Capítulo 5
Claude se miraba impaciente, daba vueltas por toda la habitación pensando en una sola cosa, en Lune. Aquella joven quien siempre sonreía demostraba una tristeza inusual en sus hermosos ojos.
—Majestad la santa llegó - Claude se apresuró a su sofá y se sentó de forma despreocupada.
—Que entre - las puertas se abrieron y Lune ingreso, la joven llevaba ropas simples y en sus brazos reposaba una capa —¿Decidiste ser pobre ahora?
—¿Acaso olvido el festival? Levantase.
—No niña.
—Felix ayúdame - Claude la miro mal y se puso de pié.
—Sí sucede algo malo te matare sin dudarlo.
—Ujum - Lune le coloco la capa y sonrió.
—Beba esto, hará que sus ojos se tornen de otro color.
—No.
—¿Entonces piensa salir así? Si lo descubren otras mujeres podrian llevarselo.
—Bien - Claude tomó de la botella y la miro, sus ojos pasaron de azul a verde.
—Ahora vamonos - Lune tomó su mano y salió de ahí, Claude miró sus manos por un rato y luego la miró a ella —Felix no irá, solo los dos.
—¿Acaso querías estar a solas conmigo?
–Si, solo los dos - Claude la miro mal y Lune subió al carruaje —Pregunta tonta, en su habitación estamos solos siempre.
—Deja de hablar - Lune soltó a reír.
La capital celebraba festivales con frecuencia, a pesar de que Claude era malhumorado y no le gustaba el ruido, la ciudad siempre parecía ser animada.
—¿Quiere un dulce? Tiene forma de joya, como sus ojos - Lune tomó una y la mordió —Mmm esta muy buena.
—No me gusta el dulce - Lune le ignoró y coloco el dulce en sus labios, Claude la miro y luego miro el dulce, justamente en donde había mordido ella.
—Pruebe - Claude dudoso mordió —¿No sabe bien?
—Algo así - Lune sonrió y se dirigió hacia otro puesto, todo tipo de dulces fueron probados aquel suave por Claude, Lune parecía no detenerse, estaba muy enérgica y su sonrisa parecía brillar.
—Su Majestad, juegue y gane el peluche para mi - Claude la miro mal —Majestad... Claude.
—Eres una molestia - Claude tomó el arco y disparo hacia la botella, pero fallo —¿Qué?
—Le quedan dos intentos - Lune se acercó.
—Usted puede - Claude tomó la otra flecha y nuevamente fallo —Usted es muy malo.
—Sigue hablando y la otra flecha irá a tu lengua.
—Malo -Lune cubrió su boca, Claude tomó la última flecha y esta si dio en el blanco —¡Sí!
Claude sonrió y la miro, Lune alzaba los brazos y bailaba de forma graciosa, aquello le hizo reír.
—Aquí tienes - Claude le lanzó el peluche y comenzó a caminar.
—Se llamará Claude - le siguió —Es un león y tiene cara de gruñón, como usted.
—Eres molesta - Lune sonrió y tomo su mano, Claude se detuvo y la miro.
—Vamos a comer, tengo hambre.
—Comiste el montón de dulces, ¿no estas llena?
—Son dulces, quiero comer la cena, vamos a aquel puesto.
—¿Ahí?
—No haga esa cara de asco, esos puestos al aire libre tienen la mejor comida, venga -Lune lo arrastro hasta el lugar.
La noche había pasado lenta y amena, Claude sorprendentemente había disfrutado de la compañía de Lune y apesar de sus quejas había accedido a todo lo que ella pedía.
—¿Le gustó?
—No - Lune sonrió.
—Se que si, mañana iremos al baile de máscaras, no busque una, yo traeré todo para la fiesta.
—¿Por que debo hacerlo?
—Es joven, guapo y debe de disfrutar y yo paso mis días en el templo, debo de aprovechar.
—Te estás aprovechando de mi.
—Algo así - sonrió y beso su mejilla —Descanse majestad - Lune salió corriendo, Claude tocó su mejilla y sonrió.
Aristia observo el jardín y sonrió, aquella rosas casi marchitas poco a poco estaba reviviendo, era algo extraño para ella ya que desde que Diana había fallecido, las flores del jardín se habían marchitado junto a ella.
Pero sus dudas pronto fueron resueltas, al ver pasar a Lune pudo notar como las flores iban reviviendo una a una, gracias a la santa de puro corazón las flores muertas habían regresado.
Aristia enfureció y comenzó a destruirlas, la odiaba, odiaba que con poco había logrado que Claude la llamara siempre, mientras que ella estaba confinada día y noche en aquel asqueroso palacio.
—Mi señora basta.
—¿¡Qué debo hacer!? ¡No quiero estar más aquí!
—Puede aprovechar esto, ahora que su majestad se estar tornando sumiso puede ir a su cama y tener el varón que se necesita.
—¿Y como?
—Buscaré la ropa de esa mujer, su perfume y debe de usarlo, su majestad suele beber los viernes en la noche, puede intentar.
—¿Y si falla?
—Eso solo es decisión de usted mi señora - Aristia asintió, no era mala idea, pero era arriesgada.
Lune observo los trajes con una enorme sonrisa, combinaban bien y parecían lucir perfecto uno junto a otro.
—Quedaron muy bien - Elio sonrió detrás de ella.
—Las mascaras tienen una magia especial, los demás pueden verlas pero ustedes no. - Erez hablo desde su sofá —Ten cuidado Lune, algunas personas pueden no aceptarte.
—Nunca he sido aceptada, me tiene sin cuidado si los nobles me aceptan o no, el pueblo es el que importa.
—Entonces vamos a hacer que el pueblo te ame - Erez sonrió, aquella sonrisa les genero desconfianza a Lune y a Elio. —No me vean así, no haré nada malo, no ahora...
Claude poso su vista en Lune, la joven vestían un hermoso traje negro que hacía que su cabello resaltará, quiso sonreír pero se mantuvo sería.
—Vaya a ponerse el traje, ayudenlo.
—No, ayúdame tu - Lune se quedo quieta. —¿Es difícil para ti.
—Pervertido.
—La única pervertida eres tu, solo ayúdame a colocarme el traje, no veras nada de mi.
—No se preocupe, ya vi su bien formado torso.
—Lune - su tono severo la hizo reír, Lune se acercó y le coloco el traje.
—Su Majestad, no se amargado hoy, vamos a divertirnos ¿Si?
—Si me estoy vistiendo es porque acepte Lune.
—Eso me gusta - ella sonrió y tomo la máscara entre sus manos —Su Majestad es guapo, ser amargo lo arruina, sonría siempre, tiene una bonita sonrisa.
¿Claude esta ablandando su corazón?
Mis redes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro