«—Y aquí estamos, en una entrevista con la maravillosa Supernova. La Superheroína favorita del momento—dijo la periodista en la televisión.—¿Sabes? Hace mucho que se especula que serás el próximo símbolo de la paz. ¿Es verdad que tomarás el lugar de tu padre cuando él se retire?

Kai se reía algo sonrojada y nerviosa dentro de la caja.

—Oh, eso... yo... —divagó un poco, mientras se arreglaba el flequillo, algo que hacía como reflejo de sus nervios—la verdad es que mí única meta es ser la mejor superheroína para ustedes. Aunque es obvio que sería un honor para mí ser elegida como el siguiente símbolo de la paz.»

La grabación terminó abruptamente cuando la cabeza de un villano atravesó tanto la vidriera del negocio como la pantalla del televisor en exhibición.

Kai miró al tipo noqueado frente a ella y sonrió, «Símbolo de la paz» pensó con diversión, «¿Cómo dejé que eso se me subiera a la cabeza?».

—¿No te cansas de ser una doblecara?—preguntó Hawks con diversión.

—No preguntes cosas que ya sa...

La frase quedó por la mitad cuando vio pasar una sombra por el techo, unas gigantes llamaradas de fuego azul separaron a ambos héroes, si es que se les podía llamar así. Kai se alejó rápidamente del fuego, estaban siendo emboscados y pelear contra un quirk de fuego no le sería fácil.

Al dar marcha atrás chocó contra la espalda de alguien, se movió hacia la derecha evitando una ráfaga de fuego que pasó tan cerca de su mejilla que se quemó con el calor que irradiaba.

Cruzó miradas con su atacante, él apenas se veía por las luces de los fluorescentes y el muro de fuego delante de ellos.
Reconoció la mirada azul tan fuerte como sus llamas, estaban peleando con la liga de villanos... y ella no traía su traje oficial puesto, sino uno negro con detalles azules para que no la identificaran. ¿Cómo explicaría eso?

Su traje oficial de superheroína era dorado y blanco con una gran S en el pecho y unas botas blancas con detalles dorados, variaba en modelos, a veces era un vestido corto, otras un body, top con shorts. Pero siempre con los mismos colores y estilo, el de una estrella que ilumina hasta la noche más oscura y densa. Porque eso era, la heroína más dulce, bondadosa y piadosa del mundo, hija del número uno, All Might, su sucesora.

El dorado representa la divinidad, el blanco la pureza y ella era —según la prensa— el futuro símbolo de la paz.

Alguna vez había sido esa chica, alguna vez había sido el futuro del mundo. Hasta que todo se cayó cuando su padre no la consideró suficiente, ¿cómo podría ser la mejor si su padre no creía en ella?

—Preparate para volver con tu mami llorando—le dijo al chico frente a ella, mientras sus ojos adquirían un brillo dorado extremadamente potente.

Las luces de la calle comenzaron a pestañear mientras emitían un sonido electrónico que indicaba su pronta explosión. De la mano derecha de Kai salió un destello inmensó de luz, lo único que pudo hacer Dabi fue cerrar los ojos antes de salir volando al mismo tiempo que cada mínima luz de la calle explotaba cubriéndolo de vidrios y dejándolo a oscuras.

—¡Hawks, dónde estás!—gritó alterada.

Una ráfaga de viento la cubrió y en un instante estaba a metros del suelo volando por sobre los edificios con su amigo. Ambos se miraron, esperaban que nadie se diera cuenta de que ellos estuvieron en la escena.