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Omnisciente

Contiene estereotipos directos

El rey permaneció sentado en su trono, su codo en uno de los apoya brazos y todo el peso de su cabeza sobre su palma. El antiguo reloj marcaba las 4AM y no había pegado un ojo desde que Beomgyu se retiró del salón.

¿Debería enfrentar al aprendiz? ¿Debería esperar hasta la mañana? Había pensado las últimas dos horas, pero preguntarse eso ahora era inútil, no podía ir a despertarlo, no quería.

Recordó las palabras de Beomgyu, ¿Yeonjun si recuerda besarle?

Se castigó mentalmente por pensar primero en eso antes que en su pueblo.

Por más vueltas que dé no podía llegar a nada lógico.

¿Por qué Yeonjun atacaría todo un reino? ¿Por qué seducirlo siendo él un varón? ¿Alguien lo habrá enviado?

Lo único lógico en su cabeza era que el vampiro era amigo del aprendiz antiguamente y que Yeonjun se asustó al ver a su amigo hincado de rodillas.

¿Pero por qué los ataques comenzaron después de su llegada?

Cada pregunta lo hacía renegar más y más.

Quería una explicación, se la debían, era el rey y podía despertar a quien quiera a la hora que quiera.

Se levantó del trono con aquello en mente, la ansiedad había ganado de todas las maneras posibles.

Abrió la puerta del salón sin cuidado y caminó hacia las escaleras en busca del aprendiz.

Los pasillos de la segunda planta siempre fueron bastantes oscuros pero aquello tampoco impedía nada y como si su visión se hubiera intercambiado por la de un halcón encontró la habitación del aprendiz con suma rapidez.

No había nadie.

•bd•

Yeonjun suspiró cansadamente, sin duda la academia real era un reto, no se comparaba con la academia en Răzvan.

Siquiera se fijó en la hora, tan solo se pasó toda la noche con cientos de libros.

Bostezó y se dejó caer sobre la mesa.

"De todos modos se levantan a la 5" Pensó, supuso que eran las 2AM como mínimo y pensó en descansar los ojos un poco.


Mientras sus ojos se cerraban lentamente, su ceño fruncido se relajaba y su respiración regulaba perfectamente para al fin dormir y descansar su mente unos pasos se oían, cada vez más fuertes.

Por la poca coordinación de los pasos, supuso que eran más de una persona.

Lo ignoró y trató de relajarse pero aquellos zapatos duros retumbaban cada vez más su cabeza.

Dispuesto a levantarse para ir a su recamara tomó sus libretas, hojas y útiles.

— Eres tan malditamente idiota que me enoja. — Yeonjun no estaba pretendiendo oír la conversación pero fue inevitable.

Aquella voz la reconoció como la del general.

— ¿Qué quiere que haga? Conoce al doncél, no es como el resto, es un maldito manipulador agresivo.

El aprendiz escuchó la otra voz desconocida.

— Y tú un cerebro de codorniz. — Escupió el general — ¿No crees que hay mejores formas de saber la verdad sin abusar así del espacio personal del sustituto?

Yeonjun frunció el ceño con curiosidad mientras guardaba algunos libros.

— Señor, he intentado las buenas por mucho tiempo y nunca funcionó, el doncél no se doblega ni a su propia madre. Al único varón al que escucha y le abre las piernas es a Soobin.

— Hay uno más. — Comentó el general. — Kang Taehyun.

El otro individuo soltó una risa que Yeonjun reconoció.

Era el primo del rey, Hyunjin.

— El escriba le lame los pies como un perro, ¿Crees que estará dispuesto a mostrar las pruebas para que se vaya del reino?

— No me importa, de algún modo u otro lo vas a conseguir.

— El rey no lo dejará tan fácil, sin el sustituto el reino caería.

— ¡Cierra la boca! — Alzó la voz el general — Cuando se enteren de la realidad de Beomgyu van a querer quemarlo vivo. El rey no permitirá su ejecución por lo que Beomgyu tendrá que irse del reino, que por cierto no caerá porque el sustituto seré yo y tú el nuevo general.

El aprendiz alzó las cejas con sorpresa y tomó sus cosas rápidamente sin querér oír más.

Escuchó unos pasos alejarse y suspiró con calma, acabó tarde y debía ir a la cama así que rodeó un estante de libros para dirigirse al pasillo que llevaba a la salida de la biblioteca.

— ¿Qué hacías ahí?

Yeonjun pegó un pequeño brinco encogiéndose cuando el primo el rey se opuso en su camino y encontró su rostro muy cerca.

— Y-yo... estaba estudiando un poco sobre el último tema dado en clases de filosofía.

— ¿A las 5 de la mañana? — Preguntó el rubio arqueando una ceja.

— ¡¿Disculpe?! — Ahora el rubio había pegado un brinco del susto. — Lo siento mucho, yo tengo que irme. Realmente se me pasó el tiempo.

El aprendiz trató de ahora rodear al príncipe para irse pero éste negó deteniéndolo.

— No, no. Estabas espiando, dime qué oíste.

— Prometo que no oí nada, necesito irme-

— Y yo necesito que hables conmigo.

El aprendiz negó retrocediendo.

— Yo necesito hablar más con él.

Ambos jóvenes voltearon rápidamente hacia el nuevo individuo.

— ¿Su majestad? — Dijo Yeonjun y sintió los duros dedos del príncipe en sus brazos soltarse suave y lentamente.

— Hyunjin, suéltalo. — Ordenó el rey y Yeonjun se alejó.

Y antes de que Yeonjun sobe su brazo por el dolor causado por el príncipe, el rey también lo tomó firmemente.

— ¿Me necesita? — Indagó mientras era sacado a fuerza de la gran biblioteca. 

— Sí, urgentemente.

El aprendiz estaba realmente asustado, pensando en que el rey lo estaba llevando justo a su tumba por saber algunos de sus secretos.

¿Taehyun le habrá dicho algo?

El miedo formó un nudo en su garganta cuando se dió cuenta que el rey lo llevaba al calabozo.

— ¿E-estoy en problemas?

El pasillo de los escalones espirales hacia el calabozo era oscuro, el color cálido de las antorchas teñía de un color naranjo las rocas de albarrada en las paredes.

Antes de bajar por completo las escaleras el rey se detuvo y observó al aprendiz a los ojos, cosa que no había hecho en todo el camino. La mirada de su aprendiz revelaba todo el miedo que estaba sintiendo.

— ¿De dónde vienes? — Preguntó el rey.

— ¿Qué? — Soltó confuso el aprendiz, rápidamente su expresión cambió a una de dolor cuando el agarre sobre su brazo izquierdo se intensificó y soltó un quejido. 

Yeonjun levantó el rostro hacia el rey, su expresión seria y su mandíbula tensa.

— Responde. — Ordenó el rey.

— ¿Por qué me lo pregunta? — Murmuró el aprendiz, la expresión del rey cambió y entendió — De Ion Vasil, usted lo sabe.

— Ya deja de mentir, Yeonjun.

— ¡Lo juro! — Lloriqueó el aprendiz.

Antes de que el rey pueda hablar un grito se escuchó desde el calabozo.

— ¡¿Cómo pasó?! ¡Se supone que usted es guardia y debe hacer su maldito trabajo!

El rey bajó arrastrando al aprendiz con él.

— ¿Beomgyu? — Preguntó el rey acercándose a su sustituto — ¿Qué pasa acá?

Soobin se acercó al sustituto, que se encontraba frente a uno de los calabozos. Yeonjun también se acercó y jadeó de sorpresa al ver al vampiro.

Atado en una silla, brazos tras el, su pecho desnudo con señales de agresión física y tortura. Y sobre todo su boca, sus comisuras estaban desgarradas, su boca había sido cortada y la sangre escurría pintando la parte superior de su cuerpo de un rojo fuerte.

— ¡Tu estúpido guardia no hizo su maldito trabajo! — Escupió el sustituto

— Cálmate ya, vamos a hablarlo tranquilamente.

— ¡Alguien mató a este imbécil!

Soobin giró los ojos perdiendo su paciencia.

— ¡Fuiste tú! — El aprendiz palideció cuando el sustituto se acercó a él con rapidez — ¡Tú lo mataste! ¡Eres una mierda! ¡No estuviste en tu cuarto en toda la noche! ¡Fuiste tú!

— ¡Beomgyu! Cierra la boca. — Dijo el rey recibiendo la atención de todos ahí.

— ¿Vas a seguir cubriéndolo?

— No estoy cubriendo a nadie, quiero que hablemos todos y bien, no como unos malditos locos ¿Entendido?

Beomgyu asintió y Yeonjun solo acarició sus manos con miedo y nervios.

•bd•

— ¿Entonces no saliste de la biblioteca en toda la noche?

— Lo juro, estuve aquí. Podría preguntar a los guardias si me vieron salir. — Comentó el aprendiz.

— Esos inútiles no sirven ni de carnada. — Habló ahora el sustituto con desagrado.

— Digo la verdad. — Dijo Yeonjun.

— Aquí no hay una sola verdad, al menos no viniendo de ti. — Ahora respondió Beomgyu — Vamos, vienes de Răzvan, ¿no es así?

Yeonjun negó.

— No fue lo que tu amigo dijo. — Dijo Beomgyu.

— Yo fui expulsado de ahí hace mucho tiempo.

— ¿Por qué? — Preguntó ahora el rey.

— M-mi madre... fue acusada de brujería y nos persiguieron hasta que llegamos a Ion Vasil, donde había nacido. Habíamos ido a Răzvan por temas del trabajo de mi padre.

El rey observó a Beomgyu.

— ¿Conocías al tipo antes de transformarse? — Siguió Soobin.

— Así es, lo veía seguido en el pueblo pero al mudarme a Ion Vasil perdí todo contacto con él.

Soobin se alejó del aprendiz y volteó hacia Beomgyu.

— Yeonjun, puedes ir a cumplir con tus obligaciones.

— Con permiso.

El aprendiz se retiró.

— ¿No vas a decirme que crees más en él que en mi no es verdad? — Preguntó el doncél con un tono agresivo y amenazante.

— Beomgyu... ya no sé qué pensar ¿Está bien? — Soltó el rey tomando asiento en donde Yeonjun estaba siendo interrogado.

— ¿Lo dices en serio? — Preguntó el doncél con molestia — Soobin te lo conté todo ¿Qué quieres?

— Pruebas, Beomgyu, pruebas y testigos, no tu palabra.

—  Yeonjun tampoco tiene pruebas.

— Pero Yeonjun tiene un buen punto.

— No es cierto, Yeonjun tiene el maldito privilegio de gustarte.

El rey frunció el ceño con molestia, negando aquello mentalmente.

— ¡Admítelo, Soobin! No es porque tenga un buen punto siquiera, es únicamente porque no lo quieres alejar de ti. — Escupió el doncel — Yeonjun llegó y los ataques comenzaron, capturaste a un culpable y el otro sigue libre porque tiene más corona aquí que todo el reino.

— Si ese vampiro hubiera estado aliado con Yeonjun no se hubiera sorprendido al verlo, es estúpido.

— No seas tan ingenuo, por dios. — Dijo el doncél perdiendo la paciencia.

— Se terminó, el vampiro no puede confesar nada. — Dijo el rey — Termina aquí, no quiero que te acerques a Yeonjun ¿Has entendido?

Beomgyu observó seriamente al rey, este pudo sentir el odio en el destello de sus ojos. El sustituto asintió alzando más la cabeza.

Finalmente, el doncél se retiró del salón, volviendo con sus deberes.

Y Soobin tomó asiento en el trono inhalando profundamente, sintiendo sus manos cosquillear por su último acto de cacería. La daga bañada en sangre se interpuso en su posición de liderazgo, más no se arrepentía de absolutamente nada. Porque el rey siempre fue un narcisista, un pastor que es capaz de sacrificar todo un rebaño por una oveja y aquél fue solo una oveja negra.

Yeonjun salió del salón con miedo, ya no sabría qué sería de él. Acarició sus pálidos y suaves brazos con ansiedad mientras observaba los pasillos. Siguió el camino hacia la biblioteca, era muy probable que el escriba se encuentre ahí.

La entrada de la biblioteca ya estaba abierta, no pudo notar a nadie a plena vista hasta que ingresó al lugar.

— Yeonjun. — Soltó el amanuense con sorpresa — ¿Qué haces tan temprano aquí?

— Quiero hablar contigo, de eso. — Dijo el mayor algo cohibido respecto a ello, Taehyun asintió con una expresión ahora más seria.

— Bien, no hay nadie pero podemos ir más hacia el fondo.

— Está bien.

Yeonjun siguió al menor hacia lo más profundo de la biblioteca.

— ¿De qué quieres hablarme?

— Creo que estoy en problemas. — Afirmó el vampiro aterrado — Me van a descubrir pronto, yo lo sé y me quemaran vivo. No quiero eso, no he hecho nada malo, lo juro...yo-

— Tranquilo. — Dijo el menor muy suavemente — Sé que nada de eso será así, no te preocupes, el rey confía en ti, yo también.

— Lo sé pero tengo miedo, no quiero morir, Taehyun. — El mayor ya estaba hipando y soltando algunas lagrimas — Esto fue un error, yo no quería esto...

— Creo que nadie lo quiere...— Afirmó el menor — Todo estará bien, no te preocupes.

El escriba abrazó al mayor y este hipó en su pecho unos segundos hasta que las lagrimas cesaron.

— Gracias, Tae, aprecio mucho que estés aquí conmigo. — Admitió el vampiro — Si no estuvieras aquí me estaría volviendo loco.

— No es nada, siempre podrás confiar en mi.

Oyeron unos pasos bastante cerca y se alejaron rápidamente uno del otro.

— ¿Qué hacen metidos aquí? — Preguntó el sustituto con un tono hosco.

— Hablábamos de la clase de filosofía, es todo. — Dijo el amanuense mientras el aprendiz volteaba el rostro hacia el lado contrario del doncél para que no note que había estado llorando.

— Yeonjun. — Dijo el sustituto y este se frotó un poco los ojos antes de voltear a verlo — Kamal te necesita, ve a cumplir con tu trabajo.

El aprendiz asintió y salió del lugar para hacer sus obligaciones.

Taehyun observó al doncél, una mirada fría que había afligido al doncél.

— Tae, antes de que te vayas. — El doncél detuvo al amanuense que estaba por irse ya que no tenía nada más que hacer ahí — No me has hablado más sobre tus clases de biología.

— Ya no lo necesito como tutor. — Admitió el amanuense — Mi promedio es muy estable y Yeonjun también me ayuda con eso.

— Tampoco me hablas después de clase.

— A veces...solo salgo, es todo.

— Con Yeonjun. — Dijo el doncél notablemente molesto e incómodo.

— Sí, también, Yeonjun es alguien muy agradable.

— Ridículamente parece que a todos les gusta Yeonjun. — Escupió el doncél sin pensar.

El gesto había molestado al amanuense y frunció el ceño, confuso.

— ¿Qué tiene de malo? Si me gusta Yeonjun es algo mío de todos modos. — Dijo el amanuense con molestia y el doncél cambió su expresión tratando de emendar su error.

— Taehyun...

El escriba no dijo nada, solo salió del lugar.

"Beomgyu deja de cagarla" — Pensó el doncél para sí mismo.

•bd•

Kamal observó los escritos sobre su estudio y disimuladamente vigilaba al aprendiz en ocasiones.

— ¿Te pasa algo Yeonjun? — Preguntó el superior.

— No, señor ¿Por qué? 

— Te veo muy agotado, ¿Seguro que puedes verificar esas cuentas?

— Claro que sí. — Dijo el aprendiz, aunque su expresión seguía igual de cansada.

— ¿Dormiste bien anoche? — Preguntó ahora.

— No mucho, estuve estudiando un poco.

— Entiendo eso pero lo primordial debe ser tu salud física y mental ¿Está bien, Yeonjun?

— Sí, señor.

— Mañana te quiero con energía. — Dijo el superior y Yeonjun asintió.

Yeonjun finalmente terminó, sin embargo debía estar acompañando al administrador por cualquier cosa que necesite. El aprendiz cruzó los brazos y se apoyó en el escritorio, a los minutos quedó profundamente dormido.

Comenzó a visualizar un camino oscuro, más tarde se aclaró, era el pueblo de Răzvan.

La gente gritaba, corría.

Yeonjun preguntó a un campesino qué sucedía pero fue ignorado.

Caminó en el caos hasta llegar a la casa de sus padres, estuvo a segundos de tocar la puerta cuando esta fue abierta agresivamente. El chico se alejó aterrorizado cuando observó a sus padres siendo sostenidos por dos guardias reales.

La mujer lloraba fuertemente. La muchedumbre se acercó al lugar, con antorchas y armas.

"¡Mi hijo es inocente!" — Gritaba la mujer.

"¿Dónde está?" — Preguntó el guardia dañando a la mujer ligeramente.

— ¡Suéltela! — Yeonjun trató de intervenir pero era inútil, no podía moverse, solo lloraba.

 Estaba cometiendo el mismo error.

"¡No lo sé! ¡Y jamás se lo diría!"

Finalmente las dos personas fueron arrastrados hacia lo hoguera, Yeonjun entró en pánico gritando.

— ¡Aquí estoy! ¡Suéltenlos, por favor! — Comenzó a llorar y horrorizado cerró los ojos.

Humo, gritos de dolor, gritos de la multitud inundaron su cabeza.

— ¡Yeonjun!

El aprendiz abrió los ojos de repente asustado, con la respiración acelerada.

— Hey, soy yo, ¿estás bien?

Yeonjun observó el lugar, era la oficina de Huening, luego sus ojos conectaron con los de Kamal.

— S-sí... ¿Me dormí?

El superior acarició la mejilla del otro y ahí es donde Yeonjun notó que estaban húmedas.

— Estabas llorando y me asusté. — Admitió el administrador.

— Lo lamento, estoy bien.

— Puedes ir a ducharte y dormir, ya terminé con esto. — Mintió el superior y Yeonjun asintió.

— Si es así está bien, lo veo mañana.

— Hasta mañana.

•bd•

Yeonjun se observó en el espejo de la ducha y bufó. Aquella estúpida sangre humana había marcado su cintura, aclarado más su piel enrojeciendo varias zonas y sus pezones ardían.

Le molestaba lo notable que eran los donceles, siempre siendo sensuales de manera femenina y notorio a simple vista.

Dejó la gargantilla negro que usaba para cubrir sus marcas sobre el bajo estante y siguió duchándose.

Era tarde y no podía usar el de su habitación por un problema del baño pero no le molestaba usar el baño de abajo, estaba mejor que el de su casa.

La puerta del baño fue lentamente abierta, cosa que no notó mientras tarareaba una canción y se duchaba. Pero de pronto un sonido extraño percibió y corrió volteó.

Era el gato del sustituto.

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó cubriéndose como si el animal le respondiera. — Gato, vete.

El gato se mostró indiferente y comenzó a juagar con la gargantilla de terciopelo.

— Deja eso ahí, no es tuyo. — El vampiro se cubrió ahora con una toalla y se acercó al gato.

El animal tomó la gargantilla con sus dientes.

— Si, dame eso, gatito. — El gato se alejó lentamente y luego se fue corriendo con la gargantilla en su boca. — No, no puedo irme sin eso.

Eran las diez de la noche, se arriesgó y salió con la toalla.

El gato estaba frente a él, en cuanto lo vio subió a la planta de arriba.

Lo bueno era que por ahí estaba su habitación y que a esa hora la mayoría dormía.

Yeonjun siguió al jodido blanco como Alicia en el país de las maravillas al conejo, solo que él estaba casi desnudo.

El gato se detuvo una planta más arriba de donde estaba la habitación del aprendiz y Yeonjun iba a acercarse hasta que visualizó a un guardia acercarse al gato, el aprendiz se escondió tras un muro de ese piso.

— ¿Dion? — Dijo el guardia.

¿El gato se llama Dion?

— ¿Qué tienes ahí? ¿De quien es esto? — El guardia tomó la gargantilla — Parece algo que usaría el doncél, da igual. — El guardia lo arrojó por algún lugar y Yeonjun bufó con molestia — ¿Quién está ahí? — El guardia se acercó y Yeonjun entró en pánico.

Estaba frente a una puerta que traía dos estrechos muros a los lados, por lo que la única salida era avanzar y si lo hacía seria claramente visto, solo podía ir hacia atrás.

Dudó un poco, sin embargó abrió la puerta que se encontraba tras él y se encerró en aquella habitación.

Todo era bastante oscuro, pudo visualizar la perilla de oro en la puerta y algunas zonas gracias a la luz de la luna.

¡¿Perilla de oro?!

Volteó rápidamente y se alarmó al ver al rey, dormido en la gran cama. Estaba en su habitación.

Escuchó los pasos del guardia muy cerca, justo frente la puerta y los pasos pararon.

"Gato de mierda" — Pensó el vampiro.

Testamentary love/ Youngblood cap concluido el lunes 18 de abril a las 00:27 mientras escucho Ruel. Stan Ruel para una mejor vida (Posta, se lo merece)

Amo esta fic de mierda xdxd SE VIENEN COSAS MUY WTF xd

No sé si olvidé decir que contiene alto contenido sexual y estereotipos pero bueno. 

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