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「 11 」

Ho Seok hace sonar el timbre en repetidas ocasiones, ya que presionaba el botón rápidamente, inquieto. Había recibido una llamada por el teléfono de Jung Kook, sin embargo, quien le llamó no era él; aquel chico que le llamó le dijo que fuera a casa del omega porque algo estaba ocurriendo, y quería que él estuviera ahí; así que, tan rápido como pudo, manejo hasta donde recordaba que era el condominio donde Jung Kook vivía, sintiéndose nervioso de repente.

Alguien abre la puerta, un chico moreno más alto que él, y al ver que no hace movimiento alguno y simplemente lo mira con bastante atención, el que parecía un omega lo jala hasta hacerlo entrar al departamento; fue ahí cuando vuelve a la realidad, sintiendo que la magia que había sentido cuando vio al bello chico se esfumó tan rápido como comenzó a formarse.

—Supongo que eres Jung Ho Seok; he visto algunas fotos tuyas con Jung Kook, así que estoy seguro que eres tú —le dice Nam Joon, empezando a caminar hacía la habitación del menor, esperando que el alfa le acompañara.

—Y ¿tú eres? —No puede evitar preguntar.

—Cierto —se detiene, girándose hasta quedar frente al más bajo de estatura nuevamente—. Soy Kim Nam Joon, uno de los amigos más cercanos a Jung Kook; un gusto —hace una rápida reverencia—. No es momento para presentaciones formales, así que eso dejemoslo para después.

Es hasta ese momento en que se da cuenta de que el lugar estaba atestado de feromonas de tristeza; inevitablemente comienza a sentirse triste él igual.

Cuando entran a la habitación aquellas feromonas incrementan, y la imagen de un Jung Kook hecho bolita con una sábana cubriendo su cuerpo es lo primero que ve. Sin siquiera mirarlo a la cara sabe que el omega menor está deprimido, no por nada sus feromonas detonaban demasiada tristeza.

—Ho Seok ya está aquí —dice Nam Joon, haciendo que Jung Kook levantara la mirada y se encontrara con la del alfa; no hace más que eso, pues luego vuelve a bajar la cabeza—. ¿Ahora sí me puedes contar qué sucede?

El omega mayor hace una seña al que acaba de llegar para que se siente en la cama, cerca de Jung Kook, y no duda en hacerlo. No sabe qué hacer más que entrar en pánico cuando escucha que el menor comienza a romperse en llanto; es algo que igual con su hija le ocurría, pues no sabe qué hacer cuando comienzan a llorar sin saber los motivos antes.

—Antes de eso, quiero aclarar porqué justamente los quiero a ustedes aquí y no a Yoon Gi —se cubre mucho más con las sábanas—. Esto es un asunto delicado, y necesito hablarlo con otros amigos con los que igual tengo confianza además de Yoon Gi, y esos son ustedes; a parte que quiero hablar justamente de él, por lo que necesito dos puntos de vistas distintos, uno viniendo de alguien que lo conoce y el otro viniendo de alguien que sólo ha tenido unos pocos encuentros con él.

Estaba dispuesto a hacer eso. Quería desahogarse con alguien, y le importaba muy poco si antes le preguntó a Yoon Gi o no.

—Lo del compromiso es una mentira —dice al fin, sintiendo un peso menos encima—. No nos vamos a casar, ni siquiera hemos sido novios, solamente somos amigos. Él incluso tiene novia, pero ninguno de ustedes dos la conoce. Yo soy el que está con él fingiendo un lindo compromiso porque era, prácticamente, lo que tenía a la mano en ese momento; era su única escapatoria y me utilizó para esto.

Luego, les empezó a contar todo lo que había ocurrido desde lo del compromiso, rompiéndose cada vez más ante la mirada atenta, pero por igual preocupada, de los otros dos. Verdaderamente se estaba desahogando con ellos, y se sentía bien hacerlo con alguien al fin.

Igual, les contó lo que pasó luego del beso en la boda, cuando huyó como queriendo esconderse de alguien. Se fue hasta el jardín donde se había llevado a cabo la ceremonia, importándole muy poco que ahí hacía el doble de frío que en el lugar donde todas las personas estaban disfrutando de la fiesta.

—Yoonie —le había dicho Jung Kook al lograr alcanzarlo—, ¿por qué te vas así? ¿Qué es lo que tienes?

Yoon Gi no sabía qué responder, pues ni él mismo sabía qué mierda le pasaba. Últimamente no se entendía, ni a él mismo ni a su lobo.

—Nada —responde, simple—. Perdón por lo que ocurrió, en verdad yo no sé qué me pasó que me hizo hacer eso.

—Eso no es lo que me importa, sino por qué comenzaste a actuar así —se cruzó de brazos, pues el frío comenzó a abordarlo con fuerza—. Decir de la nada que me amas y que querías besarme, para luego hacerlo... no creo que eso sea un comportamiento normal en ti.

—Olvida todo eso, ¿quieres? —Sacudió su cabello, frustrado—. Hice y dije cosas estúpidas, jamás tuvo que suceder —suspiró—. Hay que irnos a sentar y esperar a que termine la fiesta; quiero irme cuanto antes a casa.

Y esa fue la última vez en toda la jodida noche en que le dirigió la palabra; ni siquiera para despedirse le dijo algo, dejó que saliera del auto así sin más. Desde ahí fue que ahora Jung Kook estaba decaído y no tanto su lobo, porque sentía que era un maldito juguete para Yoon Gi, con el que podía jugar sin importarle que lo rompiera en el proceso.

—Lo que sucede aquí, que es lo que me afecta tanto, es que a mí en verdad me gusta Yoon Gi —siente una punzada en su pecho—. Más bien, estoy enamorado de él, y no es algo de hace unos meses o un año, llevo casi todo lo que llevamos de amigos enamorado de él, aunque los primeros años ni siquiera lo sabía porque yo no entendía muy bien esas emociones —cubre su rostro, sintiéndose avergonzado—. Mi lobo igual está muy encariñado con él, y había estado bastante decaído desde la pequeña discusión que tuvimos cuando llegamos de Daegu; cuando me besó en la boda, volvió a llenarse de esperanzas, pero yo ya no soporto jugar con sus emociones ni con las mías. No sé qué hacer con todo esto.

Los otros dos no sabían que decir; uno se sentía enojado con Yoon Gi, queriendo ir hasta su oficina y darle una patada en las bolas por jugar con los sentimientos de Jung Kook; el otro estaba igual molesto, pero a la vez algo decepcionado; sabe que alguien como Jung Kook no merece ese tipo de trato, le enfurecia sólo escucharlo.

—Ay, cariño —Nam Joon se levanta y se sienta a su lado, estirando sus brazos para acunarlo en estos, dejando que llorara lo que tenía que llorar, dándole palmaditas en la espalda—. Creo que lo más recomendable ahora sería hablar con Yoon Gi sobre tus sentimientos y que le quede muy claro que todo esto solamente te lastima, para que de una vez se detenga y arregle sus cosas con su padre, dejándote a ti fuera de eso.

—Concuerdo con Nam Joon, sería lo más razonable que deberías hacer —dice el alfa.

—Pero no me siento listo aún para decirle lo que siento —murmura Jung Kook.

—Después de veinte años, ¿no estás listo para decirle que estás enamorado de él?

—Es que no es tan fácil —se queja—. Ustedes seguramente no me entenderían porque no han tenido que estar veinte años esperando como idiotas por algo que jamás tendrán. No me es fácil decirle que estoy enamorado de él incluso desde mucho antes de que él conociera a la que ahora es su novia.

—¿Crees que no te entiendo simplemente porque no he estado enamorado por veinte años de alguien? —Dice Nam Joon, soltando una carcajada después—. ¿A caso no sabes con quien estás hablando? Soy Kim Nam Joon, fui rechazado mil veces por diferentes alfas y betas en la escuela por ser considerado un omega feo, y sigo sin tener una pareja o alguien que se interese en mí por lo mismo. ¿No crees que es algo parecido a lo tuyo, pero peor porque al menos tú tienes a alguien que sí te quiere aunque sea tan idiota para ignorarlo? —Hay un ligero silencio luego de eso.

Por un lado, Jung Kook no quería decir nada por pena; quizá lo de Nam sí era peor a lo suyo, ya que nunca fue rechazado por nadie, más bien él los rechazaba por estar enamorado de alguien que sólo lo ve como su mejor amigo. Y por el otro, Ho Seok estaba sorprendido de escuchar aquello del omega que acaba de conocer hace quizá apenas media hora, ya que, por más que buscaba y miraba, no le hallaba lo feo; a su parecer, era uno de los omegas más hermosos que alguna vez ha visto, y por eso mismo se quedó paralizado en la puerta cuando lo vio por primera vez.

—Yo tampoco he tenido buena suerte en esto del amor. Después de todo, me case con alguien que pensé amar, pero la verdad es que no era el caso, y terminé divorciándome, quedándome con una niña de ocho años que no entiende porqué sus papás nunca fueron en extremo cariñosos como otros, ni que su mamá ya ni siquiera se interesaba en mí y prefirió a otro alfa mucho mejor que yo —Nam Joon se sorprende al escuchar eso. ¿Es divorciado estando tan joven? ¿Una niña de ocho años? ¿Su ex esposa se desinteresó de él? ¿A caso alguien podría dejar de estar interesado de un alfa como él para irse con otro, supuestamente, mejor?

—Yo no quiero que se entere, no les voy a mentir —dice Jung Kook—. Siento que va a odiarme en cuanto se entere.

—¿Y por qué lo haría?

—Porque le oculté algo tan importante como esto —quita algunas cuantas lágrimas de sus mejillas—. Va a pensar que seguramente me aproveché de él cuando lo besaba y...

—Jung Kook, tú nos dijiste que, todas las veces en que se besaron, él inició, ¿por qué pensaría eso? —Ho Seok tenía razón.

—Además de que te dijo 'te amo', y que no era un sentimiento de amigos —Nam dice—. Más claro no puede estar, él igual está enamorado de ti...

—Si lo estuviera, no tendría una relación con Yong Sun ni tampoco estaría comprometido con ella para casarse luego de que esta farsa se termine —Jung Kook en serio es demasiado necio, no quiere creer la posibilidad de que quizá su mejor amigo en verdad sienta algo más que amistad hacia él.

—¿Recuerdas de lo que hablamos en la boda con los demás? ¿Cuándo dijimos que Yoon Gi igual está enamorado de ti desde la universidad, o incluso antes? —El menor asiente—. No lo dijimos simplemente por hablar, es verdad. Yoon Gi nunca te trató como un amigo común, y tú lo sabes. En la universidad solía sonrojarse cuando le preguntábamos si algún día daría el siguiente paso contigo y negaba sus sentimientos, aunque siempre tenía una sonrisa estúpida en su rostro. Además, si hacemos cuentas respecto a lo que contaste, ya conocía a esa tal Yong Sun cuando estábamos en la universidad, pero fue hace apenas unos años que comenzaron a ser oficialmente novios.

—Puede haber una posibilidad de que comenzó a salir de forma oficial con ella porque no quería aceptar que en verdad está enamorado de ti —Ho Seok habla—. Hay muchos que han hecho eso, y viniendo de un alfa que comenzó a sentir algo por un omega varón... puede que sea verdad mi teoría.

El teléfono de Jung Kook recibe una llamada, por lo que este se queja y tiene que quitarse las sábanas de encima para estirarse y alcanzar el aparato en el buró de al lado. Se queja aún más al mirar de quien se trataba la llamada.

—Es Yoon Gi —informa.

—Creo que nos dimos cuenta, tus ojos... —Nam señala, haciendo que Jung Kook levantara un poco la cabeza para mirarse en el espejo que tenía en frente, soltando una maldición al ver que estaban iluminados de azul.

—¿No vas a contestar? —Pregunta Ho Seok.

No quería hacerlo, pero se le hacía algo malo de su parte dejando a Yoon Gi esperar sabiendo que quizá está ocupado y lo llama cuando más libre está.

—¿Hola? —Responde a la llamada.

—Ya estaba comenzando a preocuparme porque no atendías la llamada —de tan solo escuchar su voz, se siente otro poco peor.

—Estaba lejos del celular. ¿Qué sucede?

—¿Recuerdas que te comenté sobre la casa que pienso comprar para Yong Sun y para mí? —«no, no, no...» piensa Jung Kook, sintiendo una punzada en su pecho—. Pues me dijeron que hoy podía ir para verla, lo cual es bueno porque hoy es tu día libre, y me habías dicho que me acompañarías para que me des tu punto de vista. ¿Paso por ti a eso de las seis?

Quería hacerle caso a los dos chicos con los que hablo hace unos segundos. Le han dicho que ya no debería sufrir más con todo esto, y la verdad... él tampoco quiere sufrir más.

—No creo que pueda hacerlo, hyung —piensa una rápida excusa—. Estoy teniendo síntomas parecidos a los que me dan antes de entrar en celo, y no quisiera arriesgarme saliendo. En serio lo lamento mucho. Puedes ir tú solo, igual tienes buen gusto.

Hay un ligero silencio en la llamada, y era más por Yoon Gi que no sabía que decir. Usualmente Jung Kook no solía hacer ese tipo de cosas, como cancelar de última hora algo, así que se la hacía extraño. Lo del celo igual y puede que sea cierto, así que lo mejor sería no insistir.

—Entiendo. No te preocupes, y gracias de todas formas. Cuídate, ¿sí? —Termina diciendo.

—Gracias —y cuelga la llamada, dejando el teléfono a un lado.

—Al menos ahora estás aprendiendo a decirle que no —dice Nam Joon, cruzándose de brazos—. Así tuvo que haber sido siempre, pero no; ahora tienes que fingir ser su prometido porque simplemente no puedes negarle nada al hombre que te gusta.

El omega tenía razón, y Jung Kook se sentía con un peso menos de encima al no tener que ir a ese lugar. Sólo se torturaría más; ya no quiere estar mal emocionalmente porque le hace mucho daño tanto a él como a su tonto lobo.

—Igual quiero acabar con eso —murmura Jung Kook—. Ya no quiero seguir con este estúpido teatrito; estoy harto.

—Así se habla, Kookie —alienta Ho Seok, sentándose a su lado, acariciando su cabello—. Tuviste que haber hecho eso desde que comenzó si sabías que ibas a sufrir por tu enamoramiento.

—Soy un maldito cobarde, ya sé —quiere volver a llorar de enojo hacía él mismo.

—No digas eso...

—Es la verdad —vuelve a hacerse bolita, aunque sin las sábanas encima—. Tengo miedo de decirle a Yoon Gi que quiero terminar con esto y que se enoje conmigo, por lo que terminará de ser mi amigo. Eso sería lo que me acabaría por completo, porque por sobre mis sentimientos, él en verdad es mi mejor amigo.

—No tiene derecho de enojarse; fue algo que tú en un inicio no quisiste, pero él insistió y por eso aceptaste. ¿A caso me equivoco? —No, claro que Ho Seok no se equivocaba.

—¿Qué piensas hacer? —Habla Nam Joon.

Esa era la parte que a Jung Kook no le gustaba mucho.

La ansiedad no lo abandonaba. Estaba arrepintiéndose de haber ido, pero ya no había vuelta atrás. En un inicio estaba convencido de hacerlo, incluso se sorprendió de su valentía, pero al haberle terminado de pedir a la secretaria una rápida visita con el presidente de la compañía, había captado la realidad de las cosas y no le gustaba nada.

—El presidente le ha permitido pasar —le dice la secretaria, y el terror se apodera aún más de él.

Mira la hora; justo son las siete con quince minutos, seguramente Yoon Gi está viendo la casa en esos momentos, así que no tenía que preocuparse porque él esté en el edificio.

Entra a la gran oficina y el olor nada agradable del alfa que se encontraba dentro lo golpea, mareandolo y haciendo que tenga ganas de vomitar de repente. En serio detesta el olor a vodka y miel de Min Joo Byul, lo confirmaba cada vez que sus olfato lo captaba.

—Me tomaste con suma sorpresa, Jung Kook. Nunca pensé que vendrías a hablar conmigo alguna vez en tu vida —es lo que le dice el alfa, mientras que el omega se acerca a paso lente y temeroso.

En serio no mentía cuando dice que Joo Byul es uno de los alfas más intimidantes que ha conocido en su vida; todo lo contrario a su hijo.

—Es un asusto importante, así que lo mejor es hablarlo de cara a cara con usted —el alfa hace seña de que podía sentarse frente a él, lo cual hace.

—¿Y de qué es ese asunto importante del que quieres hablar justamente conmigo? —Comienza a jugar con sus dedos al escuchar esa pregunta, poniéndose nervioso, bajando la mirada.

—Sobre su hijo —suelta—. Hace tiempo ya que quería hablar de él con usted, presidente Min.

—¿De qué quieres hablar de Yoon Gi? —Ahí, levanta la mirada, encarándolo.

—De su libertad. No creo que merezca todo lo que usted le hace; es un ser humano que merece tomar sus propias decisiones y no su padre.

—¿Crees que controlo a mi hijo o algo así?

—No lo creo, estoy seguro de ello —no quería soltar lo siguiente, pero tenía que hacerlo—. Se está comportando igual que su madre hace treinta años —el semblante del alfa cambia en cuanto escucha eso.

—¿Disculpa?

—Yoon Gi me ha contado todo lo que ha sucedido respecto a su familia. Sé que Park Mi Kyung no es su madre biológica, así como que Kyu Young es, por consecuente, su hermanastra. Sé que fue la abuela de Yoon Gi quien inicio con todo este desastre familiar para cuidar la imagen de la compañía. Sé que la madre de Yoon Gi es un omega varón, y yo lo conozco —se gana una mirada indescifrable por eso último—. Conozco a Lee Deok Hwa y sé por todo lo que tuvo que pasar después de que usted lo abandonó; él mismo me lo dijo, y no hubo nada bonito en su historia a excepción de que Yoon Gi fue su único motivo para mantenerse vivo hasta el día de hoy a pesar de que su lobo al parecer murió hace mucho. ¿Quiere que la misma mierda familiar le ocurra a Yoon Gi?

Silencio es lo que le sigue. El alfa trataba de mantenerse neutro y de demostrar que la mención de Deok Hwa no lo ha afectado tanto; como siempre lo hacía.

—No es un secreto que todos en mi familia sepan que tú eres el único que sabe lo que ha pasado con los Min; pero me sorprende que conozcas a Deok Hwa —sentía como fuego en su garganta de solo pronunciar su nombre.

—Nada de lo que le pasó fue justo para él —su boca ya no ponía contenerse, quería desahogarse ahora que podía con aquel alfa al que tanto miedo le tiene—. El único error que cometió fue haberse enamorado tan profundamente de alguien como usted...

—Si vas a hablar de estupideces como el amor, voy a pedir que te retires...

—Hace treinta años usted no pensaba que el amor era estúpido; de ser así, no hubiese marcado a Deok Hwa... ni tampoco estaría así de afectado ahora —Jung Kook lo había notado, a Joo Byul en serio le seguía afectando escuchar la sola mención de su ex. Yoon Gi tenía razón; quería comprobar si todo lo demás igual es cierto.

—Fue un error mío marcarlo; Deok Hwa estaba en celo para entonces...

—Sabe que está mintiendo, simplemente no quiere aceptar la realidad de las cosas...

—Mira, mocoso...

—¿A caso se siente orgulloso de estar haciendo lo mismo que su madre hizo con usted? ¿Preocuparse más por la imagen de Min Group que por un hijo? ¿Cree que eso es correcto o sano para Yoon Gi? —Suelta un suspiro pesado—. Algo me dice que usted sufrió mucho cuando lo separaron de su omega, tal cual como él sufrió por haberse separado del alfa que lo marcó; por eso no creo que se sienta cómodo haciendo esto, e incluso estoy empezando a creer que quizá usted ni siquiera está haciendo esto, sino alguien más —guarda silencio—. Estoy dispuesto a romper mi compromiso con Yoon Gi con la condición de que lo deje ser libre y que sea él ahora que elija lo que quiere hacer en verdad con su vida.

—¿Tú me vas a dar condiciones a mí?

—Si con eso logro hacer un cambio en la vida de Yoon Gi, no me importa hacerlo —se quita el anillo de compromiso que trae y lo deja sobre el escritorio—. Puedo incluso dejarle aquí el anillo para que vea que cumpliré con mi palabra, pero, por favor, deje a Yoon Gi hacer su vida por sí mismo.

El presidente ve el anillo con el ceño fruncido y luego vuelve a mirar al omega.

—Eso no va a detener a Yoon Gi de que vuelva a querer comprometerse contigo —Jung Kook ríe por su comentario, dolido.

—Si eso es lo que le preocupa de todo esto, le doy mi palabra que no sucederá —le costaba admitirlo—. Lo más seguro es que se case con una mujer en el futuro, pero no conmigo.

Otro silencio se hace presente, pues el presidente comienza a pensar sobre la oferta que le ha dado aquel omega. Era tentadora, porque él igual quería dejar de ser manipulado.

—Bien. Lo acepto —y Jung Kook suelta un suspiro de alivio ante sus palabras.

—Gracias por aceptarlo, presidente Min —le dice—. Entonces, creo que ya no tengo nada más que hacer aquí. Me retiro —se pone de pie y, antes de dar una reverencia, el alfa dice:

—Llévate el anillo, no quiero guardar basura romántica conmigo —el omega asiente, tomando el anillo, guardándolo en la bolsa de su abrigo.

Da una reverencia y se encamina a la salida, pero antes de irse, aclara:

—Para que sepa, sólo he terminado el compromiso, pero seguiré siendo el mejor amigo de su hijo; así que no se sorprenda si en el futuro vuelve a toparse conmigo —con eso, sale de la oficina, y ya afuera siente un peso menos encima, aliviado, y menos nervioso.

Ya había hecho una parte del plan que se ideó desde la mañana... ahora faltaba decírselo a Yoon Gi.

"Ven a mi departamento cuando termines de ver la casa. Necesito hablar contigo de algo importante".

Ese fue el mensaje que Yoon Gi recibió de Jung Kook, y con el ceño fruncido responde.

"¿Quieres que vaya? ¿Qué no estabas teniendo síntomas del celo?"

A los pocos segundos, recibe una respuesta:

"Me tomaré un supresor, no te preocupes por eso".

Decide no darle más vueltas al asunto y responderle que estaba ahí en media hora, ya que el tráfico aquella noche estaba del infierno. Al parecer hubo un accidente hace un par de minutos y no había mucha movilidad en las calles. Avanza casi cada cinco minutos, y si tomaba una calle próxima a la que da al condominio donde vive su amigo, quizá escape del horrible tráfico.

No pasan ni diez minutos cuando recibe una llamada, y sin ver el remitente contesta.

—Ya te he dicho que llegaré en media hora, Kookie. El tráfico está de locos y...

—Gracias a eso hoy es el mejor día para hacerte sufrir —Yoon Gi no puede evitar fruncir el ceño y sentirse bastante confundido al escuchar aquello, aún más con la voz robótica que ha utilizado.

—No estoy de humor para absurdas bromas —estaba a punto de colgar, pero no lo hace al escuchar:

—Supongo que la vida de tu querido omega es una broma, entonces.

«¿Mi omega?» piensa, confundido, pero luego logra captarlo.

—¿Quien demonios eres y por qué hablas de Jung Kook? —Escucha una risa, nada agradable al tener ese infantil tono robótico para distorsionar su voz.

Aunque, en realidad, la forma de reír se le hace algo familiar.

—Creo que no entendiste cuando se te advirtió que dejaras al chico o tendrías consecuencias, ¿cierto? —Inevitablemente, siente su corazón acelerado debido a la preocupación que lo aborda.

—¿Qué mierda quieres? —Ya ni siquiera le importaba saber de quién se trataba, ya se estaba haciendo una idea.

—Ya que no hiciste caso a lo que se te dijo desde un principio, voy a continuar con el plan... recuerdas qué pasaría si no dejabas a ese mocoso, ¿cierto? —Claro que Yoon Gi lo recordaba, fue justo por lo que sintió terror aquella vez que su padre lo amenazó:

"—Si no haces algo al respecto, yo me encargaré de Jung Kook."

—Si se atreven a tocarle un sólo cabello a Jung Kook, yo...

—Ya es demasiado tarde —justo ahí le llega un mensaje—. Lo tenemos justo en la mira, tal cual lo queríamos desde hace mucho; solo, sin nadie a su alrededor. ¿Crees que desaprovecharía esta oportunidad? —Vuelve a reírse—. Ni si quiera tenía porqué avisarte, pero quería escuchar tu reacción. Ojalá la última conversación que tuviste con él haya sido agradable —con eso, cortan la llamada.

Yoon Gi, con el pulso acelerado, abre el mensaje que le fue enviado y ve que es una foto de Jung Kook caminando por las calles cercanas al edificio de Min Group. ¿Cómo lo sabía? Porque había edificios que él conocía que se veían en la fotografía.

—Mierda.

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