CAPÍTULO UNOﾠ✶ﾠel paraíso en la tierra .

RAYOS DE SOL EMPAPABAN LA PIEL DE JAYLENE MIENTRAS SE AGARRABA AL BORDE DEL TRANSBORDADOR, el viento agitaba su pelo castaño, creando nudos que tendría que desenredar más tarde. Sus oídos captaban el sonido de las odiosas gaviotas, que dejaban claro que estaban a punto de llegar a Outer Banks en pocos minutos. La idea de volver a casa la inquietaba. Este era el día que más había estado temiendo desde que se fue. El día en que tendría que enfrentarse a la realidad y a todos los demás juiciosos que vivían en la isla. Sin duda, todos esbozarían una falsa sonrisa y fingirían que no estaban decepcionados con ella por ser igual que su madre. Simplemente lo achacarían a su etapa rebelde de adolescente.

⠀⠀Con un suspiro en los labios, Jaylene miró a su padre, que estaba sentado en el asiento de madera detrás de ella. Desde que la recogió en Nueva York el día anterior, no se habían dirigido la palabra. Principalmente porque ella no quería hablar con él. Él casi nunca la había visitado cuando se fue, lo que le destrozaba el corazón. Cuando ella era más joven, eran el dúo más cercano, pero ahora no estaba realmente segura de dónde estaba su relación.

⠀⠀Su mirada ardiente era dura, haciéndola difícil de evitar.

⠀⠀—No puedes evitarme para siempre —él fue el primero en hablar, levantando la vista del periódico que había estado leyendo desde que embarcaron—. Será imposible teniendo en cuenta que vivimos bajo el mismo techo.

⠀⠀Chasqueando la lengua contra el paladar, Jaylene golpeó con los dedos el borde de sus labios carnosos.

⠀⠀—Dos veces. Me visitaste un total de dos veces en los seis meses que pasé allí. ¿Quieres enfadarte con alguien por lo que pasó, papá? ¿Por qué no intentas enfadarte contigo mismo? Nunca prestas atención a tus dos hijos porque Lorelei te tiene envuelto alrededor de su dedo. Ni siquiera te diste cuenta de que estaba completamente mal de la cabeza todo el tiempo, ¡lo que me llevó a ese día en el que Nate me encontró aferrándome a la vida en mi dormitorio! —soltó, recibiendo innumerables miradas de los demás pasajeros del barco. Si eso no les disuadía de pasar las vacaciones en Outer Banks, no estaba segura de qué lo haría.

⠀⠀Henderson tragó saliva, se puso en pie y se acercó a su hija, que estaba al borde de las lágrimas por la frustración que le producía la situación.

⠀⠀—No podía soportar verte en ese estado. Te veías tan frágil y completamente sin vida. Irreconocible —su mano rozó el hombro de ella, dándole un ligero apretón mientras su mirada permanecía concentrada en la tierra que se acercaba más y más a cada segundo que pasaba.

⠀⠀—¿Cómo crees que me sentí viendo a la gente reunirse con sus seres queridos en los días de visita? ¿Crees que eso ayudó a mejorar el estado dañado en el que me encontraba, papá? —ella giró la cabeza hacia él y le quitó la mano del hombro—. ¿O tenías miedo? ¿Asustado de que tu reputación se fuera al garete por culpa de tu hija yonqui metida en un centro de rehabilitación a cientos de kilómetros de distancia? Salí igual que ella y eso te aterroriza, ¿verdad? Soy una decepción como lo fue mi madre.

⠀⠀—Jaylene...

⠀⠀—¿Con qué historia tengo que quedarme? Cuando la gente me pregunte dónde estaba, ¿debo decirles simplemente la verdad? ¿O debo mentir y decir que tomé una sobredosis de pastillas porque ansiaba llamar la atención? —Jaylene frunció los labios, con los ojos llenos de lágrimas—. ¿Dónde le dijiste a la gente que estaba? ¿Cuál es la verdad sobre mi salida de la isla? Y no te atrevas a mentirme. Ya lo has hecho bastante.

⠀⠀Su padre suspiró, cerrando los ojos mientras se agarraba al borde del transbordador con ambas manos. Si ya no lo odiaba lo suficiente, seguramente lo haría después de recibir la verdad.

⠀⠀—Lorelei pensó que sería más fácil negar los rumores sobre las pastillas cuando surgieron por primera vez. Le dijo a todo el mundo que intentaste suicidarte tratando de ahogarte y que por eso te enviaron a vivir con tu familia en Nueva York. La historia se extendió como un reguero de pólvora, ahogando por completo la verdad. Nadie sabe dónde estabas en realidad.

⠀⠀Jaylene se quedó atónita, el sabor salado de sus lágrimas se apoderó de sus papilas gustativas mientras viajaban hasta su boca, que se quedó abierta de asombro.

⠀⠀—Que te jodan.

CUANDO POR FIN ATRACÓ EL FERRY, Jaylene prácticamente huyó del barco, dejando atrás su equipaje para que su padre tuviera que llevárselo a casa. Como había mucha gente en el transbordador, se perdió inmediatamente entre la multitud.

⠀⠀Una vez lejos del muelle, dejó escapar un suspiro de alivio, recibiendo a cambio miradas confusas de los residentes que la reconocían. Nadie pensó que se atrevería a asomarse de nuevo, pero les había demostrado que estaban equivocados. Varias personas le dieron la bienvenida con cálidas sonrisas, mientras que otras la miraron mal mientras caminaba en dirección a Figure 8.

⠀⠀El viento era más fuerte que en el ferry, lo que le hizo preguntarse por qué habían permitido que el barco cruzara el Atlántico Norte cuando el huracán Agatha iba a hacer su debut en los próximos días.

⠀⠀—¿Jaylene? —una voz familiar a sus espaldas la interrumpió de sus pensamientos, haciendo que se detuviera en seco, con una sonrisa falsa formándose en su rostro.

⠀⠀—¡Jason! ¡Hola! —exclamó, saludando al chico moreno con el que empezó a salir en el primer año de instituto antes de romper con él por teléfono una vez que se había marchado de la isla hacía seis meses. Incluso ella pensó que eso era un golpe bajo por su parte. Nadie se merecía una ruptura así—. Escucha, romper contigo de esa manera fue una mierda por mi parte. Sólo necesitaba un tiempo fuera de la isla después de sumergir voluntariamente mi cuerpo en el agua, ¿sabes? Sin rencores, ¿verdad? —el sarcasmo estaba muy presente en su tono, claramente enfadada por la mentira que tenía que mantener gracias a la bruta de su madrastra.

⠀⠀—¿Estás bien? Parece que has estado llorando —su mano se acercó a su cara, rozando cuidadosamente con el pulgar las manchas de lágrimas de sus mejillas sonrosadas.

⠀⠀—Debe de ser algún residuo del baño que me di hace seis meses —le apartó la mano de su cara de un manotazo, no estaba de humor para ponerse cariñosa con su ex novio. Sólo quería irse a casa y encerrarse en su habitación. Era el único lugar de Outer Banks que realmente echaba de menos.

⠀⠀—¿Por qué lo tratas como una broma, Jay? ¿De verdad crees que no estábamos preocupadísimos por ti? —Jason estaba harto de todas las bromas crueles que ella estaba haciendo, completamente inconsciente de que la verdad había sido tergiversada—. Siempre parecías tan bien y luego, de la nada, intentas suicidarte. Recuerdo que una vez me dijiste que tu madre sufría depresión...

⠀⠀Jaylene sacudió la cabeza antes de que él pudiera continuar, retrocediendo para que los dos tuvieran algo de espacio entre ellos.

⠀⠀—Mi madre es un tema que deberías mantener fuera de tu boca a menos que quieras una buena patada en las pelotas —se mofó, vislumbrando a su padre que estaba en el muelle con su maleta, buscándola—. Estoy bien, Jason. Estoy viva y eso es lo que importa. Ahora si me disculpas, me gustaría volver a casa con el resto de mi familia —ella salió corriendo antes de que él pudiera protestar, apresurándose hacia la mansión Rosewood para que Henderson no la encontrara.

⠀⠀—¡Espera, Jaylene! —la siguió por detrás, mientras ella cruzaba la calle para llegar al lado donde estaban alineadas todas las casas grandes, casi lo atropella un coche que venía en su dirección y en el que iban John B y sus tres amigos.

⠀⠀—¡Jesucristo, Jason! ¡Pues vete y provoca un accidente de coche! —gritó, empujando su cuerpo hacia la hierba verde del campo de golf—. Necesito algo de tiempo para reajustarme. Lo último que necesito ahora mismo después de seis meses de volver a estar con mi familia en Nueva York es a ti respirándome en la nuca como un loco obsesionado. Así que hazme un favor y déjame en paz por ahora —Jaylene quería abofetearse a sí misma por casi revelar la verdad que había estado profundamente enterrada.

⠀⠀—Esperé seis meses para que volvieras, Jay. Lo menos que puedes hacer es contarme cómo te ha ido —le agarró la muñeca antes de que pudiera alejarse de él de nuevo.

⠀⠀Irritada, Jaylene le soltó la muñeca, conteniendo las ganas de abofetearle por ser tan gilipollas.

⠀⠀—Me fui de esta isla porque casi muero, Jason. Ahora todo el mundo me compara con mi madre, a la que apenas recuerdo. Así que, ¡perdóname si no estoy de humor para hablar de mis sentimientos! —espetó, dejando atrás al chico de cabellos morenos antes de continuar su camino hacia la mansión que estaba siendo preparada para el huracán que tendría un gran impacto en el gran pedazo de tierra.