「 12 」
Luego de responder el último mensaje a Yoon Gi, decide ponerse sus audífonos, conectándolos a su teléfono, para después poner su playlist favorita en aleatorio, queriendo despejar su mente ahora que se ha liberado del falso compromiso. Mete las manos en los bolsillos de su abrigo, pues el frío de la noche ya estaba bastante presente.
No había llevado su auto porque le gustaba caminar en ese tipo de situaciones, cuando quería relajarse y pensar. Tampoco es como si su hogar quedara muy lejos; hay uno que atajo que puede tomar para llegar más rápido de lo que piensa. Después de todo, Yoon Gi le dijo que llegaría en media hora a su departamento debido al tráfico, él llegaría seguramente en menos de veinte minutos. Además, comprueba que hay mucho tráfico ya que la calle por donde él estaba caminando los autos pasaban de vez en cuando, y es bastante normal que los autos pasen muy seguido por ahí al ser una calle algo transitada. Igual no es como si la calle estuviera desolada, había una que otra persona pasando por el lugar.
Que todo estuviera casi solo ayuda más al ambiente que quiere crear, sintiéndose en paz aunque sea por ese pequeño lapso en lo que llega a su hogar. Pensaba en las palabras que utilizaría para decirle a Yoon Gi que terminarán con ese cuento del compromiso de una vez por todas; que había hablado con su padre y ya no tendría problemas con él de ahora en adelante; sabe que seguramente se enojará con él por haber hablado con su padre sin siquiera avisarle antes, pero él ya lo sentía justo y necesario.
Quería sentirse bien de nuevo, y olvidar que todo aquello había pasado. De todas formas, todo es falso; su supuesto amor, sus toques cariñosos, sus besos, su compromiso... todo es falso, y no valía la pena continuar con eso.
"Al fin te sentirás mejor" le dice a su lobo, y este simplemente le contesta con un chillido.
Él igual se sentirá mejor... es todo lo que necesita ahora.
—... Kook! —al escuchar eso no puede evitar detenerse. ¿A caso había escuchado bien? Teniendo los audífonos, seguramente que ha escuchado mal, además de que no es el único con el nombre de 'Kook' en Corea.
Al haber decidido ignorar eso, estaba dispuesto a seguir con su camino, pero se detiene justo cuando la canción que se reproducía termina, pues puede escuchar a la perfección:
—¡Jung Kook!
Pero no sólo escucha ese grito, sino también las llantas de un automóvil derrapándose y unas fuertes luces lo ciegan levemente.
No le dio tiempo de pensar tan rápido, y menos aún al haber sido empujado con fuerza, haciéndolo caer al suelo, raspándose las manos ligeramente al haber tratado de que su caída fuera menos dolorosa; dio dos giros en el suelo, pero pudo lograr detenerse. Solo que, antes de eso, escucha como aquel auto de antes que se desvió de la calle y se subió a la banqueta a bastante velocidad hace impactar algo —o más bien alguien—; y salió casi que volando, rompiendo el parabrisas del coche con su cuerpo, ya que pudo escuchar como cuando se rompía un vidrio.
El omega estaba asustado de solo haber escuchado y visto apenas de reojo aquello; entra en pánico cuando se da cuenta de las cosas; aquel auto iba dirigido a él, pero aquella persona que lo empujó lo salvó.
Un momento... esa persona sabía su nombre.
Se levanta tan rápido como puede del suelo, ignorando el ardor de sus manos, viendo como el conductor maniobra el auto hasta poder darse a la fuga. Jung Kook mira el lugar donde deberían estar las placas, pero está sin nada. Va corriendo hasta la persona tirada en el suelo, ahora ignorando el dolor de sus rodillas ante el impacto que tuvo contra el suelo. Se agacha para mover al tipo un poco y así ver su rostro; inevitablemente el doble de pánico se asienta en su sistema.
—Yo-Yoon Gi —solloza, sintiendo el peso del alfa sobre sus brazos al haberlo cargado entre estos como pudo—. ¡Yoon Gi! —Comienza a sacudirlo levemente, comenzando a llorar del miedo. Sus brazos estaban temblando por lo mismo, pues en serio algo le decía que aquel auto tuvo que haberlo atropellado a él; y tenía claras intenciones de hacerlo, porque se dio a la fuga después y no tenía malditas placas.
Si el alfa no respondía no es porque no quería hacerlo, sino porque se sentía aturdido y las voces se escuchaban algo lejanas; veía puntitos negros a su alrededor, su vista era bastante borrosa y lo mareaba un poco.
En mal momento, el omega se olvida lo que se supone debería haber en ese tipo de casos, cuando una persona esta gravemente herida; lo primero era no entrar en pánico, pero él ya estaba perdido en él. En verdad estaba muy asustado.
Nada ayuda ver una de sus manos después, la que sostenía la cabeza del mayor, pues le dio curiosidad sentirla caliente de repente; la parte baja de su cabeza estaba sangrando.
Y, por alguna razón que desconoce, siente un dolor horroroso en su pecho, pero no era dolor viniendo de su parte, se sentía más bien como si fuera... de alguien más...
—¿Estás bien? —Le pregunta Yoon Gi, su voz escuchándose algo forzada, y el omega lo mira ofendido.
—No es momento para preocuparse por mí, alfa idiota —se queja, pero estaba llorando a mares.
El alfa sonríe ligeramente, aguantándose el maldito dolor en su cabeza y otras partes de su cuerpo.
—Me alegro que estés bien —y luego de eso, pierde el conocimiento.
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Todo había pasado relativamente rápido. La ambulancia tardó algo en llegar, pero por suerte —y como él lo esperaba, ya que revisaba sus signos vitales constantemente— le dijeron que Yoon Gi tenía probabilidades de salvarse; mientras no fuera nulo, no debía perder las esperanzas. En el trayecto, llamó a los que él sintió que eran los amigos más cercanos tanto para él como para Yoon Gi, y al final le marcó a su hermana, esperando que el número que tenía guardado de ella siguiera siendo el mismo.
Kyu Young ni siquiera dejó que terminara de decir lo que pasó cuando le dijo que estaría lo más pronto posible en el hospital; se escuchaba aterrada, y no la culpaba, después de todo, sean de la misma madre o no, son hermanos.
Lo peor fue al final, cuando le tuvo que llamar a Yong Sun para avisarle. Sabía que ella ahora mismo se encontraba trabajando, y por eso fue que se tardó algo en contestar. Cuando se lo dijo, fue con la que se soltó a llorar a mares, porque sentía que todo era su culpa; su cuerpo aún temblaba del miedo, y por alguna extraña razón sentía que lo estaban vigilando. Yong Sun igual se puso a llorar cuando escuchó todo, y dijo que estaría ahí tan rápido como saliera de su trabajo.
Estaba sentado en la sala de espera, casi solo, y no paraba de llorar ni de temblar. Está muy convencido en que iban a atropellalo a él, pero no sabía el motivo, y estaba pensando el por qué. Ahora ya ni siquiera se sentía seguro a pesar de estar dentro de un hospital.
—¿Jung Kook? —Alguien llama, y el chico de inmediato levanta la cabeza para encontrarse a un alfa que no había visto en casi un año; desde principios de enero, para ser precisos.
—Seok Jin hyung —se levanta de su asiento y no puede evitar correr hasta él para abrazarlo con fuerza. El abrazo le es devuelto, porque el otro igual lo necesitaba bastante.
—Me han avisado sobre Yoon Gi; ya lo han estabilizado y se han asegurado de que todo esté en orden, pero forzosamente necesita cirugía, tanto por su cráneo como por su brazo. Al parecer yo me haré cargo de ella, ya están preparando todo en estos momentos, pero decidí venir rápido porque me dijeron que mi hermano venía con él —se separa para tomar su rostro y comenzar a inspeccionarlo, notando que sus manos y parte de su camisa y abrigo tenían sangre ya seca—. ¿Estás bien?
—S-sí —le responde; se había raspado las manos y lastimado sus rodillas, sí, pero esa no era absolutamente nada para él.
—Algo te pasa. Estás asustado.
—¿Cómo no estarlo después de lo que pasó? —Y se suelta a llorar más fuerte.
—Tranquilo, seguro todo saldrá bien. Ya tengo que irme, yo también debo prepararme para entrar al quirófano —le da un último abrazo—. Tenemos que hablar después de esto, tienes algunas cosas que explicarme.
Jung Kook asiente y mira como se va de forma apresurada, volviendo a sentirse malditamente solo.
Para poner contexto, Seok Jin es el hermano mayor de Jung Kook; o, más bien, hermanastro, aunque ambos nunca utilizaron ese término para referirse al otro. Seok Jin es hijo del primer esposo que tuvo su madre, pero este era un alfa demasiado controlador, tóxico y la golpeaba casi a diario; sumándole que era un maldito alcohólico y drogadicto. Al ser un alfa, y al haber marcado a su madre, podía controlarla para evitar que fuese a decir algo a las autoridades; ahí Seok Jin tenía cuatro años, obviamente no le gustaba apreciar nada de eso; también fue ahí cuando conoció al papá de Jung Kook, quien la ayudó a salir de ese infierno y a marcarla de nuevo para evitar que su separación con el otro alfa se viese afectada. Al año, decidieron casarse, y después de unos meses, nació Jung Kook. No le habían dicho nada hasta después, pero aún así él se llevaba bien con Jin, y este último no estaba molesto de que su mamá se hubiese casado con otro alfa; sabía que su papá era malo, y el nuevo esposo de mamá era muchísimo mejor que su padre.
No solían verse mucho, ya que Seok Jin era un médico bastante ocupado, y Jung Kook igual era un pediatra con mucho trabajo. Aún así, seguían hablándose por mensajes y a veces por llamadas; era un alivio para ambos que se vieran en persona después de tanto tiempo, y con todo lo que pasó, Seok Jin no perdería la oportunidad y le pediría explicaciones a Jung Kook cuando pudiera.
Para suerte del menor, él supo desde un inicio que el hospital más cercano al lugar donde todo ocurrió era donde trabaja su hermano, y también tenía algo de esperanzas de que él se encargara de Yoon Gi; confiaba mucho en su hermano, si él hacía la cirugía del alfa, podía estar un poco tranquilo por el momento.
Al poco rato ya estaban ahí Kyu Young, Ho Seok y Nam Joon; este último le hizo el favor de llevarle ropa limpia, ya que le había dicho lo que le pasó por abrazar a Yoon Gi; luego le pidió explicaciones sobre por qué llegó con Ho Seok cuando a él no le avisó nada, pero le respondió que ese no era un tema relevante por el momento y que después le explicaría. No tenía problemas de que el alfa esté ahí, ya que mientras se sienta menos solo es mejor para él, solo... se le hizo raro.
A los tres les explicó todo lo que pasó, y cuando terminó, Kyu Young dijo:
—Hay algo extraño con todo esto —piensa un poco—. Como dices, es muy claro que estaba planeado que te atropellaran; pero, ¿quién lo haría y por qué motivo?
—¿A caso te has metido en problemas, Jung Kook? —Pregunta Ho Seok.
—N-no... o no lo sé —llora otro poco, sintiéndose peor que antes; se sentía culpable por todo—. Yo no tengo tiempo para ver a ese tipo de personas de mal a muerte, tampoco es como si quisiera hacerlo. No sé qué es lo que ocurrió.
—Otra pregunta, también, sería ¿cómo es que Yoon Gi sabía que ocurriría eso? —Kyu Young habla otra vez—. Es raro que haya llegado en el momento exacto, como si lo supiera desde antes.
—No quiero culpar a tu hermano, pero ¿qué si fue por él que quisieron hacerle eso a Kookie? —Pregunta Nam Joon—. Después de todo es su prometido, seguramente ese alfa está metido en cosas malas y quisieron hacerle algo a Jung Kook para que pagara las consecuencias —tiene que cuidar lo que dice, ya que sabe que la hermana de Yoon Gi no tenía idea sobre el falso compromiso—. Eso explicaría, también, por qué lo sabía con anticipación; es como si le hubiesen avisado un par de minutos antes.
—Sinceramente, no creo que Yoon Gi esté metido en cosas malas. Él no es así, y tampoco tiene tiempo para eso —defiende la hermana.
—Las únicas personas malas con las que se ha metido, son Joo Byul y Mi Kyung —murmura Jung Kook.
—Esa te la compro —dice la omega.
—¿Crees que tus padres le harían algo como eso a su propio hijo? —Dice Ho Seok.
—Tú no los conoces; son capaces de muchas cosas para obtener lo que quieren —le responde la chica.
—Aún así no tiene sentido —Jung Kook se hace bolita en su lugar—. En serio no lo tiene.
Él habló con el padre de Yoon Gi antes de lo sucedido; le dio su palabra de que lo dejaría en paz y que dejaría a su hijo hacer su vida como le plazca. Y sí, era sospechoso que justo minutos después de que saliera del edificio ocurriera toda esa catástrofe.
¿A caso le mintió? ¿Se quiso deshacer de él porque al final le dijo que no se alejaría de Yoon Gi y seguiría siendo su mejor amigo?
Pero igual no tiene sentido, de haberlo hecho así, planeó todo demasiado rápido.
Su cabeza explotaría en cualquier momento.
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—Tengo buenas y malas noticias —fue lo primero que dijo Seok Jin en cuanto los cuatro que estaban esperando en la sala de espera se levantaron para saber qué ocurrió—. Las buenas es que la cirugía fue un éxito; se logró eliminar los coágulos que tenía y se reparó la fractura de su cráneo; este se vio afectado, ya que puedo deducir que su cabeza colisionó contra el parabrisas del auto, pero se empeoró cuando después cayó al suelo y se golpeó igual con este. Su brazo igual fue operado. Las malas verdaderamente me cuestan trabajo decirlas, a pesar de mis años dando este tipo de noticias.
—Seok Jin —le dice Jung Kook, con advertencia, mirándolo con súplica.
—Yoon Gi está en coma —suelta al fin—. No sabemos si puede despertar dentro de un par de horas, o en una semana, o más; pero no quiero que se alarmen tanto. Claramente no se es preciso el tiempo que alguien puede tardar en estado vegetativo, pero yo le calculo unas tres o cuatro semanas, máximo. Si se va a más... ahí tendríamos que preocuparnos.
Jung Kook sentía que le faltaba aire. Verdaderamente escuchar todo eso le ha afectado demasiado, y lo peor es cuando su lobo sabe identificar lo que pasa, por lo que comienza a deprimirse y preocuparse. Los otros tres —aunque uno menos que otros— igual sintieron un pinchazo en el pecho cuando escucharon todo.
—¿Podemos pasar a verlo? —Pregunta el omega menor.
—Claro, en cuanto lo pasen a su habitación una enfermera les avisará y podrán pasar a verlo —les dice. Seok Jin pone una mano en el hombro de su hermano y le da leves apretones—. No te preocupes, estoy seguro que todo saldrá bien.
El problema es que le decía que no se preocupara; cuando le decían eso, él se preocupaba demasiado.
Kyu Young sale un momento del hospital, mientras los otros tres se quedan esperando lo que Seok Jin dijo, preocupados. Porque sí, es comprensible que estén preocupados al escuchar que alguien cercano ha entrado en coma; es aterrador de solo imaginarlo.
Cuando la omega regresa, lo primero que dice es:
—Hablé con uno de los detectives más confiables para la familia, y le comenté todo el suceso para que él en específico se encargara de esto; al parecer ya otro estaba investigando, pero él mismo dijo que no había problema y que tomaría el caso. Eso fue hace una hora, de lo que hablamos hace un par de minutos fue de las grabaciones de las CCTV que estaban en el lugar, y como nos contaste el automóvil no tiene placas, y al parecer es un auto descontinuado; eso confirmó que todo había sido planeado y ahora quieren revisar el teléfono de Yoon Gi para saber quién le avisó y tratar de rastrear el número —mira al menor de todos—. También te quiere entrevistar, por si las dudas, y porque tú eras la principal víctima de todo esto.
Jung Kook solamente asiente, aún con miedo, ya que le seguían recordando que él tenía que estar en el lugar de Yoon Gi; la culpa lo invadía cruelmente.
Cuando les dijeron que podían pasar a la habitación, Nam y Ho Seok dijeron que irían a la cafetería por algo, y Kyu Young tuvo que salir porque recibió otra llamada del detective, así que el omega terminó entrando solo al cuarto. Su pecho se oprimió en cuanto vio a Yoon Gi, con todos esos cables, su cabeza con una venda alrededor, su brazo enyesado, y pareciendo estar en un profundo sueño. La culpa lo invade otra vez, pero está dispuesto a no llorar más por el momento y mejor cierra la puerta.
Toma asiento en la silla que había en el lugar, acercándose hasta donde está Yoon Gi, tomando su mano, entrelazando los dedos, viendo como los de él y parte de la palma estaban raspados, aunque menos que sus manos.
Se sentía mal; muy mal. No paraba de pensar en ello.
—Perdón —susurra, entrelazando sus dedos, sintiendo las lágrimas rodar por sus mejillas nuevamente, no cumpliendo lo que quería—. No sé si en verdad yo tengo la culpa, pero perdóname por esto —sí, no puede escucharlo, pero tenía que decirlo.
—¡Yoon Gi! —Jung Kook suelta un respingo al escuchar tanto ese grito como la puerta de la habitación abrirse tan rápido, irrumpiendo el silencio que acaparaba la habitación.
—Señorita, necesito más datos...
—Está bien —le dice Jung Kook a la enfermera que venía detrás de Yong Sun—, es una amiga cercana de Yoon Gi.
La enfermera parece entender, por lo que hace una reverencia como disculpa y cierra la puerta de la habitación, dejando que ahora la inundara el sonido del llanto de la chica.
—¿Por qué demonios pasó esto? —Suelta, molesta—. ¿Qué querían ganar esas personas con esto? ¿Quién los mandó a hacer esta atrocidad? ¿Por qué justamente a Yoon Gi? —Y, lamentablemente, sus palabras colaron en el, de por sí, asustado y triste omega, haciendo que sus lágrimas salieran en mayor cantidad, la culpa siguiendo ahí en su pecho.
—Lo siento —murmura, en un sollozo—. En verdad lo siento tanto...
—No tienes por qué disculparte, Kookie. Tú no tienes...
—¡Ese auto tenía que atropellarme a mí! —Exclama—. No sé por qué, ni mucho menos quienes fueron, pero Gigi fue a salvarme... y tampoco sé cómo mierda se enteró —con su mano libre, cubre su rostro, queriendo detener sus lágrimas, apretando más fuerte la mano de Yoon Gi, porque de una u otra forma podía reconfortarlo así.
—Cariño... —Yong Sun se pone rápidamente al lado del menor y lo envuelve entre sus brazos, meciéndolo un poco para tratar de tranquilizarlo—. No te quieras echar la culpa. Quizá eres una víctima en todo esto, y no tienes nada que ver...
—Tu no conoces a tus suegros —susurra—. Una de mis teorías dice que posiblemente fueron ellos... pero es que no tiene sentido.
—¿Por qué dices eso? —Jung Kook tiene que controlar su llanto para poder hablar después.
—Porque, esta tarde, fui a hablar con el papá de Yoonie —sorbe un poco sus mocos—. Fui a poner la cara yo ante los malditos problemas que Yoon no se digna en arreglar con él, y Joo Byul me dijo que lo dejaría en paz con tal de que yo ya no estuviera comprometido con él. Pero luego, casualmente después de salir de su edificio, ocurrió todo esto —aprieta su puño con molestia—. Yo sólo espero que ahora sepa lo que ha logrado hacer con su plan de mierda...
—No deberías hacer teorías precipitadas antes de saber bien los hechos...
—Sé cómo es, al igual que su esposa. Seguramente él se encargó de amenazar a Yoonie y Mi Kyung se encargó de hacerlo conmigo —escucha como la mayor suspira.
—Bueno, yo no conozco a sus papás, y quizá puedas tener razón, pero aún así no creo que alguien en su sano juicio sea capaz de hacerle daño de esta manera a su propio hijo —Jung Kook ríe, con gracia, pero no dice nada.
Segundos después, Nam y Ho Seok entran a la habitación, sorprendiéndose al encontrar a una desconocida. Pero, como si la conversación que tuvieron con Jung Kook ese día llegara rápidamente a sus mentes, el omega moreno dice:
—¿Es ella? —Yong Sun frunce un ceño.
—Sí, ella es su novia —responde Jung Kook, y recibe una mirada entre confundida y sorprendida de la chica—. Descuida, son de confianza, no le dirán a nadie sobre esto.
—En ese caso... es un gusto conocerlos —murmura, haciendo una reverencia rápida, al igual que los otros.
Y al poco rato entra la hermana, igual sorprendienda por la chica, pero Jung Kook le explica que es una amiga bastante cercana a Yoon Gi, por lo que no hace más comentarios. Se queda un rato en silencio, sintiendo un dolor inexplicable en el pecho al ver a su hermano en aquella cama, y antes de que se pusiera a hacer una escena, dice:
—Te venía a preguntar si te sabes la contraseña de Yoon Gi —le entrega el teléfono de este, algo estrellado de la pantalla y de la parte de atrás, pero aún era funcionable—. El detective dice que no tiene tanto tiempo para conseguir a alguien que lo desbloquee, y como eres el más apegado a él, supongo que podrías saberla.
—Y-yo... no recuerdo que alguna vez me la haya dicho —era una contraseña de pin, así que podría haber muchas combinaciones—. ¿Quizá tú lo sabes, noona? —Le extiende el teléfono a Yong Sun.
—Nunca me la dijo, además de que no había necesidad de hacerlo —aún así, toma el teléfono para intentarlo.
—No es su cumpleaños —habla Kyu Young—. Ya lo intente de todas las combinaciones posibles, pero no es su cumpleaños. Ni tampoco el mío, porque por más estúpido que sea, igual lo intenté con ese.
—Entonces... —la chica pone el suyo, algo esperanzada de que podría serlo, intentando cuantas combinaciones se pudieran, pero no logró nada. Igual intentó con la fecha de su aniversario, con cada combinación que podría hacerse, y no pasó nada más que se bloqueara el teléfono por tantos intentos fallidos—. Me rindo —vuelve a darle el teléfono al omega menor, y este lo toma con algo de torpeza.
Al haberse quitado el bloqueo y poder volver a poner la contraseña, maldice en bajo.
—Hubiera sido mil veces más fácil que se pudiera desbloquear por huella o por reconocimiento facial —se queja, pero igual estaba pensando en lo que podría ponerle.
Su cumpleaños no era, igual podría apostar que Yong Sun puso su cumpleaños e incluso su aniversario, pero tampoco logró nada. ¿Qué otra maldita cosa podría ser?
Algo dudoso, comienza a poner su cumpleaños, o más bien su fecha de nacimiento, aunque no creía que fuera posible que su mejor amigo se acordara exactamente de todo. Puso primero el día, luego el mes, y al final el año, y como por arte de magia el teléfono le mostró la pantalla de inicio.
Luego de unos segundos en trance, sin poder creer lo que había pasado, sacude su cabeza y le extiende el teléfono a la hermana.
—Y-ya está —Kyu Young toma el teléfono, aliviada de poder hacer todo ese trabajo más rápido.
—¿Cuál era? —Pregunta Nam Joon, curioso.
—Mi fecha de nacimiento —murmura, sintiendo su corazón acelerarse ahora.
Mira de reojo a Yong Sun, pero ésta parece neutra ante eso.
Luego de quitarle la contraseña por completo, Kyu Young se va de la habitación, y sin ninguna pena del mundo, el omega moreno suelta:
—¿Y aún así crees que no siente algo más allá que algo de amistad por ti? —Jung Kook lo mira con advertencia en sus ojos, y señalando con éstos mismos a la chica que estaba a su lado—. No me importa que ella esté aquí, porque quiero que igual se entere de lo idiota que es su novio.
—Yo no entiendo... —murmura Yong Sun.
—Pienso que a Yoon Gi en realidad le gusta Jung Kook desde hace mucho tiempo —Jung Kook quería levantarse de su asiento para ir y tapar la boca de Nam Joon, pero Yong Sun lo detuvo, sacándolo de balance.
—¿Desde cuándo, exactamente? —Pregunta la chica.
—Desde siempre, supongo. Incluso mucho antes de que nosotros los conociéramos.
—¿Por qué piensas eso?
—Por el comportamiento que Yoon Gi siempre ha tenido con Jung Kook, y sinceramente no creo que alguna vez no te hayas dado cuenta de ello —ahora el menor de todos mira a la chica con una mezcla de curiosidad y pena.
Se sorprende cuando Yong Sun suelta una risa en bajo.
—Sería muy estúpida para no darme cuenta de ello —murmura, sonando dolida, aunque en realidad no lo estaba ni un poco.
—¡Ves! Incluso ella lo sabe —el omega se cruza de brazos—. Los únicos idiotas que no lo aceptan son ustedes dos.
—Noona...
—El chico tiene razón, Jung Kook —interrumpe Yong Sun—. Siempre he notado el trato que Yoonie tiene contigo; desde el momento en que nos presentaste, noté cómo te hablaba, cómo se comportaba contigo, cómo te miraba... que cuando me pidió salir por primera vez sin ti me sentí bastante confundida. Fue mucho peor cuando me pidió ser su novia, y se complicó mucho más cuando me propuso matrimonio —suspira—. Yo no sé a qué es lo que juega, pero no me gusta. Es muy diferente contigo, ni siquiera a mí suele tratarme así...
—¿Y en verdad te gusta Gigi? —Pregunta Jung Kook, por lo que la mayor le muestra una sonrisa mientras cepillaba su cabello con sus dedos.
—Claro que sí; yo amo a Yoon Gi de verdad, si no lo haría, créeme que hubiera terminado nuestra relación hace mucho...
—¿Entonces por qué hablas así, como si no te afectara?
—Porque no lo hace —guarda silencio mientras piensa qué decir—. Yoon Gi nunca ha sido de los chicos que suelen demostrar mucho lo que siente con palabras directas, siempre te hace un lío, pero ese es su estilo, así que logra confundirte demasiado, y estoy segura que con esto no es la excepción. Como te digo, siempre supe el trato sumamente especial que Yoonie tiene contigo, y a pesar de eso nunca me enojé con él por ello. Tampoco cuando, aquel día que todo este desastre empezó, te besó me enojé; créeme, no sentí una pizca de rencor o enojo hacia ninguno de los dos, y te lo hice saber ese día en el que hablamos los tres. Además de que, sí algún día se da la conversación y Yoon decide hablar respecto a lo que en verdad siente y no lo que cree y se esmera por sentir, yo lo entenderé perfectamente, y si debemos terminar por eso, igual lo entenderé, porque prefiero mil veces que Yoon Gi sea feliz como merece serlo con otra persona a que con alguien con el que... vaya, se sienta como forzado.
—Yoon igual te ama...
—Y yo lo sé, Jung Kookie —pasa unos mechones por detrás de su oreja, y la sonrisa cálida que adornaba sus bonitos labios se ensancha más—. Sé que me ama, y yo ya te dije que también lo amo... pero algo me dice que te ama más a ti que a mí.
—No digas eso...
—No veo la mentira —ahueca una de sus mejillas con sus manos, acariciando su pómulo con el pulgar, limpiando algunas lágrimas que el omega soltaba—. Igual él puede poner de excusa los años que lleva conociéndote, pero créeme —pone su mano libre por arriba de su cabeza—, a ti te tiene acá arriba y a todos los demás, incluyéndome —baja su mano, bastante abajo—, nos tiene hasta acá. Siempre has sido su mayor prioridad, y quizá también lo sea su hermana o sus padres, pero eres esa persona especial, que todos queremos que llegue alguna vez a nuestra vida, de Yoon Gi... solo que es un idiota y le gusta complicarse él solo.
La habitación ahora se funde en silencio, los otros dos a la lejanía viendo la esencia bastante sorprendidos por las palabras de la chica.
Jung Kook comienza a sentir calidez en su pecho por todo lo que Yong Sun le ha dicho, y sentía las lágrimas recorrer sus mejilla aún, solo que ahora ya no eran por tristeza o culpa, sino porque, de una u otra manera, se sentía bendecido por poder tener amigos como ella que lo entendieran así.
—¿Y tú sabes que Yoon Gi hyung me gusta desde hace mucho? —La beta ríe un poco.
—No lo sabía como tal, pero lo sospechaba. Cualquiera sabe leer a sus amigos a la perfección, pero tú nunca lo dijiste, ni lo demostraste. Y cada vez que yo quería preguntártelo, algo nos interrumpía —suspira—. Luego incluso creí que estaba loca por creer eso, ya que parecías muy feliz por nuestra relación, y ahora veo que seguramente sufriste mucho tiempo por esto. En verdad lo siento, Kookie...
—No tienes porqué disculparte. Si Yoon Gi se fijó en ti, y tú en él, no soy quién para impedirlo, y lo único que podía hacer era darles mi apoyo, pero lo hacia de verdad, no porque me sentía forzado —ahora estaba muriéndose de vergüenza, recordando todo aquello que pensó de la chica por el simple hecho de estar en una relación con Yoon Gi—. Si esa conversación de la que hablas nunca llega, y tú en verdad estás profundamente enamorada de él, sigan adelante con esto. Olvídate de mis sentimientos y sean felices, porque en serio se lo merecen. Si van a casarse, adelante; si tendrán hijos, con mucho gusto yo los cuido después. Me importa mucho que ustedes sean felices porque, de no ser así, me sentiría culpable por ser la causa de su tristeza, y no quiero eso. Por eso justamente hablé con el papá de Yoon, para que ustedes puedan ser felices juntos. Además, sé que seguramente con el tiempo los sentimientos que tengo hacia Yoon Gi se irán en algún punto, y tampoco tengo que estancarme con él cuando sé que no habrá oportunidad; lo comprendí desde que un ex compañero dijo que lo rechacé por culpa de mi enamoramiento hacia Gigi, y si sigo así, quedaré soltero por el resto de mi vida, y no quiero exactamente eso. Al fin y al cabo, alfas, betas y omegas hay miles en el mundo —y ahora era Yong Sun la que quería llorar por las palabras del menor.
¿Cómo era posible que pudiera soportar tanto con tal de poner la felicidad de otros por arriba de la suya?
—Eres un ángel, Kookie —le dice, y lo estruja entre sus brazos, saltándose a llorar nuevamente—. Nadie te merece. Eres demasiado bueno para este mundo.
Y Jung Kook quería creer eso. Quería creer que, por primera vez en su vida, estaba haciendo las cosas bien.
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