Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐮𝐧𝐨


~Sueña en pequeño Hinata~

.oOo.

👑Takemichi Hanagaki👑

|𝟏𝟒 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐞𝐫𝐨, 𝟐𝟎𝟎𝟓|

Todo comienza con una carta.

El medio de comunicación escrita por un emisor y enviado hacia un receptor. El medio por la cual las personas logran informar y transmitir a través de las palabras escritas y no por la voz. Las recibo a menudo; todos los días las leo. No es sorpresa para mí ver a las chicas suspirando cada vez que me ven pasar a donde sea que me dirija dentro del colegio y que me den miles y miles de sobres para que yo me de el tiempo de leer todas y cada una de ellas. De todos modos las termino ignorando después de hacerlo.

"Qué bueno que les diste su merecido", "Eres el mejor", "Dale con todo" y "Te amamos", son solo algunos de los muchos cumplidos que me han dicho a lo largo de este tiempo. Claro que uno cuando se los dicen es obvio que los pies se les despeguen de la tierra y se meta en la personalidad del chico popular. Sentirse "cool" dentro de un ambiente escolar me causa un gran incremento en el autoestima. Que la gente te vea como un héroe es sensacional. Me encanta que las chicas mueran por mí. Ser querido por todo el mundo es como estar en el mismo cielo.

Desenvuelvo aquel peculiar sobre para desdoblar el contenido que hay dentro de él. Al abrir por completo el papel blanco, automáticamente una leve sonrisa se dibuja en mi adolorido semblante a causa de la disputa del día anterior. Es otra correspondencia de parte de "La chica misteriosa", como soleemos llamarla mis amigos y yo.

La duda de qué me ha escrito esta vez se intensifica de inmediato. Pero comienzo a leer las palabras plasmadas en el material blanquizco para quitarme el desespero.

"Es imposible no sentir un inquietante desasosiego cuando a una persona querida lo hieren física o mentalmente. Que por más que intente mostrarse firme ante los demás, la fuerza bruta es más grande que el orgullo propio. Así es como yo me siento cuando te veo al ser derrotado por la injusticia. Quieres hacerle creer a todos que no pasa nada; que eres el héroe y que no hay problema alguno que valga la pena inquietarse.

Cada vez que te miro caminar por los pasillos, no evito sentir más y más ganas de conocer a la persona detrás de esas marcas de lucha y esa personalidad tan peculiar que genera infinitas especulaciones a tu alrededor. Inevitable es no poder rendirme ante la mirada de tus hermosos ojos tan azules como el océano infinito.

He perdido la cuenta de cuantas veces he preferido el silencio antes que la voz. Me apena mucho no atreverme a dirigirme ante ti como se debe de hacer. Me aterra que pienses que soy solo una ingenua más del millón; que no merezco tu atención. Ni sé si esta es la forma correcta de poder sanar el dolor físico o las humillaciones de esos rufianes.

Takemichi, aún no tengo la menor idea de que sepas quién realmente yo soy, o qué tan cercana o tan digna crees que estoy para ser vista con esos luceros que atrapan miles de misterios ocultos. Pero ojalá que con estas palabras que siempre improviso en mi tonta pero soñadora cabeza, hayan por lo menos alegrado tu lindo día y sanado las penitas que hay en tu corazón."

–Hmm... –pienso después de leer el mensaje.

–JAJAJAJAJA, ¡No inventes! –ríe uno de mis amigos. –No me digas que te volvieron a escribir tus fans. –habla como si se tratara del mismo viejo chiste. Lo ignoro por completo.

–Ay, déjalo en paz. –otro de mis colegas palmea su espalda. –Ya sabes que nuestro hermano tiene a todas las niñas babeando a sus pies. Además, ¿De qué te sorprendes? –agrega. –Tampoco es novedad que las tenga que recibir y leer. Es su pan de cada día.

Con todo este alboroto me es casi complicado concentrarme. La letra de cada uno de estos escritos en particular es exacta, fina, bonita y detallada. Tal y como Akkun acaba de mencionar, no es ni la centésima vez que debo de llevar a cabo esta rutina. Desde que comenzamos el séptimo grado, las recibo por los mismos medios: Debajo de mi escritorio, mi mochila, por compañeros y compañeras de clase, hasta en mis propios libros y en el buzón de mi hogar. No importa la ocasión o el día; leer cartas forma parte del itinerario.

–Sea quien sea son peores que las gallinas. –expresa Takuya, lanzándole bolas de papel a mi colega con gafas quien intenta leer de forma disimulada, otra de sus revistas eróticas regaladas por nadie más ni nadie menos que el idiota de Makoto. –Luego dicen que los acobardados somos nosotros por disque humillarnos.

–¡SHHH! ¡Te van a oír! –Kazushi le murmura sin despegar el ojo de su "lectura".

–Vaya vaya Hanagaki, teniendo tantas admiradoras y ni siquiera nos compartes algunas. –el peli azabache me empuja el brazo izquierdo con el codo. Por lo que suelto un quejido medio adolorido. –Ups. –se disculpa, percatándose de que le dió justo donde me golpearon el día anterior.

–Ándale compadre, no has hablado en todo este tiempo. –Akkun se acerca y se hinca a mi altura, ya que estoy sentado en mi lugar. –Ey, Takemichi. –me llama. Igualmente hago caso omiso.

Todo esto me mantiene bastante pensativo; no sé qué decir o qué pensar respecto a esto. Ellos claro que piensan que me escriben diariamente como si fuera una celebridad o el chico más guapo de todo el colegio. No comprendo porqué hay tantas chicas que pierden el tiempo en humillarse para mandármelas o expresar sus disque "sentimientos" hacia mí; me da risa que se vean tan tontas. De todos modos ignorarlas, jugar con ellas, ilusionarlas y pincharles el globo de la fantasía para el desenlace, es parte de la diversión. Pero lo que no saben en realidad, es que se trata solamente de una persona en especial que sus cartas me atrapan cada vez que las leo: "La chica misteriosa".

Son sencillas. La redacción es siempre correcta. Se preocupa por cada mínimo detalle: La letra, el vocabulario, los acentos, los párrafos y los signos de puntuación. Cada frase me transmite un sentimiento de curiosidad, pero al mismo tiempo me transmiten una paz que es imposible de descifrar. Claro que me causa gracia como que es que también elige las letras antes que la voz; aunque al mismo tiempo, no puedo evitar sonreír por lo que me escribe. Es la única que sus escritos me hacen feliz de cierto modo. Pero no quiero que los chicos crean que "Takemichi el mujeriego" esté interesado en alguien que ni siquiera conoce.

Después de todos estos días de notar los detalles de la caligrafía, la envoltura y los términos que utiliza; nunca me ha cabido la duda de esta chica sabe perfectamente acerca de este lado débil y oculto que nadie más conoce...solo que no sé quién es. A diferencia de las otras chicas, ella nunca pone su firma al final de sus escritos. Ni siquiera en la envoltura.

Niego con la cabeza, doblo el papel en dos para guardarlo en aquel sobre con un color rosado pastel y busco entre mi mochila la carpeta escolar. Donde en la sección final se encuentran aquellas otras trece cartas recibidas por ella desde este primer mes del año.

Me pregunto quién será esa chica...

.oOo.

👑Hinata Tachibana👑

Día catorce del primer mes del año, y aún ni siquiera sabe de mi existencia; ni mucho menos mi nombre. No comprendo cómo es que Gina me convenció para hacer esta tontería; me siento tan ridícula. Me parezco como aquellas chicas en las telenovelas donde siempre se acobardan cuando se trata del chico que les gusta. El amor te hace tan débil pero tan ingenua a la vez; aún así es inevitable hacerlo.

Han pasado dos años desde que conocí a mi príncipe azul; el chico de los ojos oceánicos: Takemichi Hanagaki. Después de aquél día, nuestros caminos jamás se volvieron a cruzar de nuevo...hasta que llegó la secundaria. Cuando nuestras miradas se interpusieron de casualidad en los pasillos de la escuela me quise morir. Reconocí esos luceros en el instante en que mi visión y la suya crearon una explosión de electricidad que recorrió por todos mis sentidos. Lo vi tan cambiado, tan distinto...y aún así seguía siendo el mismo debilucho.

No deja de meterse en líos; y lo sé porque cada vez que camino de regreso a casa lo veo con mis propios ojos. Desde que tengo uso de razón, siempre termina tendido en el suelo llorando por su derrota. Dentro de la escuela es el chico más guapo, el mejor; todas las chicas lo idolatran. Creen que con esas heridas y aún caminando con la frente en alto lo convierten en un campeón. Sin embargo, todos los que verdaderamente lo conocen fuera de las aulas, lo nombran un imbécil, inútil, llorón y un perdedor. Pero para mí, él es perfecto tal y como es.

Puede que suene mal, pero ver su rostro me provoca cosquillas en mi corazón. Por más que intente disimular el amor que siento a través de la mirada, el sonrojo de mis mejillas y la sonrisa enamoradiza me delatan por completo.

–¡¿Otra vez le volviste a escribir a ese loser?! –me indaga una de mis acompañantes.

Es la hora del almuerzo; los viernes siempre son mis días preferidos. No solamente porque no me tengo que quedar en la escuela a comer después de clases para ir a mi clase de piano, sino porque los viernes, son los días de las tardeadas. Siempre las hacemos cada semana. Algunas veces nos vamos de compras, otras veces salimos a andar en bicicleta en el parque y otras veces nos organizamos para ir juntas a mirar los juegos deportivos escolares y apoyar a los equipos. Hay incluso ocasiones en las que organizamos pijamadas y nos quedamos despiertas hasta altas horas de la noche. Sea lo que sea, mientras estamos juntas, todo es más divertido.

Hoy estoy comiendo dentro del aula con todas mis amigas: Karen Baji, Akemi Mitsuya, Haruna Nomura, Gina Hashimoto y mi más querida confidente Mariana Rose. No hay nada más delicioso que comer un rico bento desde el calor de tu salón y beber un sabroso chocolate caliente en una fría y congelada mañana de invierno.

–No tienes porqué regañar a nuestra amiga Akemi. Si ella quiere expresarle lo que siente a través de cartas, tiene toda la libertad de hacerlo. Para el amor, no existen los límites. –Gina me frota los hombros como signo de apoyo. –Yo te dije que mi idea sería fantástica. Muy bien hecho Hina. –me felicita.

–¿Pero teniendo tantos hombres en el colegio tuviste que escogerlo a él? –Haruna me interroga como si se tratara de una broma. –¿Tienes idea en lo que te podrías meter si te atrevieras a dar la cara? –vuelve a preguntar mordiendo el popote de su jugo de durazno para posteriormente darle un sorbo.

–¡Hellooo! Ni nos está haciendo caso. Miren. –Karen me señala con el dedo índice. –De nuevo en su nube de caramelo.

Cuando escribo, es imposible que la gente a mi alrededor me distraiga con facilidad. Una vez que entro en mis pensamientos, ya nadie me puede sacar de ahí. Solo mi mano se dedica a anotar mientras que mi cabeza se imagina su hermosa carita de felicidad al momento de leer mis creaciones. ¿Y por qué sé que lo hacen feliz? Simple. Porque he tenido la suerte de apreciar como él descifra palabra por palabra desde el lugar donde siempre se sienta en su salón. La sonrisa que sus labios ilustran solo provocan que las mariposas en mi corazón revoloteen con tanta locura.

–¡TACHIBANA! –exclama Akemi pegándome en la cabeza con una de sus revistas de moda. Suelto un quejido del dolor y me froto en el área donde me dio. –¡Te estamos llamando y no contestas! –me regaña. –Te juro que un día de estos voy a perder la paciencia contigo. –niega con desespero. –¡Vamos Mariana! ¡Dile algo a esta ilusa! –le suplica a la chica de cabellos castaños claros y ojos color avellana. Quien se encuentra leyendo tranquilamente desde la comodidad de su asiento.

–Akemi, ya déjalo. –Karen le arroja una botella de agua vacía. –Mariana también anda en su mini mundo meloso.

Solo bastó una última leída para suspirar con una fantasiosa sonrisa. Dándome cuenta de que mi mejor amiga también hizo lo mismo que yo al unísono.

–Es tan lindo... –por fin hablo. Contemplando con mucha alegría mi nuevo escrito.

–Este libro es tan romántico. –Mariana dice, tomando pausa a su lectura. Ambas volvemos a suspirar.

–Sip. Las dos son tal para cual. –Karen niega pero sonríe sin encontrar remedio alguno.

–Ustedes solo están celosas de que nuestra dulce Hinata por fin tenga interés en un chico. –expresa mi amiga pecosa y pelirroja. –¿Me dejas leerlo Hina? –me pide permiso para leer mi nuevo escrito. Gustosamente le doy el cuaderno y lo recibe entre sus manos.

–Prefiero un nerd antisocial y sin vida alguna antes que un llorón bueno para nada como ese rubio oxigenado. –Haruna le da un bocado a su arroz.

–Ay, ni que fuera tan malo. –bufa Gina leyendo mi creación.

–¡Es la verdad! –Akemi le da la razón a la chica de ojos azules. –Casi nadie en esta escuela sabe sobre la clase de ratas que son Hanagaki y sus amigos.

–Sí...pero es indeclinable no sentir pena por él. –apoyo los brazos en el pupitre. –No cualquiera tiene las agallas para enfrentarse con los más fuertes. –doy una breve pausa observando hacia el pizarrón lleno de garabatos hecho por algunas compañeras de clase. Donde un corazón dibujado con gis de color magenta cautiva mis ojos rosados. –Daría lo que fuera para que él se acordara de mí...

–¿Eres tonta o qué? –Karen se pone en frente de mi vista y posa las manos en la cintura. –Sueña en pequeño Hinata. –plantea. –Por más que lo aspires, no vives en un cuento de hadas. Esto es la realidad. –remarca. –Takemichi Hanagaki, nunca de los nunca será el príncipe que siempre soñaste. No es el mismo niño que conociste hace dos años. ¿No ves como trata a las chicas?

–Bueno... –alargo la última vocal.

–Un mujeriego de primera. –responde Akemi en mi lugar, uniéndose al pequeño debate. –Sigo sin comprender qué es lo que esas estúpidas le ven a él. Cero atractivo es que te ilusionen y te manden a volar como basura.

Y justo eso es lo que más me da miedo; no voy a mentir. Aún así elijo mil veces seguir intentándolo desde la distancia a quedarme con las ganas. Quiero creerles que sí tienen toda la razón...pero tampoco me quiero engañar a mí misma.

–Por algo Hinata se fija en ese "imbécil" como ustedes dicen. –Mariana finalmente cede a tomar la palabra cerrando su novela. –Fingir ser alguien que no eres es algo que muchos hacen para esconder la verdad.

–¿Eso no sería ser cobarde por no afrontar tu verídica personalidad? –interroga Haruna.

–Claro. –responde con honestidad la chica de ojos avellana. –¿Pero quiénes somos nosotras para juzgar a esos pobres? Es más. –añade. –Tendríamos que ser idiotas para no darnos cuenta de que el papel de populares les queda bien corto.

–Pero vaya que son expertos en engañar a toda una escuela. –ríe sarcásticamente Akemi.

–No lo sé chicas...igual no me quiero quedar de brazos cruzados. –me atrevo a hablar con un poco de duda.

–Además piénselo. –Gina le ayuda a Mariana acercar la silla donde se encuentra sentada hacia mi lugar con mucho cuidado. –Takemichi recibe miles y miles de cartas, pero a él solo le interesan las de una persona. Y esa persona... –alarga la última vocal.

–Es justamente la ilusa de Hinata Tachibana. –Karen me da un pequeño coco en la cabeza.

–¡Auch! –exclamo, pero todas reímos.

–En vez de hablar de hombres mejor hablemos de moda. –Akemi va por su revista, la hojea y se detiene en cierto punto. –Me muero ir a ver ropa en esta tienda. Quiero comprarme las mismas botas que tiene esta modelo antes de que se agoten. –Karen, Gina y Haruna se asoman para poder mirar.

Ellas cuatro se terminan distrayendo por aquellas imágenes donde muestran las nuevas tendencias. Yo por mi parte giro la cabeza un poco hacia atrás y le dedico una suave mirada a mi mejor amiga. Mariana por su parte me brinda una de sus lindas pero delicadas sonrisas.

–¿Sigues pensando en él? –me murmura. Me sorprende lo mucho que le atina a mis pensamientos; no puedo mentirle a ella. Por lo que suelto un suspiro en derrota y asiento. Aunque en lugar de burlarse, solo ríe por la ternura que mi expresión le da.

Yo le prometí a mi yo de la infancia que encontraría al amor de mi vida; como princesa no puedo tirar la toalla así tan fácil.

"Sueña en pequeño Hinata."

"No vives en un cuento de hadas."

Si tan solo supieran que es precisamente lo que yo quiero vivir ahora...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro