[  N A R R A   Y O O N G I  ]

Al salir del hospital me siento mareado, al subir al auto no puedo soportarlo mas, me siento patético pero es que cada vez siento que soy mas débil, Jimin siempre ha sido el más fuerte de los dos, él siempre ha sido mi pilar, mi fortaleza y ahora no se como hacerlo sin él.

Me siento estúpido llorando sin control, buscando un poco de consuelo en las lagrimas que salen de mis ojos, en los gritos ahogados que guarda mi pecho, en la ilusión de recuperar la vida que una vez tuvimos, que siempre soñamos y que tanto trabajamos en construir.

¿Por que siempre que todo está bien, perfecto y en orden... tiene que pasar algo para que se desmorone?

¿Por que simplemente no puedo ser feliz? ¿Por que la vida se empeña en arrebatarme siempre lo que amo?

Jimin, Jimin... amor.... vuelve, te necesito tanto, odio ser tan egoísta, no puedo ni imaginar lo que es vivir como vive el ahora, daría todo por cambiar de lugar con él, si pudiera tan solo salvarlo... pero ¿Quién soy yo? No soy nadie, perdóname Jimin, perdóname amor, por no haber podido protegerte, pero estaré aquí siempre, esperándote, amándote a cada segundo, hasta el día que deje de latir mi corazón.

Después de minutos, tal vez horas, ya no se ni cuanto tiempo tengo aquí en el auto llorando desesperado, me limpio las lagrimas y me veo al espejo, me veo terrible, mis ojos están rojos e hinchados, me veo mas pálido de lo normal, mi cabello es un desastre, necesito un corte urgente.

Comienzo a conducir, pero antes de mi lugar de destino hago una rápida parada en casa.

Entro, me dirijo al baño, lavo mi cara, me acomodo el cabello, me cambio de ropa, me doy unas palmadas en el rostro tratando de revivir un poco, tengo que estar bien, no puedo darme el lujo de no estarlo. Sonrió ante el espejo, es ridiculo, mi reflejo es lo mas ridiculo que puedo ver, pero pienso en ellos y entonces una sonrisa genuina aparece en mis labios, y el reflejo que lanza el espejo me complace después de meses de no hacerlo.

Este lugar me hace sentir tan feliz, tan cómodo, pero no puedo llamarlo hogar, Jimin es el que hace que se sienta como uno, sin él es solo un refugio, un techo, soy tan estúpido, tan egoísta, ¡Maldita sea! deja de pensar así, maldito cobarde.

Me es imposible no recriminarme todos los días tener estos pensamientos.

Tomo las llaves, doy un vistazo al lugar de nuevo, posando mi mirada en nuestro retrato familiar, sonrío con la ilusión de recuperar el tiempo perdido.

Conduzco unos cuantos minutos hasta que llego a casa de mi suegra, es la mujer mas amorosa y comprensiva que conozco, es una madre para mi también, y no cabe duda que mi Jimin aprendió los mas bonitos valores y sentimientos de esta gran mujer.

— Hola ¿Hay alguien en casa? — Digo al abrir la puerta y entrar a la ya conocida casa, donde ahora me siento mas cómodo que en mi propio lugar.

— Por acá Yoonie, en la cocina. — Escucho la ya tan familiar voz de Sana, mi suegra y madre adoptiva.

Al entrar me encuentro con un desastre en la cocina, siento unas manitas rodear mis piernas.

— ¡Papi! ¡Papi galletas, galletas pala ti! — Al bajar la mirada me encuentro con los hermosos ojos de mi hijo, llenos de amor, del mas sincero y puro amor. Tiene toda la cara llena de harina, sus manos regordetas embarradas de masa, su hermosa sonrisa traviesa y sus mejillas sonrojadas, la sola imagen derrite mi corazón, me agacho al ver que me estira sus manitos para levantarlo.

— ¿Hiciste galletas para mi campeón?

— Shi, mi guelita hicho, yo ayulo, come papi come — Me dice mi hijo moviendo sus piernitas desesperado apuntando con su mano hacia donde esta la barra de la cocina y mi suegra mientras lo sostengo entre mis brazos y mi pecho.

— Baek, amor, aun no están cariño, tenemos que esperar a que salgan del horno. — Dice Sana cariñosa con paciencia.

— Tolavia no eshtan papi, espelate. — Me dice mientras toma con sus dos manitos mi cara, abre su boca y come mi cachete, llenándome de baba.

— Que ricos besitos campeón, vamos a bañarte, para que estés listo cuando salgan las galletas ¿Bien?

Mi bebé aplaude y asiente feliz, ama darse baños.

— Iré a darle un baño rápido y después lo llevare a D-O-R-M-I-R  — Tengo que deletrear la palabra, por que si Baek la escucha de inmediato se niega.

— Esta bien hijo, mientras yo limpiare este desastre.

Me llevo a mi nene al baño y comienzo a llenar la tina de bebes, aun cabe, pero en poco tiempo ya no habrá espacio ahí para mi pequeño.

— Dame la mano Baek, déjame te tallo bien las manos, ¡Mira nada mas! Estás lleno de harina y de masa por todas partes.

Mientras tallo con cuidado su mano, el comienza a salpicar con la otra, riéndose a carcajadas.

— Oye, deja de mojarme — Le digo riendo y el ríe aun mas fuerte, dos pequeños hoyuelos se marcan en sus mejillas regordetas haciéndolo lucir adorable.

— ¿Papi? — Pregunta mi bebé mientras yo sigo lavándole el cuerpo.

— ¿Hmmm? — Contesto en señal de que estoy escuchándolo.

— ¿Ya melo viene mi papito? — Su pregunta me toma desprevenido, siempre hablamos de Jimin, le enseño fotos de nosotros, de Jimin con él cuando apenas era un bebé mas chiquito, le pongo videos y siempre le recuerdo que el es su papito Jimin, pero que esta de viaje y no sabemos cuando va a venir, el solo asiente y dice cosas como que su papito Jimin es muy bonito, o que lo quiere mucho, pero nunca había dando indicios de extrañarlo como tal, era tan pequeño cuando fue el accidente.

Un nudo se formo en mi garganta y no supe que responder. — No lo se campeón, papi Jimin trabaja mucho, vendrá en cuanto pueda, ¡Arriba! — Lo levanté y lo saqué del agua envolviéndolo en la toalla mientras le hacia cosquillas y lo hacia reír.

[ N A R R A D O R   O M N I S C I E N T E ]

Le puso crema, lo vistió y antes de que el pequeño Baek notara las intenciones de su papá de dormirlo, se quedo profundamente dormido en una siesta reparadora.

— Al fin cayó — Dijo Yoongi entrando a la cocina con sus suegra, la cocina ya estaba como nueva, como si por ahí no hubiera pasado un pequeño huracán de galletas de dos años llamado Baek. — Me preguntó por Jimin. — Dijo Yoongi dejándose caer en un banco de la cocina, escondiendo su cara en sus manos huesudas.

Sana solo pudo abrir los ojos impresionada y abrazo a Yoongi. — Hijo, lo que paso hoy con Jimin es excelente, nuestro Mochi esta mejorando, verás que pronto lo tendremos de vuelta, solo no te rindas, hazlo por Baek, el te necesita, hazlo por Jimin, cuando vuelva él se sentirá tan contento y orgulloso de todo lo que has hecho, pero mas que nada hazlo por ti Yoonie, vamos a salir de esta pesadilla.

— Me siento como una gran mierda Sana, siento que ya no puedo mas, y me siento un maldito egoísta, por no pensar en mi hijo, por no pensar en Jimin, a veces siento que quisiera no despertar, pero luego pienso en ellos, ellos son mi mundo entero, sin ellos yo no soy nadie — Yoongi comenzaba a llorar a este punto. — Pero simplemente a veces siento que no puedo mas con este dolor, esta frustración, este coraje.

Sana lo abrazaba consolándolo, Yoongi lloraba con terribles espasmos de su espalda y su pecho, en verdad estaba desolado.

— No eres ningún egoísta Yoongi, simplemente escúchate, si sigues aquí es por el amor que tienes por mi hijo y mi nieto, cualquier otro ya se hubiera ido, pero sigues aquí, esforzándote todos los días por ser el mejor padre para Baek a pesar del dolor en tu corazón, sigues yendo todos los días a ver a Jimin a pesar de que había días, semanas enteras en las que el no te recordaba, días en los que se portaba grosero contigo, y aun así tu nunca has dejado de ir a verlo, sigues en tu trabajo, sigues siendo la cabeza de una de las empresas mas importantes del país, vas a terapia para estar bien por tu familia, y en esa palabra estas incluido tu obviamente, eres un hombre maravilloso hijo, jamás vuelvas a decir que eres egoísta solo por que el dolor de tu corazón es tan grande.

Las palabras de Sana habían hecho un efecto tan reconfortante en Yoongi, eran como una taza de chocolate caliente en un día de lluvia, Yoongi se abrazó a Sana con fuerza y se dejo consolar.

Sana acariciaba su cabello y dejaba besos en su frente, consolándolo como a un niño pequeño, quería tanto a Yoongi, lo quería como a su hijo propio, y le dolía tanto esta situación, le dolía por su propio hijo y le dolía por Yoongi.

Ese hombre era lo que siempre quiso para su hijo, un hombre bueno, noble, trabajador, responsable, atento, Yoongi era el yerno perfecto y ahora se había convertido en papa soltero TEMPORAL era lo que Sana siempre decía, y a pesar de todas las cargas que Yoongi tenia sobre sus hombros, era el mejor papá del mundo, el mas paciente, el mas divertido, el mas amoroso, educaba a su pequeño nieto con tanto esmero, con los mejores valores.

— Extraño tanto a Jiminie.

— Lo sé Yoongi, lo sé... pero verás que pronto lo tendremos de vuelta, tu solo ten fe en lo que mas quieras, pero no pierdas la fe, recuperaremos a Jimin.

Yoongi asintió resignado, se talló los ojos y trato de despejarse — ¿Ya mero están esas galletas? — Dijo sonriéndole a su suegra la cual se soltó riendo y se fue a revisar al horno.

Maratón 2/3

Espero que lo disfruten.

Momo ♥