
Part 2
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MinHe y JungKook entraron al cuarto de luces cálidas, eran más de las 2 am y parecía que su celebración recién empezaba. JungKook caminó hasta la cajonera donde tenía ordenada su ropa interior y de ella sacó una caja blanca que tenía un moño rosita pastel; con ella en mano volvió a la cama donde estaba sentada su novia y se la entregó.
—No estoy seguro si es el tipo de cosas que te gustan pero jamás te había visto algo así y fantasee con hacerlo— miró atentamente como MinHe abría el paquete encontrándose con una sorpresa.
Un conjunto de ropa interior que combinaba el algodón con en el encaje en su medida justa, trasparencia, sensualidad y comodidad a la vez, un portaligas con destellos dorados al igual que los breteles del sosten y lo demás era completamente negro.
MinHe lo sacó de la caja para mirarlo mejor notando que la parte inferior era una tanga diminuta y coqueta, el sosten tenia detalles de transparencia donde se supone que debía tapar, se sintió extrañada de como es que JungKook la había imaginado así pero no se negaba en intentar calzarlo. Ella siempre había sido clásica con su ropa interior, quizás algo aburrida pero siemore velaba por su comodidad y aquello que tenia en frente no lo representaba.
—Es lindo, elegante— miró a sus ojos redondos oscuros e intensos y vió en ellos la necesidad de que deseaba verla con aquello puesto.
—Bueno, yo también tengo un regalo compartido y al igual que esto no se como ve verá o sentirá— soltó una risita tímida —. Iré al baño, espérame aquí— Se levantó de su lugar tomando el contenido de la caja y un paquete que sacó de su bolso.
JungKook se recostó en la cama mirando el techo respiró profundo cerrando los ojos luego con algo de nervios ¿Había sido adecuado el reglo? ¿Habrá sido muy pervertido querer verla en encaje? Ni siquiera sabía si le acomodaba realmente o si sería algo que le gustara a ella hacer, solo quería disfrutar con ella ese momento de intimidad y hacerla sentir linda y sexy a la vez.
MinHe miró el envase pequeño de perfume y roció un poco tras sus orejas, se miró nuevamente en aquel conjunto de encaje sin poder creer quien era, jamás pensaba verse en algo como esto; las bragas le calzaban perfecto y le hacían ver un lindo trasero, el cual no sabia que tenia y el sosten le unía sus pechos de una panera cautivante, nunca fue de usar push up por la molestia que te generaba pero ver a sus amigas así de alzadas y juntas le dio ganas de invertir al menos en un par, al menos para venir a ver a su novio a quien parecía gustarle su cuerpo y resaltarlo.
—¿Listo?
—Sí baby, solo ven— tomó asiento en la cama esperando con sus ojos mas que abiertos para verla.
MinHe caminó de puntillas a pies descalzos saliendo del piso frio del baño hasta el piso amaderado del cuarto de su novio quien parecía hipnotizado con lo que estaba viendo.
—¿Te gusta?— ella se encogió de hombros.
—Luces muy linda— se levantó y camino a ella y se detuvo en seco a unos centímetros de ella sintiendo un olor interesante —. ¿Hueles a pastel o algo así?— acercó su nariz al cabello de su chica queriendo apegarse a ella con deseo —. Huele delicioso ¿Es un nuevo perfume?—.
—Se que te gustan los mochis de fresa y de helado de banana— sonrió ella y tembló al sentirlo tan cerca —. Personalicé un perfume para ti que yo pudiera usar.
—¿Y es normal que huela tan bien?— la cogió de la espalda y la abrazó sin apartarse de su cuello.
—Bueno, tiene algo especial
—¿Que cosa?— suspiró JungKook alejándose un poco de ella sin soltarla, el contacto con su cuerpo lo hizo sentir un pervertido al endurecerse su miembro de a poco sin siquiera verla visto bien en su conjunto negro de encaje.
—Feromonas.
La miró con una cara de asombro que a ella le provocó risa. JungKook pensó que MinHe era demasiado chica buena como para hacer ese tipo de cosas y por mucho que tuviera deseos de experimentar cosas nuevas con ella como pareja jamás pensó llegar a este nivel de interacción. MinHe ahora lucia como el tipo de chicas que le atraen en el aspecto íntimo y no podía negar en las múltiples posibilidades que eso le entregaba.
La sostuvo desde la nuca para besarla y le expuso el cuello para comérselo con pasión, estaba perdido en ese aroma increíble que le hacia hervir la sangre con fuerza. Mordisqueó sus labios una vez que la tendió contra la superficie de la cama y de vez en cuando se deslizaba hasta su oído para dedicarle palabras sucias que fluían de su boca con poca sutileza sacando a ese animal que vivía dentro de él que permanecía domado para aparentar ser un hombre meramente romántico y sutil en lo que se llama el arte de hacer el amor.
MinHe se sentía amada y deseada al punto de humedecerse solo con los besos que su chico que le daba por el cuerpo y como sus manos la sostenían y masajeaban con fuerza sin lastimarla, suspiros salían su boca y por primera vez se dedicó s dejar salir a esa chica expresiva en el sexo que jamás pudo ser con sus otros amantes y gimió hasta su ultimo aliento.
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Al día siguiente ambos partieron muy temprano al monte Gwang que tenia un teleférico y desde la cima podías ver el amanecer a eso de las 6:50 a 7:00 am. Ese tipo de cosas los unían ambos y antes de caer rendidos, despues de hacer el amor, planearon un día perfecto para los dos.
Una vez en la cima y en completa soledad con algunos turistas tomando fotos a lo lejos vieron como el sol salió pintando el cielo de Seúl, una imagen bonita que muchas veces quiso vivir entre los brazos de su chico.
—¿Te parece si damos gracias?— MinHe acarició las manos de JungKook que la acorrucaban contra su pecho.
—Me parece perfecto, empieza tu— le besó la mejilla y se apoyó contra su hombro dejando ahí su mentón sin dejar de mirar el efecto de los colores en el horizonte.
—Doy gracias por estar viva, ser exitosa en mi trabajo y poder dedicarme a lo que me apasiona y que aquello de frutos siempre que pongo todo mi corazón. Agradezco estar rodeada de gente que me ama y a la cual admiro, gracias por reencontrarme con JungKook despues de casi 8 años y conectar de forma tan unica al punto de volvernos uno, por el amor que él me da de forma genuina, que jamás se extinga, gracias— MinHe cerró los ojos sintiendo como los rayos del sol comenzaban a atravesar los arboles e iluminar su rostro.
—Doy gracias por el sol que ha vuelto a salir y hoy es único, gracias por mis 27 años de los que espero éxito, satisfacción personal y colectiva. Gracias por el tiempo infinito que me da el día para poder trabajar en lo que soy bueno y el tiempo que tengo para dedicarme a ser feliz a la mujer que jamás pensé volver a ver y ahora es mi novia. Gracias por darme una segunda oportunidad en el amor y dejar los miedos de lados para ser feliz, gracias a esta linda mujer que me ha enseñado a amarme, respetarme y escucharme, quien a reparado cosas que ni ella ha roto, gracias. Te amo MinHe— selló aquello con un abrazo y un beso en la mejilla —¡Uy! ¿queda un poco de perfume por aqui?
—Me coloqué un poco pero es que no traje el del diario, lo siento— sonrió ella cuando pudo girarse para juntar sus narices heladas —. ¿Vamos por un chocolate caliente?
—Por supuesto.
Bajaron a la cafetería de la entrada del parque y bebieron un chocolate caliente u un café irlandés mientras caminaban por el lugar tomados de la mano. Los labios de JungKook ahora más tibios tenían ese sutil sabor a licor del café irlandés, MinHe notó el detalle del perfume personalizado de fondo el cual se había colocado esta mañana sin ella saberlo. El brazalete en su muñeca y el collar en su cuello parecía decir que esta relación que llevaba a penas 5 meses llevaría más tiempo del que aspiraban tener.
Almorzaron en un restorán a las afueras de Seúl con un ambiente muy hogareño atendido por su propia dueña con comida tradicional, sabrosa y especial. JungKook había ido un par de veces a solas cuando no tenia ganas de cocinar los fines de semana, se había vuelto su refugió desde que su relación anterior había fracasado y en vez de lanzarse al alcohol o a las fiestas se tomó el tiempo de disfrutar tiempo a solas.
—Veo que ya no andas solo— la mujer mayor dejó la bandeja de guarniciones en la mesa acomodando todo para que luciera lindo.
—Ella es MinHe, es mi novia— le acarició la mano por sobre la mesa.
—¡Muy linda, muy linda!— aplaudió ella con emoción —. Él estaba muy solo y es un buen muchacho— le acarició la espalda con cariño y se retiró a buscar los siguientes platos.
—Si comienza a hablar de matrimonio cuando vuelva no te sientas incomoda— tomó los palillos para probar la comida.
—No me incomoda para nada, considero que estoy en edad para hablar de eso y que la gente me lo diga— rió ella copiando las acciones de su novio con sus palillos.
—¿Aunque se trate de mi?
—Si se trata de ti me suena a un buen plan— sus ojos se encontraron y se sonrieron como par de chicos enamorados.
Ambos comieron bastante durante la jornada y dejaron el auto estacionado en el restorán para recorrer a pie el pueblecillo donde estaban mirando las casas y los prados fértiles y arados para las siguientes cosechas, el silencio reinaba ahí siendo un lugar muy cómodo para estar.
—Siento que huimos del ruido de la ciudad— MinHe apretó su mano contra la de su chico y se inclinó contra el brazo de JungKook para sentirlo mas cerca mientras caminaban de vuelta al restorán.
—Me gusta aquí ¿A ti no?
—Parece sacado de una pelicula, esa donde la mujer pierde la memoria y el hombre se la cuenta una y otra vez...
—Diario de una pasión— alzó la voz él y la sorprendió con su agilidad.
—Sí, esa. Quiero una casa que de hacia la luz del sol por las mañanas y por las tardes se vea el anaranjado cruzando en el salón y poder pintarlo—soñó despierta.
—Me gustaría ver eso. Podría invitarte a pintar a mi apartamento y pintamos juntos una tarde—sin soltarle la mano la rodeo con sus brazos y caminó tras de ella apoyándose contra su hombro —¿Aceptas?
—Es un buen plan ¿Y bebemos un vino o algo?
—Y hacemos el amor mientras la pintura se seca— le besó el cuello.
—¿Y si nos vamos a casa ahora?— susurró ella.
—Y si estacionamos el auto por la orilla de la carretera y lo hacemos ahí?— mordisqueó su oreja respirándole lentamente.
—Prefiero estar en casa, llévame a casa— sintió la descarga eléctrica que le entregaban los labios de JungKook acariciándole la oreja una y otra vez.
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Se hizo de tarde mientras manejaban de vuelta al apartamento y de camino pasaron a comprar lo necesario para la cena y un pastel para ambos y sus respectivas velas. Una sesión de karaoke en el auto los animó hasta llegar a casa y ahí solo se dedicaron a cocinar juntos siguiendo con la fiesta musical de fondo.
Una carne en su jugo exquisita acompañada de arroz con kimchi frito, un buen vino y la infaltable pelicula de fondo con un ambiente sereno además de la puesta se sol despidiendo el día que había sido más que perfecto.
JungKook de vez en cuando se sorprendía mirando a MinHe mientras comía, cantaba o jugueteaba con los palillos mientras parecía absorbida por la trama de la pelicula y aquello que veía le provocaba felicidad, podría llamarlo un shot de dopamina incluso más efectivo que el perfume de feromonas.
Se había ido de aquella secundaria estando enamorado de ella y estaba seguro que ella había sido su primer amor el cual se había confundido con su primera chic y luego con la otra chica de la cual se enamoró, sin embargo, ahora a sus 27 años estaba seguro que este era su primer amor, la primera chica por la cual si corazón latió intensamente.
Por otro lado MinHe se sentía agradecida de tener tanta paz en su vida. Siempre se había sentido ansiosa con sus antiguas parejas, sobre pensaba la mayor parte del tiempo sintiéndose desconectada del amor, como si le preocupara más que la engañasen que sentirse amada. Camufló su corazón desvalido por mucho tiempo y evadió contacto con cualquier otro chico que le prometiera amor o un matrimonio pero jamás dejó de lado la esperanza de tener a alguien que la amara como hoy es amada, porque JungKook era esa suerte de imán de cosas buenas y cosas lindas.
Desde que están juntos si vida parece brillar más y sus pinturas son más exitosas y capturan aquello, al felicidad genuina y compartida. Puede que no se vean tan seguido y hay semanas completas en la que apaciguan sus ganas de verse con una llamada nocturna pero no se compara con el contacto.
Lo que tenían JungKook y MinHe era un amor en pausa, iniciado en la secundaria y reproducido ahora que habían aprendido a amarse a ellos mismos antes que cualquier cosa. Era destino.
—Muy bien, pidamos los deseos a la cuenta de tres y soplamos las velas al mismo tiempo— JungKook terminó de encender las velas y cerró los ojos seguidos de MinHe.
Se tomaron sus segundos cada unos y se miraron a los ojos para soplar las velas antes de que el reloj avanzara y fuera el siguiente día.
—Feliz cumpleaños JungKook.
—Feliz cumpleaños MinHe.
No soy experta en esto de los one shots pero hice mi mejor esfuerzo <3 Quise que fuera romántico más que spicy, siento decepcionar a la población de esta cuenta que quería su escena pasional, ya tendremos momento para eso.
Agradecería comentarios para saber que son reales y no lectores fantasmas jajaja, les abrazo a la distancia y les envio de regalo bragas nuevas, limpias y secas por si se pasan a las otras historias del perfil.
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