06
-Milan, Italia, Imperio romano. Año cuatro después de Cristo-
"¿Que hay más allá del cielo papá?" Preguntó a su padre una adolescente pelinegra mientras señalaba el cielo oscuro.
"Hay millones de estrellas, también están nuestros seres queridos que ya no viven con nosotros y muchas cosas increíbles que algún día podrás ver mi pequeña" respondió su padre mientras la abrazaba fuertemente con su mano libre ya que con su otra mano cargaba a su hija menor, mientras que tenía a su otra hija acostada en su regazo.
"¿¡Mamá está allá arriba!?" Preguntó emocionada la chica, su padre río por lo hermosa que se veía dando saltitos a pesar de ser una adulta ya.
"Si, mi pequeña. Mamá está allá arriba cuidando de nosotros, aunque ella no pueda estar aquí con nosotros físicamente lo está en su forma espiritual contigo. Acompañándote en todas tus aventuras" respondió él.
"¿Mamá también me cuida a mi?" Preguntó este vez su otra hija, una hermosa rubia.
"A ti, a tu hermana mayor y a tus dos hermanas pequeñas Chae" dijo y acarició la cabeza de su hija "Ustedes son unas mujeres muy especiales, que vivirán muchísimo tiempo y espero que lo hagan felices, si en algún momento yo no puedo estar con ustedes quiero que sepan que las amo con toda mi alma, y que las estaré cuidando allá arriba con su madre por todo la eternidad"
"Pero estaremos solas sin ti papá" se quejó su hija rubia.
"No estarán solas, su hermana Haseul las cuidara cuando yo no pueda hacerlo. Además, ya se los dije. Aunque no nos puedan ver yo siempre estaré junto a ustedes. Es una promesa"
Sus dos hijas se tomaron de las manos y siguieron observando al cielo nocturno. En el firmamento las estrellas titilaban más veces de las que pudieran contar. El momento era simplemente perfecto.
Nadie dijo nada más, aunque el momento fuera de ambiente familiar aún se podía sentir la tristeza irradiando del aura del hombre mayor.
"Siempre las protegeré…" susurró eso último.
• • •
___________ POV
—¿En qué pensabas?- preguntó Chaeyoung entrando a mi habitación-
—En esa última vez que estuvimos con papá- respondí sin mirarla ya que me encontrába viendo al cielo como aquella vez- A veces puedo sentir que realmente el esta aquí con nosotras- dije.
—Espero que hubiera llegado con mamá, realmente le dió duro su perdida- respondió Chaeyoung.
—Fue el amor de su vida Chae- dije- Que se la hayan arrebatado así fue la peor calumnia que hicieron.
—Me hubiera gustado que Yeojin la pudiera haber conocido, era una mujer increíble- dijo Chaeyoung llegando a mi lado- Aún lo es.
—Siempre lo será- respondí -¿Donde esta Haseul?- pregunté al ver que mi hermana mayor no estaba en el jardín como siempre lo hace-
—Instalando a las nuevas inquilinas, finalizó el entrenamiento antes de tiempo cuando se dio cuenta que había gente nueva, se veia muy emocionada -dijo Chaeyoung sonriendo-
—Incluso yo lo estaría, viendo a los mismos rostros desde hace dos milenios enloqueceria a cualquiera- bromeé haciéndola reír- No me malentiendas, amo la compañía que ustedes tres me ofrecen, pero con el pasar del tiempo te gustaría conocer gente nueva.
Chaeyoung negó y cerró los ojos, disfrutando de la suave brisa nocturna.
—Ya podemos salir nuevamente, gracias a Yeojin y su magia la gente no nota que somos algo así como la fuente de la eterna juventud- dijo Chaeyoung- Me gustaría visitar Roma, ver si aún está nuestra vieja casa.
—Esa cueva no era una casa Chae, era una pocilga- dije y Chaeyoung bufó- Sabes que es cierto.
—Lo es, pero ese era el precio a pagar. No sería muy normal que en aquel entonces vieran a las mismas chicas igual de jóvenes siempre. Nos habrían acusado de brujería o demonios y nos hubieran matado.
—Y hoy en día hacen películas sobre nosotros y escriben libros, el mundo cada vez se vuelve más loco- dije- Seríamos celebridades. No nos creerían pero tendríamos fama, digo, sacamos la lotería genética, podríamos ser actrices e incluso cantantes.
—Nah, puras mamadas- respondió Chaeng en español haciendome reír-
—¿Donde aprendiste eso?- pregunté sonriendo.
—Hace unos años una linda mexicana me enseñó a insultar en español, la hubieras visto. Parecía un señor insultando con su voz gruesa.
—Tú y tus fetiches raros- comenté y Chaeyoung golpeó mi brazo-
—No son fetiches, son gustos especiales- respondió molesta- Así como a ti te gustan las altas y morenas.
Al decir eso la miré sorprendida, después de todo si escuchó como mi corazón latía rápidamente al ver a esa sexy y alta morena sin expresiones.
—Por que si, te escuché. Es más, aún siento el retumbar de tu corazón en mis oidos- concluyó Chaeyoung- Deberías de hablarle, te acercas con la excusa de tu interés por su don y bum, se hacen esposas.
—¿Se puede hacer eso?- pregunté incrédula ante mi nulo conocimiento amoroso-
—Eso haré yo con esa rubia, es muy hermosa esa mujer llamada... -chasqueó sus dedos al no recordar su nombre-
—Mina, su nombre es Mina- respondí y Chaeyoung silbó-
—Hasta su nombre es de Diosa. La haré mi esposa, tenlo por segura.
(. . .)
La noche había pasado con tranquilidad y ahora todos estábamos reunidos en el jardín trasero que tenía vista al Mediterráneo.
Incluso los novatos estaban allí presentes. Haseul estaba junto a mí izquierda, Chaeyoung a mi derecha y Yeojin detrás de mí. Jihyo estaba acostada en una silla reclinable mientras que su esposa Sana le tomaba la mano con fuerza dándole apoyo.
Momo, Dahyun, la hermosa Tzuyu, Nayeon y Jeongyeon estaban a unos cuantos metros de distancia.
Mientras que nuestro clan, conformado por vampiros y licántropos hacían un anillo de seguridad al rededor nuestro por si algo salía mal. En cierto modo ellas estaban ahí para aprender ya que increíblemente las diez chicas eran usuarias de magia también.
—Bien, cuando yo de la señal ustedes tres- señalé a mis hermanas- Pondrán sus manos en la cabeza de Jihyo para evitar que algo salga mal. Y ustedes chicas tomarán sus manos y crearán un campo de contención al rededor nuestro y de la casa por si las cosas empeoran.
Jinsol, Jungeon, Kahei, Hyejoo, Chaewon, Heejin, Hyunjin, Sooyoung, Jiwoo y Yerim asientieron ante mis órdenes.
—Por mi no se preocupen, mi cuerpo podra soportar todo- di una última orden- ¿Preparada para que entre a tu mente Jihyo?
La nombrada me vio un poco indecisa, suspiró y termino asintiendo.
—Tenemos que hacer esto- respondió Jihyo mientras besaba la mano de Sana-
—Ok, mantente tranquila. No dejaremos que nada malo te ocurra- dije y Jihyo sonrió. Yo cerré mis ojos y recite el conjuro- Duxit de futura morte, divina revelatione (Presagios de muerte futura, Revelación divina)
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"Muerte, fuego y destrucción es lo que se verá cuando el mal sea liberado"
Susurró alguien en mi oído, el paisaje era desolador. Ciudades enteras destruidas, cuerpos destrozados en cada rincón. Familias separadas…
"El mensajero del mal pronto regresará ______"
Rápidamente la escena cambió, era un prado verde lleno de fuego, en el medio de todo pude reconocer a una Jihyo malherida y a una figura aún desconocida frente a ella. El cielo estaba oscuro y había un eclipse solar en el cielo.
Detrás de Jihyo pude ver a Sana en el suelo con algo clavado en su pecho. Mina estaba recostada contra un árbol y Chaeyoung a su lado tenía la camisa rasgada y varios círculos negros en su pecho.
Momo sostenía el cadáver de Dahyun llorando desconsoladamente. Nayeon y Jeongyeon murieron juntas mientras se daban un abrazo.
Y a lo lejos, pude verme junto a Tzuyu, ambas estábamos malheridas pero aún podíamos dar pelea. Pero ya era tarde. Muchos lobos y vampiros ya habían perecido.
"Esa solo es una de miles de posibilidades _______"
Y nuevamente el entorno cambió, aún estaba el cielo oscuro y el eclipse solar, solo que esta vez estábamos las diez chicas de la visión en una especie de línea horizontal frente a la misma figura de antes, solo que esta vez la figura estaba en el suelo con un enorme hueco en donde debía de estar su corazón.
"Si quieres salvarlas a ellas, a tus hermanas y a tu gente debes evitar que la profecía se cumpla" dijo la misma voz a mis espaldas "Recuérdalo bien, 23;50 será el número final"
Miles de futuros posibles pasaron ante mis ojos. Cada uno diferente al anterior pero siempre coincidían en que la figura extraña o nosotras terminabamos muertas.
"Si no se evita la destrucción, los hijos de los dioses caerán _________"
Uno de tantos futuros llamó mi atención, estábamos todas reunidas en una mesa en medio de un bosque, niños corriendo por todas partes y Tzuyu me abrazaba por detrás, descansando su cabeza en mi hombro derecho.
"El hibrido aullido dictará el final"
El mismo futuro de antes siguió, solo que los niños de antes ya no eran niños, eran adultos y todos veíamos al atardecer perdiéndose en el inmenso océano.
"23;50 será el número final"
Y de repente todo se volvió negro.
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Completamente asustada abrí mis ojos, aún estaba en el jardín y todos estaban reunidos a mi alrededor.
Jihyo ya estaba sentada y Sana a un lado de ella. Chaeyoung, Haseul y Yeojin tenían sus manos en la cabeza de Jihyo y había un campo de fuerza cubriendo mi entorno.
Nada de todo lo que había visto se había cumplido aún, pero tenía el presentimiento de que pronto lo haría. Y tenía la esperanza de que fuera el último futuro que vi.
Todo parecía ir en cámara lenta y las palabras que aquella voz dijo se repetían en bucle en mi mente.
"Recuérdalo bien, 23;50 será el número final"
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