chapter seven.
" the start of something or not? "

— Hola. — dije en español entrando en el salón donde Isaac me iba a hacer clases

— Hola, Riri, ¿qué tal estás?

— Vale... he entendido "hola" y a partir de ahí me he perdido

Isaac se rio y señaló la silla a su lado. — He dicho "Hola, Riri, ¿qué tal estás?". Ahora entiendo por qué has suspendido, no entiendes ni eso.

— Estoy aquí para mejorar, maestro.

Comenzaron las clases, y aunque mis intentos de aprender el idioma eran a menudo torpes, Isaac demostró ser un paciente profesor. Poco a poco, las palabras comenzaron a tener más sentido, y me di cuenta de que quizás aprender español no era tan difícil después de todo.

— Aprendes rápido. — sonreí por ese comentario — Tú sonriendo, se ve poco.

— ¡Oh! ¡Calla! — dije dándole un golpe. Miré el reloj y me levanté de golpe — Mierda, llego tarde a boxeo. ¡Nos vemos en casa! — grité

(...)

( narra isaac. )

Esperé un rato y luego me dirigí al sótano de la escuela, donde se encontraba el salón de boxeo. Nunca admitiría en voz alta que había bajado más de una vez aquí abajo para verla golpear el saco.

Al entrar al sótano, el sonido de guantes golpeando el saco llenó el espacio. Riley estaba inmersa en su rutina de boxeo, concentrada y llena de determinación. Me quedé en la entrada, observando en silencio, maravillado por la fuerza que emanaba de ella.

Después de un rato, Riley notó mi presencia y detuvo sus golpes, girándose hacia mí con una sonrisa cansada. — ¿Has venido a comprobar si mejoro en español o a ver si puedo darte una paliza en el ring?

Me reí. — Ninguna de las dos. Solo vine a asegurarme de que no estuvieras causando destrozos aquí abajo. — mentí

Riley subió las cejas notando la mentira, pero paso de eso y dejó los guantes a un lado acercándose a mí. — Destrozos no, solo liberando un poco de tensión. — miró a su alrededor con complicidad — Además, este lugar es como mi refugio personal.

— Parece que te sienta bien. — comenté, admirando la dedicación que ponía en cada golpe

— ¿Te gustaría intentarlo? — sugirió, señalando los guantes de boxeo

Acepté la propuesta y nos colocamos los guantes. El ring se convirtió en el escenario de un enfrentamiento amistoso, donde intercambiamos golpes y risas. Aunque Riley tenía más experiencia, no me dejé vencer fácilmente.

Después de unos rounds, perdí y nos estiramos en el suelo del gimnasio, recuperando el aliento después de la intensa sesión de boxeo. Riley me dio un golpe amistoso en el hombro, y su risa resonó en el espacio. — No lo haces mal para ser principiante.

— Gracias. Tal vez debería considerar cambiar de deporte.

Riley rio. — Quizá. Deberías intentarlo más a menudo. Ayuda a liberar el estrés, ya sabes.

Asentí, reflexionando sobre cómo el boxeo podía ser tan terapéutico. — Tienes razón. Esto es genial para liberar tensiones. — sonreí al ver que la chica parecía estar feliz y no con su habitual enfado — ¿Te gusta pasar tiempo aquí abajo?

Ella asintió. — Sí, es como mi propio santuario. Cuando estoy aquí, solo soy yo y el saco. Todo lo demás se desvanece por un rato, — miró a los chicos de detrás de ella — hasta el grupo de Charles, que apestan mucho.

La miré con admiración. — Deberías venir más seguido. Parece que te hace bien.

— Sí.

— ¿Te acompaño a... casa? — dije esperando que aceptara, realmente quería que dijera que sí

Riley me miró extrañada. — No. — me rasqué el cuello por detrás nervioso

— Oh, vale, pues me voy.

— Venga, vamos. — se levantó y se sacó los guantes — ¿Va?

— Eres... bastante bipolar. — me saqué los guantes y la seguí

Subimos y esperamos a que Danny viniera a buscar a Riley. Me subí en la parte trasera esperando a que ella subiera conmigo, pero ella se subió delante. — Hola, Danny. — le sonrió

— Hola, Riley. Y... Isaac, ¿qué haces aquí? ¿No deberías haberte ido hace una hora y media?

— Sí, pero... he decidido probar boxeo.

Mi primo se sorprendió con la respuesta. — Oh, no me esperaba eso. — empezó a conducir — Y... ¿te ha gustado?

Miré a Riley, esta esperaba mi respuesta. — La verdad es que sí.

(...)

( narra riley. )

— ¿Qué opinas? — le pregunté a Benny enseñándole mi dibujo

— ¡Qué chulo! — dijo el pequeño admirando el coche que había pintado

— ¿Qué coméis? — preguntó George entrando al comedor. Yo miré a Katherine, sabía que eso no iba a acabar bien. Benny respondió la pregunta y maldije por dentro — Ah, por favor dime que no te pagaron con fruta.

Katherine lo miró con una expresión seria. — Los Young están batallando, como toda la comunidad agrícola.

— Sí, eso nos incluye. — le respondió su marido

— Está bien, ¿qué quieres que haga? ¿Que les niegue atención veterinaria?

— No sé, tendrán que resolverlo, ¿no? Igual que nosotros. — empezó a irse

Abrí mi boca. — Yo puedo trabajar. — los dos me miraron sorprendidos — Se me dan bien los niños. — Benny asintió — Puedo hacer de niñera y lo que gane os lo doy para ayudaros.

— No hace falta Riley-

Interrumpí al adulto. — No, vosotros me habéis dado una cama, un techo, me dais de comer... es lo mínimo que puedo hacer. Lo que gane os lo doy, bueno, me quedo con un poco.

— Claro, amor. — dijo Katherine — Gracias.

— Gracias.

Miré a los dos mayores y les sonreí. Realmente apreciaba lo mucho que se esforzaban para que Jackie y yo nos sintiéramos cómodas en la familia.

Miré el dibujo de Benny. — ¡Pero qué chulo! ¿Quiénes son? — apunté a las personas que había dibujo

— Mamá y papá. — señaló a los dos monigotes más grande — Esa es Parker y Jordan. Cole, Danny y Álex. Esa es Jackie. — señaló a una chica con palitos y una taca roja en la camiseta que entendí como los espaguetis con tomate — Ese soy yo y esa eres tú a mi lado. — sonreí — Esos son Isaac y Lee y... Nathan. — dijo señalando a los chicos a mi lado

Abracé al chico feliz viendo como el pequeño nos representaba como parte de su familia. — Venga, vamos a colgarlo en la nevera. — andamos hacia la cocina y colgamos el dibujo en el medio de todo — Es precioso.

Subí al chico abrazándolo. — ¡Vuelo!

— ¡Eres un superhéroe!

Divisé a Isaac mirándonos desde la escalera con una sonrisa en la cara. — ¿Qué hacéis? — se acercó a nosotros

— Benny ha hecho una obra de arte.

El chico miró el dibujo colgado en la nevera. — ¡Vaya! Está muy bien. — el niño sonrió — ¿Este soy yo? — se señaló a él mismo — ¡Me encanta como has hecho mi chaqueta de cuero!

Benny asintió con entusiasmo. — ¡Es que siempre llevas esa chaqueta chula!

— Sí, es verdad, es muy chula. — me acerqué a él y le coloqué bien la chaqueta que llevaba puesta. Él tragó saliva — Un día me la dejas, ¿vale?

El chico tardó en responder. — Claro, sí.

( narra isaac. )

No entendía a esta chica. Estábamos bien un momento y al siguiente me ignoraba, un momento parecía que hubiera algo entre nosotros y al siguiente parecía que le molestara mi presencia.

Subí a mi habitación encontrándola vacía.

Me recosté en la cama, tratando de comprender qué estaba pasando. Riley era un enigma. A veces, su sonrisa sugería algo más, pero al instante siguiente, se cerraba como una puerta. ¿Qué estaba pasando por su mente?

Repasé mentalmente nuestros últimos encuentros. La clase de español entre risas, la sesión de boxeo, el dibujo de Benny en la nevera. Todo parecía normal, pero algo estaba fuera de lugar. ¿Estaba sobre analizándolo todo o no había nada entre nosotros?

Suspiré, sintiendo la frustración aumentar. Estábamos en la misma casa, compartíamos momentos, pero algo impedía que la conexión fuera completa. Tal vez era la sombra de la tragedia que aún flotaba en el aire, o tal vez eran las diferencias entre nosotros.

Me pregunté si debería abordar el tema con ella, pero temía que eso solo empeorara las cosas. Riley era complicada, y yo, aparentemente, no lograba descifrar sus señales. ¿Cómo se podía pasar de la risa al silencio tan abruptamente?

Cerré los ojos, tratando de encontrar alguna respuesta en mi mente. Quería entenderla, pero era muy difícil de entender.

• He tardado unos días, lo siento. Espero que os guste. <33 ¡Qué habrá segunda temporada! ¡Qué guay!