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ᅠ𝗼𝗻𝗲. stand by me


━━━━━ ✶⠀❛ in between⠀˓ 𓄼 ⋆
oo1. quédate a mi lado .ᐟ
sage's pov 🧸

❛ I never had any friends later on like the ones I had when I was 12. ❜
stand by me, 1986.




ENTRO EN MI HABITACIÓN Y COJO EL LIBRO QUE ESTÁ ENCIMA DE LA MESILLA DE NOCHE. Se titula Picking Daisies on Sundays y es el favorito de Lucy, la chica que más me entiende y mi mejor amiga desde que teníamos cinco años y yo me caí frente a su casa (ella comenzó a reírse de mí). 

⠀⠀Es una especie de proveedora y devoradora de libros: ama la lectura y todo lo que tenga que ver con ella, y además siempre insiste en que lea sus preferidos, ya sea en formato físico o digital.

⠀⠀Yo soy más de películas, pero como ambas compartimos gustos (romance y misterio), ella me presta sus libros y yo le invito a mi casa para hacer maratones de las mejores comedias románticas de los 2000. Es un buen trato.

⠀⠀Este libro me lo dio hace ya varias semanas, pero entre unas cosas u otras aún no he tenido la oportunidad de empezarlo tranquilamente. Me tumbo en mi cama con intención de hacerlo cuando mi móvil vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón vaquero. Es Wyatt.

⠀⠀Wyatt Scobell es mi vecino desde que tengo memoria, el chico que siempre me ha gustado y por alguna razón que sigo desconociendo, mi novio. Siempre había soñado con ello, y de repente, ese deseo se convirtió en realidad, haciéndome la chica más feliz del mundo.

⠀⠀A pesar de ello, Lucy no está tan contenta; dice que es un poco creído e hipócrita, y que merezco algo mejor. Su opinión siempre ha sido muy importante, pero ella no sabe cómo es Wyatt de verdad, sólo lo que él muestra a los demás; ni tampoco sabe cómo es una relación en general, por muchos libros que lea sobre ellas.

⠀⠀Por otro lado está Walker, el hermano de Wyatt. Siempre nos habíamos llevado muy bien, sobre todo porque somos vecinos, hasta que en primaria empezó a ser más borde conmigo, acabando como el pesado que es ahora. Lo pasé un poco mal, pero como comencé a salir con Wyatt, me importó menos. Supongo que sólo está celoso de que pase tiempo con su hermano.

⠀⠀Vuelvo de mis pensamientos a la realidad y abro el mensaje de Wyatt. Lleva un tiempo un poco rato, pero he estado dando por hecho que se debía a la importancia de su último curso en el instituto y por los duros entrenamientos de fútbol a los que se ve sometido.

⠀⠀Hace unas horas le escribí por si quería pasar un poco de tiempo juntos para que despeje la mente, pero al ver que no contestaba traté de no darle muchas vueltas e hice unas galletas. Es lo que hago ahora cada vez que me estresa algo y no quiero pensar en ello: hacer algún postre o dulce para librar la mente de todo.

⠀⠀Su mensaje, como la mayoría últimamente, es seco y suena a excusa: tengo entrenamiento en unas horas y tengo que hacer un trabajo. Lo del entrenamiento sé que es cierto, he ido varias veces a verlo y a animarlo, a pesar de no tener ni idea de fútbol, para que se sienta apoyado. Sin embargo, si esto pasara hace unos meses en vez de en la situación en la que estamos ahora, estoy segura de que me respondería que podía ir a su casa mientras hacía ese trabajo.

⠀⠀Le contesto con un simple "valee, si necesitas algo estoy aquí 💘" y suelto un suspiro. Por mucho que quiera ignorarlo, esta nueva actitud me está doliendo mucho, y sé que ha influido en mis ánimos por comentarios de mi familia y Lucy.

⠀⠀Al pensar en esta última, me siento mejor y decido ir a verla y llevarle de paso unas pocas galletas, que sé que le encantan (para nada a modo de pago por escucharme siempre). Me pongo unas Converse blancas y tras coger el móvil y echarme colonia, bajo las escaleras.

⠀⠀Encuentro en el salón a Noah, mi hermano pequeño, viendo la televisión. Paso por su lado y le alboroto el pelo con una pequeña sacudida, por lo que suelta una pequeña queja en forma de gruñido.

⠀⠀—¿Mamá está en el jardín? —Le pregunto al no haberla visto en la cocina al bajar.

⠀⠀—Sí, creo que está hablando con Stella —responde sin despegar los ojos de la tele, donde Henry Hart se reúne con Charlotte y Jasper.

⠀⠀Al escucharlo pongo los ojos en blanco, ya que Stella es la madre de Oliver Wilburn, nuestro vecino más cercano (estamos separados por una valla) y mejor amigo de Walker. No me cae mal, pero he sido víctima de alguna broma suya por culpa del hermano de mi novio.

⠀⠀Salgo al jardín, y efectivamente encuentro a mi madre hablando con Stella, separadas por dicha valla. Apenas ha comenzado el otoño, por lo que aún no han caído muchas hojas y se puede andar de manga corta. Me acerco lentamente a las dos mujeres, que mantienen una conversación animada.

⠀⠀Mabel —así se llama mi madre— es una de las personas más fuertes y risueñas que he conocido nunca, y desde luego un ejemplo a seguir día a día. Nuestro padre, un tío imbécil con el que mi madre no se arrepiente de haber estado porque gracias a él nos tuvo a Noah y a mí, se largó de casa en cuanto se enteró de que las tres personas que vivíamos en casa se convertirían en cuatro. Y tampoco es que antes de eso cumpliera muy bien sus funciones de progenitor; prefería ir de bar en bar a cuidar de su mujer e hija.

⠀⠀Mi madre lo pasó bastante mal, pero siempre nos recuerda que fue lo mejor que podría haber hecho, porque por ello nos mudamos aquí, y conoció a las familias del vecindario, que la ayudaron mucho a cuidar de mí y Noah. Por esta razón, mi hermano y yo crecimos jugando en la calle con los hijos de nuestros nuevos vecinos, que pronto se convertirían en amigos.

⠀⠀Supongo que al final nos vino bien que Dexter —padre no es una palabra que lo defina bien— nos abandonara, ya que mi madre está ahora más feliz de lo que la he visto nunca.

⠀⠀Me acerco a ella y a Stella y le apoyo una mano en el hombro a modo de advertencia de mi presencia junto a ella.

⠀⠀—Buenas tardes, señora Wilburn —saludo educadamente a la madre de Oliver, quien me sonríe como respuesta—.  Mamá, voy a ir un rato a la casa de Lucy, y así de paso le llevo galletas a ella y a Betty.

⠀⠀—De acuerdo, cariño —me responde con afecto—. Recuerda que más tarde tienes que preparar la cena. Yo me pasaré un rato por el cementerio y luego por casa de los Scobell —añade girándose hacia mí y colocándome un mechón de pelo detrás de la oreja distraídamente.

⠀⠀—Vale —contesto tratando de que no se note en mi cara el nudo que siento de nuevo en la garganta al escuchar el apellido de Wyatt—, no volveré tarde, te lo prometo. Dejaré unas cuántas galletas apartadas para que lleves a Henry y Cora. Salúdalos de mi parte.

⠀⠀—Haz tú lo mismo con Betty, y dile también que ya tengo el pantalón que me pidió que arreglara listo, que puede venir un día a tomar un café. Pásalo bien, cariño —se despide, dándome un rápido beso en la frente.

⠀⠀—De acuerdo, mamá —contesto con una sonrisa, girándome hacia la madre de Oliver—. Buenas tardes, señora Wilburn —digo, esta vez a modo de adiós.

⠀⠀Ya en la cocina, mientras reparto las galletas en tres grupos —para Lucy, para los Scobell y para comer nosotras en casa— recuerdo lo que mi madre me ha dicho. Varios días a la semana que tenga libres, va al cementerio del pueblo para limpiar algunas tumbas que ya no tienen familiares que lo hagan, y para poner flores frescas para que "se sientan bellos y queridos allí donde estén". 

⠀⠀Creo que es una costumbre que ha cogido al sentirse culpable por mudarse y no poder visitar las lápidas de los abuelos, pero me parece algo muy bonito y que no cuesta nada, por lo que muchas veces la acompaño.

⠀⠀Cuando termino de repartir las galletas, dejo las nuestras apartadas, la bolsa de los Scobell encima de la mesa y cojo las que dejaré en casa de Lucy. Tomo las llaves de casa y vuelvo un momento al salón para despedirme de Noah.

⠀⠀—Noah, voy a casa de Lucy, pero vuelvo para preparar la cena —informo desde el marco de la puerta—. Pórtate bien y no estés toda la tarde pegado a la televisión, que Swellview ya tiene quien la salve —le digo mientras me acerco y le doy una galleta—. No se lo digas a mamá —añado, guiñándole un ojo.

⠀⠀Y con todo por fin listo, salgo de casa y cruzo la calle.

⠀⠀Conocí a Lucy cuando me caí frente a su casa y ella se rio de mí; tuvo que salir su madre corriendo de casa para socorrerme y curar la herida de mi rodilla cuidadosamente, a la vez que reñía a Lucy por partirse de risa y no avisarla o buscar ayuda. Todo esto sucedió hace tiempo, pero a ambas nos gusta recordarlo, ya que desde ese día nos volvimos inseparables.

⠀⠀Además, lo rememoramos como obra del destino, ya que técnicamente caí delante de mi casa, pero como mi madre estaba cuidando de Noah —quién apenas tenía un año— no se dio cuenta, y fue la vecina de la casa de enfrente quien se ocupó de mí.

⠀⠀En un minuto llego a la casa de Lucy y timbro. Stella, que con el tiempo se ha convertido en una segunda madre para mí, abre la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

⠀⠀—¡Sage! Qué alegría, ¿cómo estás? —Me recibe, dándome un corto pero reconfortante abrazo.

⠀⠀—Muy bien, Stella. ¿Y tú? Me dijo mi madre que ya tiene el pantalón listo, que cuando quieras vayas a tomar un café —respondo, acordándome de las palabras de mi madre.

⠀⠀—Ay, Mabel siempre tan amable. Es una artista, ¿sabes? Es una pena que no pudiera dedicarse a la costura... —Me dedica una sonrisa cariñosa—. Pasa, pasa, no te quedes en la entrada.

⠀⠀Entro en su casa, que es literalmente igual que la nuestra excepto por la decoración. Me dirijo a la cocina mientras escucho a Stella cerrar la puerta.

⠀⠀—He traído unas galletas que hice esta tarde, seguro que a Lucy le gustará la sorpresa —digo, a la vez que dejo el plato en la mesa y cojo unas cuantas para llevarle a mi mejor amiga.

⠀⠀—Muchas gracias, Sage. No hacía falta, eres un sol. Está claro que Lucy estará encantada, está arriba, en su habitación —termina, dirigiéndome una sonrisa cómplice.

⠀⠀—Gracias, Stella —me despido, cogiendo un plato más pequeño con unas cuantas galletas para ofrecerle a Lucy.

⠀⠀Subo a su habitación, que está exactamente en el mismo lugar que el mío: en el cuarto que es un ático con un balcón desde el que se puede acceder al tejado.

⠀⠀De pequeñas no nos dejaban salir por precaución, pero ya siendo más mayores, nos hemos pasado noches enteras viendo las estrellas y hablando de cualquier cosa hasta que una se quedaba dormida. Es uno de mis mejores recuerdos con ella.

⠀⠀La puerta está cerrada, y aunque estoy segura de que tendrá los cascos puestos escuchando alguna canción de Lana del Rey, llamo igualmente con los nudillos antes de abrirla.

⠀⠀Encuentro a Lucy tumbada en su cama boca abajo, con la que supongo será su última adquisición para añadirla a la estantería repleta de libros que tengo a la izquierda. Sobre su cabeza descansan dichos cascos, como ya figuré, y al lado de sus pies está Marie, su preciosa gata, durmiendo tranquilamente.

⠀⠀Lucy es una chica lindísima, de pelo rubio y largo como el mío y sonrisa hermosa. Cualquiera que la ve mira más de una vez, y es normal; sin embargo, es aún mejor si la conoces. Siempre trata de ayudar a los demás, y de mantener una sonrisa es la cara aunque no esté pasado un por un buen momento, simplemente para que te sientas bien. Soy muy afortunada por tenerla, y por ello trato de compensar mis dramas y problemas con palabras bonitas y regalos desinteresados.

⠀⠀Entro sigilosamente en la habitación, y tras dejar el plato con galletas en su escritorio, me abalanzo sobre ella con cuidado de no aplastar a la pobre Marie, que huye despavorida igualmente. Envuelvo a Lucy con mis brazos mientras le doy besos en la cabeza a modo de disculpa por el susto estoy segura que le he dado.

⠀⠀—¡Sage! —Grita, con el pulso a mil y una cara de alarma que tardaré en olvidar—. Casi me matas, ¿es que no sabes llamar? —Añade de manera reprochadora, quitándose los cascos y aceptando que no va a poder deshacerse de mi repentino abrazo.

⠀⠀—Pues para tu información sí que llamé, lo que pasa es que si la señorita tiene la música a todo volumen es imposible que lo escuche —le respondo con tono de burla.

⠀⠀—Bueno, de todas formas hay otras maneras de saludar que no implican tirarte encima mía.

⠀⠀—Eso sí que es cierto —digo, poniendo cara de pena—. Supongo que si estás tan molesta no querrás galletas caseras hechas por tu vecina la asustadora.

⠀⠀Observo con gracia cómo se le ilumina la mirada y se zafa de mis brazos para ir corriendo a su escritorio a coger el dulce.

⠀⠀—¡Galletas! —Grita entusiasmada a la vez que muerde una y la saborea con los ojos cerrados—. Que sepas que el chantaje galletil no te va a funcionar siempre —dice con tono incriminatorio pero mirada divertida.

⠀⠀—En realidad las galletas sirven de excusa por lo que vengo a hablar contigo. Se supone que los besos y abrazos justificaban el susto —respondo con tono de pena.

⠀⠀Lucy entrecierra los ojos y me mira acusadoramente.

⠀⠀—¿Y qué es eso de lo que tenemos que hablar? —Pregunta ahora más seria.

⠀⠀—Es sobre Wyatt... —Empiezo, pero soy cortada por la devoradora de galletas.

⠀⠀—Si vienes a recordarme lo sola que estoy o lo imbécil que es Wyatt puedes irte —interrumpe, señalando la puerta—. Pero las galletas se quedan aquí —añade con una sonrisa que me hace ver que está bromeando.

⠀⠀—No, no es eso... —Digo, con expresión severa. Al ver mi cara, coge el plato y se sienta junto a mí en la cama, mostrándome así su apoyo—. Es que... —Las palabras se me atragantan y no consigo continuar.

⠀⠀—Vamos, Sage, no pasa nada. Si no eres capaz de hablarlo ahora, esperamos el tiempo que necesites —me dice con cariño, apoyándome una mano en el hombro.

⠀⠀—Sí, sí —digo cuando me he calmado y consigo respirar de una forma más natural—. Vale, lo que pasa es que últimamente noto a Wyatt muy distante —comienzo lentamente, con la mirada puesta en las manos sobre mi regazo para no tener que ver la expresión de Lucy—. Al principio pensaba que era por el instituto y los entrenamientos, aunque ahora supongo que es lo que me gustaba creer para no pensar en la posibilidad de que se esté cansando de mí.

⠀⠀Mi tono ha ido disminuyendo de volumen a medida que iba exponiéndole a Lucy todos los pensamientos y emociones que había estado sintiendo y guardándome, como si por ello fueran a desaparecer.

⠀⠀Levanto por fin la cabeza y mi mirada se encuentra con la de Lucy, quien me observa con lástima y amor. Deja la galleta que estaba comiendo a un lado y coge mis manos.

⠀⠀—Sage —comienza cuidadosamente, como si fuera un objeto muy frágil y el más mínimo estruendo pudiera romperme —, sé que es complicado, porque es tu primer amor y todo eso, pero si te sientes así tienes que hablarlo con él. Si de verdad te quiere, y por muy mal que me caiga, lo parece; debería escucharte y decirte lo que sea si es que hay alguna explicación, o pedirte perdón o algo. No puedes seguir así porque la situación acabará consumiéndote, y eso ni es sano ni lo que mereces.

⠀⠀Ha empezado a hablar con tacto y pendiente de que sus palabras no me afectaran más de lo que ya estoy, pero acaba más seria, como si a medida que hablara fuera dándose cuenta de lo que está diciendo y de la importancia de ello.

⠀⠀Termina mirándome intensamente, atenta a mi reacción.

⠀⠀—Ya —contesto, por fin—. Si en realidad qué es lo que tengo que hacer, pero me da miedo lo que pueda decirme. ¿Y si sí que se ha cansado de mí? ¿Y si sí que quiere acabar la relación? —Le confieso mis miedos más profundos.

⠀⠀—Sage, te entiendo, pero sin hablar con él, no sabrás si esos "¿Y si...?" son ciertos o no. ¿Y si sólo está agobiado por lo que implica este curso para su futuro? ¿Y si no está sabiendo manejar sus emociones de manera correcta? Podríamos pensar mil "¿Y si...?"'s diferentes, pero sin decirle nada nunca sabrás cuáles son ciertos y cuáles no.

⠀⠀Sus palabras son como un jarrón de agua fría y un halo de esperanza a la vez. Me aterra lo que pueda salir de esa posible conversación, pero Lucy tiene razón, de nada me sirve comerme la cabeza y crear hipótesis si no sé cuál es la realidad.

⠀⠀Ante mi silencio, Lucy levanta levemente mi cabeza para que la mire, sus ojos aportándome esa seguridad que tanto me reconforta.

⠀⠀—Vamos a hacer una cosa —dice sin despegar sus ojos de los míos, sus manos agarrando aún las mías de forma protectora—. Esta noche consulta lo que te dicho con la almohada, pero si todavía no te convence, siempre te queda otra opción.

⠀⠀—¿Cuál? —Pregunto extrañada. 

⠀⠀Vine aquí con la esperanza de que Lucy encontrara alguna solución milagrosa, pero lógicamente, su idea acabó siendo la misma que la mía; y no esperaba que hubiera otra. ¿Qué otra cosa puedo hacer que no sea enfrentarme a la realidad y hablar con Wyatt?

⠀⠀—Que en vez de hablar con Wyatt, hables con Walker —suelta como si nada.

⠀⠀—¡¿Qué?!

⠀⠀Desentrelazo nuestras manos y me enderezo en la cama, quedando a una altura un poco superior a la suya.

⠀⠀—Lucy, ya sabes cómo es Walker. Para empezar, no querrá hablar conmigo, pero es que yo tampoco quiero hacerlo con él. Es un pesado insufrible que sólo piensa en él y que lo único que quiere es llamar la atención —digo del tirón, incapaz de encontrarle sentido a la "solución" de Lucy.

⠀⠀—Venga ya, Sage. La última vez que hablaste en serio con él fue en 4° de Primaria, desde entonces lo que habéis hecho es meteros el uno con el otro —responde antes de que pueda soltar otra retahíla de protestas—. Además, es su hermano. Es una de las personas que mejor lo conoce y convive con él día a día. Sabrá qué hacer para arreglar las cosas.

⠀⠀Se queda mirándome con satisfacción, como si su gran idea fuera tan magnífica. Lo cierto es que nada de lo que ha dicho es mentira, pero me niego a recurrir a Walker como un perrito indefenso, y menos para solucionar los problemas que pueda tener yo con su hermano.

⠀⠀—Digamos que acepto tu terrible plan y que hablo con Walker —le digo, lo que provoca que una sonrisa de suficiencia adorne su cara—. No va a querer ayudarme. Ni de de broma. ¿Después de todo lo que le he hecho? ¿Y de todo lo que él me ha hecho a mí? Ni de broma —repito.

⠀⠀Eso no puede negarlo. A lo largo de nuestra enemistad, no han sido pocas las travesuras que le he hecho para hacerle pagar las bromas de mal gusto que él —a veces acompañado de Oliver— me hacía. Y viceversa.

⠀⠀Por un momento, Lucy parece por fin derrotada, pero finalmente un asomo de sonrisa malévola aparece en su boca.

⠀⠀—Bueno... —Comienza mirando para todos lados menos a mí—. Siempre puedes ofrecerle algo a cambio —dice, clavando sus ojos en mí—. Como hacerle los deberes durante un mes, o algo así. Qué sé yo.

⠀⠀—¿En serio, Lucy?

⠀⠀—En serio, Sage. Sabes que es tu mejor opción si no quieres hablar con Wyatt —me mira, como si estuviera leyéndome la mente—. Además, estoy segura de que Walker estará encantado de ayudarte —termina, cogiendo de nuevo la galleta a medio terminar y pegándole un mordisco—. Si no siempre podemos matar a Wyatt, ya sabes, sin cuerpo no hay crimen.

━━━━━ ✶⠀❛ 13 votos para el capítulo dos⠀🧸

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