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2두.

La alarma retumbó en mis oídos obligándome a que lentamente abriese los ojos, debía pararme ya o llegaría tarde a la escuela, eso lo sabía perfectamente, pero sentía como si el mundo me hubiese caído encima impidiéndome mover un mísero músculo. Aún así, juntando la suficiente fuerza en contra de mi voluntad lo hice, caminé hasta el baño para lavarme los dientes y poder tomar una ducha con rapidez.

—Estás horrible—le exclamé horrorizada a la chica que el espejo medio empañado me mostraba—Nariz, ¿Qué hago contigo?

Después de una larga aventura en el baño para mejorar mi imagen, salí de casa en dirección al instituto con una gorra y un curita puesto sobre el tabique, también había aplicado maquillaje para disimular el tono lila claro alrededor del golpe. No era muy notable, lo cual agradecía mucho o de lo contrario, necesitaría una capa de invisibilidad urgente.

—¿Qué sucede contigo hoy? ¿Te crees celebridad?—preguntó mi amiga acercándose a mi deprisa.

—El balón dando a mi cara, eso es lo que paso—respondí frustrada sacando un pequeño espejo de la mochila para mirarme —Aunque, en realidad no está tan mal, quizá solo estoy siendo exagerada.

—Hablando de eso, ¿Qué paso ayer con el? —mencionó alzando las dos cejas varias veces.

Yo cerré el espejo con brusquedad y le fulminé con la mirada.

—¿Por qué sigues viva? —dije de mala manera.

—Deberías agradecerme.

—Bueno, no pasó nada—suspiré guardando el espejo de vuelta en la bolsa—Sólo me acompañó a la enfermería, eso es todo.

—¿Qué?— exclamó molesta dejando caer sus hombros—¡Dejaste pasar esta oportunidad tan grande que te presente!.

—Lo que pasó ayer no cambiará nada, al final yo sigo siendo la chica invisible para el, ni siquiera ha de recordar mi nombre.

—Hola Ha Neul, ¿Te encuentras mejor?—interrumpieron a mi lado.

¡DEMONIOS!

—Decías—susurró Sook Hee siendo para nada obvia.

—Ho-hola —balbucee desviando mi mirada para verlo, tratando de ocultar mi rostro por lo nerviosa que estaba—Si, por su-supuesto. Estoy mejor.

—¿Segura?, No logro verte —dijo tratando de mirar mi cara mientras yo sólo lo evitaba a toda costa.

Fue justo el momento donde el timbre sonó indicando que las clases estaban a punto de empezar.

Salvada por la campana.

—Oh no, debo irme, no debo llegar tarde. Te veré luego, adiós.

Eres grande Neul, muy bien hecho, lo hiciste perfecto.

—Vamos en la misma clase —dijo sonriendo alcanzando mi pasó.

Dulce mala pata.

—¿No te parece raro? —murmure contemplando al chico que había robado mi sueño por años.

Mientras me cubría la cara con mi libreta para evitar ser vista.

—¿De qué me estás hablando?—respondió dudosa mientras hacía sus apuntes—¿Si sabes que tienes el bendito libro al revés?

Con rapidez dejé caer mi cuaderno sobre el pupitre lo suficientemente avergonzada. Aún así no le tome mucha importancia y simplemente continúe con el tema.

—Sobre él, me habló y recordó cómo me llamo—contesté levantando un poco la voz.

—Neul, estamos en clase, habla más despacio—me advirtió Sook en voz baja.

—Es qué no logró entender—dije desesperada revolviendo mi cabello —¡Ash, esto es estresante!

Grité e inmediatamente el salón entero volteó a mirarme. Yo quería hundirme en el asiento y desaparecer.

—Señorita Son—soltó el profesor dejando de escribir en la pizarra—Salga de mi clase.

—¿Qué? No, no. Guardaré silencio.

—Dije que salga—pidió levantando un poco la voz—Mi clase le parece estresante ¿No?

—De acuerdo, de acuerdo—suspiré y me dirigí a la salida de mala gana—Ya me iba de todos modos, estaba durmiéndome aquí.

—Si salgo al terminar, y no la encuentro afuera, tendrá un castigo— me advirtió enojado.

—Si, si, por supuesto, como usted ordene—puse los ojos en blanco y salí del salón con las manos dentro de los bolsillos de la sudadera

Esto no se podía poner peor.
Oh espera, si se puede.

—Mira a quien tenemos aquí—esa voz no, por favor.

Jisso.
Una de las chicas más lindas, su padre es dueño de varias franquicias por lo que tiene mucho dinero y poder, así que cree que ella también puede hacer uso de él, en realidad solo la vuelve molesta.

—¿Qué quieres Jisso?—pregunté con fastidio dejándome caer sobre el suelo.

Suficiente había tenido con la expulsión de la clase.

—Dios, te ves, terrible —exclamó acercándose a mi cara.

Enserio, muy, muy cerca.

—Gracias, eso es lo que toda chica quiere escuchar—suspiré con pesadez alejándome—¿Qué haces aquí? Deberías estar en clase ¿no? —pregunté recargándome en la pared.

—Espero a mi novio — ahí otra espina en mi corazón— Y mi clase terminó antes de lo esperado.

—Genial—respondí tratando de no demostrar tanto interés.

Bueno, en realidad, no me interesaba.

—¿Y tú novia? —preguntó burlona.

—Sook Hee y yo no somos novias de acuerdo—me levanté con pereza— No digas tonterías.

—Harían linda pareja— mencionó sonriendo de lado—¿Tú eres el chico cierto?

—Cierra la boca—comencé a caminar metiendo nuevamente las manos en mis bolsillos de la sudadera

—Oh vamos Neul, no te enojes, tener otras preferencias no tiene nada de malo —gritó a mis espaldas.

—Dije que cerrarás la maldita boca—grité ya enojada.

—Wow, que grosera—hizo un puchero—No se cómo la zorra de tu amiga se fijo en ti.—por supuesto eso me hizo detener.

Lo cierto era que Sook Hee no tenía una buena reputación gracias a un rumor con un chico que había sonado mucho por los pasillos de la escuela hace unos años atrás, claro que el rumor era falso, pero no volvió a ser lo mismo.
Me voltee seria.

—No vuelas a referirte así de Sook, puedes decir lo que te dé la gana de mi, pero a ella no la metas.

—Ternurita—dijo mirándome—Muy bien linda, así se hace.

—Púdrete Jisoo—me volví a girar para seguir con mi camino.

—¿A dónde vas? ¡No me des la espalda cuando te hablo!—gritó y su voz me pareció molesta

—Voy a orinar—contesté mirándola por encima de mi hombro, reí por la cara que puso —Querías saberlo ¿no?—me encogí de hombros y seguí con mi camino

Que fastidio con esa chica.


—Maldita Jisoo— me quejé terminando de lavar mis manos y luego deposite el papel con el que las seque en el bote de basura—¿Quién se cree para molestar todo el día?—mencioné tratando de abrir la puerta.

Era cierto que ella tenía una belleza muy fuera de lo común, por supuesto no culpaba a Haechan, tampoco es como si tuviese el autoestima tan baja como para compararme con ella, pero si lo hiciese, definitivamente mi belleza era relativa.

—¿Pero qué...—empecé a forzarla

¿Por qué no se abre? ¿Qué está pasando? ¿Qué hago?
No, esto no podía estar pasándome.

—Ayuda, ayúdenme —comencé a gritar —Sáquenme de aquí—dije pateando la puerta—Sook—busqué mi teléfono apresuradamente—No puede ser, lo deje en la mochila.

Una, dos, tres, cuatro, cinco y mil veces más golpee la puerta con mi cuerpo, pero esta no se abría. (Bueno, fueron bastantes, pero tampoco era para tanto.)
El tiempo transcurría lentamente, los segundos se sentían como minutos y los minutos parecían horas, la siguiente clase ya había comenzado, el profesor debía estar feliz decidiendo que castigo me asignaría. Estúpida Jisso, si no hubiera llegado, jamás me habría movido de ahí, lo que tiene de bonita lo tiene de odiosa.

—¿Ha Neul estas aquí? —se escuchó por fuera una voz muy familiar.

—¡Sook!—me levanté rápidamente —Aquí estoy, sácame por favor—grité aliviada.

—Espera un poco—contestó del otro lado.

—¡No te vayas!—mencioné al oír sus pasos alejarse—¿Sook Hee? ¡Sook Hee!—grité cuando el sonido de la manija me interrumpió.

—¿Quién te encerró? —me preguntó una vez que la puerta se abrió—Gracias señor Choi—agradeció al conserje de la escuela.

Quien solo nos regaló una mala mirada y se fue sin decir nada más.

—¿Cómo dices? —dije confundida —Creí que la puerta estaba atascada.

—Claramente alguien te encerró—dijo enojada—Estaba con llave—y sabía perfectamente quien había sido.

De pronto recordé al profesor, ya pensaría después en lo sucedido...sin perder más tiempo corrí de vuelta al salón ignorando completamente los llamados de mi amiga.

—Señorita, claramente le dije que esperará afuera del salón —me dijo empleando un el tono serio de siempre.

¿Acaso vivía amargado?

—Lo sé, es solo que me surgió un pequeño problema en el baño y...

—No hace falta que me dé explicaciones, evite las excusas conmigo—dijo malhumorado—Su castigo es el siguiente.

Ya que.

—Tiene excelentes calificaciones en mi clase, pero uno de sus compañeros está completamente perdido —dijo acompañado de ademanes exagerados—Serás su tutora, sólo hasta que empiece la semana de exámenes.

—¿De quién se trata? —en realidad imaginaba un castigo peor.

—Lee Dong Hyuck —respondió.

Esto no puede estar pasando.

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