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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴜɴɪᴄᴏ

Lo supo cuando se levantó aquella madrugada sintiendo una extraña sensación en el pecho, Akemaru se encontró despierto a lado de Akamaru quien mantenía sus ojos cerrados mientras que su respiración era más lenta de lo normal.

Fue difícil tragarse el nudo de la garganta que se le había formado y se levantó de su cama para dirigirse hacia ellos sentándose en el suelo a lado de Akamaru quien aún sin abrir sus pesados ojos levantó su cabeza para recostarla en su pierna

-Asi que ya llegó la hora ¿Eh?

"No quiero dejarte..."

Acarició la cabeza de Akamaru soltando un leve risa al escucharlo, aún estando en sus últimos momentos Akamaru pensaba en él. Cerro sus ojos con fuerzas queriendo ignorar las ganas de llorar

Él ya se había planteado la idea que aquello pasaría en cualquier momento, ya Akamaru estaba lo suficiente viejo y aunque era un perro ninja ya él había repasado la edad perruna.

Akemaru se hizo bola a un lado de Akamaru queriéndole darle un poco de calor con la esperanza de mantener a su padre por n un poco más de tiempo. Sonrió con nostalgia a comparar por un momento a Akemaru con Akamaru cuando esté era apenas un cachorro

Su amigo no era como los otros perros ninjas, más bien había sido el más débil de la manada al igual que él cuando era un niño. Quizás fue por eso que comenzó a entrenar con él después del regaño de su madre queriendo demostrarle que se esforzaria y que convertiría a Akamaru el mejor perro ninja

Y al final lo cumplió

-Que tonterías dices, ya hiciste lo suficiente. -No podría mostrar debilidad ante su compañero, no quería que de fuera inquieto.

Hubo un pequeño silencio, no podía evitar traer los recuerdos donde Akamaru apenas era un pequeño cachorro, y donde le había salvado el pellejo más de una ocasión. Habían crecido juntos no eran solamente compañeros de misiones, o amigos, eran hermanos y hasta podia decir que era uno mismo

-Gracias por todo, amigo.

No importaba si los otros miembros de la manada no consideraran a Akamaru el mejor perro ninja, para él será el mejor y el más fuerte nikken que hubo en Konoha

"¿Harás las cosas bien?"
Una lágrima rodó por su mejilla hasta caer en el pelaje de Akamaru, no le respondió al instante pero pude forzar una sonrisa

-Claro que si.

"Eres un mal mentiroso"

-¿Quién está mintiendo? Aún estando en tu lecho de muerte no dejas de criticarme

Pudo percibir una débil risa en Akamaru, y está vez su sonrisa era auténtica.

-Tus cachorros se pondrán tristes al no encontrarte en casa.

"Ellos ya lo saben. Nosotros los perros somos muy intuitivos"

-Bah, no puedo creer que tú hayas llegado a tener hijos y yo no. Bueno los mocosos son muy problemáticos
"Me hubiera gustado ver tus futuros cachorros.."

Le dio pequeñas caricias por su pelaje queriendo que se relaje, no sabía si estaba sintiendo algún dolor pero quería que estuviera bien.

"...o tus futuros mininos"
Hizo una mueca de asco ante aquella suposición

-Preferiria que Madara regresara ante de tener gatos en casa.

Esperaba que Tamaki no se enterara pero aún le tenía repulsión a los gatos, aunque lo toleraba por ella.

"Recuerda la vez que mamá nos dejó durmiendo afuera,"

-Claro que si -Solto una carcajada al recordar el día-. Si te comiste toda las galletas que ella había preparado, y para rematar rompiste el jarrón.

"Mentiroso... tu me engañaste para agarrarlas, hasta te comiste unas cuantas. Cuando mamá nos descubrió tu del susto tiraste el jarrón"

Sonrió, aquello era cierto.

-¿Recuerdas cuando...?

Se la pasaron toda la madrugada hablando sobre el pasado, recordando aquellos momentos de travesuras y de peligro, momentos donde no volverían jamás.

-Siempre tuviste a mi lado... -Ya Akamaru no hablaba desde hace un buen rato, aunque sentía su débil respiración-. A pensar de lo tonto que era me seguiste apoyando. Compartimos muchos momentos, y me faltará una parte mi al no tenerte más conmigo.

Miro a su compañero con una sonrisa y bajo su mano hacía el estómago de este. la sonrisa se mantuvo congelada en su rostro mientras que las lágrimas se escapaban de sus ojos.

-Asi como tuviste conmigo, yo estaré contigo querido amigo.

Y asi como lo prometió se quedó con Akamaru esperando que saliera el sol, velando su profundo sueño donde no saldría jamás.

Soltó una risa amarga, ahora que sería de él sin su mejor amigo, su otra mitad.

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