jimin.

—¿Qué? ¿Qué esta pasando?

—La frontera del territorio de Yainam está siendo blanco de un ataque imprevisto.

—Así que se adelantaron, malditas ratas siempre jugando sucio. —Jaeyun hablaba enojado.

—Oh por Ilionis—Jimin tapaba su boca con sus regordetas manos asustando.

Llega otro sirviente de prisa a la sala.

—Su majestad la reina y el segundo príncipe, su majestad el Rey les manda llamar.

Jaeyun se encaminó a paso veloz con su madre a ver al rey. Ya dentro de la oficina, su padre les esperaba con su hermano Heeseung.

—Jakey... —Heeseung trataba de abrazarlo.

—Hijo, ¿cómo estás?

—No lo sé, tal vez casi casado.

Después de escuchar eso, Heeseung y su papá Taehyung quedaron con las palabras en la boca.
Ambos se sentían mal y responsables de la decisión tan apresurada. No querían ver a Jaeyun triste, más que nada deseaban que su pequeño niño fuera alguien amado y feliz pero él sería el sacrificio para la paz de su nación.

—Perdona a tu padre, no fui capaz de protegerte.—Taehyung hablaba de si mismo casi llorando.

—Jakey lo sentimos.—Heeseung formaba un puchero.

Ambos bajaban la mirada.

—Amor no es culpa de nadie.—Jimin trataba de calmar a Jake.

Jake suspiró profundamente.

—Olvídenlo, mamá tiene razón se que no es culpa de ustedes, lo siento.

—Tranquilo lindo, te amamos y, está bien estar enojado.

Su padre y Heeseung le aseguraron que era normal estar molesto después de la situación que estaba lidiando.

—Creo que ambos saben que es lo que está sucediendo, es una situación de urgencia, pero como la colaboración aún no está oficialmente asegurada tenemos que ser cuidadosos. Aunque quisiera no podemos confiar en nadie, si ayudamos a los vampiros al 100% y después se retractan de su palabra quedaremos débiles para defender nuestro territorio.

—Creo que lo más sensato sería mandar un pequeño escuadrón de soldados que sean buenos guerreros pero no podemos mandar a los mejores, nos quedaríamos desprotegidos.

Heeseung y Taehyung hablaban seriamente.

—Yo creo que deberías ir tú Heeseung, para que vean nuestro compromiso y sinceridad. —sugirió Jimin.

—No creo que sea lo mejor madre, tendría que dejar todos los procedimientos, protocolos y el manejo de la corona heredera aquí.

Su papá quedó en pensamiento.

Heeseung estaba próximo a ser el rey de Feirya, el papeleo y procedimiento tenían que ser rápidos.

—Entonces tendrás que ir tú Jake.—Dijo Taehyung.

"Esto es el colmo de verdad, primero me casarás y ahora no quieres ni que llegue a la boda."

Heeseung y Jake quedaron callados observando a su padre.

—Se que eres un buen guerrero y que puedes hacerle frente a un vampiro, por eso creo que es bueno que tengan un líder como tú. Tú puedes hacerlo Jakey, eres capaz de grandes cosas.

—Está bien padre. —respondió resignado.

Jake era demasiado débil a los cumplidos.

Llegaron de prisa hasta el borde del territorio de Yainam, verán, la tierra en Ilionis es extensa, pero solo algunos territorios delimitados eran los ocupados por seres, cualquier territorio que no estuviera bajo el cargo de ninguna raza era obviamente territorio perteneciente a Ilionis.

Observó que el ambiente estaba tenso, el viento fuerte no lo ayudaba así que le pidió al aire  que no lo despeinara, miraba los ojos de cualquier vampiro que se cruzará por su camino con ojos listo para la guerra.

Jake suspiró cansado, las guerras eran lo más estupido que puedo haber existido.

¿Cual es el fin de una guerra? Muerte y destruccion. ¿Y quién desea eso? solo los ambiciosos egoístas que obtendrán algo de ello.

Dirigió a sus hombres al lado izquierdo de la frontera, Niki había conversado con el secretario del Príncipe heredero haciéndole saber que ellos protegerían esa zona.

Los vampiros se encargarían de la gran entrada que se situaba a la derecha del territorio y las hadas del lado izquierdo.

En esa zona se encontraba un enorme y denso bosque territorio de Ilionis ellos aprovecharían su naturaleza para interceptar a los humanos que ilusamente creían que podían pasar por la orilla del bosque y entrar a Yainam.
La idea era sellar cualquier entrada a Yainam, el bosque les serviría como una barrera, era tan grande y misterioso que si alguien entraba no volvían a salir.

Se escucharon gritos a lo lejos en dirección de los vampiros, supuso que la batalla había empezado pero se sercioro de su respuesta cuando vio a una gran cantidad de humanos yendo hacía las orillas del bosque, también había muchísimos más tratando de pasar a Yainam por la pared de la muralla que se alzaba enseguida del bosque.

Como ninjas las hadas empezaron a volar entre los arboles de la orilla, silenciosamente y rápidamente asesinando a los humanos.

Jake con su cabello completamente peinado observaba en lo alto, un grupo de hadas junto a él volaban quietos por arriba de la muralla, los humanos no notaban su precensia hasta que se acercaban a la muralla y eran cegados por el gran resplandor que causan las alas a la luz del sol.

Las alas de hada consideradas algo precioso en Ilionis, tan brillantes y con grandes significados, siempre tan majestuosas. Por lo general no eran mostradas tan seguido, solo cuando se encontraban en territorio perteneciente a las hadas o fuera en ocasiones especiales.
Podían curar y sanar heridas, eran el núcleo del maná corriendo por las venas de las hadas, de allí fluía las grandes cualidades que poseían como poder moldear sus cuerpos a sus deseos, si deseaban tener hijos lo harían si no, no, independiente de sus géneros, comunicarse con el suelo, el viento, el agua o animales y eran la fuente de la gran relación que tenían con la naturaleza.

Jake y Niki silenciosamente avanzaron a gran velocidad hasta el suelo, cayendo como bombas destruyéndo a quien estuviera en la zona.

La pelea duró muy poco a decir verdad, Jake pensaba "tan ambiciosos que son y tan patéticos que resultaron"

Habían aniquilado a todo humano que estuviera en el campo de batalla.

Después de unos minutos contaban y organizaban a los heridos y localizaban los cadavers humanos en una pequeña montaña a un lado de la muralla, bastante lejos del bosque, las hadas no querían que la maldad llegara a la naturaleza.

"La guerra es horrenda" pensaba Jake al ver como trasladaban los cuerpos como si fueran sacos de arroz.

La organización se vio interrumpida cuando todos sintieron como el aire y el suelo les urgía que huyeran. El aire olía a azufre y el suelo vibraba bajos sus pies.

Todos quedaron en silencio esperando lo peor.

Sintieron una gran explosión provenientes de los cuerpos inertes de los humanos alrededor del suelo.

—¡AL AIRE!

Las hadas que pudieron elevarse alto en el cielo fueron hábiles, las que no alcanzaron pero que huyeron de la explosión fueron suertudas y las pocas que se vieron atrapadas en el gran choque de fuego fueron lanzadas con furor por doquier.

Daban gracias a que eran entrenados desde pequeños así que sabían cómo lidiar con situaciones extremas y peligrosas.

Jake fue de los pocos desafortunados que fueron atrapados en la gran explosión, bueno casi todos los que estaba cerca de la montaña de cadavers fueron los desfortunados y esos eran los dirigentes, Niki, el secretario, soldados de alto rango y Jake por supuesto.

Despertó con dolor por todo el cuerpo, estaba en un tronco arriba de un gran árbol rodeado por bastantes flores y plantas acolchonadas.

—Gracias—le susurró.

El árbol debió de hacerlo atrapado para que no cayera de lleno al piso, giró su cuerpo con dificultad, extendió sus alas a lo alto notando que una de sus ellas estaba lastimada en la esquina superior, se asustó, le dolía bastante, toco el tronco del árbol con ambas palmas de las manos, junto la frente al tronco y luz empezó a surgir, el árbol lo estaba ayudándo a curar sus heridas, al menos las de su cuerpo, las alas no podían ser curadas, al ser una parte del cuerpo tan delicada y sensible tardaría más tiempo y esfuerzo. Decidió cerrarlas y esconderlas para ayudarlas a descansar y guardar energía.

Después de terminar de tratarse se levantó perezosamente bajando del árbol, ya abajo abrazó con todo su cuerpo al tronco.

Ya que estaba seguro de haberle agradecido a la naturaleza emprendió su camino por los alrededores, tenia que averiguar donde se encontraba.