
𝟬𝟭 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗂𝗅𝖾𝗇𝖼𝖾𝖽
Maya echó la cabeza hacia atrás, soltando un suspiro cansado al ver que su hermano atrapaba la pelota por séptima vez en el arco.
—¿En serio?
—Acéptalo —dijo Garret, recargando su brazo en su hombro—. Liam es mejor que tú atrapando.
Maya le dirigió una mirada fulminante mientras le daba un codazo para apartar su brazo.
—Tal vez, pero yo soy mejor que tú lanzando —respondió de mala gana, arrebatándole el palo de lacrosse para acomodarse y lanzar otra pelota.
Pero como en las veces anteriores, Liam la atrapó sin esfuerzo. La chica rodó los ojos, frustrada, mientras su hermano se quitaba el casco con una sonrisa burlona al notar su expresión.
Lo que ninguno de los dos sabía era que dos chicos los estaban observando boquiabiertos, impresionados tanto por los lanzamientos de Maya como por las atrapadas de Liam.
—¿Quiénes diablos son ellos? —preguntó el chico de lunares con el ceño fruncido.
Liam se acercó a su hermana y a su amigo.
—Bien, Liam. Quizá seas el primer capitán de primer año, y tal vez Maya sea la primera chica en el equipo —dijo Garret con una sonrisa.
❪ ⋯⋯⋯ ⊰ ᯽ ⊱ ⋯⋯⋯ ❫
Aquella chica cerró la puerta de su casillero después de guardar su bolso con la ropa de entrenamiento. Ahora llevaba su atuendo normal, lista para ir a clase.
Sin embargo, al cerrar la puerta, se encontró frente a dos rostros desconocidos. Levantó una ceja y se cruzó de brazos, estudiándolos.
—Maya, ¿cierto? —preguntó Stiles, mirándola con suspicacia. Ella solo asintió, seria—. Ya se lo preguntamos a tu hermano, pero su respuesta no nos convenció —continuó—. Así que, ¿nos podrías explicar tú qué fue eso?
—¿De qué hablan? —replicó Maya, frunciendo el ceño. Su paciencia, ya corta de por sí, se agotaba rápidamente.
—Esa demostración. Su acto de circo —respondió Stiles como si fuera obvio—. Lanzaste bien todo el tiempo.
—Pues planeo ser Defensora —se encogió de hombros, recargándose contra su casillero.
—Sí, pero lo hiciste demasiado bien para ser una chica.
Maya abrió la boca, indignada, pero antes de que pudiera replicar, Scott intervino.
—Tu hermano y tú son de primer año, ¿no?
Ella asintió.
—No estaban aquí el semestre pasado —dijo Stiles.
—Nos transferimos de... —Maya suspiró, incómoda—...Devenford.
Scott frunció ligeramente el ceño al notar cómo los latidos de su corazón se aceleraban.
—¿Se transfirieron? —inquirió, mirándola con curiosidad. Ella asintió otra vez—. No, los expulsaron, ¿no es así?
—Expulsados, transferidos... ¿Qué diablos les importa? —respondió Maya con brusquedad, dejando claro que no quería hablar del tema—. Vinimos aquí a jugar lacrosse. Necesitan buenos jugadores.
—No —negó Stiles, frunciendo el ceño—. No necesitamos más jugadores buenos, ni a una chica.
—En realidad, nos vendría bien un par, especialmente una chica —corrigió Scott, lanzándole una mirada de advertencia a su mejor amigo.
Stiles miró a Maya.
—¿Cómo lograron ser tan buenos? ¿Siempre fueron así? ¿O pasó de la noche a la mañana? ¿Alguna vez encontraste un cadáver en el bosque y le dijiste a tu hermano, y ambos fueron a investigar durante una noche de luna llena...?
—Stiles —murmuró Scott, regañándolo.
—Aprendimos de nuestro padrastro, ¿ok? —contestó Maya con un suspiro de frustración—. Él fue capitán en segundo año —miró a Scott—. Como tú —él sonrió un poco mientras ella volvía a mirar al de lunares—. Y sí, soy así de buena naturalmente.
Le dedicó una sonrisa falsa antes de alejarse de ellos. Stiles parpadeó con un tic en el ojo mientras la veía irse, y Scott seguía sonriendo.
—No mintió.
❪ ⋯⋯⋯ ⊰ ᯽ ⊱ ⋯⋯⋯ ❫
Una vez que la mayoría de los chicos en los vestuarios estuvieron listos, Liam y Garret dejaron que Maya entrara con ellos. La chica se quedó hablando con ambos mientras los demás terminaban de prepararse.
El sonido del silbato del entrenador resonó, llamando la atención de todos.
—Les recuerdo que esta es una prueba abierta —anunció Finstock—. Todos los puestos están disponibles. Es una temporada de reconstrucción. Jackson ya no está, Lahey ya no está. Y Greenberg... —hizo una pausa dramática, rodando los ojos—, el único que quería que se fuera, lo retuvieron. De nuevo. ¡Rápido al campo!
Los chicos comenzaron a recoger sus cosas apresuradamente para dirigirse al entrenamiento.
En el campo, los jugadores estaban entrenando. Habían pasado por varios circuitos y, finalmente, les tocaba dar una vuelta completa al terreno.
—Terrible. Horroroso —repetía Finstock mientras observaba a los chicos pasar frente suyo—. Patético. Increíblemente patético. ¿Son todos?
En ese momento, Stiles llegó último, jadeando y cayendo al suelo exhausto.
—Sí, son todos.
Scott se apresuró a ayudar a su amigo a levantarse, sosteniéndolo para que no se desplomara.
—¿Quién llegó primero? —preguntó Stiles entre respiraciones agitadas.
Su amigo señaló con la cabeza hacia Maya y Liam, que habían llegado juntos.
—¿Qué? ¿Son humanos? ¿Qué son, hombre y mujer chita? ¿Eso existe?
—Son así de buenos naturalmente.
—Voy a vomitar. Llévame.
—Bien, vamos.
❪ ⋯⋯⋯ ⊰ ᯽ ⊱ ⋯⋯⋯ ❫
En los ejercicios con la pelota, Stiles fue el primero en lanzar, pero el portero atrapó la pelota con facilidad, provocando risas entre los demás mientras él se iba al fondo de la fila.
Maya, en cambio, logró anotar sin problemas. Scott lanzó con fuerza, pero la pelota terminó fuera del arco.
—Bien hecho, McCall —dijo Garret con burla.
—Garret, cállate —respondió Stiles, molesto.
El entrenamiento continuó. Los mellizos no fallaban ni una anotación, mientras que Scott no lograba anotar ni una sola vez, algo que no pasaba desapercibido, considerando que era el capitán del equipo. Stiles, como siempre, tampoco tuvo éxito.
Finstock tocó el silbato para reunir al equipo.
—¡Rápido! —ordenó—. McCall y Stilinski, agarren los palos largos. Van a cubrir el arco, dos contra uno. ¡En formación!
La práctica siguió. Garret tomó la pelota y corrió hacia el arco, intentando despistar a los amigos con un giro. Pero Scott fue más rápido, golpeando su palo y haciendo que la pelota cayera.
—¡Esos son mis chicos! —exclamó Finstock—. Esos dos son como mis hijos.
El resto del equipo continuó intentándolo, pero Scott y Stiles lograron detenerlos... excepto a Maya. Ella pasó fácilmente, demostrando su habilidad.
Cuando fue el turno de Liam, este esquivó a Stiles y también a Scott, logrando anotar sin problemas.
—¡Fue solo suerte! —gritó Malia desde las gradas.
—No, Malia. No te metas —rogó Stiles con una mueca de incomodidad.
—¡Que lo hagan de nuevo!
—Querida, no hace falta. Es solo una práctica —dijo el entrenador.
—Apuesto diez dólares a Scott y Stiles.
—Acepto. ¡Una vez más, Liam!
Scott y Stiles volvieron a sus posiciones mientras Liam se preparaba. El alfa gruñó por lo bajo al ver la confianza en la sonrisa del rubio. Cuando este corrió hacia ellos, Scott lo interceptó.
El crujido del hueso de la pierna de Liam resonó en el aire, dejando a todos en silencio.
—¡No se muevan! ¡No lo toquen! —ordenó Finstock mientras se acercaba rápidamente.
—Estoy bien, entrenador. Estoy bien —dijo Liam, intentando levantarse, pero una mueca de dolor cruzó su rostro. Ambos chicos lo sostuvieron—. Creo que es mi pierna —dijo, apretando los dientes.
—Mejor que lo vea la enfermera —dijo Stiles mientras lo ayudaban a salir del campo.
Maya los observó con el ceño fruncido antes de seguirlos.
❪ ⋯⋯⋯ ⊰ ᯽ ⊱ ⋯⋯⋯ ❫
Cuando terminaron de atenderlo, entró al cuarto donde su hermano descansaba. Aunque no eran especialmente unidos, se preocupaba por él.
—Está bien, solo... —dijo su padrastro mientras inspeccionaba la pierna del chico.
—¿Me fracturé, verdad? —preguntó Liam con una mueca de frustración.
—Habrá que hacer una radiografía para confirmarlo —respondió el hombre.
—Me fracturé. Es culpa mía —insistió Liam, claramente molesto consigo mismo.
—Normalmente te daría la razón, pero esta vez no creo que sea tu culpa —dijo Maya, recostándose en una silla y suspirando—. Nos quisimos lucir frente a chicos de tercer año.
—Y uno de ellos es el capitán del equipo —agregó Liam, todavía fastidiado.
Su padrastro los miró a ambos con seriedad antes de hablar:
—Recuerden lo que siempre les digo: jueguen con la cabeza, no con la fuerza.
Maya bajó un poco la mirada, preguntando con voz suave:
—¿Estás enojado?
—No, claro que no. Pero su mamá probablemente se enoje conmigo por meterlos en lacrosse. Aunque no hay razón para entrar en pánico... todavía. Déjenme ocuparme de esto.
Con un suspiro, salió de la habitación, dejando a los hermanos a solas. Liam y Maya comenzaron a hablar entre ellos, pero su conversación se interrumpió al escuchar ruidos extraños fuera del cuarto.
Ambos se miraron, perplejos. Maya ayudó a Liam a levantarse con cuidado, aunque este apenas podía sostenerse bien.
—¡Oigan! —llamó el chico al salir al pasillo—. ¿Alguien oyó eso?
No hubo respuesta. El corredor estaba vacío.
—¿Qué fue eso? —susurró la chica, inquieta.
Liam estaba a punto de responder cuando notó que su hermana miraba algo con una mezcla de sorpresa y terror. Al girar la cabeza, vio a un chico tambaleándose hacia ellos. Su ropa y su boca estaban cubiertas de sangre, y su mandíbula parecía deforme, llena de colmillos.
❪ ⋯⋯⋯ ⊰ ᯽ ⊱ ⋯⋯⋯ ❫
Scott llegó al lugar justo a tiempo para encontrar a Sean sujetando a Liam y a Maya por el cuello, al borde de la azotea.
—¡Aléjate de ellos! —gritó, con su rostro transformado, mientras daba un paso adelante.
—¡No te acerques! —replicó Sean con voz cargada de rabia y desesperación.
—No tienes que hacer esto. Sea lo que sea que te pase, podemos ayudarte.
—No... No pueden ayudarme —susurró Sean, sus ojos llenos de hambre—. Los Wendigos no necesitan ayuda. ¡Necesitamos comida!
—¡Vete al carajo! —gritó Maya, luchando contra su agarre.
La furia del chico aumentó y comenzó a empujarlos más cerca del borde.
Scott no lo pensó dos veces. Con un salto, aterrizó cerca de ellos, pero justo en ese momento Sean los empujó. Maya y Liam lograron aferrarse al borde del techo, luchando por no caer.
—¡Aguanten! —gritó mientras corría hacia ellos.
Logró tomar a cada uno de los hermanos por un brazo, pero el peso combinado era demasiado para él. Sean aprovechó la oportunidad y lo atacó desde atrás.
Scott hizo lo único que se le ocurrió para salvarlos: mordió los brazos de Liam y Maya, uno tras otro, para aliviar la carga y que pudieran resistir un poco más.
Los gritos de ambos llenaron el aire, pero Scott no soltó. En un último esfuerzo, los levantó de vuelta al techo.
Cuando finalmente se giró, Sean yacía muerto en el suelo. Un hombre misterioso se alejaba en la distancia, su rostro completamente liso, sin boca.
Liam y Maya se sostenían los brazos mordidos, gimiendo de dolor. Scott, paralizado, solo podía mirar sus colmillos ensangrentados.
Los había convertido en sus betas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro