
⠀𝟬𝟵. ❛ A PLEDGE TO SOBRIETY ❜
CAPÍTULO NUEVEᅠ✶ᅠcompromiso de sobriedad .
PARA CUANDO TERMINÓ LA LIMPIEZA, Jaylene tenía las mejillas rojas por el sol abrasador que la había mantenido caliente durante las dos horas que había pasado recogiendo basura. Sorprendentemente, todo había ido bastante bien. Por fin podía mantener conversaciones normales con algunos de sus viejos amigos. Era como si nada hubiera cambiado desde que dejó la isla.
⠀⠀Ahora, conducía de vuelta a casa con Andrea sentada en el asiento del copiloto, que estaba ocupada entreteniéndose con su teléfono que tenía fuertemente agarrado.
⠀⠀—¿Cree Jason que le odio? —Jaylene no pudo evitar preguntar, mirando brevemente hacia la morena sentada en el asiento del copiloto antes de volver a centrar su atención en la carretera—. He sido una completa zorra con él desde que he vuelto, pero sólo porque no estaba preparada para involucrarme en una relación tan pronto. Y porque últimamente ha sido muy crítico con mis acciones.
⠀⠀Andrea suspiró, sacudiendo la cabeza.
⠀⠀—Mira, Jason es exactamente el mismo imbécil egoísta que siempre ha sido —elaboró, sabiendo lo duras que sonaban sus palabras—. Puede que sea mi hermano y todo eso, pero es un imbécil. Dudo mucho que le importen una mierda tus sentimientos. Le encanta la idea de que tú y él estéis juntos, quiere que vuelvas para tener algún tipo de control sobre ti. ¿Principalmente porque aparentemente ahora andas con pogues? John B para ser más específicos.
⠀⠀Jaylene enarcó las cejas, confundida, al girar bruscamente y entrar en el barrio donde vivían las dos chicas.
⠀⠀—¿Cree que tengo algo con John B? Porque no es cierto.
⠀⠀La morena sentada junto a ella resopló en respuesta.
⠀⠀—¿Sí? ¿Dónde estuviste anoche? Tu padre se volvió loco porque no volviste a casa. Casi manda a buscarte.
⠀⠀—¿Así que me hago amigo del tipo y Jason automáticamente asume que tengo algo con él? Tienes que estar de broma —Jaylene se burló, agarrando el volante mientras sus nudillos se ponían blancos—. Mi madre era amiga de John Routledge, fue como un segundo padre para mí después de su muerte; su hijo y yo teníamos que hacernos amigos en algún momento.
⠀⠀—Oye, relájate. No te estoy juzgando en absoluto —Andrea se encogió de hombros, preparándose para salir del coche mientras se acercaban a las grandes casas—. Probablemente estés mejor con él que con mi patético hermano.
⠀⠀—Acabo de volver, Andrea. No pienso involucrarme románticamente con nadie estas dos próximas semanas —Jaylene suspiró, aparcó el coche en la acera y abrió las puertas—. Tal vez me enrolle con alguien de vez en cuando, pero no me voy a meter en una relación a corto plazo.
⠀⠀Andrea puso los ojos en blanco mientras agarraba el picaporte para abrir la puerta.
⠀⠀—Creo que deberías tenerlo en cuenta. Este verano va a ser memorable, puedo sentirlo en la boca del estómago.
⠀⠀—Adiós, Andrea —Jaylene despidió a la chica con la mano, viéndola levantar el dedo corazón antes de lanzarle un beso y alejarse hacia la entrada de la gran casa.
⠀⠀Jaylene no perdió el tiempo, pisó el acelerador y se dirigió a la entrada donde solía aparcar el coche. Sabía que acabarían regañándola por evitar las llamadas y no informar a nadie de dónde había estado anoche, pero no podía importarle menos. Lo único que quería era acabar de una vez y echarse una siesta para reponer fuerzas para la fiesta que se iba a celebrar esa misma noche.
⠀⠀Cogió su bolso del asiento trasero y salió del coche, dirigiéndose hacia la puerta principal para abrirla rápidamente. El inquietante silencio cesó en cuanto sus pies aterrizaron en las baldosas de mármol, lo que la hizo cerrar los ojos ante la repentina aparición de su padre.
⠀⠀Sin perder tiempo en arremeter contra ella, separó los labios para hablar.
⠀⠀—¡Has vuelto hace menos de una semana y ya vuelves a ser la adolescente rebelde de antes! No puedo ni empezar a entender lo que pasa por tu cabeza cuando haces tonterías como ésta, Jaylene —gritó Henderson con rabia, haciendo que Jaylene diera un respingo al ver lo furioso que sonaba. Se lo esperaba, pero no estaba del todo segura de lo que diría—. Disfruta de este verano, porque un golpe más y no dudaré en enviarte al internado.
⠀⠀Jaylene no pudo evitar reírse y se tapó la boca con la mano. La mantuvo allí un breve instante antes de retirar la palma de sus carnosos labios. Al principio pensó en dejarlo pasar, pero decidió no hacerlo. Había olvidado cómo se sentía la libertad.
⠀⠀—Estuve encerrada en un centro de rehabilitación los últimos seis meses. Se supone que sólo son dos meses encerrada en ese lugar completando un programa, pero tú te aseguraste de que estuviera allí seis meses, así que discúlpame si me apetecía hacer algo rebelde.
⠀⠀—¡Casi te mueres! ¿Cómo no voy a preocuparme por tu salud?
⠀⠀Jaylene sacudió la cabeza en señal de desaprobación, burlándose.
⠀⠀—En realidad es bastante sencillo, papá. Para empezar, nunca te has preocupado demasiado por mí —dijo ella bruscamente—. ¿Y ahora vuelves a amenazarme con echarme porque no puedes soportar cómo elijo vivir mi vida? ¡Siento no haber querido enfrentarte después de enterarme de que la mujer con la que te casaste era la misma que una vez trabajó para ti!
⠀⠀Se le fue el color de la cara, lo que demostró la dura información que la abuela de Jaylene había compartido con ella el día anterior. Una parte de ella quería que fuera falso, pero no lo era. Y eso la destrozó. Era la fría verdad que se les había ocultado a ella y a su hermano durante los últimos años.
⠀⠀—Iba a decíroslo a ti y a tu hermano en algún momento. Se me olvidó.
⠀⠀—¿Cuántas mentiras más, papá? ¿Cuánta más de la verdad nos has estado ocultando? —Su voz se volvió ronca mientras apoyaba las manos en sus mejillas, asombrada—. Desde que he vuelto, sigues rompiéndome el corazón poco a poco cada día —Jaylene frunció el ceño, desviando la mirada hacia la escalera, donde vio a su madrastra caminando hacia ellos.
⠀⠀—No quería que me miraras y te sintieras decepcionada...
⠀⠀—Ya me has decepcionado —Jaylene le interrumpió antes de que pudiera seguir hablando—. He intentado con todas mis fuerzas reavivar nuestra relación, pero eso va a ser bastante difícil ahora que has perdido por completo hasta la última pizca de mi confianza.
⠀⠀Lorelei miró de un lado a otro entre los dos, frunciendo las cejas confundida por la dura mirada que Jaylene le dirigía.
⠀⠀—¿Qué está pasando aquí?
⠀⠀—No mucho —Jaylene contestó antes de que su padre tuviera la oportunidad—. Acabo de descubrir que una persona en particular no sabe mantener las piernas cerradas —sus ojos se entrecerraron mientras enviaba a la morena una última mirada antes de dirigirse a su habitación.
LA ADRENALINA CORRÍA POR LAS VENAS DE JAYLENE MIENTRAS MIRABA LA PISCINA QUE TENÍA DEBAJO Y QUE ESTABA RODEADA DE UNA GRAN CANTIDAD DE ADOLESCENTES QUE LA ANIMABAN A ELLA Y A ANDREA A QUE SE TIRARAN AL AGUA. Ya estaba excitada y se preguntaba por qué estaba en lo alto del tejado. Era una idiotez por su parte, pero simplemente estaba allí por la emoción que le producían las fiestas de verano. Siempre habían sido sus favoritas.
⠀⠀—Si tú saltas, yo salto, ¿verdad? —Andrea citó una de las muchas líneas icónicas de Titanic, agarrando la mano de Jaylene sin previo aviso y enviando rápidamente a las dos chicas al agua caliente que habían estado mirando durante los últimos segundos.
⠀⠀Antes de que Jaylene pudiera procesar lo que acababa de ocurrir, su cuerpo entró en contacto con el agua cristalina de la piscina. Su visión se nubló y abrió ligeramente los ojos, arrepintiéndose cuando empezó la sensación de ardor. Gritos ahogados llenaron sus oídos hasta que rompió la superficie, recuperando inmediatamente la capacidad de oír correctamente.
⠀⠀—¡Zorra! —Se burló juguetonamente, empujando a su mejor amiga a un lado antes de apartarse el pelo mojado de la cara.
⠀⠀—Un verano memorable, ¿recuerdas? —La menor de los Smith guiñó un ojo a la morena, recibiendo un empujón a cambio, antes de que ambas nadaran hacia las escaleras y salieran de la piscina, poniéndose los pantalones cortos sobre los bañadores mojados.
⠀⠀—Dios, había olvidado lo estimulantes que eran estas fiestas —Jaylene sonrió, escurriéndose el agua del pelo mientras las dos caminaban hacia la casa para unirse a los distintos grupos de gente—. Me alegro de que me hayas obligado a venir, he tenido unos días de mierda.
⠀⠀—Claro que sí. Qué clase de amiga sería si no te diera la bienvenida de la mejor manera posible, ¿verdad? —Andrea sonrió con satisfacción, dirigiéndose hacia Rafe y Topper, que estaban rodeados de adolescentes que parecían estar muy intoxicados con algo que definitivamente no era alcohol.
⠀⠀Jaylene tragó saliva al ver el polvo blanco que se alineaba en la superficie y sus pupilas se dilataron al instante. Se vio apartada de la realidad, recordando de pronto el confuso estado en que se encontraba aquel día en que su vida estuvo a punto de llegar a un abrupto final. Sus ojos caídos se abrieron en el interior de la ambulancia en la que la habían metido, sin permitirle recobrar del todo la conciencia. Las voces eran demasiado difíciles de entender, pero podía percibir el tono de pánico que todas retenían. Fue lo único que vio antes de volver a perder el conocimiento.
⠀⠀—¡Jaylene! —Andrea sacudió a la chica, devolviéndola a la realidad.
⠀⠀—¿Eh? ¿Qué? —La chica Rosewood tragó el nudo que tenía en la garganta, plantando rápidamente una sonrisa en su rostro para evitar cualquier tipo de preocupación—. Lo siento, estoy un poco cansada —mintió, girándose hacia Rafe, que la miraba con una sonrisa burlona.
⠀⠀—¡Eh, Jay! —Le hizo un gesto para que se acercara, formando dos pequeños fardos de cocaína en dos líneas separadas, colocadas una al lado de la otra—. ¿Qué me dices? ¿Por los viejos tiempos? —El rubio la animó, sabiendo muy bien por qué había abandonado la isla. Era consciente de que lo hacía para burlarse de ella, también porque no se encontraba en el estado de ánimo adecuado, pero sobre todo porque Rafe Cameron era un capullo que no albergaba ningún tipo de remordimiento en su cuerpo.
⠀⠀La chica se puso rígida de inmediato y negó con la cabeza.
⠀⠀—Creo que esta noche me limitaré al alcohol, quizá en otra ocasión —intentó mantener un tono tranquilo, pero era fácil darse cuenta de lo molesta que estaba con su intento de hacerla llegar a su punto de ruptura—. Y deberías enfriarlo con el azúcar glas, Topper. Los primerizos nunca lo llevan bien —Jaylene advirtió al novio de Sarah, que estaba sentado en el sofá rodeado de unos cuantos kooks.
⠀⠀—¡Yo lo haré! —Andrea prácticamente corrió hacia la mesa, haciendo que Jaylene desaprobara en voz baja desde donde estaba.
⠀⠀En lugar de quedarse mirando, se dirigió a la cocina, cogió una copa y la llenó con una gran cantidad de tequila y soda. Bebió unos sorbos antes de ser interrumpida por su ex novio. Sorprendentemente, por primera vez desde que había vuelto, su presencia no la molestó del todo.
⠀⠀—Deberías cuidarla más a menudo, esa chica es difícil —mantuvo la mirada fija en Andrea mientras esta se apretaba el dedo contra la fosa nasal y utilizaba el otro para aspirar la droga que se formaba en una línea desordenada.
⠀⠀—No me había dado cuenta de que por fin habías terminado de ser odiosamente grosero conmigo —Jason prefirió disfrutar de su presencia en lugar de arruinarla ahuyentándola.
⠀⠀Jaylene se encogió de hombros, apoyando el cuerpo en la encimera mientras bebía del vaso que tenía agarrado. Sabía que lo único que él deseaba era tener el control sobre ella, pero no estaba de humor para discutir. Ahora mismo no tenía sentido.
⠀⠀—Estoy un poco achispada, Jason. Te toleraré por ahora —se burló, mirándole durante unos segundos antes de volverse hacia su amiga—. Sabes, tu hermana no es una completa idiota.
⠀⠀—Lo dudo.
⠀⠀—No estaba del todo equivocada en algo que me dijo hoy temprano —Jaylene no sabía si era el alcohol el que empezaba a dominarla, o si era su conciencia la que se daba cuenta de que ella y un tipo en particular estaban empezando a establecer algún tipo de relación.
⠀⠀—¿Y qué te dijo exactamente? —Preguntó Jason por curiosidad, preguntándose si le habían mencionado en su conversación.
⠀⠀Jaylene contuvo una carcajada, suspirando profundamente.
⠀⠀—Ahora, Jason, es bastante grosero de tu parte ser tan entrometido.
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