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Mᴀᴅʀɪɢᴜᴇʀᴀ ᴅᴇ ᴄᴏɴᴇᴊᴏ

| Trou de lapin |

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│ Rᴀʙʙɪᴛ Hᴏʟᴇ – Mɪʟʟʏ Mᴀʀɪ́ɴ │
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Siguió al conejo blanco hasta su madriguera, la invitación implícita. Asomó su cabeza y sin querer, cayó; pronto, se descubrió en un mundo al revés

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|¿Aceptas salir con nosotros?|

                  Capítulo II: «Madriguera de conejo»
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El día no podía ser más desagradable, su actitud normalmente distante y en una medida decente, indiferente, se vio ensombrecida por la amargura propia de un anciano viudo de 80 años. ¿Alguien podría culparle?

Shisui desde su «cita» con la pareja de ojos perlados, había emanado a su alrededor una repugnante aura de florescencia y arcoíris derretido; le enferma. Se comportaba como una colegiala enamorada, y no parecía querer contentarse con arruinar su cuestionable buen humor.

— «Son tan lindos, y sus modales, parecían elegantes bailarinas de papel.»

— «Hinata-chan tiene un gran apetito, me encanta ésa chica, no le tiene miedo al éxito.»

— «Toneri-kun es tan malditamente dulce, incluso me dió un abrazo, me hubiera gustado darle otro beso...»

El conocimiento de la bisexualidad de Shisui ni siquiera era divertido, no es un secreto para nadie, inclusive Naruto, de entre todas las personas, se había percatado de ello. Además, su padre le había educado para ser una persona respetuosa en ése aspecto, no podría molestar a su primo aunque lo deseara. Lo cual sólo le deja con el plan B.

— Sasuke, suelta ése cuchillo.— escuchó la voz de Itachi al otro lado de la cocina, chasqueó la lengua, apretando un poco más de lo necesario el mango y lo dejó sobre la barra de madera. Su hermano le dedicó una pequeña sonrisa que pretendía ser de consuelo.

Itachi fue el primero en hablar luego de varios minutos.— Shisui sólo está emocionado ¿lo entiendes, verdad?

— ¿No te molesta su estúpido comportamiento de puberto?— preguntó Sasuke en respuesta, notó la forma en que la mirada de Itachi se volvió severa ante el insulto y bajó los hombros.

— Sasuke, sé que te gusta Hinata-san pero, con ésa actitud lo único que conseguirás será que te desprecie,— se secó las manos con un mandil color rosa pálido y ocultó un mechón de cabello negro detrás de su oreja en un gesto que no sabía, había heredado de su madre.— tienes una vista perspicaz y sé que no podría haber pasado desapercibido para ti que no le agradas, ni a ella ni a su novio. Hinata-san ama a Toneri, si continuas siendo tan grosero con él, ella jamás te dará una oportunidad ¿quién quiere a una persona prepotente por pareja?

Sasuke iba a rebatir, sin embargo, su voz se convirtió en jarabe en su garganta y las palabras se derritieron junto a ella. Itachi continuó.— Debes comprender Sasuke, que intentar algo sólo con Hinata-san es un caso perdido.

— No parece ser un problema para Shisui.— increpó Sasuke, cruzándose de brazos.

— Shisui no está coqueteando sólo con Hinata-san, lo hace con ambos, eso incluye a Toneri-san.— recalcó Itachi con una pequeña sonrisa divertida, observando directamente a su hermano hacer un puchero infantil negándose a rebatir ése hecho.— ¿Por qué crees que ellos no están incómodos con él?

— Porque les agradan las personas idiotas, es un bufón.

No pudo evitar suspirar, en ocasiones se preguntaba ¿dónde había quedado el lindo hermano menor que aceptaba lo que le dijera y no insistía en taladrar su cráneo con un dolor de cabeza? Realmente.— Es porque es amable, les trata con respeto a ambos, y es bastante obvio de señalar, les gusta.

— No te estoy persuadiendo de intentarlo, pero, si deseas algo con Hinata-san, deberás hacerte a la idea de que debes aceptar a Toneri, es ambos o ninguno ¿comprendes?

Sasuke analizó cuidadosamente sus palabras, saboreando la insinuación que se tejía a cada letra. Lo comprendió; un escalofrío perezosamente acurrucado sobre la boca del estómago se deslizó por su columna vertebral; la médula estremeciéndose.— No me gustan los hombres.

— Entonces, no eres lo que buscan.— (aunque fuese el caso contrario, seguirías sin serlo) pensó Itachi, pero no lo dijo. Amaba a su hermano menor por sobre cualquier otra cosa, sin embargo, tampoco es ciego a sus defectos; Sasuke era tan encantador como un gato huraño. En cambio, Shisui...

(Su pragmatismo insinuaba a pensamientos inconclusos, buscando resultados de ideas embrionarias que eran una incógnita fuera de vista la mayor parte del tiempo. Sólo podía permitirse especular, y no le agradaba la resolución.)

(Era más cómodo –y seguro– tratar con un adolescente enamorado, que un adulto reticente.)

Sonrió con una sonrisa poco sincera, luchando por convencerse a sí mismo de que eso era lo correcto. Su propia convicción apenas aferrándose con manos infantiles a su sitio, perdida entre las vueltas de la imposibilidad.

Itachi terminó de preparar el desayuno, le sirvió su porción a Sasuke y decidió que debía hablar con Shisui; la ínfima y tibia esperanza de que calmara un poco su evidente entusiasmo. Lo encontró en el balcón, con los brazos cruzados sobre la barandilla metálica y una sonrisa risueña. Él ni siquiera se volteó a mirarlo, cómodo dentro de su propia burbuja de colores fantasiosos.

— ¿Sabes que no podrás protegerlo por siempre, verdad Tachi?

Lo sabe.

— Ya está comenzando, no dejaba de mirar los ojos de Toneri-kun, no tardara en empezar a verlos y ellos a él. Entonces, estará en peligro inminente.

Lo comprende, pero...

— Ni siquiera sabemos qué son, Shisui.— la frase escapó de su garganta antes de lograr atraparle entre sus dientes, un estremecimiento sobrecogedor en sus entrañas cuando su primo lo volteó a mirar, ojos negros y cálidos –distintos a los suyos– y una sonrisa tan sincera como condescendiente; su estómago se hundió.

— No, pero ellos saben que somos nosotros y no dudarán en reducirnos a un cóctel repugnante de humanidad y sangre antes de que logremos averiguar qué sucede,— se acercó, Shisui siempre olía a almizcle y crema pastelera, desde ése día en que aquel hombre de impía mirada le sonrió con reticencia.— ¿acaso quieres que Sasuke termine como mi padre?

Una imagen en negativo plegada, sólo había sido una sombra en su mente, olvidada a través de la cripta de su memoria. Sangre y carne, el rojo era negro, sólo una insignificante laguna de tinta espesa y sanguinolenta; piel de papel y ojos garabateados.

Uchiha Umechi, lo que quedaba de él.

La mirada de Shisui se volvió sombría y se quedó callado con una sonrisa más real de lo que tenía derecho a ser. Incómodamente así.— Dicen que no existen las criaturas de los cuentos de hadas ni el monstruo bajo la cama.



«¿Te gustaría escuchar el cuento de caparucita roja y el lobo feroz, cariño?»



— Yo no estaría tan seguro.

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Caminó tan apaciblemente como su emoción se lo permitía, era un día especialmente caluroso a pesar de ser febrero; el sol ardiente y el aroma a concreto horneado intoxicando el aire. Naruto no logró evitar una sonrisa embelesada cuando la pantalla de su móvil se iluminó notificando un nuevo mensaje. Ella era tan linda.

En su transcurso se encontró con Sasuke, hostilidad emanaba de cada poro de su cuerpo; ira fría salpicando en sus ojos negros, una curiosa mancha de rojo brillante. Eran amigos desde la más tierna infancia, conocía de sobra cómo era el temperamento de Sasuke y no se sorprendió cuando éste llegó a su lado con una mirada literalmente sulfúrica; él no pudo ayudarlo.

Lo había aceptado hace mucho tiempo.

— Ella es la chica más genial y hermosa del mundo 'ttebayo, le gusta la jardinería y la... mmm... eer... em-en...¡entomología!— Sasuke no se molestó en pretender que lo escuchaba, completamente perdido en la confusa neblina de sus pensamientos. Las palabras de su hermano reverberando sin diluir, lo asfixiaron, realmente ¿porque nadie parecía estar escéptico o incómodo con la idea de una relación poliamorosa? No le sorprendería que Shisui fuese de ésa clase de mentalidad, sin embargo ¿Itachi le había sugerido que era más conveniente acceder a eso que seguir intentando algo con Hinata?

¿Acaso el maldito mundo se había vuelto loco?

— Oye ¿me estás ignorando otra vez? teme...— escuchó el gruñido de irritación y volteó a ver a Naruto, quien, le devolvía la mirada con el ceño fruncido y los labios estirados en una mueca de descontento. Los brazos cruzados firmemente por encima de su pecho.

— Hmph.

— Bien, vete a la mierda ¿cuál es tu problema ahora? Primero apareces con tu mirada de «que arda el infierno», ahora me ignoras cuando te hablo de algo que es importante para mi,— refunfuñó, era una molestia real y sus ojos derritiendo remilgadamente el azul sobre la ira lo dejaban en claro. Sasuke casi se sintió arrepentido. Casi.— ¿y todo lo que puedes decir es «hmph»? Sasuke, en serio, algún día me voy a cansar de ti y tiraré ésta amistad por algo que realmente se parezca a una 'ttebayo.

Hubo algo ahí, un poco de resistencia. Sin embargo, podría tener algo de razón. Aún siendo Naruto.— Lo siento.

— ¿Mmm? ¿Ahora te disculpas? Teme, ¿tienes alguna especie de enfermedad terminal y decidiste concebir milagros? Ya en serio ¿qué te pasa?

¿Debería contarle al mayor idiota de Japón su conflicto interno?

Naruto era como su hermano. No como Itachi, pero cerca.

Bueno, maldita sea.

— ¿Qué opinas de Toneri?

Naruto parpadeó, una, dos veces, abrió la boca, luego la cerró. Entonces habló.— ¿Toneri? ¿te estás drogando? Sasuke, no estoy entendiendo...

— Sólo dime lo que piensas de ése cretino.— la amabilidad terminó, decir su nombre una vez fue suficiente. Naruto se dió cuenta, por lo que disipó sus dudas y simplemente respondió, obtendría más respuestas de esa manera. Como siempre.

— Pues... es muy amable, me agrada. Se viste bien y es un tipo inteligente. Es atractivo.— Sasuke arqueó una elegante ceja y Naruto alzó los hombros, descartando su duda.— Tengo ojos ¿sabes? Puedo decir cuando otro hombre es bien parecido 'ttebayo.

— ¿Saldrías con él?

Naruto lo consideró un momento, recordando antiguas conversaciones con su madre. Rescoldos de memorias polvorientas, el despertar de una adolescencia desafortunada que se teje como telarañas sobre el abandono. Su sonrisa vaciló, sólo un poco.

— Si me atrajeran los hombres, si. Pero ¿por qué me estás preguntando esto?— no obtuvo una respuesta, no en ése momento.

Simplemente asumió que se trataba de «estudiar a la competencia». Casi hubiera preferido que así fuera, realmente.

Sakura se llevó un bocado de fresas con crema a la boca, rizando un mechón de cabello rosa entre sus dedos. Ése día vestía un suéter color menta y zapatos escolares de charol, había un suave labial como único maquillaje. Está realmente contenta, Lee iba a recogerla a la salida e irían a la feria que se estableció hace poco, suspiró enamorada ignorando la mirada absorta de un grupo de chicos que parecían emitir un aura de rosa dulzón y corazones dibujados, porque curiosamente, tenía su propio club de admiradores.

(Es considerada una de las chicas más hermosas del instituto. No obstante, ella desmereció significativamente su encanto ante la población masculina a pesar de su belleza, ya que, no es una mujer suave. El magro músculo de sus bíceps, piernas, y una fuerza que podría noquearte de un golpe no eran características femeninas atractivas para el hombre japonés promedio.)

(Pero no le importa eso. Se ama a sí misma tal como es, Lee también lo hace, él le enseñó a ser hermosa siempre que se mirara al espejo. «Sólo sonríe Sakura-chan, cuando lo haces el mundo se llena de luciérnagas de cerezo». Ella sonrió.)

Su atención se dirigió a Hinata, quien, reía cubriendo su boca con la mano, un gesto delicado y femenino, la imagen se filtró a través de rincones y grietas en su memoria hasta derramarse sobre un recuerdo, no pudo evitar pensar en la madre de Naruto, Uzumaki Kushina, ella reía abiertamente, con la boca abierta y exponiendo un juego de dientes esculpidos; igual que un hombre. Una mujer hermosa y poco femenina, con un temperamento que al enojarse, su mirada ardía en un azul incandescente; el azufre fundido prometiendo el infierno.

Cuando cumpliera su edad, le gustaría ser al menos la mitad de bonita que ella.

¿Cómo se verá Lee el día de su boda?

— ¡Vamos Hinata! Shino tiene la culpa, ¿cómo iba a saber que no le gustan las bolas de queso? Nunca habla de sí mismo.— Kiba volteó a ver a Shino, quien, le devolvía el gesto a través de las gafas tintadas; su nariz cosquilleó con la hostilidad. Mierda.— ¡Ya perdóname! Te haré una ensalada de invernadero ¡sólo deja de mirarme así, carajo!

Kiba continuó con sus disculpas a medio sentir revestidas de irritación. Una vez consiguió que Shino negara con la cabeza, sabiéndose perdonado, se acercó a Hinata nuevamente.— Pero en serio, no confío en ése sujeto, ¿qué pasa si un día se vuelve loco y quiere encerrarte en su sótano? Toda su maldita familia está llena de psicópatas, son unos bastardos muy peligrosos.

Ella sonrió, medio avergonzada, medio a sabiendas. Es una posibilidad, Toneri era...— No te preocupes por eso Kiba-kun, si algún día Toneri-kun decide empuñar un cuchillo contra mi, serás mi contacto S.O.S.

— ¡Tenlo por seguro Hinata! Le prenderé fuego a todas y cada una de sus mansiones de ricos si es necesario para salvarte.— sonrió mostrando un par de caninos inusualmente alargados, una mirada salvaje, casi como un lobo feroz. Se quedó inquietantemente estático, apenas arrugando la nariz y un gruñido estrangulado desde su garganta. Sin sonrisa.

Odiaba a ése bastardo.

Entre los dos, prefería a Toneri, al menos podía lidiar con éste. Detestaba la forma en que pretendía acercarse a Hinata, su arrogante expresión de superioridad; ser el niño lindo del colegio con el 90% de la población femenina a sus pies no le bastaba, buscando seriamente algo con su mejor amiga, una chica en una relación desde la secundaria.

Lo quiere lejos de ella. Le repugna.

— Buenos días, Uchiha-san.— había algo ahí, insípido y al mismo tiempo amargo, un poco picante. Ella estaba hastiada, su voz era tan dulce y educada. Kiba estaba orgulloso.— ¿Se le ofrece algo?

— Tsk, ya te he dicho que sólo Sasuke, no es necesario que uses el -san.

— Una disculpa Uchiha-san, pero usted y yo no tenemos una relación tan cercana para hablarnos por nuestro nombre o eliminar los honoríficos. Sólo somos compañeros.— sus ojos perlados brillaron con inocencia, el tono de su voz no sobrepasaba los decibeles de su habitual amabilidad. Ella lucía tan linda y dulce como siempre.

Pero Kiba conocía a Hinata desde la escuela primaria, ella era una persona gentil con un corazón sangrante, sin embargo, también había algo de hostilidad que, florecía entre las grietas y fisuras de una máscara normalmente dulzona cuando se decidían a acabar con su paciencia; Sasuke era el receptor de su tranquila muestra de descontento.



Un maravilloso campo de tanacentos cosquilleando en su nariz



Sasuke hizo una mueca, la máscara de frialdad astillándose, ojos negros que reflejaban a la pequeña chica sentada frente a él, una que le despreciaba por su comportamiento grosero, por ignorar el saludo amable de su pareja. Él lo sabía, en contra de su orgullo se arrepentía.— Hinata...

— Hinata no quiere nada que ver contigo, déjala tranquila.— lamentablemente, Kiba no era un caballero, no es tan educado como ella, y Sasuke había cruzado la línea de lo aceptable hacía años.

El tono apenas más suave usado con Hinata se derritió, una caldera burbujeante hirvió para congelarse abruptamente en una escultura de figura hostil; lanzas punzantes de hielo crudo.— No estoy hablando contigo, Inuzuka. Mantén tu nariz fuera de esto.

— Me meteré en donde me plazca, Hinata es MI amiga ¿cuál es tu maldito problema? No te basta con tener a media escuela babeando por ti, cualquiera de ésas chicas daría lo que fuera por besuquearse contigo,— su brazo se ondeó hacia la multitud, el tono de voz alzándose abrazada a su ira, colmillos expuestos en una mueca casi animal; pronto, el bullicio y júbilo fueron asfixiados por el mutismo hasta que dejaron de moverse. La cafetería quedó en silencio.— pero en cambio vienes y buscas joder con una persona que YA TIENE NOVIO, con quien ha salido durante AÑOS. Y a quien NO le agradas.

Los murmullos y especulaciones saltando a partes iguales como chispas incandescentes de una fogata crepitando, una melodía ambivalente fragmentada en diversas consciencias. Sasuke se negaba a rebatir, Kiba continuó.— Tu ego de mierda se debe sentir pisoteado de que una linda chica no va por ahí besando el suelo por el que caminas, pero adivina qué Uchiha, no eres tan especial, Hinata es demasiado buena para ti.

— Y puede que Toneri no me agrade, y carajo que no lo hace, pero hasta yo sé decir que él es MUCHO mejor, tú, bastardo sin ningún mérito, no le llegas ni a los talones.— Sasuke eliminó la cuestionable distancia entre ambos, su brazo salió disparado sujetando violentamente a Kiba por la camisa y acercando su rostro hasta lograr sentir su respiración enojada, éste no se dejó intimidar, dedicándole una mirada poco impresionada. Sasuke sabía que Hinata se molestaría por agredir a su estúpido amigo pero alguien debía enseñarle a comportarse. Sin embargo, hubo algo, los ojos de Kiba cambiaron por un momento, sus pequeñas iris sangrando en rojo incandescente.

¿Qué mierda...?

Kiba lució consternado por un instante, sólo un poco, se recompuso más rápido que Sasuke y lo empujó derribándole en el suelo. El Uchiha se puso de pie ignorando por completo el sentimiento anterior y con ira ardiendo como un sello en su instinto; su deseo claro a simple vista. Hinata, quien había sido sólo una espectadora hasta ése momento se interpuso entre ambos, mirando directamente a su amigo con una sonrisa agradecida y mirada suplicante. Shino con una mano sobre su hombro, hubo un ligero apretón.

Sasuke detuvo su andar cuando alguien sujetó su brazo con mayor fuerza de la necesaria, giró su cabeza bruscamente, el cabello oscuro acariciando sus mejillas; se encontró con una cabreada Sakura, ella lo miró, ojos duros como piedras preciosas, labios apretados en una línea tensa.— Corta tu mierda de una vez Sasuke, a menos que quieras recoger tus dientes del suelo 'shannaro.

— Kiba-kun, está bien, gracias por defenderme pero no es necesario ¿si? P-por favor, es suficiente, no quiero que te metas en problemas por mi culpa.— Kiba se encogió de hombros, avergonzado de sí mismo y su arrebato ¿cómo podía negar la petición de la chica que le miraba con un adorable puchero de preocupación? Shino les recordó que debían regresar a la clase de gimnasia antes de que el profesor se mostrara generoso y les asignara nuevos ejercicios de castigo.

Hinata se despidió de Sakura con una sonrisa hermosa. No se molestó en mirar a Sasuke, de hacerlo, hubiera visto el arrepentimiento derritiéndose sobre sus ojos, la frustración arrastrando migajas hacia un destino incierto. Sakura lo obligó a salir hacia el pasillo, lejos del ambiente de gravedad intoxicada en plomo, no logró evitar el golpe que le derribó al suelo.

El dolor fue inmediato, sus terminaciones nerviosas protestaron retorciéndose, agonizando, un hematoma sangró bajo su ojo derecho. Sasuke escuchó el rechinar de dientes.— ¿Tienes alguna idea de lo que acabas de hacer? ¿Eh? ¡Acabas de ponerle un blanco en la espalda a Hinata, imbécil! ¡Ella ya tiene suficientes problemas, no necesita que tu ejército de fanáticas la acosen!

La ira en sus ojos se cristalizó en jade, los músculos de sus brazos se tensaron con anticipación. Su cuerpo convertido en una vasija de voluntad, apenas conteniendo el deseo de herir, resquebrajándose.— ¿Es que acaso jamás piensas en alguien que no seas tú mismo? Sasuke... déjala tranquila, no quiere nada contigo, sólo te estás lastimando a ti mismo y a ella.

— ¿Quién te crees que eres para decir nada al respecto? Hinata no es como tú, no conoces su fuerza, de lo que es capaz. No necesita que la protejan como si fuera una maldita muñeca.— bramó, apretando los puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos, la emoción ardiendo en una amalgama casi sustancial de furia.

Ella sonrió con tristeza, casi mirándolo con lástima.— No Sasuke, tú eres el que no la conoce, no sabes nada de ella. Sólo ves las esquirlas de porcelana que cortan tus dedos, que pueden herirte...

Sakura se recostó más contra la mullida almohada, su delgado brazo fue desconectado de la vía intravenosa. Su rostro había recuperado un poco de la redondez infantil, las ojeras acunándose bajo ojos cansados que aún conservaban algo de su brillo genuino; los rescoldos insinuándose entre frías esquirlas de jade incinerado. Tenía hambre, extrañamente.

Era tarde, se preguntó si podría encontrar algo de comer a ésa hora. Se bajó de la cama de hospital, afortunadamente sus pies fueron protegidos de la losa helada con zapatillas de felpa, buscaría algún bocadillo para calmar las protestas de un estómago sufriendo de inanición.

Los pasillos eran incómodamente iluminados por una tenue luz artificial, el perfume a desinfectante y medicina bailando como un hada de neblina descomponiéndose en el aire. Hacía frío y mordió la delgada bata, la piel se erizó en un intento desesperado de resguardar calor. Un suspiro la arrancó de su ensoñación, asustada volteó la cabeza encontrándose con una niña, sentada en el suelo con la espalda recargada en la pared. Los pies descalzos y una venda ensangrentada atada a su frente, pero, lo que era más importante:

Un ramo de girasoles en flor entre sus pequeñas manos, mientras abrazaba sus piernas con los brazos.

No dejaba de llorar, temblando como una hoja de otoño, sus ojos pálidos la sorprendieron, eran hermosos, como la perla de una ostra herida.

— «Neji-niisan... p-por favor... vuelve... hermano...»

Sakura también lloró.

Su sonrisa fue hostil como la hiel pura, derramando generosamente sobre un gesto nativo de la alegría, deformando su significado reconfortante en cicatrices repulsivas.— ...pero no sabes porque se rompió en primer lugar.

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Toneri saludó cortésmente al grupo de chicas que lo miraban intentando esconderse, recibiendo a cambio chillidos emocionados. A éstas alturas de su vida, ya se había acostumbrado en gran medida a la innecesaria atención que recibía por parte de la población femenina, no pretendía darles ilusiones vacías, pero, no estaba en su naturaleza ser grosero sin razón. En general solían ser amables y él les correspondía de igual forma.

Sorteó entre sus dedos la bonita moneda que Shisui le dió, ése hombre...

Era extraño.

Él no es estúpido, tampoco ingenuo, se había percatado de la forma en que lo miraba, notó el rojo en sus ojos, podía verlo. No le eran ajenas las historias que solían contar durante su infancia, ecos insustanciales de un pasado ensangrentado reverberando hasta diluirse en la memoria endulzada, aún hoy en día asustaban a ésa pequeña parte del mundo y realidad a la que él pertenece.

— «Cuando tus ojos se vuelven azules, son hermosos ¿algún día podré ver a quién realmente pertenecen?»

El quién en lugar del qué, no pudo evitar que su corazón se acelerara, la sangre hirviendo inundara sus mejillas, porque a pesar de ser consciente de lo que es, no lo despreció. Hinata es la única persona a quien le ha confiado su secreto, quien a presenciado lo peor de él y lo ha recibido de brazos abiertos con la sonrisa más hermosa existente.

Sin embargo, no había fe ciega, sería negada hasta que sus manos enlazadas consolidaran el pacto.

De otra manera...

Si Momoshiki se enteraba...

Negó el pensamiento, lo resolvería en su momento, era un esfuerzo inútil pensar en ello ahora, de todos modos.

Escuchó los tímidos pasos de una persona acercándose, siendo consciente de quién y su boca formó inconscientemente una sonrisa dulce, la anticipación cosquilleando en sus manos como hormigas mutiladas. Hinata fue la primera en romper la distancia y abrazarlo, acurrucando su mejilla contra el pecho masculino; un suspiro feliz.

— ¿S-se lo preguntaremos hoy?— su dulce voz mezclada con tibio aliento, no tenía que verla para saber que estaba sonrojada hasta las orejas, sentía subir la temperatura contra su piel. La separó gentilmente acunando el rostro femenino entre sus manos; ella lo miró, la piel de rojo febril ardiendo contra sus palmas, casi podía sentir el pulso de su corazón errático en sus mejillas.

Depositó un tierno beso sobre sus labios y ella correspondió temblorosa, sabía lo ansiosa que estaba, él mismo resentía el doloroso estremecimiento en su vientre.

En serio la había arruinado.

— ¿Estás completamente segura, hime? No voy a forzarte a nada, si tienes dudas...— Hinata negó casi con reverencia, no existían dudas, Shisui le gustaba tanto como a Toneri, no sería complicado aceptar su sonrisa coqueta y embriagadora fragancia. La idea de un beso...

La confianza de su pragmatismo.

Hinata lo miró directamente a los ojos –perla con perla– y su pequeña boquita de cereza se movió sin dudas, la voz tejiéndose como zarzas en el repentino valor, aferrándose con espinas lascivas.— Estoy segura Toneri-kun, alguien más en ésta relación... no estoy asustada, sé de qué trata, es por ambos. No me arrepiento de mi resolución.



No existía temor a resultar heridos, abrir el corazón que sangrará en filamentos hasta la nada; acepta las consecuencias



Sasuke se quedó en silencio, su espalda acariciando la pared gris. El golpe de Sakura dejó una mancha de color oscuro bajo su ojo, la enfermera había hecho un corte para aliviar la inflamación. Ahora sólo era una herida menor que escocía sobre su piel, el hematoma era en sí mismo doloroso; Sakura golpea muy fuerte.

Su intención inicial fue descartada cuando saliendo de enfermería, camino al aula se encontró con Hinata y Toneri conversando en el pasillo. En contra de su voluntad y con el orgullo herido, se quedó. Las palabras fueron escuchadas e interpretadas, era sorprendente pensar que una persona tan dulce y recatada como Hinata accediera a eso, y sin embargo lo hizo, con una seguridad que no tenía derecho a ser en un cuerpo tan pequeño.

Sasuke se reveló, Hinata dió un respingo en su sitio, Toneri sonrió con desenfado, una sonrisa pequeña y menos expresiva, los ojos pálidos brillando con desgana.

— ¿Sucede algo, Sasuke-san?— Sasuke por primera vez desde su encuentro fortuito, lo miró directamente, blanco y negro, la ceniza lunar era inhóspita, las huellas grabadas como epigramas polvorientos. Su voz se derritió en su garganta diluyendo las palabras, Toneri habló.— Por tu expresión, puedo suponer que nos escuchaste ¿estoy en lo correcto?

Hizo una mueca, sintió un calor extraño acudir a sus mejillas, no era momento de sentirse avergonzado.— Si.

Hinata lo miró, cohibida y en misma medida, molesta. ¿Los había estado espiando y lo admitía tan descaradamente? Sasuke notó su descontento, Toneri también.— ¿Po-por qué? Usted, primero es grosero con Toneri-kun, después, agrede a Kiba-kun y ahora, escucha a hurtadillas conversaciones ajenas, que ciertamente no le incumben. Es entre mi novio y yo.

Hubo raras ocasiones en que Toneri presenció a Hinata hacer honor a la sangre Hyūga con una postura altiva y voz beligerante, el desdén en su lengua de plata. Ella no era consciente de cuán parecida era a Hyūga Hiashi.— Y parece ser, también Shisui.

El rostro de Hinata palideció, apretó sus labios en una línea tensa, la ira fundida sobre el nácar que siempre era lechoso.— No le concierne, honestamente no esperaba nada de usted, sin embargo, es decepcionante saber que entre sus muchas cualidades, está ser cotilla.

Fue un golpe directo a su orgullo, la expresión de Sasuke era un poema hilarante, su expresión deformada en una curiosa mezcla de sorpresa, frustración y vergüenza. Toneri se vió obligado a interceder, aunque admitía para si mismo, que su consternación es divertida.— Sasuke-san, si no tienes nada mejor que aportar...

— Quiero hacerlo.

Silencio. Un mutismo incómodo y prolongado, Hinata sintió su voz moribunda derretirse en su lengua, sin embargo, Toneri parecía encontrar la situación particularmente entretenida. Una sonrisa ambivalente, una mirada sarcástica.— Disculpa, no hemos entendido a lo que te refieres ¿podrías explicarte, por favor?

Sasuke podía sentir la burla flotando como una mancha heterogénea en los ojos de Toneri, apretó su mano en un puño clavando las uñas en la carne, realmente ¿qué estaba haciendo?— Me refiero, a que quiero ser parte de esto...

No se sentía capaz de terminar la oración, no podía mirarlos a los ojos, era tan jodidamente humillante, ¿por qué hacía esto? No lograba pensar con verdadera claridad, pero, había sólo un pensamiento, pequeño y frío. Era su única oportunidad. Su debate mental fue interrumpido por una risa, suave y hermosa. Nunca había escuchado una tan agradable, ni siquiera de su madre.

— Sasuke-san ¿eres consciente de lo que dices? claramente, es una propuesta para Shisui-san por una razón.— Toneri le sonrió, había trazos de lástima y diversión, estaba jugando con él, ni siquiera tuvo tiempo de sentirse molesto cuando Toneri caminó hacia él y sin contemplaciones lo acorraló contra la pared. Ya no sonreía, sujetando la barbilla de Sasuke entre sus dedos obligándolo a mirarle a los ojos. El nácar se desangró hasta convertirse en nada más que azul gélido, el fuego helado de un cometa ardiendo sobre la ceniza lunar.— Esto no es un juego, Sasuke, la implicación es sencilla, es una relación de tres personas, Hinata-hime no será la mediadora de nada ¿comprendes?

Toneri se alejó, moviéndose con el descaro de una gacela y mirando a Hinata, quien, parecía debatir algo consigo misma, su mente perdida entre las vuelta de la imposibilidad. Él habló.— Salir con un hombre no es lo mismo que con una mujer, ni en lo emocional y por supuesto, ni en lo físico. Es más difícil, lo sexual es más complejo...

— Si aceptamos, y usted fracasa, deberá dejarnos tranquilos, no volverá a insinuárseme, y tampoco molestará a Toneri-kun nunca más.— Toneri sonrió dulcemente, Hinata era tan encantadora cuando tomaba la iniciativa. Ella vió la reacia súplica de Sasuke como una oportunidad para sacarlo de su vida de forma permanente. No se opondría, después de todo...

Sentía tanta curiosidad por saber si Uchiha Sasuke lograría manejarlo, conocer toda la extensión de sus personalidades. El círculo cromático de rojos en la sangre, la crueldad y sumisión.



Porque la sangre pálida no puede ser negada



Sasuke sintió que el suelo se abrió bajo sus pies, engulléndole por completo; todo fue repentinamente oscuro y confuso, el orden natural de las cosas invertido en una gravedad ambigua, como caer en una trampa de fuerza inherente.

Toneri extendió su mano, una sonrisa espléndida.— Así que Sasuke-kun ¿aceptas salir con nosotros?

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│ Nᴏᴛᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴜᴛᴏʀ
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Entomología es el nombre dado al estudio de los insectos.

Umechi [梅血] el nombre del padre de Shisui, se escribe con los caracteres de sangre y ciruela, se traduce literalmente como sangre de ciruela.

Los tanacentos son una especie de flor, en Inglaterra solían tener un símbolo de hostilidad.

Cotilla es una forma despectiva de decir chismoso u entrometido.

Agradezco infinitamente los comentarios y apoyo que la historia ha recibido, es mi primera vez escribiendo un AU moderno, mi prosa deja mucho que desear ¿verdad? Es que no quiero retener tanto las actualizaciones, por lo que como lo escriba, se sube.

Iré mejorando, es una promesa; creo que es bastante obvio de mencionar, hay historia de fondo, no sólo se centrará en lo romántico o las parejas, existe trama y por lo tanto, algo que contar. ¿Habrá escenas sexuales? Si, es seguro, será divertido de escribir. ¿Es una relación poliamorosa? Si, imaginar a Toneri, Hinata y Sasuke jugando a la casita es hilarante, aunque si nuestro pequeño emo logra llegar al final feliz será de acuerdo a su esfuerzo ¿habrá tragedias? Si, no voy a mentir, aunque no me preocuparía por eso. ¿Los títulos son así por una razón? Si, Wonderland es el punto de partida.

Soy un novato, pero uno muy quisquilloso, así que inclusive si es literalmente mi segunda historia escrita, trato de que sea disfrutable, y tomar experiencia para mi propio proyecto de escritura que llevo diseñando desde mis años de secundaria. Si existen preguntas, con gusto las responderé, es lindo que a alguien le interese lo que escribes.

E incluso si habló de esta manera, soy amigable. Sólo que cuando me expreso sin un objetivo fijo puede sonar muy seco.

Un abrazo y gracias por leer.

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