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𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍

⋆༺ Yūrei No Hunter ༻⋆
ゴーストハンター

⭒₊ ⊹🌕₊ ⊹⭒

𝘌𝘭 𝘳𝘪𝘵𝘶𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘭𝘶𝘯𝘢 𝘳𝘰𝘫𝘢

HACE SEIS AÑOS, la familia Kokubō fue asignada a una misión de alto riesgo a las afueras de la ciudad de Ravenswood; los habitantes estaban presenciando la aparición de un espíritu maligno que se alimentaba de los miedos e inseguridades de cada uno de los residentes del pueblo, haciendose así cada vez más poderoso e intolerable para ellos. Inocentemente, los Kokubō aceptaron la misión sin objeciones, ya que los eventos paranormales eran la especialidad de aquella peculiar familia de Hunters.

Pero no esperaban que aquello se les saliera de las manos.

Durante el ritual de purificación del pueblo, algo salió mal. Aquel demonio resultó ser mucho más poderoso de lo que esperaban, y sus acciones solo terminaron por desatar la ira de aquel ser. El pueblo fue atacado aquella noche bajo la rojiza luz de la luna, e inexplicablente, la criatura desapareció poco después de liberarse por completo.

Afortunadamente, la ciudad de Ravenswood no sufrió daños irreparables, por lo que sus habitantes decidieron retomar sus rutinas diarias una vez que confirmaron la desaparición de la misteriosa entidad. Sin embargo, los Kokubō no salieron del todo ilesos.

La hija menor de la familia, Yūrei, quedó en coma durante tres meses luego del ritual de luna roja. Los doctores no lograban explicar el porqué de su situación, ya que la niña no había resultado herida durante la batalla, de igual manera, aquel tema quedó en el olvido cuando la castaña despertó en perfectas condiciones poco después.

Parecía estar bien de salud, y su personalidad no había sufrido cambios tampoco, lo único diferente era que...

—¡En serio! ¡Miren ahí!—lloriqueó con angustia la niña, señalando con su dedo índice la esquina de la habitación—. ¡Hay una señora fea y extraña viéndome!

Sus padres dirigieron sus miradas hacía aquella dirección; encontrándose así, nuevamente, con absolutamente nada. El mayor soltó un suspiro de cansancio, llevando su mano a la cabeza de su hija para revolverle el cabello como gesto de cariño—Yūrei, Santa no le trae regalos a las niñas mentirosas.

La menor emitió un gruñido de frustración. Estaba cansada de que sus padres no la tomaran en serio cada vez que les hablaba de las extrañas visiones que había comenzado a experimentar desde que despertó en el hospital. Dondequiera que fuera, veía almas en pena deambulando sin rumbo, y aunque al principio le pareció emocionante, la falta de credibilidad de sus padres había convertido la situación en una carga pesada para una niña de solo doce años.

—Ya verán... algún día todos me van a creer —masculló, apretando con fuerza las sabanas sobre sus piernas. Su madre alzó una ceja con curiosidad, cruzándose de brazos—. ¡Me volveré una cazadora de fantasmas!

—¿Cazadora de... Fantasmas?—repitió la señora, sin poder ocultar la gracia que le causaba la actitud de su hija—. Cariño, ya nos dedicamos a eso desde hace décadas, inevitablemente lo harás en algún momento.

—¡Pero seré la mejor!—replicó, inflando sus mejillas con una expresión lo suficientemente adorable para derretir el corazón de sus progenitores.

—Si si, mejor anda a dormir, Yūrei. Mañana tienes que ir a la escuela —murmuró su padre, ganándose un resoplido de su parte—. Luego nos cuentas tus historias de fantasmas.

«Los odio» pensó amargamente la niña, sin ocultar en lo más mínimo su desagrado. Su madre rebuscó un par de segundos en su bolsa antes de sacar una barra de chocolate y extendersela a la menor, quien inmediatamente borró cualquier rastro de rencor en su mirada para sonreír ampliamente—¡Te amo mami!

Con una sonrisa, los padres se despidieron y salieron de la habitación de su hija, sin dar mucho crédito a sus palabras. La niña tenía fama de inventar historias y situaciones absurdas para hacer reír a la familia, y ellos suponían que sus supuestas "visiones" no eran más que otra de sus extravagantes formas de buscar atención. Probablemente, en un par de semanas, todo se olvidaría.

Pero aquello no sucedió.

༄˖°.🍂.ೃ࿔*:・

ACTUALIDAD

—¡Si, si, si, si! —exclamó la chica, radiante de felicidad—. ¡Por fin tendré mi primera misión como Hunter!

Hace unos cuantos minutos había recibido una llamada telefónica de la Asociación de Cazadores, los cuales le propusieron formar parte de un pequeño equipo de investigaciones para una misión de alta confidencialidad. Ni siquiera dejó que la recepcionista le terminara de explicar la situación cuando ya había aceptado, por lo que realmente no tenía muchos detalles acerca de su próximo trabajo.

Pero eso no importaba, era su primera misión desde que consiguió la licencia de Hunter.

—A ver, a ver, que me voy a poner...—canturreó, abriendo las puertas de su closet para empezar a esculcar entre toda su ropa— Hmm... nunca he ido a una misión profesional, no sé que clase de ropa deba usar —murmuró, dando media vuelta en dirección a su cama—. ¿Usted que cree que debería usar, Señor Muerto?

El espíritu que yacía inerte sobre su cama no respondió, ni siquiera se dignó a mirarla. Era un hombre de unos treinta años, vestido con un traje raído y desgastado, con el cabello despeinado y una aura de tristeza que lo rodeaba. Yūrei suspiró con aburrimiento; encontrar un fantasma con quien pudiera tener una conversación interesante parecía una tarea imposible.

—¿Te gusta esto?—cuestiona, plantandose frente a él con su primera opción de vestuario. Al no recibir respuesta, frunció el ceño— ¿Eh...? No sé ni para que te pregunto, con esa ropa que traes puesta se nota que no sabes de moda.

—Grosera.

Su alma pareció abandonar su cuerpo al escuchar la voz del espíritu, que por primera vez en dos meses pronunció una palabra. Yūrei había mantenido una rutina diaria de conversaciones con él, más por aburrimiento que por esperanza de recibir una respuesta. Después de todo, no todos los espíritus podían hablar.

Esta era una de las pocas veces que se había cruzado con uno que si lo hiciera.

—¡Si hablas! ¡Genial!—exclama, rodeándolo de forma curiosa— ¿Siempre has podido hablar? ¿Por qué no me respondías hasta ahora?

—Porque eres irritante.

Aquel comentario detuvo el andar de la chica, y con una mueca en el rostro lo encaró—¿Irritante? ¡Eres tú el que está en mi habitación todo el día!—señala. Se había molestado bastante con que la haya insultado de esa manera— Seguramente eres un asqueroso fantasma pervertido que solo quiere espiarme, puaj.

—No es que haya mucho que ver.

Apretó los dientes con furia, ya con eso había sobrepasado la línea. En su mano derecha apareció su tan adorada varita  Haraigushi, la cual utilizaba para deshacerse de aquellos espíritus que lograban sacarla de quicio. Con una mirada de suficiencia observó al hombre frente a ella, quien nuevamente tenía la mirada perdida en algún punto de su habitación—Te di el privilegio de acompañarme porque me caías bien, Señor Muerto... pero se acabó —murmuró, levantando la varita en su dirección— ¡Vete, espíritu maligno!

—¿Que demonios haces?—la voz de su hermano mayor la hizo sobresaltar, e inmediatamente escondió su varita detrás de su espalda. El muchacho alzó una ceja desconcertado, llevaba al rededor de cinco minutos observando como la chica le hablaba a la nada mientras agitaba las manos y murmuraba cosas extrañas—. ¿Otra vez jugando con tus amigos imaginarios?

—¡Yo no tengo amigos imaginarios! ¡Y lárgate de mi habitación¡—bramó, tomando una de sus almohadas para arrojarla con fuerza en dirección al mayor. Este alcanzó a cerrar la puerta antes de que lo golpeara la almohada, y Yūrei logró escuchar como le gritaba "Loca" desde el pasillo. Suspiró aliviada cuando dejó de escuchar sus pasos a lo lejos, y con el ceño fruncido se giró a observar nuevamente al hombre en su cama—. Te salvaste por hoy, Señor Muerto.

Terminó de vestirse y arreglar todas sus pertenencias antes de salir corriendo en dirección a la Asociación de Cazadores. Debía ir para terminar de coordinar todos los detalles acerca de la misión y conocer a los que serían sus compañeros de equipo. Se sentía nerviosa y emocionada, por fin la habían tomado en cuenta para un trabajo de esta clase; seguramente eso se debía a que la mayoría de Hunters de élite y con experiencia se encontraban en el viaje al Continente Oscuro, por lo que no tenían muchas más opciones para esta clase de encargos.

Pero así sea por descarte, estaba feliz de haber sido seleccionada.

La recepcionista la recibió de forma amable, indicándole el número de piso y sala a la que debía ingresar para encontrarse con el encargado de la misión. Una vez le agradeció a la señorita, emprendió su camino, casi corriendo, en dirección al ascensor.

—¡Yūrei Kokubō a sus servicios!—se presentó la muchacha, colocando su mano sobre su frente al estilo militar. El hombre frente a ella alzó una ceja desconcertado, rectificando que realmente le estuvieran hablando a él— Dígame a quien debo matar y le traeré su cabeza en cinco segundos.

—Huh... niña, yo solo soy el conserje.—murmuró apenado el hombre, haciéndola alzar las cejas sorprendida.

—¿Este no es el piso tres, sala número cinco?—cuestionó, observando con el ceño fruncido las indicaciones que había escrito la recepcionista en un pequeño trozo de papel.

—No. Piso cuatro, y esta es la habitación de mantenimiento.

—Eso explica todo...—murmuró la chica, observando distraídamente todos los implementos de limpieza perfectamente ordenados en los estantes. Sus ojos se desviaron al señor frente a ella, para luego posarse en el espíritu que lo acompañaba—. Hmm... ¿sabía que hay una señora detrás de usted?

El hombre se giró rápidamente, pero no había nada detrás de él. Sus ojos buscaron nuevamente a la extraña chica, la cual había desaparecido en cuestión de segundos, dejándolo con una extraña sensación de angustia.

No me pagan lo suficiente por esto...—lloriqueó, observando de forma paranoica a sus alrededores.

Por otro lado, Yūrei por fin había encontrado la sala correcta. Inhaló profundamente mientras observaba el número cinco enmarcado en la puerta, y con determinación giró la perilla para ingresar—¡Yūrei Kokubō a sus servi-... ¿Huh? Aquí no hay nadie.—exhaló con fastidio, arrastrando sus pies hacia una de las sillas que rodeaban el enorme escritorio frente a ella.

Observó con desdén el reloj que adornaba la habitación, el cual marcaba las 14:35 pm. Una mueca de frustración se formó en su rostro, había llegado una hora antes sin darse cuenta.

Estaba por levantarse para abandonar la habitación mientras transcurría el tiempo, pero el sonido de la puerta abriéndose frenó sus movimientos. Un señor alto, con un gorro, lentes y vestido de traje ingresó a la sala de forma distraída, alzando las cejas sorprendido al notar la presencia de la chica—¿Quien eres?—cuestiona, y cuando ella estaba por dar su increíble presentación que estuvo horas planeando, el sujeto la interrumpió—. Ya, seguro eres la chica que me mencionó Cheadle ¿Cómo te llamas?—preguntó, observando el expediente de la castaña. Esta abrió la boca para responder, pero nuevamente fue interrumpida— Yūrei Kokubō ¿Cierto?

Esta vez ni siquiera hizo el intento de hablar.

—Mi nombre es Knov, en esta oportunidad soy el director de la misión —se presenta, tomando asiento frente a la menor—. Me imagino que ya habrás leído el expediente con toda la información referente a este trabajo, por lo que te daré las especificac-...

—¿C-Cual expediente?—cuestiona la chica, sonriendo torpemente.

El mayor frunció las cejas, odiaba ser interrumpido—El que te mandaron por correo.

Inmediatamente desbloqueó su celular; confirmando que, efectivamente, no había llegado ningún mensaje nuevo a su correo electrónico. Le mostró su bandeja de mensajes al hombre, quien frunció el ceño al ver que tenía razón.

—Seguramente hubo un error con tu dirección de correo electrónico —deduce, tomando su bolígrafo—. Dime cuál es para reenviártelo, por favor.

«Ay no...» se lamentó mentalmente la muchacha, curvando una sonrisa nerviosa mientras trataba de inventar alguna excusa. No pensaba decir su dirección de correo electrónico en voz alta, ya que seguía teniendo la misma desde los diez años y le parecía poco profesional.

—¿Y bien?—insistió, bastante irritado.

Yūrei suspiró pesadamente, tal vez si lo decía con tranquilidad no sonara tan mal—Mi dirección es [email protected].—respondió, observando distraídamente el techo mientras sus mejillas adquirían un leve tono carmesí.

Knov ni siquiera escribió aquello, prefería regalarle su informe impreso antes que tenerla agendada en sus contactos.

—Okey...—murmuró, incómodo. Le extendió la copia del informe a la chica, quien inmediatamente lo recibió para empezar a ojearlo—. Te resumiré la situación, luego lees los detalles con calma; La ciudad de Ravenswood está pasando por una situación complicada, varios ciudadanos han venido reportando extraños sucesos paranormales sin aparente explicación, sumándole que este mes han desaparecido cuatro personas de pueblos aledaños, por lo que no podemos seguir ignorando esta situación.

La muchacha asintió, sin parar de leer las declaraciones de las víctimas. Todos comentaban sentirse constantemente observados, sus pertenencias personales desaparecían o cambiaban de lugar de la nada, escuchaban sonidos raros durante la noche y tenían pesadillas casi diariamente. Yūrei tenía alrededor de seis años sin visitar la ciudad de Ravenswood, y la última vez que estuvo ahí no tuvo experiencias muy agradables.

—Entonces, el objetivo de la misión es que averiguen el origen de todos esos sucesos extraños, y localicen a las personas desaparecidas. Para eso deberán infiltrarse para conseguir información de manera más discreta, procuren no revelar sus identidades para no alarmar al resto de los ciudadanos.

—¿Alguien más irá conmigo?—pregunta curiosa, ya que hasta el momento nadie más había asistido a la reunión.

—Si, te acompañará un viejo compañero mío —una leve sonrisa se plantó en los labios del hombre, recordando con nostalgia el odioso rostro del menor—. Su nombre es Killua, lo conocerás mañana. Ambos tienen la misma edad, seguro se llevarán bien.

Yūrei asintió animadamente. Compartir el viaje con una persona de su edad seguramente lo haría más divertido, y quien sabe, de pronto podrían volverse buenos amigos en el camino.

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ

˙✧˖°👻 ༘ ⋆。˚ CHARACTER ˙✧˖°⚡༘ ⋆。˚

Yūrei Kokubō 👻

«¡Boo! JAJAJA ¿En serio te asustaste con eso? Yo pensaba que los asesinos eran más valien-... ¡H-Hey! ¡No te me acerques así!»

Killua Zoldyck ⚡

«¿Puedes ver fantasmas? Huh... lamento decirte que eso no es un don, se llama esquizofrenia”

ACLARACIONES:

Todo esto ocurre 4 años después del último capítulo del anime Hunter x Hunter 2011, estaré obviando los hechos ocurridos en el manga, no tocare nada relacionado a eso.

• Killua y Yūrei tienen 18 años actualmente.

•Usare un lenguaje simple, no soy de profundizar mucho a menos de que lo sienta necesario, por lo que esta historia será rápida y fácil de leer.

• Todos los edits son hechos por mi, pero las imágenes, videos o gifs que utilice como recursos no me pertenecen, así que créditos a sus respectivos autores.

• No le estimo más de 15 capitulos a esta historia, ya la tengo planeada de principio a fin en cuestión de cronología, pero de igual manera puede variar.

• En esta historia dejaré el género de Alluka como chica para evitar malentendidos. Se que biológicamente es chico, pero como Killua se refiere a ella como chica en el anime, lo dejaré así para simplificar.

Eso sería todo por el momento, espero que disfruten este fanfic número 139489238921 de Killua que les traigo con mucho amor. No olviden votar y comentar que les pareció, próximamente les estaré subiendo el primer capítulo 💞






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