Ep. 04
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Como parecía ya no tener nada que hacer, y en la televisión ya no transmitían nada que le llame la atención, decidió ir a revisar si las personas siguen ahí, rezando porque ya se hayan ido; vaya sorpresa y fastidio el que se llevó al verlas sentadas en el pasillo, con un repartidor de comida dándoles cajas de pizzas, ¿acaso podían hacer eso?
Gruñe con molestia y luego se toca su estómago, éste dando señales de querer ser alimentado. No ha comido absolutamente nada en todo el día, lo único que probó fue la leche tibia que se llevó a la reunión, y ni siquiera es comida. Le da un poco de pena pedirle a Yoon Gi algo, y de las cosas que compró tardaría en prepararlo.
—¿Aún no se han ido? —Pregunta Yoon Gi, saliendo de la habitación después de un buen rato.
—No —revisa el reloj que hay en la sala, dándose cuenta que está ahí desde hace como cuatro horas. Ya no lo soporta—. ¿A dónde vas?
—Voy a hacerme algo de comer —su estómago ruge en respuesta de tan sólo escucharlo; está muy hambriento.
—Yoo-Yoon Gi —murmura antes de que se metiera a la cocina—, esto me apena mucho, pero... ¿yo igual puedo comer algo contigo? Es que no he comido nada en todo el día, y lo estoy diciendo en serio.
—Iba a invitarte algo, de todas formas —Jung Kook lo mira con un brillo algo especial en los ojos, pero luego frunce el ceño, incrédulo.
—¿En serio?
—Sí. Ya has estado mucho tiempo aquí, por lo que supuse que tienes hambre, así que cuando terminara de cocinar te preguntaría si gustabas comer conmigo —lo dijo con tanta simpleza, como algo relativamente normal, que sintió algo extraño en su estómago, y no necesariamente por el hambre.
—Gra-gracias —murmura, Yoon Gi le sonríe con ligereza, sin mostrar los dientes; una sonrisa simple pero bella.
—No hay de qué —lo piensa un poco, pero al final dice—: ¿Me quieres ayudar o seguirás estando en la sala?
—Bu-bueno, creo que podría ayudarte, estoy bastante aburrido ahora, así que no me molestaría; pero sólo ayudar, no soy muy bueno cocinando.
En la cocina verdaderamente se sorprende de la paciencia que Yoon Gi parece tener con él respecto a cómo hace las cosas; pica las verduras un poco lento, pero es porque quiere que queden en cubos perfectos; igual es algo lento para saber cuáles son las especias, así que tiene que olerlas o leer las etiquetas si es que tienen. El mayor está algo enternecido por la actitud del otro, ya que literal parece un niño ayudando en la cocina, procurando hacer todo lo mejor que puede. A pesar de que, sí, está haciendo un poco lento el proceso —cuando en realidad, pensó que se tardaría menos con su ayuda—, no le molesta en absoluto.
Al final, hay pasta, bolas de arroz, sopa de verduras y algunos complementos de carne más en la mesa; Yoon Gi no está acostumbrado a tener tanta comida, pero sabe que Jung Kook puede comer hasta más que él. Y, por primera vez, utiliza la mesa que hay en casa con una persona que no fueran sus padres o sus amigos más cercanos; él suele comer en la barra, pues es más práctico que pasar todas las cosas a la mesa para luego comer.
—Me sorprende que sepas cocinar, cuando escuché que puedes hacerlo no me lo creí —comenta Jung Kook—; más bien, me sorprende que lo sepas hacer muy bien.
—Bueno, he vivido solo por mucho tiempo, desde antes de entrar a la escuela de actuación, incluso; así que he tenido que aprender a cocinar porque tampoco me iba a alimentar siempre de comida de la calle o ramen. Seok Jin igual me ha enseñado mucho, así que parte de lo que sé se lo debo a él —Jung Kook ríe un poco.
—Yo trato de cocinar para mí, pero siempre fallo en algo; se me queman las cosas, o salió muy salado, o queda muy simple, entre otras cosas. Pero termino comiéndolo porque tampoco quiero desperdiciar comida —toma la pasta lo mejor que puede, y cuando la prueba, no puede evitar soltar un sonido que delata lo que su paladar ha sentido—. Joder, ¡esto está muy bueno! —No puede evitar exclamar, y Yoon Gi ríe por eso, sintiendo sus mejillas calientes y algo extraño en su pecho.
Nadie antes le han dicho que le gusta lo que prepara de comer; sus padres se quedan callados, y prácticamente ellos son los únicos que han probado algo hecho completamente por él; cuando cocina para sus amigos, Seok Jin siempre suele intervenir en la preparación. Escucharlo de Jung Kook es, en pocas palabras... lindo.
—Gracias —murmura, para seguir comiendo.
No sabe exactamente qué le causa, pero escuchar todos esos sonidos satisfactorios de Jung Kook cada que probaba algo le era igual de satisfactorio a él. Se sorprendió de que los platos queden completamente vacíos para el término de la comida, y el menor se ofreció para ayudar en llevar todo al lavavajillas mientras Yoon Gi limpia lo poco que han ensuciado la mesa y la cocina también.
Después, Jung Kook —con algo de miedo esta vez— ve si las personas se han ido del pasillo; pero no, la gente sigue ahí. Raramente, no se molestó con aquello.
—¿Ya se fueron?
—No —responde de inmediato—. Parece que no tienen vida como para estar ahí tanto tiempo.
—A eso se dedican y de eso viven; tampoco podemos criticarlos tanto —se encoge de hombros, viendo la hora.
Ya casi son las cinco de la tarde; muy pronto anochecería.
—Si ellos no se van... yo... ¿podría quedarme a dormir aquí? —Eso le apenaba aún más que lo otro que le ha dicho.
—¿Qué tal si te pasas a tu casa por el balcón? —Propone.
—No serviría de nada, la puerta del balcón está cerrada con seguro; además, ¿no crees que ya se me había ocurrido antes?
—No te ofendas, pero siento que, el que te quedes a dormir aquí, sería algo extremista.
—Sólo será si esas personas no se van; en cuanto se levanten, yo agarro mis cosas y me iré a mi departamento, lo juro, solo... —comienza a jugar con sus dedos—, igual sigues sabiendo que no te queda de otra y tienes que aceptar que dormiré aquí si las cosas no salen como queremos.
—Supongo que sí.
En las próximas dos horas, no se dirigieron tanto la palabra. Yoon Gi está haciendo algo en su computadora, Jung Kook juega para distraerse en su teléfono. Ya tiempo después se dan cuenta que la ciudad de Seúl ha sido consumida por la oscuridad de la noche; y vaya sorpresa, los malditos reporteros siguen ahí.
Yoon Gi, al verlos acomodarse para dormir en el pasillo, rueda los ojos y bufa, rindiéndose.
—Al parecer sí te quedarás a dormir, esa gente no piensa irse ahora —sigue secando su cabello con una toalla, pues acaba de salir de ducharse.
Jung Kook asiente.
—¿Sería muy abusivo de mi parte pedir que me prestes tu baño para tomar una ducha?
—¿Y qué te piensas poner después de que te duches?
—¿Sería abusivo de mi parte pedirte ropa?
—Jung Kook...
—¡Ya sé que esto es extremista! Si ésta situación fuese al revés, igual pensaría eso, pero sabes que no hay muchas alternativas. Créeme, yo no pedí estar en esta situación, mucho menos contigo; así que no estés molesto conmigo —lo mira, suplicante.
¿Quién le diría que no a esos ojitos?
—El baño de invitados está por allá —señala—. Voy a buscarte algo de ropa que no me quede, y una toalla.
Jung Kook le agradece y se va corriendo al baño que señaló, tomando una ducha bastante rápida a lo que está acostumbrado. Sabe que Yoon Gi le dejó la toalla y la ropa adentro cuando, a la mitad de su ducha, escuchó que entraba y salía rápidamente, así que está algo relajado con eso.
A los pocos minutos, sale de la ducha, con una ropa que le queda algo grande, pero tampoco le molesta; después de todo, en casa ocupa ropa bastante grande para él. Va a la sala, esperanzado de encontrar a Yoon Gi ahí para volver a agradecerle; al no encontrarlo, piensa que está en su habitación, pero tampoco está ahí. Hasta que se asoma otro poco y lo ve sentado en el balcón, en la orilla, con las piernas colgando, siendo algo bastante peligroso, de hecho.
—¿No tienes miedo de caerte? —Pregunta, abrazándose a sí mismo cuando el aire frío de la noche lo golpea.
—En realidad, no —responde el otro—. Me hace sentir algo libre, como un ave en vuelo —se encoge de hombros.
Con un poco de miedo, se sienta a su lado, apreciando la vista linda que hay de la ciudad desde ahí.
—Vaya, desde aquí se ve un anuncio donde salgo —dice Jung Kook, señalando un gran anuncio donde él es la cara principal de la promoción para el nuevo teléfono de Samsung—. No tenía idea de que está ahí —sonríe un poco, sus ojos brillando por ver aquello.
Yoon Gi otra vez parece morir de ternura; Jung Kook se emociona mucho con verse a él mismo haciendo su trabajo, eso sólo quiere decir que ama lo que hace.
—Te ves bien ahí; por ti compraría ese teléfono —dice Yoon Gi, y Jung Kook lo toma como una broma, por lo que ríe; pero el mayor no lo dijo con intenciones de bromear.
—Me sorprende que, en todas estas horas que hemos estado encerrados aquí, no te he querido arrojar por la ventana, o tú a mí —eso sí hace a Yoon Gi reír un poco.
—Bueno, ahora somos compañeros de reparto, deberíamos comenzar a llevarnos bien. Además, yo no te odio, tú a mi sí.
—¿No me odias? —Pregunta, sorprendido.
—Para nada; odiar es un sentimiento muy fuerte, y no me pasa contigo.
—¿Aún con todo lo que hice?
—Aún con todo lo que hiciste.
Poniendo en contexto después de haber tocado el tema repetidas veces antes, el resumen es:
Jung Kook y Yoon Gi estudiaron juntos en la misma escuela de actuación. Cuando ya estaban por graduarse, la escuela —como siempre— saca una obra de teatro especial escrita por alguno de los maestros. No recuerda cuál era el nombre, pero sabía que sólo había un protagonista, dos personajes secundarios y cinco terciarios; Jung Kook, por supuesto, había audicionado para ser el protagonista, siendo de los pocos que se postuló para ese papel al saber que era algo difícil ser escogido como protagonista con lo estrictos que eran los maestros. Al final, y al estar confiado, vaya sorpresa se llevó al escuchar que el papel se lo había ganado Min Yoon Gi.
¿Qué le molestó aún más que le hayan quitado de esa manera un papel que él en definitiva merecía —según el propio Jung Kook—? Que Yoon Gi ni siquiera había audicionado para el protagonista, sino para uno de los secundarios.
Y por supuesto que se molestó aún más al saber que a él no le había tocado ningún papel importante, y sólo saldría en una escena a decir tres líneas; TRES MALDITAS LINEAS, que recuerda eran algo como "llegó la correspondencia", cosa demasiado insignificante para tratarse de él.
Sólo que, un día antes de que fuese la presentación principal de la obra, en los ensayos finales, a Jung Kook le dio un gran ataque de ira y decidió empujar a Yoon Gi del escenario, haciéndolo caer sobre su brazo, fracturándolo en el proceso.
Sí, fue muy estúpido hacer eso; él lo sabe, muchos se lo dijeron, y sus amigos se lo siguen recordando hasta la fecha. Pero ni siquiera supo qué hizo hasta que lo hizo, y se estaba arrepintiendo enormemente cuando vio las lágrimas de Yoon Gi empapar su rostro ante el dolor que sentía.
Lo peor fue que nunca le pidió perdón ni a él, ni a los demás de la obra por, prácticamente, arruinarla a nada de presentarla. Obviamente le quitaron su papel, pero no se sentía mal por eso, sino por lo que le hizo a Yoon Gi. No lo volvió a ver porque lo evitó a toda costa por la vergüenza que sentía al verlo con un yeso en su brazo; hasta que llegó el día de la graduación, donde le fue inevitable no verlo a lo lejos con los chicos de su grupo, pero no se dirigieron la mirada.
Hasta la fecha, seguía culpándose de lo que hizo, pero él mostraba que no lo hacía, y que está muy molesto con Yoon Gi por quitarle el protagónico.
—Sé que es tarde pero, ahora que parecemos más relajados, quiero pedirte perdón por lo que pasó en la escuela —suelta, la culpabilidad invadiendo su sistema—. Fue algo muy estúpido e infantil de mi parte, pero si no me perdonas te entiendo; además, fue hace como tres años y yo apenas estoy disculpándome —escucha la risa de Yoon Gi.
—Tranquilo, está todo bien ahora. Mi brazo está bien, aunque a veces hace sonidos raros cuando quiero tronarlo, pero no es nada del otro mundo —suspira—. Además, sé que no lo hiciste con intenciones de lastimarme, se vio en tu mirada aterrada cuando viste que en verdad me había lastimado, así que... todo bien.
—¿En serio? —El mayor asiente—. Ahora veo porque no me odias, ni siquiera parece afectarte lo que pasó.
—Bueno, para odiar a una persona creo que debería ser por una muy buena razón; si me hubieses dejado sin brazo, probablemente si te odiaría, pero se recuperó y sigue pegado a mi cuerpo, al menos —lo mira—. Tú sí me odias por una estupidez de la que yo ni siquiera tengo la culpa.
—En realidad, me he dado cuenta que no te odio como tal. Más bien, odio que seas tan buen actor como para haberme quitado el papel de protagonista al haber audicionado para ser el secundario —ríe un poco—. Igual, siempre supe que eres mejor actor que yo, así que...
—Igual eres muy buen actor.
—No creo que hayas visto alguno de mis trabajos como para afirmarlo.
—¿Seguro, Lee Hyun Woo? —Jung Kook lo mira con una cara de sorpresa, pues lo nombró como su personaje del último drama en que salió, 'Mr. Sweet'.
Sus mejillas se calientan y su corazón comienza a latir fuertemente.
—Eso no me dice nada —se limita a decir, escuchando la risa de Yoon Gi después.
—Eres un buen actor; de no ser así, no tendrías tantos fans ni tantos dramas esperando por ti. Incluso tengo miedo de que me quites la corona del actor más codiciado.
—Sería un honor hacerlo; después de todo, tú me quitaste el protagónico en la escuela.
—Esto es muy diferente.
—Pero es casi igual —bufa—. Sigo sorprendido porque te muestres tan neutro cuando hablamos de tu fractura, ¿en serio no estuviste ni un poco molesto, al menos en ese momento?
—Claro que me moleste, bastante, pero ya estaba molesto contigo, así que eso que hiciste solo hizo que mi molestia incrementara.
—Un segundo, ¿por qué estabas molesto conmigo? ¿Yo qué te hice? Nunca cruzamos las grandes palabras en la escuela, así que necesito una explicación congruente.
—Me sorprende que no lo recuerdes. Si te digo que es porque salías con Kim Tae Hyung, ¿lo recordarás? —Jung Kook frunce el ceño, bastante confundido en verdad.
—¿Recordar qué?
—No te vengas a hacer el inocente conmigo, Jung Kook —aún con eso, el rostro del menor seguía detonando confusión—. ¿En serio no recuerdas nada? ¿Lo que le decías a Tae Hyung? ¿Lo que hacías con lo que te daba?
—¿De qué mierda hablas?
—Tú... —suspira; le es algo vergonzoso decirlo ahora—. Tú me gustabas en la escuela.
Ahí a Jung Kook, prácticamente, se le reinició el Windows.
—¡¿QUÉ?! —Exclama.
—No te hagas el que no sabía porque no te queda.
—Pero en verdad yo no lo sabía. ¿Cómo...? ¿Por qué...? ¿Desde cuándo...? —Gruñe, su corazón acelerándose más que antes, sus mejillas el doble de calientes, y sus manos temblando.
—¿En serio no lo sabías?
—¡Por supuesto que no! —Siente un pequeño nudo en la garganta—. De haberlo sabido, otra cosa sería de nosotros.
—Es imposible que no lo supieras; Tae Hyung siempre me decía que te burlabas de las cartas que te mandaba y las terminabas rompiendo para tirarlas a la basura.
—Pero... yo jamás recibí ninguna carta tuya —casi que solloza.
—¿No? —Jung Kook niega—. ¿Y cómo explicas lo de Tae Hyung? —El menor gruñe.
—Primero voy a explicarte qué tenía exactamente con él. Nada; literalmente no teníamos nada. Me pidió ser su novio, sí, pero yo me negué porque... bueno... me gustaba alguien más, y él sabía quién era... ahora entiendo porque te decía ese tipo de cosas —ahora comenzaba a molestarse con Tae Hyung—. ¿Qué más te decía?
—Sinceramente no quisiera recordarlo, pero ya que insistes; me decía cosas como que tú nunca te fijarías en alguien como yo, que me fuera olvidando de ti porque nunca me harías caso; que sólo lo querías a él y eso nunca cambiaría; por si fuera poco, cada que yo intentaba acercarme a ti, él siempre aparecía para alejarme y decirme cualquier cosa hiriente, por eso después me rendí y te veía con indiferencia cuando moría de ganas por hablarte —la molestia del menor se convirtió en furia; ahora quiere golpear a Tae Hyung.
—Él hizo todo eso porque, bueno, él... sabía que tú... me gustabas.
Silencio.
—Debes estar bromeando.
—¡Claro que no! —Se queja—. En verdad me gustabas, demasiado. Como prueba, y espero que lo recuerdes, yo era el que solía dejarte notas de repente en tu casillero; aunque no decían la gran cosa, siempre hablaban sobre una cualidad de ti que me gustaba.
El corazón de Yoon Gi ahora comienza a latir con fuerza.
—Recuerdo eso, incluso lo mencioné en el programa... —susurra—, pero nunca pensé que fueran de tu parte.
—Pues lo eran —sabe que está rojo; se siente algo expuesto ante él ahora—. Igual tampoco pensaba lograr nada, sólo las dejaba para que supieras las cosas que me gustaban de ti —suspira—. Incluso una vez, en el día de San Valentín de nuestro último semestre en la escuela, te dejé un cupón algo estúpido, ahora que lo pienso, en tu casillero.
El corazón de Yoon Gi en verdad no podía estar más loco.
—¿El de 'un beso gratis en los labios'? —Al recordárselo, más se abochorna.
—Sí, ese —murmura—. Incluso te dejé mi número y mi ID anotado para que me contactaras por si pensabas canjearlo, pero nunca te contactaste conmigo.
—Perdón, pero en verdad pensé que era una broma de mal gusto —una especie de arrepentimiento lo invade—. Y también pensé que era de parte de una chica por cómo estaba decorado.
—Perdón por haber querido hacerlo bonito; ahora sé que fueron horas de trabajo echadas a perder porque nunca hiciste lo que se supone tenías que hacer con él.
A Yoon Gi le llega una loca idea, y ahora se agradece a sí mismo por ser un maldito cursi y tener una caja donde tiene las cosas que le regalaron alguna vez y que le han gustado tanto como para guardarlas hasta el día de hoy.
Se levanta del balcón y va directo al mueble que está al lado de su cama, buscando aquella caja de madera que conserva desde hace unos cinco años. Ahí hay un montón de cartas, tanto de sus amigos, como las que le daban en San Valentín, y las notas que —ahora sabe— Jung Kook le dejaba pegadas a su casillero; hasta abajo, encuentra aquel cupón, sintiendo un extraño alivio invadirlo. Vuelve con Jung Kook, sentándose a su lado nuevamente, y le extiende el desgastado papel, ganándose una mirada de sorpresa por parte del menor.
—Pero cómo... —toma el cupón que hizo hace más de tres años con tanto esfuerzo, sintiendo la vergüenza apoderarse aún más de él.
Lo que había escrito a penas y se ve aún; la diamantina que le había pegado para decorarlo está horriblemente desgastada, ya casi no se nota; algo que le sorprende que aún tenga, es el beso que había puesto al pintarse los labios con un labial líquido que seca en mate de su madre, sólo que dio ese beso antes de que se secara y sigue casi intacto.
—Es tan bobo como lo recuerdo —dice Jung Kook.
—Para mí, cuando me lo diste, no fue bobo; incluso se me hizo algo lindo y tierno el gesto. Pero al final lo tomé como una broma y sólo decidí guardarlo —se encoge de hombros.
El menor le regresa el pedazo de papel, pensando que lo guardaría, pero Yoon Gi no planea hacer nada de eso.
—¿Puedo canjearlo ahora? —El rostro de Jung Kook se vuelve un poema.
—¡¿Estás loco?! —Exclama, sintiendo su rostro calentarse nuevamente y sus manos sudar.
—El cupón no tiene fecha de vencimiento, por lo cual aún es vigente. Puedo llamar incluso a un abogado y demandarte por no querer cumplir lo que el cupón dice.
—¿Harías eso por una estupidez?
—Para mí no lo es —Jung Kook suspira, sintiendo algo en su estómago; algo cómodo que ya tiene mucho tiempo que no sentía con esa intensidad; tanto, que ahora le es un sentimiento extraño.
Luego de un par de segundos en un silencio que podría catalogar como tenso, responde un poco nervioso:
—Bu-bueno... supongo que... supongo que podrías canjearlo ahora... digo no es como si...
Antes de poder terminar, Yoon Gi toma el mentón de Jung Kook para hacer que su rostro quede frente al suyo, y tan rápido como hizo eso, presiona sus labios contra los otros.
En un primer momento, Jung Kook se quedó con un rostro de sorpresa, no queriendo creer lo que está pasando. Yoon Gi sólo los mantuvo presionados, sin hacer movimiento alguno, tampoco creyendo que esté ocurriendo aquello.
Luego de unos segundos, es el mayor quien decide hacer un verdadero beso, moviendo sus labios con suavidad, tomando los otros con firmeza entre los suyos; mientras, Jung Kook captó aquello e igual comenzó a seguir el ritmo del otro, queriendo creer que aquello es un mágico sueño.
Muy pocos segundos después, ambos parecen estar demasiado metidos en el beso, pues ahora Yoon Gi toma la cintura del otro para poder acercarlo más a su cuerpo, y Jung Kook pone una de sus manos en la nuca del mayor, enredando su rubio cabello entre sus dedos, sintiendo la lengua del otro entrando a su cavidad bucal.
El menor no sabe cómo explicar todas las sensaciones que lo abordan; es algo mágico, algo que ha extrañado sentir, pero esta vez lo hace con mayor fuerza. Nunca había sentido tantas cosas a la vez, que parecía un revoltijo; pero se siente bien... muy bien.
No era un beso desenfrenado —aunque pareciera— nada de eso; Yoon Gi quería aprovechar para poder degustar aquellos bellos labios lo mejor que puede, y con tanta parsimonia, ahora que tiene oportunidad, porque después, sí, se van a besar en la filmación del drama, pero esos besos serán falsos, actuados, rápidos... ambos quieren disfrutar de los labios contrarios en ese momento, a solas, a que con un montón de cámaras y personas al rededor.
Un rato después, cuando el aire les hace falta a sus pulmones, es Yoon Gi quien termina el contacto de labios, Jung Kook pensando estúpidamente que sólo lo hizo para tomar aire y después continuar el beso; en lugar de eso, dice:
—Gracias por cumplir uno de mis sueños de la escuela —con eso, deja el cuerpo de Jung Kook y se levanta, entrando a su habitación, dejando solo al menor que trata de controlar todo lo que siente en ese momento.
Pone una mano sobre su pecho, sintiendo su corazón latir como maldito loco. Da unos leves golpes sobre este, haciendo una mueca de disgusto.
—Deja de latir tanto —susurra para sí mismo, después pasando sus manos a sus mejillas, sintiendo lo calientes que se encuentran y, seguramente, demasiado sonrojadas también.
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