ㅤㅤ𝟎𝟐.ㅤcharla y frío
Bianca.
"Bueno, anda entrando, voy a sacar tus bolsos." dice Enzo estacionando el auto y sacándose el cinturón; sin mirarme en ningún momento "En la cocina hay pizzas caseras, calenté algunas antes de pasarte a buscar, son para vos." inquiere bajando del auto ahora.
"No tenías que haber hecho eso pero gracias por el detalle." digo imitándolo, mientras me subo el cierre de la campera hasta el tope "¿Juanjo está adentro?" pregunto caminando de espaldas a la medianamente grande casa de madera.
Enzo suelta un sí, debe estar durmiendo, por lo bajo que escucho antes de entrar.
Una escalera de una madera oscura es la que me recibe. Habían varios juguetes mordisqueados tirando en el piso; seguramente fue Güero, pensé. Refiriéndome a la mascota del borracho correntino dueño de casa que tengo como amigo.
A mi derecha estaba la sala; un sillón marrón, una chimenea frente, un estante con libros y varios muebles y decoraciones se distinguían el lugar.
La distribución de las cosas hacía ver cada espacio más enorme de lo que en realidad era.
Parecía una casa yankee pero con evidentes toques argentinos.
"Vení, pasa," dice el peliblanco detrás mío, sacándose la campera y quitándome de la mía "seguramente tendrás algo de hambre o sed, Bian." sonrío de labios sellados mientras me guía hasta la cocina.
Una pequeña barra con dos taburetes dividían el espacio de la cocina y el comedor; una mesa cuadrada con cuatro sillas, dos de cada lado.
"Es linda la casa," digo mirando todas las cosas que hay "y sobre todo está súper ordenado. Digo, para que viva Juanjo acá está de diez." Enzo carcajea fuerte.
Sabía que tenía razón.
"Lo creas o no, Juanjo es el que ordena en las mañanas antes de ir al pueblo." explica a la vez que pone tres porciones de pizza en un plato y los mete al microondas junto a sí "Ahora que estoy de vacaciones aprovecho a dormir dos o tres horas más."
"Así que cuando te levantas ya tenes la casa hecha, el desayuno esperándote, y tiempo libre todo el día para vos, ¿no?" inquiero irónica cuando su mirada oscura se cruza con la mía.
Sus ojos bajaban de vez en cuando a mis labios. Una sonrisa coqueta se dibujo en sus labios.
El ruido del microondas es el que nos interrumpe. Trago seco sentándose en una de las sillas en la mesa, seguida de Enzo, que deja el plato delante de mí cuando decide sentarse en la mesa de enfrente.
Pasamos unos minutos en silencio. Solo una que otra mirada curiosa o confusa son las que hay en el ambiente.
"¿Qué haces acá Bianca?" pregunta mirándome con el ceño fruncido.
Tenía una mirada que, por mucho que mire, no podía descifrar qué decía.
¿Estaba feliz por verme? ¿Estaba decepcionado? ¿Enojado por lo que sucedió la última vez que nos vimos?
No entendía nada.
"Huí de casa." digo sin más. Enzo frunce los labios, confuso. No suelta palabra alguna.
No me juzga.
Esta era una de las cosas que me encantaba de él cuando nos conocimos en un principio; no importaba cuan grave podía ser el problema que tuviera, Enzo nunca me juzgaría ni me despreciaría.
Él siempre estaba ahí para mí.
Aunque yo lo haya tratado mal cuando nos vimos esa última noche de locura.
Y por más que ya pasaron unos meses de ello, esa conexión con él no la perderé por nada ni nadie en el mundo.
Lo había extrañado.
𖤐
cada vez queda un poquito mas para el final de esta shit jaja en teoria, esta historia transcurre en tres o cuatro días - en fin espero que lo disfruten.
creo actualizar esta historia mas seguido, me gusta el resultado ay. <3
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