No muchos conocían a Gren tan bien como lo hacía Amaya. Ella era quien sabía mejor sobre los gustos y disgustos de aquel pelirrojo al que consideraba su mejor amigo. O bueno, al menos creyó saberlo todo.

A él le gustaban las tartas de fresa. Lo supo el día en que ella las preparó para el desayuno y él se acabó la bandeja entera. Accidentalmente, dejó a todo el batallón sin postre.

Lo mismo sucedió una tarde en que ella preparó fideos para cenar con sus sobrinos. Desde aquella ocasión, Gren no cesaba de pedirle a Amaya que cocinara el platillo aunque fuera una sola vez más, y ella terminaba accediendo ante esa tierna y suplicante mirada que mostraba en su rostro.

Para Amaya, era agradable el hecho de que a Gren le gustara tanto su comida. Aunque eso sí: nada de usar mostaza, ya fuera en las salchichas o en la carne. Le había quedado bastante claro durante esa vez en que decidió hacer sándwiches para un día de campo y Gren le dio su sándwich a Marcos creyendo que Amaya no se daría cuenta.

También sabía lo mucho que Gren apreciaba los momentos de tranquilidad, ya fuera durante su descanso o cuando tenían que recorrer largos senderos para cumplir misiones en otros reinos. Una estadía en medio del bosque o acampar cerca de una apacible costa eran la garantía segura de obtener a un Gren feliz. Y Amaya le daba la razón, a veces era agradable estar lejos de los problemas y el alboroto tan siquiera por unos instantes.

También Gren tenía la extraña tendencia de contagiar su sonrisa. A él no le gustaba que la gente tuviera el ceño fruncido en lugar de una expresión más alegre y relajada. Con frecuencia, recurría a chistes o bromas para cambiar esto. ¡Incluso le funcionaba con Amaya! ¡Ya ni que decir de Corvus!

Tampoco le gustaba ser grosero. Le causaba cierta gracia ver que Gren "censuraba" algunas palabras que ella decía - en su lenguaje de señas - para que no sonara mal ante los demás, por lo que se daba la libertad de expresar las vulgaridades que quisiera, con la seguridad de que él suavizaría su lenguaje soez.

A pesar de conocer bien a su amigo, había algo que Amaya no sabía sobre los gustos de él. Sí, sabía que le gustaban las tartas, la paz y esas cosas, pero desconocía totalmente que a Gren también le gustaba algo más: una persona.

Una de carácter fuerte, leal, directo, perseverante y determinado. Que no se rendía y daba lo mejor de sí todos los días. Con un buen corazón y un lado suave que no solía mostrar a menudo.

A Gren le gustaba esa persona, y él quería hacérselo saber.

Amaya no tenía idea de nada, pero terminó enterándose de todo: que a Gren le gustaba una persona, por encima de todo aquello que solía gustarle; que era alguien cercana a él y que esa persona era... ella misma.

Fue algo que no vio venir pero, aunque fue inesperado, tampoco lo rechazó en el momento en que los labios de él tocaron los de ella por unos instantes, esa tarde en que Gren por fin se lo confesó.

Ahora todo el mundo lo sabía: A Gren le gustaba Amaya, más de lo que le gustaban las tartas y los fideos.

Y bueno, Amaya también había descubierto algo de sí misma: Le gustaba Gren, más de lo que le gustaban las peleas, el desayuno y cocinar algo bueno de vez en cuando.

Yes, I know. Esta pareja no es canon y nunca lo será pero... Para eso están los fanfics ¿o no?

Siempre quise escribir algo de ellos desde que vi la serie, pero nunca se me ocurrió nada. Hasta que revisé la wiki y ¡bum!

Quiero agradecer especialmente a Ayis257 quién me ayudó a editar este shot. Tkm mucho✨

Sin más que decir me despido. Los quiero mucho ❤️

¡Hasta la próxima!