Sinopsis.
La vida de Taehyung podría describirse como perfecta; tenía sus tarjetas y bolsillos repletos de dinero, una enorme casa la cual compartía con sus padres, un hermano al que adoraba, y claramente buena estabilidad. Tenía amigos increíbles y una novia bastante lista, lo suficiente como para estar con él.
Se paseaba por la cocina rítmicamente teniendo los audífonos con música a tope y miraba a su alrededor buscando algo ligero para comer. Pan tostado con poca mermelada y jugo de naranja fue suficiente para él.
Mientras bebía un sorbo de su jugo hacia memoria sobre las asignaturas que vería en el colegio y sobre las asignaciones de estas. Según sus cálculos todo estaba perfectamente ordenado y resuelto en su mochila así que solo se centró en sus alimentos.
No se extrañó que sus padres no estuvieran compartiendo la mesa con él, al contrario, sería bastante raro que si estuvieran. Su madre, una administradora importante no podía darse el lujo de faltar y su padre, empresario, mucho menos. Desde hace varios años había sido así; el pequeño TaeHyung se quedaba en casa siendo cuidado por una completa desconocida, aunque en el fondo agradecía su tutela. Cuando cumplió sus catorce dejó de venir y al cumplir diecinueve podía tener todo controlado por cuenta propia. La universidad lo había hecho tomar sus propias riendas, aunque apenas iba a mitad de curso.
Miró el reloj de su muñeca, dejó la comida a un lado para ir directamente a su habitación y buscar su mochila. Antes de bajar se echó un vistazo en el espejo acomodando su perfectamente planchado uniforme. De la mesita de noche tomó las llaves de su auto y bajó mientras metía en su bolsillo sus audífonos.
Le encantaba vivir así, era como una rutina de la que no se cansaría nunca. Levantarse, asearse, desayunar, ir a la universidad, estar con sus amigos, con su chica, regresar y cenar con sus padres mientras todos contaban su día, no podía pedir más.
En su trayectoria solo le acompañaba la voz de Grace cantando Beautiful Thing. Estaba completamente hundido en la melodía, tan hundido en su mundo que no se percató de que una persona se le había cruzado en medio. Todo pasó como en cámara lenta para TaeHyung, desde que apenas vio una sombra hasta que frenó con todo lo que pudo.
Su cabeza se encontraba en el volante y rezaba pidiendo no haber cometido alguna estupidez. Lentamente alzó su cuerpo pegando la espalda del asiento y sus ojos pudieron captar a un chico como de su edad revisando cada parte de su cuerpo, como asegurándose de que nada le había pasado. El pelinegro, aun un poco perdido levantó su vista hacia TaeHyung y sutilmente le mostró su dedo medio.
– Que te den, idiota. – Fue lo único que dijo para retomar nuevamente su andar.
El castaño pudo respirar correctamente al darse cuenta de que nada había sucedido. Llevó sus manos hacia su rostro tratando de calmarse.
- Mierda, mierda, mierda.
Espero que sea de su agrado.
Ustedes proponen y yo dispongo.
Disfruten, linduras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro