Valeria.

"¿Te gustaría tomar algo? Son las siete." inquiero abriendo la puerta y haciéndome a un lado para que ingrese.

Su curiosa mirada viaja de aquí para allá entre las cosas que hay por casa, no evito mirarlo tras cerrar la puerta. Una sonrisa involuntaria se formó en mi rostro.

"Dale, ¿tenes mate cocido?" dice después de unos minutos, volviéndose a verme. Asiento y camino hasta la cocina, con Valentín imitándome "¿Te pinta comer algo? Podemos comprar unas facturas, tortitas, semitas." enumera y río tirando mi cabeza de lado a lado.

"Tengo pan o galletitas y algo de manteca, ¿queres? No quiero que gastes plata." digo preparando la pava y dos tazas con saquitos. Él chista desinteresado.

"Con tal de comer con vos me gasto hasta lo que no tengo, Vale." suelta y lo miro fijo, tenía una serenidad en el rostro y la sinceridad en sus palabras.

Mi corazón latía rápido. Había logrado ponerme nerviosa.

"¿No están tus papás?" formula posterior a aclararse la garganta minutos después. Niego mirando la hora en mi muñeca.

"Mi vieja debe estar en el gym y mi papá viendo un trabajo quizá o comprando material." explico apagando la pava y sirviendo el agua.

"¿De qué trabaja? Bah, si queres contarme, sino no." carcajeo extendiéndole su taza.

"Es carpintero. Solía ser milico pero por un problema en el corazón decidieron sacarlo. Luego de un tiempo descubrió que era bueno para la madera." cuento mientras nos sentamos en el comedor. Valentín no emite sonido, dándome pie a seguir "Mi mamá es artista, ella pinta y ayuda a mi papá con las cosas que le hacen falta. Yo lo hacía cuando era chica, pero me metí a la secu y lo dejé." resumo y tomo unos sorbos de la taza.

El de ojos claros me mira y sonríe, incrédulo. La curiosidad me invadió.

"No te voy a mentir, no me lo esperaba." dice riéndose, entrecierro los ojos, esperando a que continúe "Escuché muchas cosas de vos antes, cuando recién entré al colegio. Y no tienen nada que ver con lo que me dijiste." bajo la mirada y sonrío de labios sellados, quitándome unos mechones de pelo de la cara.

"Si bueno, después de lo del innombrable pasaron muchas cosas. Yo antes de él era una pendeja inmadura y una mierda con todos, me comportaba como el orto y trataba mal a la gente. Y cuando él llegó no cambié mucho, sólo me alejé de la gente que quería y más." me ojos se instalan en un punto cualquier en el líquido verde de mi taza, melancólica quizá "Agradezco que Mariano se haya mandado esa cagada, y a la piba con la que lo hizo también le deseo lo mejor," digo, con sus ojos mirándome expectantes "gracias a eso pude abrir los ojos. Cambié totalmente luego de todo."

"Te ves hermosa cuando hablas así." suelta con su mirada puesta en mí "Me encanta escuchar lo bien que estás y que aunque sufriste un montón seguís adelante, sobrevivís." trago en seco e inquiero un gracias por lo bajo, sin apartar mi mirada de él.

"No sé qué decirte, me pusiste nerviosa Valentín." cubro mi cara, el calor me había subido en segundos, quemándome las mejillas.

Valentín carcajea fuerte dejando la taza en la mesa. Esa risa tan contagiosa.

¿Qué pasaba con este chico?

"¿Queres que empecemos con la tarea?" indaga pasados unos minutos y asiento rápido, sentándome esta vez en la silla a su lado.

Saco un cuaderno, una lapicera y mi compu de la mochila. Bajo la mirada de Valentín ordeno todo y me siento.

Pasamos unas horas en silencio, hablando de vez en cuando, preguntándonos cosas sobre el tema o haciendo bromas.

El reloj de la cocina marca casi las diez y media de la noche. Repasamos unas páginas unos minutos más hasta que se hicieron las once y Valentín decidió retirarse.

Lo acompaño hasta la vereda mientras le explico que colectivo tomarse y cuáles paradas le quedaban más cerca de casa, decido preguntar "Valen, ¿te puedo confesar algo?" él deja de jugar con la sube en sus manos y me mira atento "Vos también me encantas."

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cap medio d relleno pq si jaja mentira, queria q conocieran un poquito a la flia de mi chiquita, amenla porfas<3