❝ iron dragons. ❞

—Llegó el momento. Bienvenidos a nuestro primer evento. Espero que todos estén descansados y listos para una competencia nueva y única —mientras Gunther hablaba, Rory dirigió su vista hacia los integrantes de Cobra Kai, donde Kwon lideraba el grupo junto a Tory. Él no apartaba los ojos de ella, lo que la obligó a desviar la mirada con un carraspeo—. La llamamos la guerra de capitanes. Ya les dijimos lo importantes que serán sus capitanes. Veamos qué tan bien los van a proteger. —Rory cruzó miradas con su hermana, quien le dirigió una pequeña sonrisa—. Cuatro dojos irán a la lona. Solamente uno quedará en pie. Si llegan a caer, están fuera. Si uno de sus capitanes cae a la lona, todo su equipo queda fuera de esta ronda. Revisen los tableros para ver su grupo. Se eligieron al azar.

El azar parecía no estar de su lado. Una vez más, les tocaba pelear contra Cobra Kai, junto con Iron Dragons y Falchi Della Notte.

Cosas del destino, supongo.

Los cuatro equipos se reunieron rápidamente en cada esquina, todos en círculo para aclarar su estrategia para el desafío.

—Que vengan hacia nosotros —dijo Miguel, con determinación en la voz—. Protejamos el huevo. Mantengamos a Rory y a Robby a salvo.

—No me parece una buena idea —habló Rory con una mueca, atrayendo todas las miradas de sus compañeros hacia ella—. Tory estuvo con nosotros y nos vio hacer esa posición.

—Sí. Tory es bastante lista. Debe tenerlo anticipado —comentó Hawk.

—No creo que tengamos otra opción. Haremos lo que podamos —respondió Miguel con un suspiro.

—Puedo estar en primera línea —dijo Robby, mirando al chico.

—No. Solo quédate atrás y enfócate —replicó Miguel. Su tono cortante hizo que Robby frunciera el ceño, tanto por la manera en que lo dijo como por el contenido de sus palabras.

—¿Por qué no me enfocaría?

—Saliste de la habitación anoche.

El castaño tragó saliva al sentir las miradas de todos puestas en él.

Después de acordar que seguirían esa estrategia, se acercaron a sus senséis.

—No la hemos pasado bien últimamente, pero nadie nos va a descartar, ¿bueno? —dijo Daniel con firmeza—. Háganlo por ustedes.

—Es momento de darles una lección —añadió Johnny.

—¿Listos? ¡Comiencen!

Sin embargo, Tory fue la primera en moverse entre los cuatro dojos, yendo directamente hacia Miyagi-Do. Todos ellos se posicionaron con rapidez, buscando proteger a sus capitanes antes de que el resto de los equipos entraran al combate, exceptuando a Iron Dragons, quienes permanecieron en su lugar.

Lamentablemente, Devon cayó primero tras recibir una fuerte patada de uno de los integrantes del equipo francés.

—¡Devon está fuera! —gritó Miguel mientras luchaba contra sus contrincantes—. Robby, retrocede.

Rory avanzó rápidamente, agarrando el brazo de quien había derribado a Devon y esquivando un golpe del otro brazo. Le propinó un golpe al abdomen y, aprovechando que este se encorvó, giró y le dio una patada en la cara, derribándolo.

Se giró con rapidez para esquivar otro ataque de un integrante del mismo equipo, usando la defensa aprendida en el dojo de su padre y la ofensiva de Johnny.

Hawk fue el siguiente en caer.

Samantha se enfrentaba a Tory y a la capitana del equipo francés para impedir que llegaran hasta su hermana. Mientras tanto, Miguel, Rory y otros integrantes de Cobra Kai lo daban todo para acabar con los que restaban de Falchi Della Notte, dejando claro que la mayor confrontación era entre ambos dojos.

Parecían haber olvidado completamente a Iron Dragons.

Robby, tras derribar a un oponente, se giró para encontrarse cara a cara con Kwon, quien lo miraba con una sonrisa burlona.

—¿Dormiste bien?

—Vamos.

Ambos se enfrentaron rápidamente en una pelea.

—¡Rory, atrás! —advirtió Hawk desde la línea, al ver a un chico de Cobra Kai acercarse a su amiga mientras ella luchaba junto a Miguel.

La chica dejó a su oponente con Miguel y dio un salto, propinándole una patada al recién llegado. Miguel aprovechó para barrer al otro oponente, haciéndolo caer al suelo al perder el equilibrio por tener un pie levantado.

Por el lado de Robby, había logrado llevar la ventaja, posicionándose para dar el golpe final al capitán de Cobra Kai.

Sin embargo, su mirada se desvió por un instante hacia Tory.

Ese momento de distracción fue todo lo que Kwon necesitó. Con un movimiento derribó al chico, dejándolo en el suelo antes de que pudiera procesarlo.

—El capitán de Miyagi-Do cayó. Miyagi-Do está fuera.

La castaña no pudo evitar hacer una mueca mientras su frustración crecía. Volteó hacia su cuñado, quien parecía compartir el mismo sentimiento de disgusto. Ambos regresaron en silencio a su lugar, con expresiones serias que dejaban clara su incomodidad.

Daniel notó el ceño fruncido de su hija, pero decidió no decir nada. Sabía lo difícil que era aceptar una derrota, especialmente en la primera ronda.

—Hiciste lo mejor que pudiste —Devon intentó animarla—. El capitán fue el que cayó.

Eso no la ayudó.

Mientras tanto, los capitanes de Cobra Kai se pusieron al lado del otro mientras sus compañeros acababan con el equipo restante.

—El capitán de Falchi Della Notte cayó. Están fuera.

Los únicos que quedaban completamente de pie eran los Iron Dragons.

—¿Cuál es tu estrategia ahora? —le preguntó Kwon a la rubia a su lado.

—La misma que antes. Nos superan dos a uno. Perforaremos la primera línea y vamos por los capitanes —dijo Tory.

—Bien.

Los tres miembros restantes se posicionaron rápidamente para atacar, pero los cuatro competidores que cubrían a los capitanes se agacharon al unísono, haciendo que se detuvieran abruptamente.

Se levantaron de la misma manera, y se hicieron a un lado, dejando a los capitanes al frente.

Rory frunció el ceño, confundida.

Vio a Tory apartarse para quedar frente a la chica mientras Kwon y su otro compañero se colocaban frente al chico.

El combate comenzó de inmediato. Los capitanes de Iron Dragons esquivaban cada ataque con precisión. El chico, con un golpe, derribó a uno de sus integrantes, ganándose una mirada furiosa de Kwon.

Tory se enfrentaba a la chica, pero sus golpes parecían no tener efecto. En un abrir y cerrar de ojos, se vio en el suelo, soltando un quejido al sentir cómo su rival la derribaba sin esfuerzo.

Lo mismo sucedió con Kwon.

El silencio se instaló por un momento mientras todos observaban sorprendidos.

—Ambos capitanes de Cobra Kai cayeron. Los Iron Dragons ganan.

Tanto Rory como Miguel se miraron, desconcertados.

El chico levantó el puño en señal de victoria, dirigiéndose hacia el público, que no tardó en estallar en aplausos.

Tory, aún en el suelo, se recargó sobre sus codos, viendo a la chica acercarse con una sonrisa desafiante.

—Bienvenida a Barcelona, perra.

﹙• • •﹚

Los siguientes desafíos resultaron ser una auténtica prueba para Miyagi-Do, mientras que Cobra Kai los superaba con relativa facilidad, y Iron Dragons estaba encaminado a una victoria segura.

De los integrantes de su equipo, los únicos que habían logrado mantenerse sin derrotas eran Miguel y Rory, quienes se esforzaron al máximo para acumular la mayor cantidad de puntos posibles, compensando las pérdidas de sus compañeros.

En uno de sus combates, Rory se enfrentó a María, la capitana de Furia de Pantera, en un duelo con bo.

La pelea fue intensa y bastante reñida, pero finalmente, Rory logró ganar. Después del enfrentamiento, tuvo la oportunidad de conocer el lado amable de su oponente, quien elogió su fuerza y determinación.

Más tarde, mientras Robby se encontraba peleando, la chica decidió alejarse un poco para observar uno de los combates del chico que tantos problemas le estaba causando: Kwon Jae-Sung.

Observaba con atención sus movimientos, notando su velocidad y reflejos.

Era ágil, eso tenía que admitirlo, aunque no lo hiciera en voz alta.

Cuando lo nombraron ganador, Kwon se giró hacia el público con una sonrisa arrogante. Fue entonces cuando sus ojos encontraron a Rory. Al reconocerla, su sonrisa se ensanchó aún más, y no perdió la oportunidad de lanzarle un guiño.

Esta vez, Rory logró mantener sus mejillas bajo control, sin que se colorearan como un tomate.

Pero aun así, no pudo evitar sentir una mezcla de frustración y resignación al recordar la apuesta. Tarde o temprano, él reclamaría la dichosa cita.

Maldito, pensó con amargura, maldito él y maldito Robby. Los odio.

Apretó los labios en una delgada línea y optó por alejarse, antes de que alguien más notara su descontento.

﹙• • •﹚

—Escuchen todos. Bien, esta mañana el evento fue... duro, pero no tenemos que desanimarnos —dijo sy padre, dejando escapar un suspiro al final de la frase—. Tenemos dos eventos más hoy, y las eliminaciones no empiezan hasta el segundo.

—Esperen, esperen —interrumpió Hawk, frunciendo el ceño—. Si esa no era la ronda de eliminación, ¿qué era? ¿Nos cortarán la cabeza con espadas?

—Sabemos que esto no sería fácil. Estamos enfrentando a los mejores dojos del mundo. Pero no olviden: estamos entre ellos.

—Sí, y empiecen a pelear como tal —añadió Johnny, de forma directa y sin rodeos.

—Johnny, vamos —Daniel le lanzó una mirada de reproche antes de continuar—. Bien, lo mejor que pueden hacer ahora es despejar sus mentes, descansar y dejar esto atrás. Solo háganlo, ¿bueno? Creo en ustedes.

El equipo se dispersó, con los chicos tomando un camino y las chicas otro.

Sam propuso dar un pequeño paseo por la playa antes del siguiente evento para despejar la mente y refrescarse con el aire fresco. Devon y Rory aceptaron, y pronto las tres entraron al elevador, cargando sus bolsos con los gi para dejarlos en la habitación.

—Lo hice fatal allí, chicas —se lamentó la pelinegra con un suspiro.

—Todos lo hicimos terrible —respondió la ojiazul, ladeando la cabeza con una ligera mueca.

—Rory no lo hizo. Ella estuvo increíble —comentó Devon, mirando de reojo a la castaña, quien permanecía en silencio en medio de las dos. Su mente seguía atrapada en el combate... y en Kwon—. Además, aterricé en mi trasero. Dios, no puedo creer que me avergonzara tanto.

—Ayudaría si nuestros senséis estuvieran de acuerdo —dijo Sam, cruzándose de brazos y mirando a la chica—. Johnny necesita trabajar mejor con nuestro padre.

Rory abrió la boca para intervenir, pero Devon la interrumpió rápidamente.

—Bueno, no creo que todo haya sido culpa del sensei Lawrence.

Antes de que alguna pudiera responder, las puertas del elevador se abrieron, y una chica entró con el teléfono en mano.

Era Zara Malik, la capitana de Iron Dragons.

—¿Qué tal, chicos? Soy su reina del karate —saludó con una voz chillona y molesta mientras se posicionaba frente a las dos hermanas y presionaba el botón de su piso, sin dejar de grabar un live—. Recién terminamos el segundo evento del Sekai Taikai, donde los Dragons arrasaron. Aunque fue increíble ver a otras chicas rudas del karate haciendo su esfuerzo... —miró de reojo a Sam, quien le devolvió una sonrisa incómoda—, y a otras, bueno, a otras demostrando que no todo es lo que parece —desvió la mirada hacia Rory y le guiñó un ojo. La castaña levantó una ceja, confundida—. En fin, ya veremos si esos otros dojos intentan destronarnos. Y para todos mis fans, estoy aquí para ganar por ustedes. Sigan atentos. Publicaré de nuevo después del próximo evento. Zara, fuera.

Apagó el teléfono y, como si nada, se cruzó de brazos, comenzando a hablar con normalidad.

—Disculpen, solo hago intros en mis historias para los peleadores que ganan sus eventos. Cosa de la marca, así que no se lo tomen tan personal. Rory, ¿no? Te vi pelear. Creí que eras otra chica debilucha, pero veo que eres todo lo contrario. Me gustó cómo peleaste.

—Gra...

—Deberíamos intercambiar números. Estoy dispuesta a darte unos tips si me dices dónde conseguiste ese suéter. Es lindo, te hace ver tierna, y me serviría en invierno. ¿Tienes insta? —preguntó Zara, hablando tan rápido que Rory apenas pudo procesar lo que decía mientras ella le extendía el teléfono.

—Uh, sí —Rory sonrió un poco, tomando el aparato para escribir su usuario—. Ese es.

—Listo. Espero que me aceptes —respondió Zara con una sonrisa antes de que las puertas se abrieran en su piso—. Nos vemos.

Cuando quedaron solas, Rory soltó un suspiro, relajándose un poco. Sam la observaba con una mezcla de sorpresa y confusión, mientras Devon parecía no poder creérselo.

—Wow.

—"Cosas de la marca" —replicó la mayor con sarcasmo, rodando los ojos. Su hermana menor no pudo evitar soltar una ligera risa.

¿Qué demonios había sido todo eso?