11🏹
Tae Hyung estaba concentrado en sus clases, aunque ya quería que terminaran porque dejó a medias un paisaje que estaba pintado con acuarelas sobre la pared de su habitación. Por supuesto el señor Min protestó, pero muy poco, le daba curiosidad saber que eran aquel lugar que con tanto afán Tae Hyung pintaba en la pared.
—Príncipe Tae Hyung, ha sido todo por hoy, puede retirarse —el niño bajó de la silla como cometa, hizo una reverencia torpe y agradeció rápidamente. En el pasillo se iba quitando los zapatos y la ropa.
—Santo Dios —jadeó Min al verlo, ya tenía su ropa para pintar debajo. Entró a la habitación del príncipe donde lo vio retomando la brocha y las pinturas—. ¿Le ha ido bien en las clases?
—¡Excelente sí! —sonrió sin mirarlo—. ¿Me ha traído melocotón? Estoy inspirado hoy.
—Me doy cuenta, he traído jugo y melocotón como lo ordenó.
—¡Muchas gracias! Cuando termine mi mayor obra de arte le pediré que venga señor Min.
—Perfecto, con permiso —dijo por último Yoon Gi al cerrar la puerta. Tae Hyung tenía muchos detalles pendientes y si debía tomarle toda la tarde lo haría, pero su obra de arte debía ser terminaba justo ese día.
Yoon Gi estuvo en sus ocupaciones toda la tarde, él como pareja sentimental del rey y su ocupación de lacayo, su deber era estar al tanto de todo lo que pasaba en el Reino y servir al rey. Cuando nació Tae Hyung, él se dispuso a entregar su vida en el cuidado del futuro rey y único hijo, cumplía labores de lacayo del niño más que del rey, pero había situaciones, documentos y secretos de los cuales Ji Min se lo confiaba solo a él.
Justo ahora estaba mirando uno de esos, el rey congenió tan bien con rey Kim Lao de Nubia que llegaron a un acuerdo especial, ellos comenzarían a exportar pato para Zelendia, sí el Reino de Zelendia comenzaba a exportar pescados, el detalle estaba de que se agregarían en una lista con la que ellos podían llamar "Reino de prioridad".
Aquello venía de maravilla, porque eso les iba a generar bastante dinero, porque no eran intercambios, sino compras masivas con prioridad. Además, estaban creando un acuerdo para la pesca artesanal, de eso se encargaba Min Yoon Gi, de revisar los documentos primero para informar al rey de qué tratan y cuáles darle prioridad.
—¡Señor Min! —se escuchaban los llamados incluso desde el salón principal.
—Madre mía —jadeó el lacayo ante esos gritos, dejó todo bajo llave antes de salir del salón. El mayor entró a la habitación del príncipe—. Cielos —pronunció totalmente sorprendido al mirar aquella ilustre pared.
—¡¿Le gusta señor Min?! —preguntó muy feliz, el mayor asintió aún sorprendido mientras miraba al niño con pintura azul sobre el pómulo derecho.
—Es increíble, nunca vi nada igual —volvió a mirar la majestuosa obra de arte, era un paisaje con un río, además se podían ver a lo que él podría asumir que eran los príncipes—. ¿Lo has soñado?
—No señor Min, es la colina de Nubia, donde se celebra la caza de patos ¿Lo ve? Ahí está señor Limón, el príncipe Seok Jin y yo —volteó a mirar la pared—. Ahí... fue donde Seok Jin me entregó mi anillo de compromiso, mañana se cumple un año de ese suceso y yo quería que quedará retratado aquí.
—Es muy bonito, príncipe Tae Hyung —el menor sonrió al correr hasta el mayor para abrazarlo, este lo abrazó de vuelta.
Cuatro años después.
30 de septiembre.
El príncipe Tae Hyung cabalgaba velozmente sobre el semental negro apodado por el príncipe como Nikey, a su lado venía el príncipe Seok Jin, en un elegante caballo blanco llamado Nitaru. Usualmente competían en carreras amistosas del palacio hasta el lago Nizi, donde pasaban ahora el tiempo. Llegaron a raya, aunque Seok Jin le insistía que él claramente vio como Nitaru sobrepasó el árbol de la meta antes que Nikey.
Amarró su cabello y procedió a ayudar al príncipe Tae Hyung que aún no lograba bajar de Nikey por su cuenta. Seok Jin ya le había pasado de estatura el verano pasado y a él le faltaban algunos centímetros para pasarle, quizá unos diez. Seok Jin amarró a Nikey junto a Nitaru.
—Ya quiero que sea mañana —mencionó Tae Hyung al sentarse en la orilla frente al lago, sumergió sus pies en el agua fría—. Tengo tiempo de no ver al príncipe Félix, la última carta que recibí, dijo que iba a regalarme una ocarina que hizo.
—¿Una ocarina? —preguntó sentándose a su lado—. ¿Qué pasó con la tuya?
—Se me cayó por la ventana, estaba tocando... la dejé en la orilla y quizá se resbaló.
—¿Dejaste entrar a Russei a tu habitación? —se burló Seok Jin al quitarse la camisa—. Cielos, nunca aprendes.
—¿Cómo sabes que fue Russei?
—Es una ocarina, no puede caerse sola y porque te conozco como la palma de mi mano.
—Bueno, Russei estaba maullando y la dejé entrar, se subió al marco de la ventana y ahí se cayó mi ocarina, creo que a este paso no podré tener ventanas en la habitación. Por cierto, la otra vez el señor Limón le picó una de sus patitas a Russei y esta saltó a mi cama de repente, sentí que el corazón se me salía del pecho —Seok Jin se comenzó a reír.
—Tienes que educar mejor a tus hijos.
—Nuestros hijos —corrigió—. La señorita Russei pasará una temporada con su otro padre —Seok Jin sonrió, pero la verdad es que su madre sufre de alergias y nada peludo puede estar cerca suyo sin que le saque un estornudo.
—Tae... la cosecha de calabazas es dentro de quince días, yo... quería verte ahí.
—Estaré ahí, no me perdería un evento de tu reino, mucho menos en uno tan importante para ti —Seok Jin sonrió y se acercó al menor dejándole un pequeño beso en la mejilla.
—Vamos a nadar —mencionó al acariciarlo. Tae Hyung se quitó su camisa y no dudo entrar al igual junto al príncipe Seok Jin.
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Carta con ilusión extra
A pesar de que nunca me ha gustado la caza, debo decir que es un día que no puede evitar emocionarme.
En primer lugar, porque ahí está la colina, Seok Jin y yo siempre vamos ahí y en segundo, porque puedo ver a mis amigos, también siempre es emocionante ver caras nuevas.
Me ilusiona mucho el hecho de que iré a la cosecha de calabazas, es un evento que Seok Jin ama y estoy seguro que ahí es donde nos daremos nuestro primer beso.
Lo creo porque me pidió que esté ahí cuando sabe que iré, entonces pensé que sería porque me diría algo importante, quizá sea un beso o me pida ser su novio.
Aunque es un poco improbable, los príncipes y princesas tienen prohibido elegir pareja sentimental, solo si es en la Ceremonia Real para proceder al trono, y para eso me falta mucho tiempo, aunque yo sé que príncipe voy a elegir.
Yo, mi anillo de compromiso, Russei, el señor Limón e incluso el señor Min saben la respuesta de eso, claro, Seok Jin también.
Firma con extra, extra, extra ilusión. Príncipe Kim Tae Hyung d̶e̶ ̶S̶e̶o̶k̶ ̶J̶i̶n̶, de Zelendia.
El proceso de niñez de los príncipes pasó.
¿Qué les espera?
Muchas gracias por leer😁❤
-: ✧ :-゜・.FairyWinB
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