—Vamos Namjoonie, eso no está derecho —bufó mientras aguantaba las risas.

Namjoon bajó de la escalera después de colocar el adorno como debería estar.

—Listo... ¿Ahora quedó mejor? —preguntó mientras se acercaba al mayor.

—Sí, quedó mejor, pero creo que podría estarlo todavía más —sonrió divertido.

Namjoon terminó de llegar hasta el mayor con una sonrisa para besar sus labios. Seokjin lo recibió feliz, demostrando cuanto lo estaba.

—¡Buu! —gritó la pequeña, mirándolos divertida.

Ambos chicos se separaron para mirar a la menor. Seokjin se comenzó a reír después de calmar a su agitado corazón, de verdad su pequeña lo había asustado.

—¿A dónde va esta hermosa brujita? —Namjoon se agachó a su altura para tomarla en brazos.

—No papi, las brujas no son hermosas, soy mala y doy miedo —hizo un gesto extraño que hizo reír a ambos padres.

—¿Dónde está tu hermano, amor?

Seokjin llegó hasta su esposo e hija con una sonrisa. Besó las mejillas de su pequeña justo donde sus dos pequeños hoyuelos hacían aparición.

—Joonie no quiere bajar, dice que se ve ridículo —bufó.

Seokjin negó sonriente. Dejó un último beso en la frente de su pequeña para subir las escaleras con destino a la habitación de su hijo mayor.

Llamó a la puerta dos veces y después entró. Su hijo se miraba al espejo disgustado.

—¿Qué sucede mi amor? —preguntó, llegando hasta él.

—¿En serio, papá? ¿Un cangrejo? Entiendo que soy muy parecido a papá Namjoon, que incluso llevo su nombre, pero... ¿Comprarme un disfraz de cangrejo? —su hijo estaba a nada de llorar y eso era una mala señal.

Sabía que su niño odiaba llorar y si lo hacía era porque de verdad se sentía mal. A sus preciosos diez años tenía una mentalidad muy avanzada, era demasiado inteligente y un buen niño. No le gustaba ver a sus bebés mal, tenía que hacer algo.

—Papá Nam tendrá un castigo, te lo prometo mi amor. Ahora hablemos de tu nuevo disfraz ¿Qué quieres ser? ¿Un vampiro? ¿Un zombie? ¿Un adolescente hormonal quejoso?

Su hijo rio ante las preguntas de su padre Seokjin. Rápidamente se deshizo del disfraz de cangrejo para lanzarse a sus brazos con felicidad.

Pronto comenzó a contarle a su padre su disfraz ideal, Seokjin se puso manos a la obra buscando en el baúl de disfraces de sus hijos.

Su niño terminó con un disfraz de diferentes cosas, tenía una capa de Drácula, unos guantes que simulaban tatuajes, un parche en uno de sus ojos, un sombrero y pantalones rasgados. Era una especie de "Vampiro/zombie/chico malo" como él había dicho.

El pequeño bajó las escaleras emocionado, ahora si tenía ganas de llevar a su hermanita a pedir dulces y todo gracias a su papi Seokjin.

—Joonie, ¿Dónde está tu disfraz de cangrejo? —el moreno lo miró sin comprender, mientras cargaba a la pequeña.

—Papá, tu disfraz era malo, papi Seokjin me ayudó con esto.

Namjoon hizo puchero mientras miraba a su esposo que llegaba hasta ellos con una cámara en manos.

Estaba a punto de reclamar cuando este rápidamente encendió la cámara y sacó una foto. Sus hijos comenzaron a posar, sí, habían nacido con la vanidad de Seokjin y amaba eso, sus hijos eran preciosos y estaba muy feliz de que lo supieran.

En cuanto terminó la pequeña sesión de fotos los niños salieron de casa en busca de dulces. Pronto los primeros pequeños comenzaban a llegar, Seokjin aprovechó a ir a darse una ducha y disfrazarse como había acordado con su esposo anteriormente.

Namjoon dejó su lugar en cuanto miró a su hermoso esposo llegando a la puerta junto a él. Besó sus labios una última vez y se marchó.

Cuando terminó, ambos chicos disfrazados de vampiros recibieron a los demás niños. Seokjin sacaba fotos del recuerdo, sintiéndose tan feliz al mirar a tantos niños llamando a su puerta.

—¿Amor, puedes traer mi celular? Creo que lo dejé en el sótano —mordió su labio nervioso.

El moreno bajó su celular para asentir e ir por lo que su esposo le había pedido, pero rápidamente se quedó helado. ¿Quién le había enviado mensajes desde el celular de su esposo si él no lo tenía? Porque sí, mientras estaba en la ducha había recibido mensajes de Seokjin donde decía palabras extrañas que no sabía su significado, pero sí pudo saber que se trataba de letras en latín. No le tomó tanta importancia pues Seokjin amaba enviarle mensajes sin sentido con palabras u oraciones sacadas del traductor así que pensó que era su muy aburrido esposo en espera de mimitos.

—¿Hace cuanto lo dejaste ahí? —preguntó a punto de morir del miedo.

—Estuve tan ocupado bañando a nuestra pequeña, vistiéndola y arreglándola, después comencé a decorar la casa junto contigo y al final ayudé a nuestro niño con su disfraz, la última vez que toqué mi celular fue hoy en la mañana cuando sacamos los adornos decorativos —hizo puchero.

—¿Me lo prometes? —tragó grueso.

Seokjin se acercó a él, mirándolo preocupado. Algo le sucedía a su esposo, estaba seguro.

—Te lo prometo ¿Sucede algo? —tomó su rostro para mirarlo preocupado.

—No, amor, no pasa nada...

El mayor sonrió para pronto besar sus labios. El timbre del hogar sonó, Seokjin se alejó de él rápidamente para correr y atender a los niños que habían llegado.

Namjoon giró su cuerpo mirando la puerta que llevaba al sótano. Tragó grueso, la puerta estaba entreabierta y las luces apagas dándole un aspecto tétrico. Tendría que ir por el celular de Seokjin y no quería bajar, algo le estaba enviando mensajes desde su celular.

La piel de su cuerpo se erizó al pensar en lo que podría haber ahí abajo, había visto tantas películas y series donde todas las cosas malas y paranormales pasaban en los áticos. Era un hombre mayor y no debería de creer en aquello, pero admitía que tenía miedo.

—¿Amor, ya vas? —escuchó la voz de Seokjin desde la entrada.

—Si, bebé, ya voy, solo estaba buscando algo de beber —mintió.

Tragó grueso, tenía que bajar, no pondría en peligro a Seokjin o a su familia. Bajaría, se enfrentaría a lo que fuera que se encontrara en ese lugar y luego tomaría a su familia y los sacaría de ahí.

Se acercó a la puerta para abrirla lentamente, escuchando el crujido que esta hacía. Tomó fuerzas y comenzó a bajar. A penas sus pies tocaron el tercer escalón la puerta se cerró detrás de él con fuerza.

Volvió a subir los escalones para intentar abrir. Algo andaba mal, lo que fuera que había ahí abajo estaba dejándolo sin escapatoria.

Pronto su celular se iluminó con otro mensaje. Tragó grueso. Abrió el mensaje sintiendo como el miedo se aferraba en su cuerpo. Había recibido una imagen de él hace unos segundos bajando las primeras escaleras al sótano.

Sus manos temblorosas buscaron el interruptor de las luces, logró encenderlas, iluminado un poco más el lugar. Pudo visualizar el celular de su esposo encima de unas cajas. Maldijo, tendría que bajar por completo, tomar el celular y salir sin morir. Parecía fácil, al menos en su cabeza.

Se armó de valor y bajó las escaleras corriendo, pronto llegó hasta las cajas, dirigiendo su mano al celular, pero antes de llegar una mano detuvo la suya.

Soltó un grito fuerte, su corazón estaba al mil, iba a morir ahí mismo sin siquiera poder procrear a su tercer hijo, al tercer pequeño que ya habían planeado para su futuro.

—¡No tengas miedo! —gritó una voz macabra.

—¿Qué eres? —su labio tembló.

—Soy algo, pero a la vez nada. Estoy, pero no lo estoy. Me puedes escuchar, pero otras veces no. Tengo la forma de la nada, pero también la de tus peores pesadillas.

Esa voz... La estaba odiando, se sentía como en esos animes que veía su hijo donde el protagonista podía hablar con demonios o lo que fueran esos dibujos horribles que por cierto estaba en contra de que su pequeño mirara.

—¿Me vas a matar? Si me vas a matar porque dije que no creo en espíritus, lo siento, ahora te creo, solo déjame ir, tengo una familia a la que amo demasiado, son todo lo que tengo y quiero —su voz se comenzó a cortar—. Amo a mi esposo. Desde el primer día que nos conocimos supimos que no solo era un capricho o una calentura del momento, nos quisimos desde el primer día y ahora tenemos dos pequeños a los que amo con toda el alma. Y aun así con mis dos bebés, tenemos planeado tener otro bebé porque estamos enamorados de nuestra familia y de nuestros niños... No quiero morir ahora que Seokjin está tan entusiasmado porque tengamos otro bebé —la primera lágrima corrió por su mejilla.

De pronto su mano fue liberada. Pudo tomar el celular de Seokjin a duras penas, sus lágrimas tapaban su visibilidad.

—Gracias monstruo, prometo traerte comida y dulces, pero no les hagas daño a mis bebés.

—Eres un tonto —dijo entre lágrimas.

Sus ojos se abrieron grandes al escuchar la voz de Hoseok.

¿Hoseok? ¿Qué hacía Hoseok ahí? ¿También a él se lo habían comido los monstruos y por eso no lo había visto durante varios días?

Hoseok salió de bajo de la mesa donde se encontraba el celular de Seokjin. Pronto Yoongi, Jimin, Jungkook y Taehyung salieron de diversos lugares del sótano. Ahora sí que no estaba entendiendo nada.

—Esto era una broma y terminé llorando en vez de seguir con el plan.

Los demás chicos se acercaron mientras apartaban algunas lágrimas de sus rostros.

—¿Una broma? —preguntó asombrado.

—Larga historia, fue plan de Seokjin, tiene algo que contarte —aclaró el pálido.

Namjoon terminó de mirar a Yoongi para subir corriendo las escaleras con destino a su esposo.

Seokjin cerró la puerta de la entrada mientras se despedía de los pequeños, al girarse Namjoon estaba ahí mirándolo con un paquete que Jungkook le había dado antes de desaparecer por completo del sótano.

—¿Qué fue eso, amor? —preguntó.

—Ábrelo, al parecer no terminaste con mi sorpresa —sonrió un poquito.

El moreno comenzó a abrir el paquete encontrándose con una caja con decoraciones de Halloween. Pronto procedió a abrirlo, esta estaba decorada por dentro con papelitos y figuritas de diferentes colores. Tomó el primer sobre que se encontraba ahí, debajo de este había algo más que pronto notó, sintiendo sus ojos aguarse. Unos zapatos de bebé y pañales aparecieron en su vista, ahora estaba tan seguro de lo que estaba a punto de pasar.

Seokjin tomó la caja mientras él abría el sobre, unos estudios de sangre aparecieron en su vista "positivo" fue lo único que alcanzó a leer antes de encontrarse con el ultrasonido del mayor, todo estaba oscuro, solo un pequeño puntito en blanco resaltaba.

Comenzó a llorar de la emoción, Seokjin estaba embarazado y esa era su sorpresa. Lo abrazó fuertemente mientras lloró en su pecho, estaba demasiado feliz.

Era la mejor noticia que le habían dado, bueno, la cuarta, la primera había sido cuando Seokjin había aceptado ser su esposo, la segunda cuando su primer hijo estaba encaminó, la tercera cuando se trataba de su niña y ahora la de su tercer hijo.

—Arruinaste mi sorpresa, pero te perdono porque estoy muy feliz por tu reacción —el mayor besó sus labios.

Los demás chicos terminaron de llegar donde ellos, pronto comenzaron a festejar a su alrededor. El matrimonio al fin tendría al tercer pequeño que tanto habían estado planeando.

Seokjin quiso que fuera un poco diferente a sus anteriores bebés y sí, justo se había enterado un mes antes de Halloween, pronto su sorpresa comenzó a tomar forma cuando sus amigos llegaron a Seúl de visita.

—Qué bueno que ya lo saben, de verdad tenía miedo ahí abajo —Jimin suspiró para después reírse.

—Y no dejabas de tocar mis pies, eres un tonto, si me asusté —Taehyung empujó un poco al rubio, riendo en su dirección.

Jimin lo miró asustado mientras los demás chicos esperaban la explicación.

—Tae, estaba junto a Jungkook, de hecho, ambos estábamos en cada esquina del sótano, tú estabas en la otra esquina, a una muy buena distancia de mí, no pude ir y tocarte los pies sin ser descubierto por Namjoon —su rostro era de sorpresa y temor.

—Entonces fue Taehyung el que me sopló al oído, Hoseok no fue porque él estaba esperando a Namjoon junto al distorsionador de voz —ahora Yoongi miró a Taehyung.

—Y-yo no fui —estaba asustado.

—Estoy seguro de que tú fuiste, Jimin y Jungkook estaban lejos, ellos no fueron, tú eras el único que estaba cerca de mí, incluso te pedí que pararas y me dijiste... —Yoongi se quedó helado al pensar en eso, claramente la voz que escuchó no era la de Taehyung y de ningún de los otros chicos.

De pronto el celular de Hoseok comenzó a sonar. Entró a los mensajes, le había llegado una imagen. Entró al chat desconocido encontrándose con una foto. Casi dejó su celular caer de sus manos, los chicos lo tomaron para mirar lo que lo había puesto así. Se encontraron con una foto de ellos siete, el ángulo aparentemente venía de la puerta del sótano.

Los siete muertos de miedo se giraron hasta la puerta, esta se cerró sola y con una gran fuerza. Todos gritaron mientras salían de la casa con pánico.

Los dos pequeños salieron de su escondite mientras reían, sabían que su papá Seokjin le haría una broma a su papá Namjoon y ellos planearon la suya para todos sus tíos y papás.

—Feliz Halloween, papis —dijo la más pequeña mientras se lanzaba al sillón junto a su hermano para comer dulces.

El fin.

~🎃~🎃~🎃~🎃~🎃~🎃~🎃

¡Hola!

¿Cómo están?

¿Qué les pareció?

Para aclarar, esto no tiene nada que ver con la historia, si, tomé la idea de ellos como pareja y con hijos pero no es el futuro ni lo que pasará en la historia original, es como un mundo aparte

Comenten su parte favorita y no se olviden de votar 💜

Espero que les haya gustado mucho ❤

Me divertí escribiendo esto, siempre amo escribir este tipo de historias

Gracias por el apoyo 💜

Créditos al creador del vídeo ❣

Algunos conocerán la intro, perdón, es mi serie fav y desde que vi el edit me encantó ❤

¡Adiós!