Ep. 06
Jung Kook, luego de revisar el post que hizo esa mañana para leer algunos comentarios, entra al bar en donde su manager lo ha citado, sin saber aún el motivo de aquella cita.
Desgraciadamente, lo sabe sin siquiera preguntar al ver la mesa en la que estaba su manager, acompañado de Yoon Gi y el manager de éste.
—Jung Kookie, qué bien que has llegado. Siéntate —le dice So Jun, palmeando el asiento de a su lado, por lo que decide sentarse ahí.
—¿Para qué me llamaste? —Le pregunta Jung Kook.
—Queríamos hablar de un asunto contigo, y con Suga también —le responde, dándole la palabra ahora al manager de Yoon Gi.
—Para comenzar, queremos decirle que esto es algo de lo que hemos hablado desde que aceptaron su papel para el drama, lo que ocurrió hace un mes, casi —empieza el manager—. Les decimos esto para que puedan pensar en cuanto tiempo llevamos planeando y preparando esto, y todo lo que nos ha llevado pensar los pros y contras hasta llegar a la decisión final.
—Vayan al grano, por favor —dice Suga.
—Bien —responde So Jun—. Creemos que, para beneficiarlos a ambos y al drama en cuanto se estrene, comiencen a mostrarse más unidos ante el público fingiendo ser... vaya... más que sólo amigos —Jung Kook le regala una mirada indescifrable, y Suga se le une después.
—Antes de que comiencen con sus quejas, quiero que piensen un poco. Si fingen ser pareja, pero sin confirmar que en verdad lo son, a sus fans no les importaría mucho y su fama incrementaría bastante. Ya después, cuando se anuncie el drama, se darán cuenta que solo están así de apegados porque son compañeros de reparto; pero, sabemos cómo son, así que seguramente los shipearán y todos querrán ver el drama, por lo que tendrá el doble de recibimiento que el director espera.
—¿Y eso nos beneficiaría en algo? —Pregunta Jung Kook.
—Bastante; no me sorprendería si de un día a otro sus seguidores aumentan, ni que sus dramas que ahora están emitiendo sus últimos capítulos se hagan más populares.
—Lo hicimos pensando más en su beneficio que en el de terceros, y tienen mucho que ganar. No solo popularidad, ni más trabajo, ni más fans, sino también tendrán reconocimiento como la pareja de la nación sin confirmar o decir explícitamente que son pareja.
—¿Y cómo están tan seguros que se comerán el cuento? —Dice Suga.
—Ustedes dos tienen mucha química, la hemos visto en sus ensayos para el drama; en verdad conectan perfectamente, y las personas se creerían todo esto.
—No estoy muy seguro, me sentiría mal mintiéndoles a las personas que me apoyan —murmura Jung Kook.
—Por eso no te preocupes, Kook; no les mentiras porque tampoco les estarás diciendo que en verdad son pareja, o que piensan serlo. Sólo harás que piensen eso —le responde So Jun.
Para ser sinceros, la idea no les suena mal. Igual saben los beneficios que les traería todo eso, ya que no es la primera vez que alguien finge tener un noviazgo con alguien famoso en la industria solo por promoción. Pero Jung Kook tiene miedo del recibimiento que le puede dar la gente; por eso mismo nunca ha confesado su verdadera orientación sexual, y ahora la medio confesaría ante todos.
—Yo acepto si Jung Kook acepta —dice Suga, conectando su mirada con la insegura del actor más joven.
La mirada de los dos managers se pone sobre él, presionándolo casi.
Pero, si Yoon Gi aceptó —en pocas palabras—, ¿por qué él no lo haría?
—Está bien —murmura—. ¿Cuándo empezaríamos con esto?
—Si se puede desde hoy, estaría perfecto —responde el manager de Suga.
—Pero no comiencen con algo fuerte, sino con cosas leves para que los fans sospechen y ya después les avientan una selca para volver locos a todos —aclara So Jun.
—¿Con un like en la fotografía que subió hoy Jung Kook a Instagram es suficiente? —Pregunta Suga, mientras parecía buscar algo en su teléfono.
Un momento... ¿cómo sabe que subió una foto hoy?
—¿Qué tal si primero se siguen mutuamente en sus redes y ya después le das like? —Propone el manager del actor mayor.
—Bien —susurra Jung Kook, sacando su teléfono para buscar a Suga tanto en Instagram como en Twitter para seguirlo; el otro hace lo mismo.
—Listo —responde Suga, guardando su teléfono.
—Estamos listos para ver al mundo explotar —dice So Jun mientras ríe un poco y le llama a una de las meseras para pedirle vino y hacer un pequeño brindis.
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Luego de nada más que un simple brindis, los managers se van por su lado, dejando a los dos actores solos saliendo del bar.
Jung Kook estaba a punto de irse a la calle para tomar algún taxi, pero no lo hizo cuando la voz del otro lo detuvo.
—¿Tienes planes para hoy? —Se regresa a verlo con el ceño fruncido.
—Es mi día libre, ¿por qué? —Mete sus manos en los bolsillos de su abrigo, comenzaba a hacer bastante frío en la ciudad y sus manos se encuentran congelándose.
—Bueno, no lo sé, pensé que quizá podríamos ir a comer o algo —algo parecido a cosquillas inunda el estómago de Jung Kook, pero decide mostrarse indiferente.
—Si es por lo que nuestros managers dijeron, prefiero declinar la oferta...
—No, no es por eso —sacude su cabello, nervioso, pues en verdad lo está—. Ese día en el programa dije que si descubría quien fue la persona que me dejaba esas notas en la escuela la invitaría a salir, y yo cumplo con mi palabra.
—No te sientas presionado por eso...
—No lo hago, porque solo es una parte de lo que me hizo querer hacer esto. Desde hace ya días que quiero invitarte a... salir, pero sé que siempre estamos ocupados, y también sé que estuviste ocupado por tu cuenta por un comercial que hiciste sobre unos lentes de contacto, así que sabía que me rechazarías o por estar ocupado o porque simplemente no quieres estar conmigo más que por trabajo —ríe un poco, apenado, agachando la cabeza.
No sabe por qué, pero de la nada, Jung Kook se siente mal. Ya le había dejado en claro que no lo odia, aunque seguramente Yoon Gi no le ha creído mucho.
—Ese día que estuvimos encerrados en tu departamento en verdad la pase muy bien, así que no entiendo por qué dices que no quisiera estar contigo a menos que se trate de trabajo —le responde.
—¿E-eso es un sí? —Levanta la cabeza, encontrándose a Jung Kook acercándose a él.
—No tengo otra cosa mejor que hacer, así que... —cómo puede, entrelaza sus brazos, sorprendiendo un poco al mayor—, vamos.
Jung Kook comienza a caminar en dirección a la calle, Yoon Gi a su lado sin poder creer lo que está pasando. Hasta que espabila y detiene su andar, por consecuente también el de Jung Kook.
—Traje mi auto —informa—. Está en el estacionamiento del restaurante, sólo que se me había olvidado por un segundo porque no estoy muy acostumbrado a salir con él —ríe, nervioso, dirigiendo a Jung Kook al estacionamiento.
—No sabía que tienes un auto —no puede evitar comentar.
—Bueno, como ya dije, casi no lo uso. Sólo lo hago cuando es muy necesario o cuando voy tarde a algo, pero prefiero caminar, además de que un auto menos igual ayuda al medio ambiente —se encoge de hombros y Jung Kook ríe con ternura.
—Yo no tengo auto, pero es más porque siento que tendré un accidente y prefiero evitarlo a toda costa —ríe, nervioso.
Al encontrar al auto, es cuando una especie de incomodidad los aborda, pero tampoco hay que culparlos. Ya tiene muchísimo tiempo en el que ambos no han ido a citas; tanto así, que a Yoon Gi ya se le ha olvidado qué hacer en una y a Jung Kook se le olvidó cómo comportarse exactamente.
Ambos ya tienen algo de confianza —o no saben si es costumbre al estar tanto tiempo juntos en las últimas semanas—, así que no era una incomodidad de estar juntos así, sino más bien porque, prácticamente, están en una cita.
—¿A dónde quisieras ir? —Pregunta Yoon Gi mientras salen del estacionamiento.
—A donde sea, no tengo problema, y tampoco soy muy selectivo con la comida; todo lo que sea comestible, yo lo como —se encoge de hombros, mientras revisa Twitter. Al ir a las tendencias, inevitablemente ríe un poco—. En serio que por hacer eso poco de seguirnos y que le dieras un corazón a mi foto ya estamos ocasionando que nuestros fans colapsen; aish, no puedo creerlo —cubre su rostro, sintiéndolo rojo de la vergüenza.
—No debería sorprenderte, es lo que queríamos que pasara, ¿no es así?
—Supongo... —se rasca la parte trasera de su oreja—. Ahora muchas personas piensan que tú y yo, después de todo, en serio tenemos algo... ¿no te molesta? —Hay unos segundos en silencio.
—Siéndote sincero, no me molesta —vuelve su cabeza para mirar al chico, aprovechando que se toparon con un semáforo rojo—. Siento que estoy viviendo uno de los sueños que tenía en la escuela, así que me agrada todo esto.
—¿Sueño...? —Pregunta, sintiendo su pulso acelerarse.
—El que fueras mi novio —suelta, sin más; sin pensarlo tanto—. Si las personas creen que eso eres para mí... créeme que a mi yo de hace tres años le agrada mucho —vuelve su vista nuevamente a la carretera, pues el semáforo ya se ha puesto en verde.
Pero Jung Kook, por muy extraño que se vea, no aparta la vista de Yoon Gi; éste por obvias razones lo nota, más no se atreve a decir nada.
Ahí, el actor más joven se da cuenta que, desde que salieron de la escuela, Yoon Gi en verdad ha cambiado un poco de su cara, pero tampoco es la gran diferencia de la vida. En la escuela era muy serio con todos, bastante tímido, y casi no hablaba con nadie más que con sus amigos —que recuerda eran, o son, Ho Seok, Ji Eun y Seok Jin—. No recuerda porqué le empezó a gustar con exactitud, y ahora que lo piensa, con todo el comportamiento que Yoon Gi tenía, era imposible que alguien se interesara en él a tal punto de querer casi acosarlo para saber qué hacía, dónde iba, qué le gustaba... estuvo muy mal de su parte hacerlo en un inicio, y por suerte dejó de hacerlo cuando recapacitó.
Yoon Gi es muy guapo, demasiado guapo; puede que haya sido eso lo que en un inicio le llamó la atención de él. Por alguna extraña razón, su aura misteriosa se mezclaba con su belleza y a Jung Kook le encantó esa fórmula. Luego lo vio actuar, y le pareció fantástico. Y, ese día que pasó por uno de los salones de la escuela de música, que lo vio tocando el piano mientras que Ji Eun practicaba sus notas altas, sintió una especie de magia. En parte le impresionó la manera en que Ji Eun cantaba, pero ver a Yoon Gi tocar el piano... era otra cosa.
Sabe que fue ahí en donde confirmó que en verdad estaba enamorado de Yoon Gi y comenzó a ponerle todas esas notas en su casillero. No esperaba que él las respondiera, para ser sincero; simplemente las dejaba para que Yoon Gi, por si necesitaba que alguien le subiera el ánimo, las leyera y aunque sea una pequeña sonrisa les saliera. Con eso ya estaba muy satisfecho.
Ahora se arrepiente mucho de no haberle hablado sabiendo que el sentimiento era mutuo, y también se arrepiente de no haber alejado a Tae lo suficiente como para que no le hiciera todo aquello a Yoon Gi.
En verdad otra historia sería de ellos si las cosas se hubieran hecho de otra manera.
—Llegamos —dice Yoon Gi, apagando el motor del auto, quitándose el cinturón de seguridad.
Jung Kook regresa a la realidad y hace lo mismo, bajándose del auto junto a Yoon Gi después.
—¿Dónde estamos? —Pregunta el menor, pues están en un estacionamiento y es difícil saber en dónde se encuentran con exactitud; muchos estacionamientos se parecen en esa ciudad.
—En un restaurante —contesta, simple.
—Vaya, qué específico —comenta, sarcástico.
—No recuerdo el nombre, por eso no te lo digo —dice, sincero. Jung Kook ríe en bajo, para luego acercarse hasta donde Yoon Gi y tomar su mano.
—Por mí está bien —le dice, con una sonrisa—. ¿Es elegante o normal?
—Se podría decir que elegante —no sabe cómo dijo eso sin tartamudear; es que, demonios, Jung Kook está tomando su mano como si en verdad fueran algo... no sabe cómo tomar eso, pero disfruta la calidez del otro en su palma.
—¡Hyung! No traigo la ropa adecuada... mejor vamos a otro lado —se queja, aprovechando que tiene tomada la mano de Yoon Gi para caminar nuevamente en dirección al auto mientras lo jala.
Sólo que no llega tan lejos, pues Yoon Gi lo jala hasta hacerlo chocar contra su cuerpo.
—Ya estamos aquí, y te ves bien con la ropa que traes. Tampoco es elegante de esos donde tienes que ir de traje o así —decide ahora entrelazar sus dedos, haciendo el agarre más firme—. Vamos.
Y así entraron al restaurante, y Jung Kook casi que se siente aliviado cuando ve a personas comiendo con ropa igual o incluso peor a la que él tiene en ese momento. Yoon Gi pide una mesa a la chica que está en la entrada, y ésta al verlos hace una cara de sorpresa mientras que se queda unos cuantos segundos sin decir nada mientras mira de Jung Kook a Suga, y así sucesivamente. Cuando espabila los lleva a su mesa, y en cuanto se fue. Jung Kook comenta:
—Creo que es parte de nuestro club de fans —Yoon Gi ríe mientras toman asiento.
—Bueno, ahora sus ojos tienen la exclusiva —se encoge de hombros.
—¿Crees que publique algo? Cómo una foto o así...
—No deberíamos preocuparnos necesariamente por eso ahora —interrumpe—. Se supone que estamos en una... cita, hay que disfrutarla sin pensar por un momento que somos celebridades —Jung Kook no puede evitar sonrojarse al escuchar de Yoon Gi que en verdad están en una cita, y un hormigueo ataca su estómago.
Piden su comida, junto a un vino que fue idea de Yoon Gi. Mientras esperan, Jung Kook decidió preguntar:
—¿Algún día podré escucharte tocar el piano? —Juega un poco con la parte baja de la copa, para no detonar que está nervioso.
—¿Por qué quisieras hacerlo? Puede ser aburrido —Jung Kook lo mira como ofendido.
—No creo que lo sea.
—Muchas personas lo piensan.
—¡Yo no! —Hace que su palma choque contra la mesa, haciendo que algunas cosas se muevan y hagan ruido—. A mí me gustaría escucharte tocarlo aunque sea una vez —Yoon Gi hace una mueca mientras arruga la nariz.
—No he tocado el piano desde que salí de la escuela de actuación; puede que esté algo oxidado.
—Pero tienes uno en tu sala.
—Lo sé, pero es el que tenía cuando vivía con mi madre, y como a ella no le servía tenerlo en casa, pidió que lo llevaran a la mía; pero no lo he tocado más que para limpiarlo. No sé si sería lo mismo de hace tres años... además de que ya me has escuchado tocarlo antes, no entiendo tu pedido —el más joven logra sonrojarse un poco; no recordaba que en Knowing Bros había dicho que una vez lo había visto tocar el piano, aunque no fue solamente esa vez, fueron varias, y la mayoría fue por mera casualidad como la primera vez.
—Pero esta vez quiero que me toques algo a mí, no a otras personas sin saber de mi presencia —Yoon Gi suelta una risa nasal.
—¿Quieres un show privado?
—Algo así... supongo —toma del vino, queriendo ocultar su rostro en la copa.
Yoon Gi asiente y suelta un suspiro.
—De acuerdo, lo haré; no será pronto, pero te prometo que algún día me escucharás tocar el piano únicamente para ti —esas palabras solo lograron que el corazón de Jung Kook se volviera loco.
Extiende su mano hecha puño, solamente dejando el meñique arriba, para luego decir:
—Promételo de forma seria —le dice Jung Kook, a lo que el mayor no puede evitar reír.
Al final, entrelaza su dedo meñique con el de Jung Kook para terminar juntando sus pulgares, sellando la promesa.
—No puede romperla, ahora lo hemos pactado por el meñique —advierte el menor.
—Descuida, no romperé la promesa.
Jung Kook le regala una pequeña sonrisa.
Para cuando llega la comida, ambos habían estado hablando de cualquier cosa que se les ocurriera, no importa si fuera tonta; incluso hablaron sobre los productos de skin care que Jung Kook ocupa, y no era interesante, solamente que ellos estaban tan sumidos en la plática que lo hacían parecer la cosa más importante del mundo.
Cuando terminaron de comer, ambos ya se encuentran algo pasado de copas, más Jung Kook, ya que Yoon Gi sabe tomar, cosa muy contraria a Jung Kook, que con la tercera copa ya parecía estar demasiado ido.
—Sé sincero conmigo —dice Jung Kook, arrastrando las palabras por su ebriedad. Cuantas botellas de vino llevaban... ¿acaso ya van para la tercera?—, ¿por qué te comencé a gustar? —Yoon Gi ríe por su pregunta mientras sirve otro poco de vino en su copa—. ¿Qué es lo gracioso?
—¿Por qué querrías saber eso? —Jung Kook se encoge de hombros.
—Mera curiosidad. Además de que, siendo muy sincero, no era tan atractivo como ahora en la escuela; estaba en un punto horrible donde me salían barritos en la cara por la cosa más mínima, mi cara estaba llena se grasa porque no solía cuidarla, y, por si fuera poco, tenía brackets —frunce el ceño—. ¡Era horrible en la escuela! ¿Cómo es posible que te gustara?
—En verdad, no estoy seguro. Simplemente me gustaste y ya —se encoge de hombros.
—¡Pero debe haber un motivo! No es como si sucediera así como así. Tuve que tener algo que cautivara tu corazoncito —Yoon Gi guarda silencio mientras lo piensa.
—Hubo una vez en la que la escuela hizo una fiesta con el tema de la Edad Media, así que teníamos que ir vestidos como esa época. Las que más se habían lucido eran las chicas con sus glamurosos vestidos, ya que los hombres fuimos con un traje común de la época... pero tú no; fuiste el único que en verdad se había esforzado, y captaste mi atención desde que te vi entrar al salón —Jung Kook comienza a sentir sus mejillas calientes, peor no sabía si es por la ebriedad o porque está sonrojándose escuchando a Yoon Gi—. Fuiste con un muy lindo traje que marcaba a la perfección tu cuerpo y resaltaba tu belleza en todos los sentidos. Esa vez, al menos yo, no vi ninguna especie de imperfección en tu rostro, así que supongo que te habías maquillado. Tus labios estaban de un bonito brillo rojizo que los hacia lucir más voluptuosos y uno no podía evitar míralos por más de dos segundos. En pocas palabras, ese día estabas muy hermoso, y al ser la primera vez que yo te veía, no pude evitar ser flechado por tu belleza. Esa vez igual fue la primera vez que hablamos, aunque de cosas no muy interesantes porque recién nos conocíamos; me encantó tu voz y la forma en que te expresabas, porque no parecías un adulto total... y al estar tan cerca de ti, igual me di cuenta de lo bonitos que eran tus ojos.
Ahí, se levanta de su asiento y se inclina un poco en dirección a Jung Kook; este por mera inercia se inclina hacia atrás, aunque no tanto porque teme caerse de espaldas con la silla. Quedan algo juntos, un par de centímetros alejándolos; tan cerca pero tan lejos a la vez. Yoon Gi hace un rostro analítico mientras se pierde profundamente en los fanales de Jung Kook que brillan incluso el triple que la primera vez en que los pudo apreciar con detenimiento; lo recuerda perfectamente, nunca se olvidaría de una imagen tan hermosa. El menor se siente algo intimidado por la mirada que el otro le dedica, pero no puede despegar los ojos de los contrarios; siente algo lindo en su pecho estando así, y sinceramente quiere hacer que dure otro poco.
—Son tan hermosos como lo recuerdo —susurra Yoon Gi, para luego poner su pulgar sobre el pómulo y acariciarlo levemente, a penas llegando a tocar la piel—. Los mismos ojitos de ciervo que lograron cautivarme tan fuerte como nunca pensé que otros lo harían.
Jung Kook no sabe qué decir; literal, se ha olvidado de cómo hablar en esos momentos. Además, ¿quién podría hacerlo teniendo a Min Yoon Gi así de cerca? Creo que ningún ser humano reaccionaría de inmediato al tenerlo a tan solo un metro de distancia, o un poco más lejos incluso. Está procesando todo lo que le dijo, más aún lo último; lo dijo de una forma tan sincera y dulce que se siente desfallecer ahí mismo pero, a la vez, quererlo escuchar otra vez para sentir esa bonita sensación en el pecho.
—¿Y ahora ya no te cautivan? —Pregunta, inocente, o más bien tímido. Yoon Gi suspira mientras ladea hacia la derecha su cabeza.
—Nunca dije que dejaron de hacerlo —por un momento, Jung Kook se siente bastante ilusionado—. Aunque no igual como antes, eso debo admitirlo.
Antes de poder decir otra cosa, Yoon Gi se aleja, volviendo a sentarse como debe en su lugar.
—Te toca.
—¿Qué cosa? —Pregunta Jung Kook, aún abrumado por lo sucedido recientemente.
—Decirme porqué te guste —el menor se sonroja otro poco más mientras pasa saliva.
Ahora se siente nervioso.
—La verdad, esa vez que hablamos justamente en el baile que mencionaste te me hiciste muy lindo, pero no diría que me gustaste desde ese momento. Creo que fue cuando actuaste en la obra de... ni siquiera recuerdo qué obra era porque estaba demasiado embobado viéndote —se ríe de sí mismo—. Tu actuación me enamoró y... aquella vez que te escuché tocando con IU en la escuela de música cuando la ayudabas a practicar su canto, definitivamente comprobé que estaba enamorado. Sentí magia con solo escuchar, incluso antes de ver que eras tú quien tocaba... por eso también quiero volver a escucharte, solo que esta vez será un show privado, así que sentiré lo mismo e incluso cosas mejores que aquella vez.
Yoon Gi sonríe de medio lado mientras asiente ligeramente.
—De haber sabido que alguien más que Ji Eun me escucharía, me habría asegurado de cerrar la puerta a la perfección.
—¿Estás molesto porque te escuchaba a escondidas?
—No, estoy molesto porque nunca entraste para que yo notara tu presencia; hubiera sido mejor cerrarla completamente si sólo escucharías de lejos —ríe—. Igual te entiendo, no es fácil acercarse a la persona que te gusta sin que te de un ataque de algo... yo ni siquiera sé cómo sigo vivo a este punto —y toma de su copa de vino hasta acabar con el líquido, sirviéndose más después.
Jung Kook quiere hacer una pregunta respecto a lo que dijo, pero prefirió callar y también beber de su vino, sintiendo el alcohol en su sistema de inmediato. Está a nada de perderse.
Recibe unos cuantos mensajes, así que toma su teléfono para darse cuenta que son sus amigos quienes han comenzado a chatear en el grupo.
—No te molesta que responda unos mensajes, ¿cierto? —Pregunta Jung Kook, viendo como Yoon Gi negaba con la cabeza ya que no podía responder al estar bebiendo su vino.
Así que rápidamente comienza a entrar en la conversación, queriendo salir igual de rápido de esta.
Por su parte el otro saca su teléfono y entra a una de sus redes, dispuesto a tomarse una foto para sus historias y darles un pequeño regalo a sus fans para esa noche. Solo que, en lugar de poner la cámara frontal, cambió a la cámara trasera, enfocando directamente a Jung Kook, éste viéndose bien incluso sin ver a la cámara o sin hacer alguna pose; perfectamente fotogénico.
—¿Puedo tomarte una foto? —Murmura Yoon Gi, sin saber muy bien lo que pidió.
—¿Ah...? Sí, sí. Claro —responde Jung Kook, sin regresar a verlo mientras sigue en el teléfono.
Entonces, Yoon Gi toma la foto, apreciándola después; ha salido muy bien; en pocas palabras, le encantó. Tanto es su estado de estúpido mientras ve la foto que ni siquiera se dio cuenta cuando presionó enviar y se publicó automáticamente en sus historias...
Un momento...
« ¡ M I E R D A ! »
Tan pronto como reaccionó luego de un par de segundos aun apreciando como bobo la foto, borra la historia, esperando que nadie haya entrado, y que nadie se haya dado cuenta de ello.
Se supone que están en una cita porque quieren, y teme que si Jung Kook se entera de ello piense que fue en realidad por el tonto plan que esa mañana aceptaron hacer con sus managers.
Aun así, no puede evitar no estar en pánico; siente la adrenalina recorrer sus venas y su corazón tan malditamente acelerado, como si hubiera corrido un maratón. Sabe el poder que algunos de sus fans tienen, y teme que ésta vez no sea a su favor...
—Listo, ya he terminado de contestar —se sorprende cuando Jung Kook habla, y casi se le cae el teléfono de las manos por lo mismo, solo que logró atraparlo entre sus piernas.
El menor lo mira con algo de confusión y diversión, para luego recibir una risita nerviosa del otro.
—Bien... —responde—. Acabemos esta botella y vayamos a casa después, ¿te parece? —Jung Kook asiente, tomando la botella para servirse.
Yoon Gi ya ni siquiera quiere tomar; del susto que se metió hasta lo ebrio se le quitó, y teme que si vuelve a tomar otra vez cometerá una tontería. Por suerte, sabe tomar, y la botella ya ni siquiera tiene casi nada, no es suficiente para volverlo a embriagar...
¿Cierto?
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