[three] the beach party.
chapter three.
" the beach party "
— ¿Dónde vamos? — pregunté, mirando por la ventana del coche de Topper. Me sentía rara ahí con él, en su coche impecable, sin un rasguño y que arrancaba a la primera, como si nada.
— Primero vamos a buscar a Sarah y luego a la playa. — Topper mantenía la vista en la carretera — Le he mentido a mi madre, no es una reunión con unos amigos kooks. También van a haber pogues, y seguramente turistas. Puedes estar con tus amigos, sé que mi madre no te deja. Por eso no puse pegas a que vinieras.
Lo miré, flipando.
— ¿Desde cuándo tan amable, Thornton? ¿Te dieron una lección de "sé buena persona" o qué?
— No te emociones. — Topper rio, pero con ese tono sarcástico — Solo quiero evitarme el drama, y si puedes estar con los tuyos, menos lío para mí. No lo hago por ti, no te confundas.
— Ajá. — murmuré, mirando de nuevo por la ventana.
Topper me miró de reojo, algo incómodo.
— Oye, sé que nunca nos hemos llevado muy bien, pero... vamos a vivir juntos. Deberíamos llevarnos bien.
Me quedé en silencio un segundo, procesando lo que acababa de decir.
— ¿En serio me estás diciendo esto ahora? — solté, medio riéndome — ¿Después de todos esos años de "soy mejor que tú porque soy un maldito Kook"?
— Ya, lo sé. — Topper suspiró, claramente incómodo con la conversación — Pero las cosas cambiaron, ¿no? No elegimos esto. Ni tú ni yo. Así que, por lo menos, intentemos no jodernos la vida mutuamente.
— Mira, no voy a prometer nada. — le dije, cruzando los brazos — Pero si no me tocas los cojones, yo tampoco lo haré.
— Trato justo. — respondió él, medio sonriendo.
Giré la cabeza, mirando de nuevo la carretera. Vivir con Topper Thornton... vaya mierda.
Paramos frente a una casa aún más grande que la de Topper. Me tensé al instante, ya sabía perfectamente de quién era: los Cameron. Había trabajado ahí un par de veces, pintando su jodida valla, arreglando tuberías... mierda que nadie más quería hacer.
Topper bajó primero, con esa seguridad en su andar que me sacaba de quicio. Yo lo seguí, malhumorada, sintiendo cada paso como una especie de traición a mi vieja vida de pogue. Esto no era lo mío, ni de lejos.
Al acercarnos a la puerta, recordé lo incómodo que era estar ahí trabajando, mientras los Cameron me ignoraban como si fuera parte del paisaje. Ahora, estaba entrando por la puerta principal como si fuera una invitada. Qué puto chiste.
Topper tocó el timbre y pasaron unos segundos antes de que la puerta se abriera. Rafe apareció en el umbral, con esa sonrisita que siempre me ponía de los nervios.
— Vaya, miren quién es. — dijo, cruzando los brazos mientras me daba una mirada de arriba abajo — ¿Qué haces aquí, Miller? ¿Te has perdido? ¿O vienes a limpiar algo?
Me contuve para no responderle como quería, pero mis manos se cerraron en puños.
— Vengo a buscar a Sarah. — respondí, manteniendo la voz lo más neutral posible.
Rafe soltó una risa.
— ¿Y para qué quieres a Sarah? — preguntó, con ese tono de burla que lo hacía sonar aún más imbécil de lo normal.
Topper intervino rápidamente, notando que la tensión aumentaba.
— Vamos, Rafe, déjalo ya. Está conmigo.
Rafe se apoyó contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados, y me miró de nuevo, claramente disfrutando de mi incomodidad.
— ¿Contigo? — le lanzó a Topper una mirada incrédula, y luego volvió a clavar sus ojos en mí — Claro, porque seguro que ella se siente muy cómoda con todo esto, ¿no? Encaja perfecto aquí. ¿Has mirado en tus cajones? ¿Te falta algún reloj? ¿Le falta a tu madre alguna joya?
La sangre me hirvió al instante. Sentí la rabia subirme por el cuerpo, pero me forcé a mantener la calma.
— Tranquila, Miller. Solo estoy bromeando. No te pongas tan sensible.
Sarah bajó las escaleras y se acercó a nosotros con una sonrisa.
— Ya estoy, ¿vamos?
Topper asintió, agradeciendo la interrupción.
Me subí al coche, intentando ignorar el fuego que todavía me quemaba por dentro. Sarah abrió la puerta del asiento delantero y se acomodó.
— ¿Todo bien? — preguntó, inocente, mientras nos poníamos en marcha.
Rafe, desde la puerta, soltó un último comentario, lo suficientemente alto para que lo escucháramos:
— ¡Que la pases bien en la fiesta, huerfanita!
Las palabras de Rafe me atravesaron como un cuchillo. Mi respiración se volvió un poco más pesada, y la ira burbujeó en mi interior. Topper apretó los dientes y aceleró, dejando atrás la casa de los Cameron.
— ¿Qué coño le pasa? — pregunté, intentando sonar despreocupada, pero la rabia todavía chisporroteaba en mí.
— No le hagas caso. — respondió Topper, manteniendo la mirada fija en la carretera.
Sarah se giró hacia mí, tratando de suavizar el ambiente.
— ¿Lista para salir? — preguntó, tratando de cambiar de tema.
(...)
La brisa marina me dio de lleno en la cara, y aunque todavía estaba un poco nerviosa, el olor a sal y libertad me hizo sentir un poco más tranquila.
Topper y Sarah se pusieron a hablar, y yo aproveché para mirar a mi alrededor. La playa estaba llena de chicos y chicas, bebiendo como si no hubiera un mañana.
En la distancia, vi a John B, y una sonrisa se dibujó en mi rostro.
Corrí hacia él, sintiendo que todo lo demás desaparecía por un momento. Cuando me acerqué, él se giró hacia mí, junto a JJ y Pope.
— ¡Rubita! — gritó el moreno, abriendo sus brazos en un gesto exagerado, como si estuviera esperando un abrazo épico.
No pude evitar soltar una risa.
— ¡Hola, idiota! — le respondí, mientras me lanzaba a sus brazos.
— ¡Te creímos perdida! — dijo JJ, su sonrisa era tan amplia que parecía que iba a romperse la cara — ¿Ya te han convertido en uno de ellos o sigues siendo una pogue de corazón?
Me reí y sacudí la cabeza.
— No, sigo siendo una pogue. Solo estoy en una misión de infiltración.
John B se rio, pero su mirada era seria.
— ¿Cómo estás? — preguntó, su tono cambiando un poco, como si intentara captar lo que realmente estaba sintiendo.
Me removí, incómoda. No me gustaba hablar de eso.
— ¿No me invitáis a una cerveza, o qué? — dije, intentando desviar la conversación.
JJ soltó una carcajada. — Así se habla.
(...)
— ¡Eh, John B! —gritó JJ, acercándose al nombrado.
Ya era de noche y me encontraba sentada en la arena hablando con Pope. No iba a mentir, iba un poco borracha, pero no más de lo que acostumbraba a estar.
— ¿Qué haces?
— Fíjate, te he traído esto. — le ofreció un vaso — ¿Lo quieres?
— Sí, dame un trago.
Antes de que pudiera coger el vaso, el rubio se apartó.
— Espera un momento. — se giró hacia Topper y Sarah, que pasaban a su lado — ¡Eh, Sarah! Sarah, ¿te apetece una rica bebida de Milwaukee?
— No, gracias.
— ¿Poco elegante para ti? — replicó JJ, con una sonrisa burlona.
— Eh, eh, ¿sabes qué te digo? Que me la quedo yo. — dijo Topper, intentando evitar que la cosa se calentara, mientras le quitaba el vaso a JJ.
Me levanté del suelo, sabiendo que esto no acabaría bien.
— Gracias, tío. Gracias, pero no te lo he preguntado a ti. Igual si me lo pides por favor...
— ¿Por favor? — replicó Topper, levantando una ceja con un aire de desafío.
— Sí, así que Sarah, es para ti. — dijo JJ, apuntando con el vaso hacia ella.
Topper se enfureció y lanzó el vaso al suelo, salpicando a JJ y a mí, que acababa de llegar a su lado.
— ¡No la quiere, puto imbécil! — gritó, apretando los dientes, mientras la rabia se reflejaba en su mirada.
— Oye, cálmate un poco, hombre. — le dije, levantando las manos en señal de rendición. No quería que se armara una pelea por algo tan estúpido.
JJ no pudo calmarse y se acercó a Topper, agarrándolo de la camisa con una expresión de furia en su rostro.
John B se lanzó hacia JJ y lo apartó de Topper, tirando de él con fuerza.
Pope y John B se acercaron a él, pero Topper gritó algo que no entendí a causa del alcohol. En un arranque, John B se acercó y lo empujó de nuevo.
— ¡John B! Se suponía que no íbamos a liarla. — le recriminó Pope, intentando mantener la calma.
— ¡Cariño! ¡Cariño! —gritó Sarah, tratando de frenar a Topper, pero no pudo hacer nada.
Topper se abalanzó sobre el moreno y le soltó un puñetazo en la cara, dejándolo en el suelo. Luego comenzó a patearlo sin piedad.
— ¿Pero qué coño te pasa, Topper? ¡Para, joder! ¡Le estás haciendo daño! — grité.
— Venga, John B, no querrás que te ahogue como a tu viejo, ¿verdad? — se burló Topper.
Todo el mundo gritaba animando a que hubiera pelea, y eso solo hizo que mis oídos empezaran a molestarme.
Topper se giró hacia nosotros con una sonrisa arrogante, como si hubiera ganado la batalla antes de que comenzara. Esa fue la oportunidad perfecta que John B estaba esperando; se lanzó hacia él sin pensarlo dos veces.
Los dos chicos cayeron al suelo, golpeándose como si nada más importara.
— ¡Paren, por favor! — grité, tratando de abrirme paso entre la multitud.
— ¡Topper! ¡Ya está bien! — gritaba Sarah, a mi lado.
Kiara también intentaba parar la pelea, pero nuestras voces se ahogaban entre los gritos de la multitud. Pope y JJ, por otro lado, estaban en modo animador, gritando como si esto fuera un espectáculo de boxeo. Pero yo no podía unirme a esa diversión; ahora vivía con el enemigo.
¿Cómo habíamos llegado a esto?
En un abrir y cerrar de ojos, John B se encontraba debajo de Topper en el agua, luchando por salir a la superficie.
— ¡Topper, para! ¡No! — gritaba repetidamente, Sarah.
— ¡Lo va a ahogar! — gritó Pope, su expresión tensa, y yo sentí que el caos se apoderaba de todo.
— ¡Topper! ¡Para, joder! — grité, desesperada, intentando que me escuchara entre el bullicio
¿Por qué no podía simplemente dejarlo ir?
JJ se acercó a Topper y, en un momento de locura, le colocó una pistola en la cabeza. El aire se volvió pesado, y el tiempo pareció detenerse. Por instinto, agarré a Sarah y la arrastré hacia atrás, alejándola del peligro.
— ¡JJ! ¡Suelta la pistola! — grité, intentando que no hiciera una tontería que podría costarle caro.
— ¡Basta! — gritó Sarah, tratando de recuperar el control de la situación.
— ¿Has dicho algo, princesa? — replicó JJ, con una sonrisa desafiante que no me gustó nada.
Ya no había nadie a nuestro lado, todo el mundo se había largado cuando JJ había sacado la pistola.
— ¡Suelta esa pistola! — insistió Sarah, su voz temblando entre la rabia y el miedo — ¿Ki, puedes hablar con tu amigo, el psicopata?
— No es un juego, JJ. Deja de hacer el idiota. — le dije con mi voz temblando.
JJ se apartó de Topper y levantó la pistola, el brillo del cañón reflejando la luz de la luna.
— ¡Escuchadme todos! ¡Largaos de nuestra parte de la isla! — gritó, y disparó dos veces al aire.
El sonido resonó en mis oídos como un eco de pesadilla. Mis padres... la imagen de sus cuerpos atravesados por balas se apoderó de mí. Mi corazón se apretó en mi pecho, y me faltaba el aire.
— ¿Inez, estás bien? — me preguntó Pope, colocando sus manos en mis hombros.
Asentí, aunque el nudo en mi garganta decía lo contrario.
— Inez, nos vamos. — dijo Topper de mala ostia, sin darse cuenta de mi situación — ¡Venga! ¡Vamos!
Me moví lentamente y lo seguí con la mirada perdida.
Los ojos de mis padres, sin vida alguna, no salían de mi cabeza.
• ¡Holiii! Sé que en este no ha habido contacto con Rafe, pero ¡en el siguiente sí! Cuando lleguemos a los cinco votos, lo subo. ¡Espero que os haya gustado mucho! Votad y comentad <33
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