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Se sentía como el infierno, quemaba y ardía por dentro. Era un dolor insoportable, algo que nunca había sentido antes. Pero lo que más dolía era no haber podido reconstruir su relación con Simon. Deseaba tener unos minutos más con él, para decirle todo lo que nunca le dijo. Aunque le pidió perdón, había mucho más que debió expresar. No lo merecía; Simon no debía morir así. Al menos eso pensaba Valerie. Tal vez él no era la mejor persona, pero al final era su familia.

—Cuando Simon y yo teníamos nueve años, salimos a pasear en bicicleta, pero me distraje y choqué con una piedra. Me caí —recordó Valerie.

—Oh, claro que lo recuerdo. Al día siguiente le dijiste a la profesora que no podías escribir ni hacer tareas por tu "accidente", y ella te respondió diciendo que tus manos estaban perfectamente bien —comentó Macauley con una sonrisa.

—Recuerdo que mi rodilla empezó a sangrar, mis codos estaban raspados, y no dejaba de llorar. Pero Simon me dijo: "Tranquila, Val, estarás bien. Estoy a tu lado, y siempre tendrás a tu mellizo para protegerte". —Intentó reír, pero solo salió un sollozo—. Qué lástima que yo no pude protegerlo de su propia muerte. Es mi culpa.

—No, no lo es. Hiciste lo que pudiste, y estoy seguro de que él lo sabe —respondió Nate.

—¿Nate?

—¿Sí, Val?

—¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo superaste lo de tu mamá? —preguntó, haciendo que él se pusiera nervioso.

—No lo superas. De hecho, nunca lo haces. Solo sigues adelante cuando aceptas lo que pasó.

—En serio lo siento, por no llamarte cuando sucedió. Sé que ya te lo dije, pero debí hacerlo. Realmente quería, pero... —comenzó Valerie, pero Nate la interrumpió.

—Hey, descuida. Tampoco estaba esperando junto al teléfono.

—Lo siento.

—Deja de disculparte, Val. No lo hagas —dijo, mientras le ofrecía una leve sonrisa—. Vamos, te llevo a casa. Traje tu auto. Camille me dio tus llaves. No voy a dejarte manejar en estas condiciones.

—¿Y tu moto? ¿Qué pasó con ella? —preguntó con interés.

—La dejé en la escuela. Pasaré por ella después.

—No tenías que hacerlo. Gracias, Nate.

—No hay de qué, Bee.

Hacía tiempo que no hablaban. Nate no la había llamado "Bee" en meses, y era lindo saber que, a pesar de todo, aún se preocupaba por ella, incluso después de que Valerie rompió su corazón. No quería hacerlo, pero era algo que sintió que tenía que hacer, aunque eso significara perder lo único que la hacía feliz.

Al día siguiente, sus padres la obligaron a ir a la escuela, como si hubieran olvidado que Simon estaba muerto. Parecía que solo les preocupaba lo que los demás decían. La situación era insoportable. La gente no dejaba de mirarla con lástima ni de murmurar sobre lo sucedido. Valerie solo quería gritar y llorar; nadie entendía lo que estaba pasando.

—Hey, te traje galletas —dijo Camille acercándose.

—Gracias, Mills, no debiste.

—Oh, claro que sí. Tal vez no sé cómo te sientes, pero estaré aquí cada vez que necesites hablar o simplemente llorar.

—Gracias por todo. Lo digo en serio. Eres la mejor amiga que podría tener.

—¿Qué puedo decir? Soy muy buena en mi trabajo —respondió Camille, abrazándola con una risa—. ¿Qué quieres hacer después de clases? ¿Comer helado, ver Monster High otra vez o ir de compras?

—La segunda es tentadora, pero hoy dedican el juego a Simon, y tenemos que estar ahí.

—Cierto, lo olvidé. Entonces, nos vemos... —La interrumpió un anuncio de la directora:

"Su atención, por favor. Quiero que Bronwyn Rojas, Cooper Clay, Adelaide Prentiss, Nathaniel Macauley y Valerie Kelleher vengan a mi oficina."

Mierda, lo que faltaba.

—Nos vemos después. ¡Avísame cualquier cosa! —le dijo Camille.

Se encontró con el resto afuera de la oficina de la directora. El ambiente era tenso, pero a Valerie no le importaba. Solo quería volver a casa y ver alguna de sus películas favoritas de la infancia junto a Camille.

—Chicos, ¿cómo están? Les presento a la oficial Miller. Tiene algunas preguntas sobre lo sucedido ayer. Claro que es voluntario, pero les agradeceríamos su tiempo —dijo la directora.

—¿No fue un accidente? —preguntó Addy.

—Eso esperamos.

—Pero no lo sabemos. Simon murió tras un shock anafiláctico por alergia al maní, y encontramos rastros de aceite de maní en el vaso que usó ayer durante la detención. Solo queremos entender cómo llegó ahí —dijo la oficial Miller—. ¿Por qué no estaba su medicina en la enfermería o en su mochila?

—¿Por qué sabríamos algo de eso? —preguntó Cooper.

—Porque creen que alguien lo hizo —respondió Nate, haciendo que Valerie lo mirara de inmediato.

—¿Está diciendo que alguien mató a mi hermano?

—Señorita Kelleher, solo queremos entender lo sucedido. Ustedes pueden ayudarnos —respondió la oficial—. Bronwyn, empezaré contigo.

Nada podía controlar la ansiedad de Valerie en ese momento. Al parecer, alguien había asesinado a su mellizo, y la situación no hacía más que empeorar.

🩸⛓

—Nunca había odiado ser parte de las animadoras como ahora —confesó Val.

—Descuida, todo estará bien —intentó animarla Camille—. Sabes que si no quieres estar aquí, puedes decírmelo, y yo invento cualquier excusa.

—No, está bien. Esto es por Simon, lo haré por él —dijo Val, tratando de convencerse—. Aunque, si estuviera aquí, seguro se estaría burlando de todos. —Soltó una pequeña risa.

—¡Dios, sí! Eso es tan Simon. —Camille también rió.

—Buenas noches, gracias a todos por venir —comenzó la directora—. Como saben, los Wildcats jugarán este partido en honor a Simon Kelleher, querido compañero, estudiante y amigo. —Pura mierda, pensó Val—. Y es mi placer presentarles a su mejor amiga, Janae Matthews, quien cantará el himno nacional —concluyó, mientras las porristas agitaban los pompones.

—Hola a todos. La directora Gupta me pidió que cantara el himno nacional, pero Simon odiaría verme participar en esta basura patriótica y espíritu estudiantil. Vine a cantar por él, así que, Simon, donde sea que estés, esto es para ti —dijo Janae antes de comenzar a cantar. Sin embargo, la canción elegida no era exactamente "apropiada" para el evento.

—Todos tenemos distintas formas de honrar a Simon. Gracias, Janae, por compartir tu personal e inspirador tributo —comentó la directora con incomodidad.

Aunque fue un momento incómodo, Val no culpaba a Janae. Tenía razón; Simon habría odiado que alguien cantara el himno nacional en su honor. Todo esto parecía hipócrita, considerando lo mucho que la mayoría odiaba a Simon y lo mucho que él odiaba a los deportistas.

—Oye, Camille, ¿puedes cubrirme un rato? Necesito tomar aire.

—Claro, yo me encargo —respondió Camille.

Todo se sentía abrumador. Era como si estuviera al borde de romperse, y no le gustaba mostrarse vulnerable. Toda su vida había sido criada para ser la "chica perfecta" que sus padres querían, sin espacio para llorar sola o tomar decisiones propias. Esa presión constante había terminado alejándola de las personas que más amaba.

—Esto es una mierda, ¿no? —preguntó Val acercándose a Macauley—. ¡Vamos! Sé que piensas lo mismo.

—¿Qué cosa?

—Todo esto —respondió—. El partido, la oficial, todo.

—Sí, lo es.

—Él detestaba estas cosas. No sé por qué pensaron que sería una buena idea —añadió y tras unos segundos de silencio, se atrevió a preguntar— ¿Está todo bien? Pensé que lo estábamos después de lo que pasó.

—Val, a veces las cosas no vuelven a ser como antes. No importa lo que hagas o los "momentos" nuevos que compartamos, no puedes pretender que olvide todo lo que pasó en el verano. Sí, te ayudé y lo haría de nuevo, pero fue porque viste morir a tu hermano con tus propios ojos. No te merecías eso, pero ya nada es igual. Fuiste tú quien decidió terminar esto, no yo —dijo Nate antes de alejarse, dejándola sorprendida y triste.

Había muchas cosas de las que Valerie Kelleher se arrepentía en su vida, pero romperle el corazón a Nate Macauley era, sin duda, la peor de todas.

AboutThat

Tuve la idea de matar Simon mientras veía un noticiero, era una historia sobre alguien que mató a su esposa, era muy obvio ¿no? siempre es el esposo, pero la policía tardó meses en culparlo. Resulta que muchas personas se alegraron por su muerte, hizo que despidieran a alguien del trabajo, era amante del amigo de su esposo, toda una pesadilla. Básicamente había un motivo  en todos los lugares donde la policía buscó y eso me hizo pensar: Solo así puedes cometer un homicidio, con alguien que todos quieran muerto.

Aceptémoslo, todos odiábamos a Simon y solo yo tuve el valor de hacer algo al respecto, así que de nada.

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