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Sunoo iba de un lado a otro sin descanso alguno, tomando órdenes, llevando pedidos a las mesas y recibiendo gente, así habían resultado estos últimos tres días. 

Tres días a la semana, cuatro horas al día, ese había resultado ser sus días y horario de trabajo, ¿podía quejarse? Honestamente no. Heechul había sido muy considerado con él en muchos aspectos y estaba muy agradecido al respecto. Su renta no había resultado ser tan cara y tenía más días libres de los que esperaba porque según el mayor él todavía era joven y no debía trabajar tanto. Sip definitivamente había encontrado al mejor jefe y casero, aunque sus compañeros de trabajo estaban en desacuerdo con eso. 

Hyukjae, Donghae y Eric eran los encargados de cocinar, Jongwoon y Krystal solían turnarse en la casa, Jimin, Jae, Junho, Luna, Bambam y él eran los meseros del lugar y también los que se encargaban de la limpieza del mismo. Sunoo no entendía por qué había tantos empleados cuando Heechul los presentó, ya que el mayor había dicho que era "un pequeño café", esa resultó ser la mentira más grande que jamás había escuchado. Cabían al menos treinta mesas en el interior, más diez fuera de este, la barra era gigante, contaban con dos maquinas para hacer café, además se podían ver una selección extensa de dulces y postres ya preparados. El local estaba perfectamente posicionado, así que el siempre pegaba contra las vidrieras, dándole una luz natural al lugar. 

— Sunoo, ¿puedes tomarle el pedido a la mesa 15? Tengo que llevar esto a la mesa 7. 

— Claro Jimin noona.—respondió rápidamente a Jimin y se dirigió al lugar. 

— Sunoo, lleva este pedido a la cocina, tengo que llevar esto a la mesa tres.—preguntó apurado Jae. 

— Si hyung, enseguida voy.—tomó el papel y se le dejó a Donghae, quien le agradeció. 

— ¡Sunoo! —el mencionado volteó y se encontró con Junho, quien tenía una bandeja en la mano.— Por favor lleva estos cafés a la mesa 28. 

Y en eso se basaba su vida ahora. Si alguna vez se había quejado de la escuela, se arrepentía en esos momentos, trabajar era agotador. Apenas llegaba a su apartamento, se daba una ducha y se desplomaba en su cama, totalmente agotado, exactamente como iba a hacer en unos minutos, cuando terminara su turno. 

— Sunoo, te ves agotado.—dijo Luna, acercándose a él, que se encontraba parado en la puerta, afuera.— Deberías descansar un poco, todavía no estás acostumbrado a este ritmo. 

— Solo me quedan 10 minutos noona, no te preocupes.—le sonrió, tratando de demostrar que si estaba bien. 

— Está bien, pero no te sobre esfuerces, ¿si? 

La chica se despidió y volvió a ingresar al local, dejándolo una vez más solo en en la entrada. Está agotado, si, pero sus hyungs y noonas trabajan igual de duro que él, así que no veía razón por la cual debería estar quejándose en esos momentos. Extrañaba tener tiempo en libre en las tardes, las cuales pasaba siempre en la casa de Ni-ki, mirando películas o dramas y comiendo cosas que la señora Nishimura cocinaba, definitivamente eso era lo que más extrañaba. 

En los últimos tres días sólo había sido capaz de ver a Ni-ki en los recesos y casi no podía pasar tiempo con él, ya que por dormirse, tenía que terminar sus tareas en el salón antes de que las siguientes clases comenzaran. Así que no, apenas y habían logrado estar juntos y eso le molestaba en cierta forma.

Se había acostumbrado a la presencia de Ni-ki constantemente alrededor y ahora se le estaba haciendo difícil tener que soportar tanto tiempo sin estar a su lado, Jungwon dijo que era un exagerado, aunque Sunoo sabía que desde que la relación del chico con Jay había comenzado apenas y se había separado del chico, no iba a decir nada al respecto, para evitar una discusión innecesaria, estaba demasiado cansado estos días como para poder soportar una pelea. 

— Oh, ¡Sunoo! 

Sunoo reaccionó y levantó la vista, para encontrarse con uno de sus amigos, sonriente. 

— Oh Youngjae.—le devolvió la sonrisa.— ¿Cómo has estado? 

— Ya te había pedido que me llames Eric.—hizo un puchero con los labios y continuó.— Yo he estado bien, pero Sunoo tu no me hablas desde rato.   

— Lo siento, he estado muy ocupado todo este tiempo, con el festival y ahora tengo trabajo, así que estoy peor que antes.—rió un poco sin realmente sentirlo. 

— Llame a tu casa y tu padre dijo que te habías ido, apenas te veía en la escuela así que no pude preguntarte nada, ¿qué pasó? 

— Mi turno termina en cinco minutos.—sacó una llave de su delantal y se las entregó al chico.— Sube, la puerta que tiene la J pintada en es mía, te contaré todo cuando suba, ¿si? 

El mayor asintió y se dirigió hacía la planta alta del local. Sunoo y Eric se conocían desde de bebés, solían pasar todo el tiempo juntos, hasta la familia del chico se mudó y desde entonces ya no hablaban tanto como antes. Eric había sido uno de sus primeros amigos, incluso a pesar de no hablar tanto como antes, había hablado con él después de que su madre falleciera, también le aseguró que siempre estaría ahí, aunque ya no hablaran tanto como antes. Sunoo sabía que podía confiar plenamente en el chico. 

Suspiró y se dirigió adentro de local, para avisar que su turno ya había terminado. 

— Sunoo, cualquier cosa que necesites, solo llama, ¿si? —dijo levantándose de la cama, alistándose para irse.— Mi mamá ya vino por mi, así que me iré. 

— Está bien Jae, lo haré, te acompañare a la puerta.—dijo, poniéndole se pie. 

— No, no hace falta.—tomó su mochila del piso y se acerco a abrazarlo.— Cuídate Sunoo y descansa, nos vemos luego. 

Sunoo devolvió el abrazo y se despidió del mayor, que en un segundo ya se había retirado. Haber hablado con un viejo amigo le había resultado bastante bien. No solo habían hablado de todo que había vivido estos días, sino también habían hablado de los viejos tiempos, sobre historias cuando eran pequeños y se metían en problemas, solo para enojar a sus mamás. 

Le sorprendía que hubieran hablado de tanto en una hora, aunque sabía que el chico había hablado rápido a propósito al notar que no dejaba de bostezar a cada rato. Suponía que no era muy bueno fingiendo el cansancio. Estaba listo para tirarse en su cama y dormir todo el fin de semana, al menos se había bañado apenas llego a su apartamento, se sintió mal por dejar a Eric solo, pero no podía evitarlo. 

No había llegado a cerrar los ojos cuando la puerta de su habitación se abrió, dándole un susto de muerte. 

— Tranquilo, soy yo. 

Sunoo se sentó en la cama y sonrió deslumbrante cuando vio a Ni-ki, dejando su mochila a un costado. Le tomó un segundo levantarse rápido y correr a abrazar al mayor. 

— Te extrañe, te extrañe, te extrañe, te..—susurra una y otra vez, con rostro enterrado en el cuello del mayor, quien reía al sentir cosquillas.

Sunoo se separó y lo miró con el ceño fruncido.— No deberías andar tan tarde en la calle, es peligroso. 

— Yo también te extrañe.—dijo depositando un pequeño beso en sus labios, después siguió.— Y no deberías preocuparte, mi papá me dejó aquí, te manda saludos por cierto. 

Sunoo hizo un pequeño puchero, alejándose un poco.— Extraño a tus padres, y a ti. 

— Créeme, ellos también te extrañan.. ¿ya estabas por dormir? 

— Si, siento que este día fue realmente largo, aunque probablemente sea solo mi imaginación.—dijo mientras se sentaba en la cama.— Y dime, ¿a qué se debe el honor de tu presencia? 

— Extrañaba dormir contigo, por eso vine aquí.—trató de sonar desinteresado mientras se sentaba junto al chico, abrazándolo.— Así que vamos a dormir, así mi lindo novio puede descansar después de trabajar tan duro estos días. 

— Quiero hablar un poco más contigo, no tengo sueño.—dijo pero sus ojos le pesaban demasiado, haciendo que le fuera imposible mentir, igual que siempre. 

— Sunoo, tenemos todo el fin de semana para hablar, ahora quiero que descanses, ¿si?  — De acuerdo. 

Con unas pequeñas caricias de Ni-ki en su cabello y unos cuantos susurros más, Sunoo había caído en un profundo sueño.

Definitivamente había extrañado dormir junto Ni-ki a su lado, su cama había resultado ser matrimonial y a diferencia de la cama de Ni-ki, que era muy pequeña, tenían mucho espacio de sobra. Por supuesto que aún así dormían bien pegados, con un Sunoo recostando su cabeza en el pecho del mayor y esté abrazando al menor, sin dejarlo ir en ningún momento. Sip, apenas habían sido tres días, pero los dos ya se extrañaban como si hubieran estado separados por meses. 

Ninguno de los dos supo cuando se habían vuelto tan importantes para el otro, lo único que tenían claro era que nada era mejor que estar juntos, a pesar de todo.

Hello, aquí el capítulo:3
Ayer fue el primer día del Playground de
En- y TXT <3

    TEAM VERDE 🤙🏽

﹫ILYSUNOO

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