Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Lᴜɴᴀ ᴅᴇ Cʜᴇsʜɪʀᴇ

| Lune du Cheshire |

.

.

.

.

.

_______________________________

«He visto muchas veces un gato sin sonrisa, pero ¿una sonrisa sin gato? Eso sí que es extraño»

_______________________________

.

.

.

.

.

|¿Aceptas salir con nosotros?|

Capítulo I: «Luna de Cheshire»
______________________________

Sasuke miró por el rabillo del ojo a Naruto, quien, a su costado monologaba con ánimo efervescente respecto a postularse como «presidente de la clase 'ttebayo». Sonrió apenas, fingiendo prestar atención, conocía su discurso improvisado de memoria y no le apetecía escucharlo por lo que sería exactamente la 253 vez.

Los pasillos del instituto solían ser particularmente silenciosos a ésa hora; la cadencia de los pasos descomponiéndose en ecos insustanciales hasta desaparecer entre las paredes de concreto y hormigón. Podría haber continuado en su letargo hasta llegar a la cafetería si no hubiese sido por ella.

Justo cuando doblaron por el corredor que conducía frente a la entrada donde persistía el intenso aroma a comida y las voces indistinguibles reverberan en una dolorosa cacofonía derretida en el aire; se encontraron con ella.

Hyūga Hinata.

Ése día en particular su cabello caía suelto deslizándose por su espalda, desde su posición aún logra percibir su embriagadora fragancia de anís estrellado y miel. Era sencillamente elegante y hermosa. Es a la única chica del instituto que se le luce el uniforme escolar resaltando la piel de su delicado cuello, las manos pequeñas, si tan sólo...

— ¡Hola Hinata-chan! ¡Te ves muy bien hoy 'ttebayo!— la voz descarada de Naruto asaltó sus oídos con violencia y lo permitió pasar, sólo porque ella se había girado a verles con una sonrisa encantadora. Le dedicó una mirada enmascarada en su habitual fría indiferencia, una que vaciló, apenas sujetándose con manos infantiles a su sitio, cuando entre pasos de hada y su perfume intoxicante se acercó a saludarles adecuadamente.

— Buenos días Naruto-kun, Uchiha-san.— la voz femenina más suave de lo que tenía derecho a ser, le irritó la forma en que se dirigió a él; una inexistente familiaridad como recordatorio constante que ellos dos no eran nada más allá de simples conocidos conectados por un amigo en común, uno que era repugnantemente consciente de su enamoramiento y no parecía querer contentarse con mantener la maldita boca cerrada.

— Oye Hinata-chan, ¿nos acompañas a almorzar hoy? ¡Hace mucho que no nos reunimos! El teme y yo te extrañamos 'ttebayo.— no logró contenerse a pinchar su costilla provocando que se quejara del abuso, sin embargo, Hinata le dedicó una sonrisa a Sasuke que declaraba no creer que le extrañase en lo absoluto. Una disculpa se filtró a través de la piel, buscando redimir a Naruto de avergonzarlo frente a ella, la cual Sasuke en medio de su indignación, aceptó.

— Me encantaría Naruto-kun pero ya quedé con...— repentinamente, la porcelana pálida se derritió hasta hervir en un rojo incandescente y Naruto comenzó a reír avergonzado. Por supuesto.

— Gomen gomen, lo había olvidado, las chicas bonitas jamás son solteras... bueno, lo saludas de mi parte, hasta luego Hinata-chan.— ella hizo una reverencia y se alejó hasta desaparecer por el pasillo junto a su fragancia. Miró a Naruto con todo el mal humor que logró tejer y éste respondió dando una sonrisa nerviosa en forma de una burda disculpa que, realmente no sentía.

— ¿En qué mierda pensabas? Idiota.— sólo comenzó a caminar ignorando por completo al rubio, quien, comenzó a perseguirlo para darle alcance camino a la cafetería.

Una vez llegó a su lado, se pasó los brazos por la cabeza y sonrió con cierta molestia que no fue ignorada.— Hinata-chan es mi amiga 'ttebayo, el que tú seas un imbécil con la cabeza metida en el trasero y no hayas sido capaz de confesarle tus sentimientos cuando aún tenías alguna oportunidad, no implica que vaya a dejar de hablarle.

Naruto y Hinata habían sido amigos desde que se conocieron en una excursión a Kumo, inclusive existía una foto enmarcada en su habitación donde posaban frente a una de las montañas de nubes Kōzōiro*. En ella, aparecía una Hinata completamente distinta a la que él conocía, sus ojos perlados enmarcados por enormes anteojos de cristal y enfundada en prendas tres tallas más amplias de las que le correspondían.

Su mirada era tan triste.

Una vez llegaron a la cafetería el crisol de especias, chocolate y carne fue derramado sobre ellos inyectando una oleada de nauseas que ignoró. Sakura había reservado una mesa, donde se desplegaba frente a ella una cantidad aparentemente absurda de comida. El largo de la falda dejaba a la vista un par de trabajadas piernas y algunos hematomas floreciendo de la sangre molida.

Ella fue la primera en saludarlos.— ¿Qué le sucedió ahora a Sasuke-sama para traer ésa cara de amargura añeja?— preguntó, arqueando una elegante ceja y usando ése estúpido sobrenombre que sabía, le cabreaba. Cuando notó su creciente nueva ira ahora dirigida hacia ella, ésta le sonrió exponiendo una hilera de dientes perfectos sin disimular su diversión.

— Vete al infierno, Haruno.— ella lo descartó encogiéndose de hombros y mirando a Naruto en busca de una respuesta, mientras se llevaba un emparedado de carne y queso a la boca.

Sasuke-chan está enojado porque invité a Hinata-chan a almorzar con nosotros pero ella nos rechazó, ya que bueno, su novio.— Naruto canturreó, Sakura amplió los ojos impresionada, como si acabara de recordar algo importante. Comenzó a rebuscar en su mochila hasta sacar la fotografía de un hombre, alto y delgado con una piel inhumanamente pálida, de elegante esmoquin negro y sonrisa amable.

— ¡Oh! Mr. Piano Man* ¿le pedirás su autógrafo?— Naruto inquirió cómplice y Sakura asintió con una sonrisa ilusionada. Diferente a lo que alguien que la conociera podría llegar a creer debido a su disciplina deportiva, ella amaba el teatro. Por lo cual, cuando una actuación era excepcionalmente buena, tenía la costumbre de pedir el autógrafo al actor y guardarlo en su álbum.

Sasuke chasqueó la lengua y miró a Sakura con la traición dibujada en sus orbes oscuros, ella le sonrió guiñándole un ojo y salió a buscar a Hinata. Maldita Haruno.

A veces se preguntaba porqué seguía siendo amigo de ésa chica.

Naruto recogió la mochila de Sakura y mencionó algo de ir a buscarla, él no compartía el pensamiento de su mejor amigo respecto a Sakura, a él si le alegraba que ella haya mejorado su confianza y autoestima; odiaba recordar las finas cicatrices en sus muslos o sus uñas mordidas hasta la cutícula.

A diferencia de Sasuke, él sí estuvo ahí, la ambulancia recitando cánticos de sirenas crueles y las costillas de su amiga visibles de manera aberrante bajo la piel enfermiza. Suplicando que no se durmiera, que debía resistir, que ella era fuerte, que por favor no se rindiera.



«Por favor Sakura-chan, ya va a llegar la ambulancia 'ttebayo. No te duermas»

«Perdóname por no darme cuenta, por favor...»

«...no te rindas...»



Alejó sus evocaciones con una sonrisa y comenzó a caminar con la mochila rosa zapatilla a cuestas y un bocadillo de queso fundido en la boca. Sabía que Sasuke se daría cuenta y lo seguiría, negando la preocupación por orgullo.

No se equivocó.

_______________________________

.

.

.

.

.


El patio del instituto era, como es habitual, resueltamente bullicioso, se tejía sobre la insustancial energía de una ansiada primavera que prometía mucho. Aunque, para ser justos, la razón más tangible era al mismo tiempo, una más personal.

San Valentín.

Estaban a menos de una semana del chocolate y aire dulzón. Un pandemonio de hormonas, caramelo y corazones rotos, un día que las chicas adoran siendo el decisivo para garantizar una respuesta en el Howaito Dē*. El corazón anhelante para aquellas que buscan confesarse, el cubierto de chocolate y sangre en su plato de porcelana para aquellas que ya tienen pareja.

Hinata es la segunda.

Sentía su pulso errático y las mejillas arder en un calor febril, había venido por ella. A pesar de que eran pareja desde hace 6 años, no lograba que sus nervios se adaptaran al pensamiento, estaba enamorada, profunda y dolorosamente enamorada. Algunos chicos la miraron más de lo necesario cuando ella caminaba por el largo corredor hasta la puerta principal, no era desconocido para casi nadie quien era, lo que representaba. Había sido un rumor bastante molesto que le había valido de una atención desagradable, porque ¿quién no estaría interesado en una chica de belleza tan exquisita, tan importante? Es una verdadera joya y como tal, anhelada. Una chica que ha tenido un sólo novio toda su vida, bonita como un hada, tan virginal como las pinturas trazadas con pigmento de lapislázuli y exótica como sus ojos.

Sus nacarados ojos.

Ser asediada como resultado de apuestas de «¿quién puede follarse primero a la princesa de la familia Hyūga?» palabras de su propio senpai en el club de jardinería. Repugnante. Afortunadamente, Kiba y Shino no fueron demasiado amables al respecto. Sakura tampoco lo fue.

Aquel chico jamás volvería a tener la quijada derecha.

Incluso en el incidente de...

No.

Odia recordar eso.

Podía escuchar los comentarios despectivos hacia su persona, especialmente, de chicas. Había muchas que le resentían sólo por ser ella, aún hay quienes siguen molestas por la atención que recibe de la población masculina como si fuera su culpa, como si ella lo deseara. Burlas hacia sus ojos «de ciega», hacia sus senos «de vaca», hacia su piel «de cadáver», frases crueles que en aquella época podrían haberla hecho llorar y esconderse en su habitación durante días.

Pero que ahora le son indiferentes, insignificantes, igual que ellas.

Había un grupo de chicas emocionadas en el jardín, como dignas colegialas enamoradas. El intenso aroma a hormonas, perfume dulzón, suavizante de telas y shampoo floral era extrañamente agradable. Normalmente, ésa clase de atención se centraría en Sasuke Uchiha, sin embargo, el príncipe de la Luna era más apuesto y, mucho más amable.

— Disculpa, ¿vienes de visita?

— ¿Tienes novia?

— Si no te molesta, hay una fiesta que...

Toneri intentó comprender lo que todas decían, un esfuerzo vano ya que sus voces se enredaban en una maraña ilegible inclusive para un oído tan desarrollado como el suyo. Negó algo incómodo e iba a pedirles que hablasen una a la vez, pero, su atención fue capturada por una sola persona y no logró evitar sonreír revelando una hilera de dientes perfectos que provocó el chillido encantado de sus pretendientes.

Ojos similares se encontraron, pálido nacarado.

Lila perlado.

Abandonó el pandemonio que le rodeaba para caminar hacia la pequeña y hermosa chica que le miraba con intenso amor, adorablemente sonrosada mientras sus dedos se encontraban en un jugueteo nervioso. Ella recibió su premio, un beso sobre su frente cicatrizada; el aire abandonando sus pulmones sin ser aprovechado. Le acarició la mejilla dedicándole una mirada cargada de extrema dulzura, como si ella fuera un sueño anhelado que se ha vuelto realidad y sintió sus piernas temblar.

Su sonrisa encantadora y voz grave que la hacían sentir derretirse en su sitio como si fuera una muñeca de cera.— ¿Tienes hambre, hime? Podría llevarte a comprar rollos de canela, a ésta hora ya debe estar abierto.

— B-bueno... esto...

Su tartamudeo vacilante fue interrumpido por la fuerte y segura voz de Sakura.— ¡Hinata! ¡Que bueno que te encuentro!— corrió hasta quedar a lado de Hinata, su respiración tranquila como si no hubiese emprendido una carrera desde el otro lado del complejo y su cabello rosa cerezo intacto.— Mucho gusto, mi nombre es Haruno Sakura, soy la mejor amiga de Hinata ¿podrías darme tu autógrafo?

Simple y resuelta. Hinata no pudo evitar soltar una risilla ante el gesto confuso de Toneri, quien, un poco aturdido, recibió la foto impresa de cuando interpretó a Mr. Piano Man en aquella obra teatral hacía un par de meses. Sacó una pluma de tinta china de su bolsillo y Sakura ofreció su espalda como respaldo. Le entregó la foto y ella una sonrisa acompañada de la fragancia de su shampoo a rocío de menta y flor de cerezo.

Todo fue un agradable encuentro, hasta que la voz chillona de una chica lo destrozó en esquirlas hostiles.— Oigan, Hyūga, Haruno ¿que creen que hacen? Nosotras estábamos hablando con él primero.

Sakura le miró alzando una ceja y sonrió con sorna. Una ira fría condensando tras el jade de sus ojos.— Koishi-chan, creo que te faltan anteojos, no creo que realmente estés hablando de Toneri-san, después de todo, sus ojos son iguales a los de Hinata ¿no eras tú la que le puso ése apodo?— fingió pensarlo; una mirada escarchada y una sonrisa amarga.— Si, «la tetona ciega» por supuesto. Tú y tu aquelarre de insípidas hienas 'shannaro.

La chica de rizado cabello cobrizo y piel salpicada en pecas palideció inmediatamente; el ambiente bajó 10 °C inyectando un escalofrío en su columna vertebral y por supuesto, lo negó.— ¡E-eso no es cierto, marimacho frentona!

Sin embargo, Toneri se acercó con una sonrisa poco sincera y una mirada gélida que pudo jurar, ardió en azul. Aunque fue tan fugaz que no lo procesó por completo, paralizada por el terror y la ominosa ansiedad retorciendo su instinto de supervivencia en la boca del estómago. No podía respirar cuando él se inclinó para estar más cerca de su rostro.— Creo, señoritas, que es mejor que se retiren, mi adorable novia está presente y no podré atenderles adecuadamente.— una sonrisa que no llegó a sus ojos, su voz enfermizamente dulce.— Aunque por supuesto, puedo escuchar atentamente sus cordiales palabras a mi Hinata, cortesía de la señorita Haruno ¿de acuerdo?

Nuevamente se congeló, capturada por una mirada afilada, antinatural; la sangre dentro de sus venas se convirtió en hielo y cuando su garganta amenazaba con cerrarse completamente, él la soltó irguiéndose en toda su altura, reduciendo al grupo de chicas con sólo su presencia a nada más que una pizca de insignificancia temblorosa. Huyeron aterradas, como era de esperarse.

Sakura instintivamente dio un paso adelante, el juego de depredador y carne viva alertaron su instinto de supervivencia.— Lo siento, eso a sido una mala impresión, pero... detesto que molesten a mi hime como si tuvieran algún derecho.

— Está bien, a mi también me molesta que sean unas pequeñas perras con Hina, aunque-

— ¡Sakura-chan!— su discurso se cortó ante la llegada de ojos en un azul familiar y sonrisa de sol. Sakura sonrió con alegría y recibió su mochila sin ninguna palabra por parte de Naruto. Sasuke no quería estar ahí, si no fuera por el idiota...

— Bonita camisa 'ttebayo, oye Toneri ¿ése es tu auto? Así que el príncipe de la Luna definitivamente goza de privilegios.— el Ōtsutsuki asintió con amabilidad y le dió un pequeño golpe en el brazo a Naruto por el apodo, del cual no se arrepintió pero al menos intentó fingir que lo hacía.— Oh cierto, aún no los presento, él es Sasuke, mi mejor amigo desde que estábamos en pañales 'ttebayo.

Sasuke observó a Toneri de pies a cabeza, su cabello pálido, una piel que parecía nunca haber sido tocada por el sol; ojos perlados. Alto y delgado, de facciones finas, casi andrógino. Lucía inteligente, tranquilo y amable, aunque su mirada era extraña, no podía decir el porqué.

Él era el novio de Hinata.

Ése bastardo afeminado con aroma a menta.

No pudo evitar hacer una mueca que todos notaron, pero nadie mencionó. Naruto comenzó a reír nerviosamente dedicándole una mirada que suplicaba: — «¿Podrías dejar de ser un imbécil por un momento y usar los modales que se empolvan guardados detrás de tu cara de cretino? 'ttebayo.»

— Mucho gusto Sasuke-san, mi nombre es Ōtsutsuki Toneri, soy el novio de Hinata.— le extendió la mano en un saludo que no fue correspondido, Sakura le reprendió con la mirada, Naruto se veía molesto por su comportamiento grosero y Hinata... ella le miró con una especie de desagrado que se desvaneció tan pronto se deslizó por sus ojos.

Enredó su pequeño brazo al libre de Toneri, con un rosa adorable tiñendo sus mejillas y una mirada que suplicaba ir a buscar su bocadillo. Él le sonrió con cariño cuando acomodó un mechón de su cabello tras su oreja, revelando un pendiente de oro en forma de sonrisa felina. Ella amaba esos pendientes.

— Disculpen Naruto-san, Sakura-san, ya nos retiramos, Hinata-hime aún tiene que almorzar.— Naruto le miró apenado, prometiendo corregir la conducta cretina de su amigo. Sakura asintió con su ira dirigida hacia Sasuke, quien, pretendiendo ser ignorante de su falta de educación, se limitó a pronunciar un «hmph» que Sakura deseó hacérselo tragar de un golpe. Menudo imbécil.

— No te preocupes Toneri, los profesores estarán ausentes debido a la organización del festival así que tenemos éstas dos próximas horas libres 'ttebayo, tómense su tiempo.

Naruto realmente no comprende como es que pretendía tener una oportunidad con Hinata cuando se comportaba como un cabrón justo con la persona que tenía entre sus manos el corazón de la princesa. Sin embargo, una nueva voz frustró cualquier intento de Sasuke de alejarse de ahí y fingir que no le había faltado al respeto al novio de Hinata frente a ella.

— ¡Oi, Chibisuke!

Maldita sea.

_______________________________

.

.

.

.

.

Itachi había tenido un mal presentimiento cuando Shisui le pidió ir a recoger a Sasuke al colegio. Realmente, amaba a su primo como a un hermano mayor y lo admiraba como a su modelo a seguir. Pero, existían ciertas conductas en el Uchiha mayor que eran, ciertamente dudosas y no debían ser imitadas bajo ningún concepto.

Había ocasiones en que odiaba tener razón.

Realmente.

Cuando su auto estuvo bastante cerca del jardín delantero logró distinguir a un grupo de chicos, vió a Sasuke y Naruto, también ¿Sakura? Si, su cabello rosa era inconfundible, sin embargo, antes de darse cuenta la atención de Shisui estaba en el otro par de jóvenes frente a su hermano.

Cabello blanco e índigo, piel pálida.

Los reconocería en cualquier lugar, Ōtsutsuki Toneri y Hyūga Hinata, sus ojos eran demasiado singulares para pasarles por alto. Recordaba vagamente a la pequeña Hinata, pero en particular, a Hyūga Hiashi. Cuando su padre aún vivía y era el jefe de la policía en su antigua ciudad, antes de ser asesinado atendiendo una llamada de emergencia a la comisaría.

No podía borrar de su mente al hombre de penetrantes ojos perlados que exigía buscar al responsable de la muerte de su hermano mellizo.

A la niña de corto cabello en flequillo con la frente vendada y mirada exánime.

Su pequeño suéter salpicado de sangre, meciéndose en su lugar como poseso pidiéndole perdón a un «Neji-niisan».

El otro chico sólo le era vagamente familiar, exceptuando el hecho de que había ido con Shisui a ver su obra, su memoria solamente se centraba en el Ōtsutsuki de su nombre. Conoce a ésa familia, lo peligrosos que son. Con un poder tal que su linaje familiar es comparado con la realeza; los sangre pálida*.

Término acuñado y bien conocido no sólo en Japón, sino cualquier país donde los medios se permitieran transmisiones relacionadas al mundo político y los negocios. Inclusive las «tragedias».

La muerte de uno de sus miembros más importantes a manos de su propia hermana.

Shisui tiene una fascinación con ellos; recordaba que durante su infancia su primo había sido traído a casa en auto por un hombre de ésa familia. Aún le provoca un terror instintivo en la boca del estómago recordar su sonrisa.

Sus crueles ojos nacarados.

Shisui parecía adorarlos.

En medio de su mutismo, escuchó la voz alegre y jovial de Shisui, ya había bajado del auto y se había encaminado hacia ellos. Maldición.

Otro problema importante, es que ésa fascinación hacia los ojos pálidos llevaba a Shisui a literalmente coquetear con ellos. Con ambos. ¿Podría tener un descanso, por favor? Tal vez, era demasiado pedir. Sasuke hizo una mueca de indignación ante el sobrenombre y sonrió recordando al pequeño Sasuke haciendo pucheros cuando era llamado de ésa manera. Al menos, algunas cosas no habían cambiado por completo.

Pasó los brazos musculosos por los hombros de la pareja; su cabello rizado y largas pestañas dándole un encanto que la mayoría de la familia Uchiha no habían visto desde Uchiha Kagami.— Me alegra tanto verles, Toneri-kun, Hinata-chan.

Hinata miró a Shisui, su pequeña boca de cereza curveada por la sorpresa; su felina sonrisa coqueta y mirada amable eran agradables, él siempre olía a almizclé y crema pastelera. A su criterio, es el más atractivo de los Uchiha.— ¡Shisui-san! también es un gusto ¿cómo ha estado?

— No hay que ser tan formal conmigo, Hinata-chan,— le guiñó un ojo y ella se sonrojó. Por supuesto.— oh~ ¿por dónde comienzo? Mi vida es como la de cualquiera que tenga que sufrir vivir con el pequeño Chibisuke durante más de una semana sin intentar asfixiarlo con la almohada mientras duerme, pero, me ha alegrado el día encontrarme con ustedes y eso es suficiente para ser feliz.

Ella sonrió genuinamente encantada, él era tan brillante y cariñoso, inclusive Toneri se notaba cómodo con su abrazo, con su perfume, con su sonrisa risueña y voz grave.— Hola Naruto-kun, Beojkkoch*, ¿cómo está tu novio, hm?

Sakura se sonrosó adorablemente y le regaló al Uchiha una sonrisa hermosa que derritió el corazón de Naruto. Porque ella merecía ser así de feliz.— Lee-kun está entrenando para el próximo torneo, se ve muy entusiasmado.

— ¿Es así? Bueno, deberé verle con mis propios ojos como patea un par de traseros, ése chico es un pequeño ninja. Aunque no te quedas atrás, cerezo, ésa niña debió recoger sus dientes del cuadrilátero después de que la noqueaste. Eres todo un gangster.

Sakura sonrió con el rostro convertido en una bonita cereza madura, Shisui es un adulador, pero era increíblemente agradable pasar tiempo con él y sus conversaciones siempre son interesantes.— Creo que ya los secuestré por mucho tiempo, ¿a dónde se dirigen?

Toneri negó con suavidad, en realidad, le gustaba su abrazo.— Vamos a la panadería Tea Party por un bocadillo para Hinata-hime.— el rostro de la niña se inundó de sangre hirviendo y trató de esconder su vergüenza detrás de su cabello. Aún no lograba superar el honorífico, se escuchaba tan lindo.

— Oh, ésa panadería es increíblemente cara, fuera de aquí chicos ricos, no molesten mi pobreza.— fingió indignación mientras se cruzaba de brazos y se erguía en toda su altura; es más alto que Toneri y sus ojos negros son hermosos, tan diferentes a los de sus primos quienes eran tan encantadores como un cubito de hielo.

Itachi debió intervenir, saludó gentilmente observando a Sasuke quien, su estado de ánimo era literalmente sulfúrico. Sabía del enamoramiento platónico de Sasuke para con Hinata, y el hecho de que Shisui hiciera ésa clase de comentarios tan ligeramente como esporas de hongo no debía ser precisamente agradable. Él lo miró, ojos ónix e intensos como los que habían pertenecido a su padre alguna vez.— Aniki.

Sasuke.

— No creas que me he olvidado de ti, enano, aún me debes una mochila nueva, vine a recordarte que mañana debes pasar a paquetería por el encargo que hiciste, no quiero escuchar que nuevamente me molestan a las dos de la mañana porque alguien olvidó comportarse como un adulto y ser responsable.

Itachi deseó estar en la cama, durmiendo tranquilamente y ajeno a las discusiones de ése par. O por lo menos, el trío Amek* le compraría una ración de dango mientras planean como realizar el proyecto para su tesis, podría escuchar pacíficamente como Yahiko convencía a Konan y Nagato de que debían crear un hospital ambulante para los niños de bajos recursos donde se les pudiera atender adecuadamente, mientras Nagato planteaba que sería mejor incursionar en la política.

En cambio...

— No necesito que te comportes como mi niñera, Shisui, puedo cuidarme solo.

— Entonces demuéstralo, a mí tampoco me gusta tener que estar detrás de ti cuando podría hacer mejores cosas.

— ¿Sólo a eso viniste? Pudiste haberme mandado un mensaje, ahora piérdete.

— Si lo hubiese hecho, no podría haberme encontrado a éste par de ángeles, ahora mocoso, sube al auto, que Itachi no preparó onigiri* con bonito* por nada.

Itachi quería volver a la cama. Por favor.

Toneri fue tomado por sorpresa cuando Shisui pasó a su lado besando su mejilla y sonriendo hermosamente. Hinata se sonrojó mirando a su novio lucir aturdido por un momento, para luego llevar su mano al pequeño sello y el rostro normalmente pálido adquirir un rosa tierno. Sakura miró a otro lado con las mejillas enrojecidas y Naruto carraspeó sin decir nada. Sasuke le miró incrédulo e Itachi se masajeó el puente de la nariz. Por supuesto.

Hinata miró a Toneri, estaba completamente segura ahora, podían preguntárselo a él, su novio le regresó la mirada –ojos similares– no eran necesarias las palabras, ella estaba de acuerdo, Shisui era tan encantador. No era desagradable la idea de compartir, tal vez, incluso, su secreto. Ése nivel de intimidad...

Y él también tenía una fragancia exquisita.

Una voz hermosa.

— ¡Shisui-san!— le llamó, alcanzando a sujetar el borde de su camisa, la realización en sus preciosos ojos de ángel. Ella era tan bonita.— ¿le gustaría acompañarnos a comer? Si es que tiene tiempo, por supuesto.

Shisui la miró sorprendido, luego a Toneri buscando la mentira, no existió.— ¿Están seguros? No me gustaría ser una molestia, además, no tengo dinero para pagar algo así...

— No te preocupes por eso Shisui-san, nosotros te estamos invitando, consideramos que sería agradable que estuvieses ahí ¿aceptas?— su voz siendo la voz diplomática de un príncipe, la cúspide del convencimiento, una fuerza capaz de hacerle creer y confiar sólo porque se trataba de él. Era difícil negar algo así, afortunadamente, Shisui no lo hizo.

— Me encantaría, Tsuki no ōji*.

Sasuke salió de su estupefacción al escuchar a su primo aceptar la salida, ellos lo habían invitado, inclusive después de que Shisui se atreviera a besar a Toneri. Hinata no se veía molesta en lo absoluto, como había sucedido cuando no le devolvió el saludo al Ōtsutsuki. Ella acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja dejando a la vista un pendiente de luna menguante.

Como una cuna de oro.

Una felina sonrisa.

Hubo algo que en medio de su ira notó cuando Hinata se acercó tomando el brazo de Toneri, no fue él cómo extendió su pequeña mano en busca de la de Shisui, tampoco el tímido rubor apenas visible en las mejillas del Ōtsutsuki, ni siquiera la mirada dulzona de su primo.

Sino que pudo jurar, los ojos de Toneri brillaron en azul.

Naruto fingió no darse cuenta.

Porque aunque Sasuke fuera su mejor amigo, había secretos que no se podían contar fuera de la sangre. Su madre le hizo prometer que jamás le diría a nadie.

Sabía lo que era Sasuke.

Y la razón por la que la familia Uchiha fue aniquilada.

Pero fingió ignorancia y sonrió.

Porque a veces una omisión era mejor que la verdad.

_______________________________

.

.

.

.

.

│ Nᴏᴛᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴜᴛᴏʀ
______________________________

Kōzōiro (構造色) es japonés, se traduce literalmente como «colores estructurales» o «iridiscencia».

Mr. Piano Man (El hombre del piano) es el nombre dado por el fandom a un personaje del juego indie Yume Nikki.

Howaito Dē (ホワイトデー) es japonés, es literalmente «día blanco»; en Japón, es costumbre que las mujeres regalen chocolates a los hombres durante San Valentín y éstos, en respuesta, les regalen algo a ellas de color blanco durante el Howaito Dē. Pueden ser chocolates, dulces, flores, etcétera.

Koishi (小石) es japonés, se traduce como «piedrita» o «guijarro», es una forma de insinuar la frase «piedrita en el zapato» o «fastidio».

Sangre pálida es un reflejo a la expresión «sangre azul» de quienes poseen ascendencia real, en éste caso, los Ōtsutsuki.

Beojkkoch (벚꽃) es coreano, literalmente significa «flor de cerezo», el nombre de Sakura.

Amek es el gentilicio de Amegakure (la aldea oculta de la Lluvia).

Onigiri con bonito: el onigiri es un bollo o pan hecho enteramente de arroz y condimento, generalmente relleno; el bonito es atún seco.

Tsuki no ōji (月の王子) es japonés, se traduce como «príncipe de la Luna», el sobrenombre de Toneri.

.

.

.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro