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7


Omnisciente

Taehyun no era imbécil ni mucho menos, sabía qué hacer en éstas situaciones.

¿Por qué? Era algo que nadie del reino sabía pero pertenecía a su origen.

— ¿Q- qué me has hecho? — Indagó el vampiro sosteniéndose del asiento.

El amanuense supo inmediatamente que el cuerpo del mayor era "virgen", su nuevo metabolismo desconocía completamente la sangre humana.

Yeonjun estaba dejando de ser puro.

— Quédese quieto. — Soltó y se acercó a él.

El mayor observó sus manos y entró en pánico, sus venas se notaban de color azul marino, oscuro. Todo su cuerpo se encontraba así y comenzó a desesperarse.

— Quédese quieto. —  Repitió ésta vez entre dientes el menor.

— ¿Qué me hiciste? ¡Taehyun! ¡¿Qué me hiciste?!

— ¡Si no se calla...! Todos vendrán aquí y sabrán la verdad ¿Quiere eso?

— Dime entonces. — Dijo el mayor más calmado.

— Era sangre humana, acabo de salvarte la vida, probablemente hubieras muerto en unos días. — Soltó el amanuense — O quizás no, ¿acaso Ionut fue como una patada al hígado? Me sorprende que tu cuerpo reaccione así.

— Juro que no fui yo.— Sollozó el vampiro mientras negaba — No me atrevería a hacerlo jamás, lo juro.

— Te creo, tu cuerpo me lo dice.

— ¿Qué me está pasando?

El amanuense fijó su mirada en aquellas marcas del cuello del mayor.

— Fue mordido por un vampiro y ahora es uno, al no beber sangre humana es un débil, su alma sigue en la tierra, no es puro. Bebió sangre, ya no conserva su alma.

— ¿A costo de...?

—  Vivir, hubiera muerto de otra manera, los novatos no viven ni dos meses sin sangre humana.

— ¿Cómo sabes todas esas cosas?

— Eso no importa, mejor quédese quieto y no intente nada que pueda perjudicarnos.

El vampiro asintió.

— ¿No se lo dirás a nadie más?

Beomgyu detuvo sus pasos al oír eso, iba camino al salón real.

— No soy un soplón. — Escuchó la voz del amanuense.

— Gracias, no sé qué haría si otro lo supiera.

— Yo guardaré su secreto, no se preocupe por eso, pero debe estár más al tanto con eso. Yo voy a ayudarlo en todo lo que pueda pero usted debe poner su parte.

— Está bien.

Beomgyu oyó unos pasos muy cerca y decidió alejarse rápidamente.

¿De qué secreto hablarán?

— ¿Por qué me ayudas? — Preguntó el vampiro, sus venas volvieron a la normalidad al igual que su pálida piel.

— Joven aprendiz ¿está bien? — Esa era la voz de la bibliotecaria que había entrado al salón.

— Si, si... estoy bien, no se preocupe.

El vampiro se levantó de su asiento.

— No, no ¿Qué hace? Está débil ahora.— Dijo el amanuense deteniendo al mayor cuando éste se tambaleó.

— ¿Qué es ese escándalo?

El aprendiz abrió ligeramente las blancas cortinas para observar, desde ese ángulo todo el frente del castillo y reino era claro.

— ¿Qué sucede? — Preguntó el mayor a observar al rey en las caballerizas y varios hombres preparando por lo que podía ser unas armas.

El amanuense se acercó a observar también.

— El rey irá de cacería. — Dijo la mujer tras ellos — Quiere atrapar a ese estúpido vampiro que se llevó a nuestro Ionut. Esas bestias repugnantes, ¡los detesto!

— Magnolia. — Soltó el amanuense como regaño observando a la mujer — Vaya a atender sus deberes, por favor. — Dijo suavemente.

 — ¿Crees que sea buena idea que haya ido a capturarlo? — Soltó el mayor hacia el amanuense.

— No, pero el rey es bastante terco.

El vampiro asintió alejándose de la ventana.

— Debo ir al estudio, con permiso. — Soltó el amanuense y Yeonjun asintió. — Hablamos más tarde. — Le susurró al vampiro.

El joven hizo una reverencia hacia Yeonjun y Magnolia y salió de la biblioteca.

Iba a dirigirse hacia el estudio y debía pasar por el salón real y era probable que Beomgyu se encuentre ahí, ocupando el trono.

Para su sorpresa, ni un alma hacía presencia en el salón real.

A excepción del gato blanco del sustituto, él si disfrutaba el trono del rey, quizás más que el dueño.

Con calma caminó hacia el estudio, saludó a otro escriba, era un hombre bastante mayor, era el que le entregó años de conocimiento y como un segundo padre.

Se acercó a su escritorio, un poco más alejado de la entrada, en una zona con bastante luz solar, así le gustaba el castaño, le transmitía paz escribir en un lugar tranquilo.

Tomó algunas hojas en blanco y buscó su pluma bajo otros papeles y libretas.

Al no encontrarla observó bajo el escritorio y se agachó para buscarla.

Escuchó unos pasos pero no le prestó atención.

Dos y tres golpes fueron dados en el escritorio.

— Taehyun...— Oyó la voz del doncél.

Abrió la boca algo sorprendido y quiso levantarse.

El doncél dió un pequeño brinco cuando un fuerte sonido surgió del escritorio.

— Auch...— Murmuró el menor.

— ¿Estás bien? 

El amanuense salió bajo el escritorio, con su pluma y observó al mayor.

— Si, si, estoy bien. — Afirmó sentándose en el asiento tras él y lo acercó al escritorio.

— Lo siento si te asusté, no era mi intención ser imprudente. — Soltó el doncél.

— Está bien, no se preocupe ¿me necesitaba? — Indagó el menor.

El doncél se sintió algo... incómodo quizás. El amanuense tenía la suficiente confianza para llamarlo por su nombre, tutearlo u al menos dedicarle una sonrisa.

Decidió no prestarle mucha atención a ello.

— Bueno, si. Soobin me encargó antes de irse que te comunique sobre una carta que debes redactar.

— Está bien, gracias, con permiso.

El castaño quiso retirarse pero el doncél se volteó y tomó su brazo, haciendo que el amanuense voltee hacia él nuevamente.

— ¿Algo más? — Indagó menor con un todo gentil y suave.

— También...uno de los instructores de la academia real dijo que quiere hablar algo contigo, mencionó que se trataba de algo muy importante.

— Gracias, voy retirarme ahora, tengo algo que hacer.

— Taehyun...

El doncél detuvo nuevamente al menor.

— ¿Hay algo personal que quiera decirme? — Indagó el amanuense.

— Quiero hablar contigo.

El más joven asintió y nuevamente tomó asiento.

— Taehyun...lo que me dijiste la vez anterior me hizo pensar en... varias cosas. — Confesó el doncél y tomó asiento frente al joven escriba — Lo último que yo quiero es ganarme tu desprecio. — Dijo suavemente sin dejar de observar los ojos del menor. — De todas y cada una de las personas del reino, u el castillo... eres el único que jamás me despreció y valoro mucho tu amistad por eso mismo.

El amanuense acarició el interior de su boca con su lengua sin dejar de mirar al doncél a los ojos, el cual había empezado a acariciar su mano.

Beomgyu soltó un suspiro sobando sutilmente con la yema de sus dedos los nudillos del menor.

— No creo ser el único. — Afirmó Kang luego de bajar su mirada al la acción que el doncél hacía.

— Créeme que si. — Soltó el doncél junto a una risa suave.

— Jamás vi que Yeonjun le haya faltado el respeto, todo lo contrario, a diferencia de los otros varones que optan con un porte de superioridad hacia usted... Yeonjun muestra un acto de sumisión e inferioridad, respetando su rango que es más bajo al suyo aunque sea un varón y usted un doncél. ¿Eso no cambia un poco su perspectiva?

Beomgyu mordió su labio inferior sintiendo la fría mirada del escriba posarse en él.

— ¿Perspectiva de él o varones en general?

— De él, los varones en general no son importantes.

— S-supongo que si, no estoy seguro.

El doncél alzó la mirada cuando el escriba se levantó de su asiento.

— Es una persona brillante, Beomgyu. — Susurró — Jamás deje que lo pisoteen pero no cometa injusticias con inocentes.

La respiración del doncél se aceleró como el de un roedor cuando el escriba acarició su mandíbula con su diestra. Luego sonrió suavemente y se retiró.

Beomgyu suspiró cuando el escriba dejó el estudio.

Puede que el doncél odie a todo el mundo o todo el mundo lo odie, no le importaba, pero  Taehyun...jamás se permitiría eso.

Se levantó dispuesto a irse también, ya no tenia ninguna diligencia ahí.

— ¿Ha visto al joven Taehyun? — Escuchó no muy lejos de donde estaba.

Volteó lentamente y observó al aprendiz hablar con el escriba mayor y tutor de Taehyun.

— Acaba de retirarse para hacer sus deberes, ¿para qué lo necesita?

El vampiro y escriba mayor observaron al doncél tan pronto cuando habló.

El doncél observó al aprendiz hacer una reverencia sutil como saludo antes de hablar.

— El general me dio la orden de ayudarlo a redactar la carta para el reino de Ghenan.

— Mm... el reino donde fuiste criado — Afirmó el doncél reprimiendo una sonrisa burlona.

— Sé que el rey dijo eso debido a las creencias de los reyes de Cosmina, me crié toda mi vida en Ion Vasil pero mi familia siempre se mantuvo en sus cabales.

— No hay que ser muy listo para darse cuenta que lo que Soobin dijo fue una mentira, al menos yo noté que solo lo hizo para no manchar tu reputación.

El aprendiz asintió lentamente.

— Y por si no lo has notado, Yeonjun, el rey no está, por lo tanto el que está a cargo soy yo, no el general. Tu deber es cumplir mis órdenes, el general solo tiene mandato en las caballerizas y la academia. De la carta me encargo yo así que no te preocupes por eso, tu ve a supervisar junto al administrador del castillo, ve si puedes ayudarlo en algo, ese varón tiene más problemas que edad.

— Si, eso haré.

Beomgyu estuvo por retirarse hasta que la suave voz del aprendiz lo detuvo.

— Disculpe, doncél Beomgyu... ¿Quién es el administrador del castillo?

— Kai Kamal Huening. — Afirmó el sustituto — Su estudio se encuentra en la planta alta, su puerta siempre se mantiene abierta y si no es así significa que no se encuentra ahí pero normalmente está disponible todo el día hasta las diez de la noche. Sus cuentos de fantasía y obsesión por ellas te molestará unos días, luego te acostumbrarás y simplemente tus oídos serán sordos.

— Muchas gracias.

El doncél asintió forzando una sonrisa cerrada y se marchó.

Mientras caminaba hacia el salón real pensó en el comportamiento del aprendiz. El joven no dudó en hacer una reverencia y tratarlo con superioridad. Nadie del reino hacia eso, Taehyun tampoco ya que eran amigos, sin embargo lo había hecho en un principio.

Igualmente Beomgyu no estaba seguro de las intenciones de aquel aprendiz en el castillo y no bajaría la guardia por eso.

El joven aprendiz suspiró pesadamente al observar las escaleras que debía subir.

Éstas eran de una madera dura, roble probablemente, cubierta con una alfombra roja e imposible de mover, bastante segura.

Mientras subía los escalones no pudo evitar pensar en el rey.

¿Cuánto tiempo pasaría para que él descubra la verdad? ¿Qué descubriría primero? ¿Descubriría ambos a la vez? ¿Cuál le enojaría más? ¿El que sea un vampiro u que le haya mentido sobre su identidad y origen? Probablemente lo primero.

No lo sabía y no quería averiguarlo.

También pensó en por qué el amanuense lo había ayudado y por qué él sabía qué hacer exactamente, ¿habría convivido antes con vampiros?

Entre todos esos pensamientos no había notado que llegó al primer piso.

Observó a su alrededor buscando algún indicio del administrador.

Sus ojos se fijaron en la única puerta abierta en todo el piso. Ahí debería ser.

Se acercó lentamente mientras oía murmullos.

— Disculpe...— Dijo al ver a un hombre sentado tras un escritorio.

El hombre siguió murmurando sin despegar la vista de sus pendientes, fijando algunos documentos y de más.

Yeonjun golpeó tres veces suavemente la puerta y carraspeó tratando de llamar la atención del varón.

— Disculpe...— Repitió y el hombre finalmente elevó su mirada.

— Oh, lo lamento. ¿En qué puedo ayudarlo?

El varón retiró sus lentes y se levantó de su asiento con una gran sonrisa.

— Mi nombre es Yeonjun y el sustituto del rey me encargó que hoy lo ayude en lo que me solicite.

— Oh, gracias. Mi nombre es Kai Kamal Huening, el administrador del castillo y también trabajo en la corte fuera de él como juez pero esa es otra  historia. Me alegra que estés aquí, oí que eres el mejor aprendiz que una vez tuvo el reino, observé el tablero en la academia, nunca obtuve un punto tan alto en cultura y ciencias como tú.

El vampiro no sabía que decir, tan pronto el hombre se levantó comenzó a hablar como loco sin ninguna pausa.

— Sé que serás de mucha ayuda, observé tus respuestas en el cuestionario de economía, me sorprendiste. Me alegra que hayas obtenido puntos altos ya que administrar un castillo lleva mucha de esa responsabilidad u habilidad.

— Señor Kamal...

— Dime Kai. — Dijo el varón con una sonrisa.

— Kai... me gustaría saber en qué puedo ayudarlo.

— Oh, claro, toma asiento.

El aprendiz obedeció sentándose frente al varón que igualmente tomó asiento en su silla.

— Eres un aprendiz, has de saber tu trabajo aquí. Bien, ¿Cuál fue tu primer tarea aquí? Al llegar.

— Mm... el rey me encargó supervisar las actividades de los superiores mientras el doncél Beomgyu se encontraba en la academia.

— Que aburrido. — Dijo el varón — Vayamos a la mejor parte, supervisar el trabajo del personal de limpieza suena a asco. Pero entiendo que es tu trabajo mientras estudias otras cosas, supongo, como la junta semanal ¿Has estado en una?

— Si, por supuesto.

— Perfecto, ahora trabajaras conmigo, nada de eso. De nueve de la mañana a seis de la tarde, voy a respetar tu horario de estudios. No es nada complicado, no suelo moverme de aquí, son 115 empleados, 15 superiores y 100 inferiores.

— ¿Soy parte de los 100?

— Eres un estudiante, por lo que no perteneces a ninguno.

— Oh...

— Aunque me atrevo a decir que eres un superior, con asistir a una junta semanal probablemente te haga superior. ¿Te gustaría empezar hoy?

— Por supuesto.

— Bien, ya es un poco tarde asi que no tenemos mucho trabajo. Lo que suelo supervisar ahora es la venta de negocios.

— ¿Tienen negocios?

— Por supuesto, tenemos contratos con otros reinos y otros negocios, el que el rey más disfruta es el de cacería. Un rey le otorgaría ese trabajo a algún general pero el rey disfruta mucho la cacería.

— ¿Y qué debemos hacer?

— Tenemos un historial de una y cada una de las ventas que se realizan al día, cualquier tipo de traslado u acción hecha bajo nuestros supervisores.

— Increíble.

— Si, ahora te encargaré que retires unos documentos.

•bd•

El doncél aceleró el paso, probablemente el escriba había terminado sus actividades y tenían un trabajo pendiente.

Beomgyu tenía en su memoria algunos horarios de las clases así que supuso en qué clase estaría el amanuense.

Entró a un salón y frunció el ceño al no ver a nadie ahí.

— Hola, cariño.

Bueno, casi nadie.

El doncél giró los ojos acompañado  de un suspiro.

— No tengo tiempo para ti.

— Seguro que no, solo tienes tiempo para tu querido rey y cuando no está te revuelcas en camas de otros, como el estúpido amanuense.

— ¿Quieres que vuelva a romperte la nariz, Hyunjin? — Indagó el doncél cruzándose de brazos.

— Que violento, creí que los hermafroditas eran hombres sumisos, sensibles y sensuales.

— ¿Sumiso y sensible? Olvídalo. — Afirmó el doncél.

— ¿Pero sensual si? Acabas de admitir que eres un doncél de cabaret, un cualquiera.

— Deberías aprender el significado de las palabras, Hyunjin. — Susurró el doncél mientras se acercaba al varón.

— Vamos, Gyu. — El rubio acorraló al doncél contra un escritorio y acarició su barbilla. — Si no estarías escondiendo algo no tendrías complicaciones en mostrarme tu cuerpo.

— ¿Te éstas oyendo? Suenas como un idiota, aléjate de mi.

— ¿Qué ocultas? ¿O es que tu cintura está en blanco?

El rubio tuvo las intenciones de alzar la camisa del doncél pero éste lo empujó con todas sus fuerzas, haciendo que Hyunjin empuje cada silla y escritorio tras él.

— No les incumbe, tú, el general y tus amigos pueden hacer cualquier cosa para echarme del reino y no lo van a lograr.

El rubio se acarició el hombro con dolor.

— Terminarás huyendo...— Soltó el varón.

El doncél solo echó un suspiro para luego salir huyendo de ahí y buscar a Taehyun.

•bd•

Nuevamente el insomnio se apoderó del vampiro, las noches últimamente eran un desastre.

Pero no solo el insomnio, también recuerdos de dicho pálido, rodaba por toda su mente.

El vampiro echó un pesado suspiro, reprimiendo un grito de desesperación.

Aún lo amaba y odiaba eso.

Aquél pálido había robado su corazón totalmente.

Y su alma.

Yeonjun recordó que sus padres siempre le habían dicho que eso de vampiros, hombres lobos, brujas etc, eran pura fantasía.

Claro, los últimos "testigos" de eso murieron hace como 30 décadas. Aún existían los creyentes de los seres chupa sangre, la mayoría porque querían dominarlos cual caballo y el resto simplemente creía que existían.

Tras eso y el trauma al ver a alguien decapitar una gallina, ver al pálido con sus labios  cubiertos de sangre junto a un conejo muerto fue...

"¡¿Qué es ésto?! E-eres...t-tu ¡lo mataste!"

"No, no, Yeonjun... tranquilo"

"¡Aléjate! No t-te acerques"

"¡Cálmate!"

"¡Auxilio!"

El pálido lo había tomado de ambos brazos y acorralado por una pared.

"Cálmate, Yeonjun ¿si? No, no... no llores"

Min se alejó cuando el doncél comenzó a sollozar.

"Vamos a hablar ésto, tranquilamente, no te haré daño ¿está bien?"

Yeonjun echó un suspiro al recordarlo.

Dolía.

Dolía pensar que todas las cosas lindas que el pálido le había dicho eran quizás viles mentiras.

Min había tenido al que se creería que es un doncél perfecto. Un rostro angelical, sumiso, una dulce voz, gentil, amable y sobre todo la sensualidad en su cuerpo, era lo que se supone que los caracterizaba.

También gracias a eso se cree que solo sirven en la cama. Por los antiguos mitos griegos, egipcios... de todo. La mayoría era donde una bella doncella conocía a un gran y apuesto varón que terminaba cayendo en los encantos de algún doncél.

Por eso y más, los hermafroditas eran un signo de sensualidad y pecado erótico.

"Te amo Yeonjunnie, como jamás amé a otro ser en éstas décadas. Por favor, déjame pasar ésta noche contigo"

Vaya error.

El doncél se había entregado completamente, siquiera sabe en qué momento fue mordido. Tan solo luego de unas caricias despues se desmoronó sobre el pecho del pálido.

A la mañana siguiente Yoongi no se encontraba, le había dejado una nota.

"Tuve que salir, tenia una junta importante.
Te amo, pequeño. — Min Yoongi"

¿Junta de qué?

Yeonjun solo dejó la carta en el buró y suspiró pesadamente.

Quería levantarse y estar aún entre esos brazos que lo protegieron toda la noche.

Recuerda haberse levantado y vestido rápidamente.

La posada abría temprano y debía ayudar a Sora Juliel.

La mujer le encargó encargarse de los hombres que traen la harina y azúcar en sus carretas.

El doncél se apresuró en salir

"Buenos días" Había dicho el joven castaño y el hombre solo asintió bajándose de la carreta para bajar los costales de harina.

"Aquí tiene"

Luego de eso el castaño acarició su vientre mientras se retorcía aún de pie.

El vendedor bajó de la carreta rápidamente para tratar de auxiliar al joven que ahora estaba en el suelo.

Su piel se hizo repentinamente más pálida y fría.

El varón se agachó hacia el doncél y sus ojos demostraron un miedo profundo al ver aquellas marcas en su cuello.

Ese día Yeonjun no corrió con la misma suerte que tuvo con el amanuense. Casi lo sacrifican frente a todo el pueblo.

Fue perseguido, alcanzó a tomar su mochila que tenía lista para la academia y huyó hasta parar en el reino de Mihai Sorin.

Yeonjun siquiera entendía u no era capaz de digerirlo.

Yoongi lo había traicionado.

Entre sus pensamientos, el vampiro no notó que alguien llamaba a la puerta.

— ¿Yeonjun? ¿Se encuentra ahí?

El castaño se levantó de la cama, un poco aturdido, y caminó hacia la puerta.

— ¿Taehyun? — Soltó el vampiro al abrir la puerta — ¿Qué haces aquí?

— Le dije que hablaríamos más tarde, ya es tarde.

— Oh, si... pasa.

El vampiro caminó hacia su cama para volver a sentarse. El amanuense solo tomó asiento en una silla.

— Le quería-

— Por favor, dejemos las formalidades, no me hables de usted, no lo veo necesario. — El amanuense asintió — ¿Qué querías decirme?

— Oh si, algunas cosas sobre éste... sobre tu nuevo metabolismo.

— Si, me gustaría la idea.

— En primer lugar, ¿hay algo en específico que quieras preguntarme?

— Tengo muchas cosas de hecho.

Admitió el mayor soltando una pequeña risa.

— Tenemos hasta la media noche. — Dijo el amanuense acompañada de una dulce sonrisa.

— ¿Es cierto que somos intolerante al ajo?

— No. — Soltó el escriba carcajeando suavemente.

— ¿A las cruces?

— En parte si, ustedes son prácticamente demonios así que cualquier cosa que tenga que ver con esa religión los hiere.

— ¿Por qué no tenemos reflejo?

— Se cree que el espejo refleja la luz de nuestras almas, cuando eres un vampiro no tienes alma, por lo tanto el espejo no tiene nada que reflejar.

El vampiro asintió fascinado.

Taehyun notó como Yeonjun acariciaba su pecho con una expresión de dolor.

— ¿Qué sucede? — Indagó el escriba.

— No, nada importante. — Dijo el vampiro — ¿Cuántos cambios puedo tener luego de beber la sangre humana?

— Además de vida eterna otras características físicas pero eso va dependiendo de tu sexo.

— No entiendo.

— Mira, a los varones los vuelve más fuertes, violentos en ocasiones, mandíbula definida, más vello púbico y erecciones mañaneras. A las mujeres igualmente más fuertes, audaces, adelanto del periodo y curvas marcadas. A los donceles igual, más fuertes, adelanto del periodo, piel rosácea y pálida, cuerpo curvilíneo. Básicamente la sangre altera las hormonas, puede causar acné también.

Oh no.

Sus hormonas. Sus pezones ardían como si estuvieran siendo estrujados por pinzas y era por eso ¡Y él ya estaba en su ciclo desde antes!

— E-entiendo. — Susurró — ¿Y en cuánto tiempo ocurre ese cambio?

— Unas doce horas. Supongo que te hará bien después de todo, el rey cree que tu desarrollo fue un poco lento, ya sabes... por tu anatomía pero ésto puede ayudarte.

— Me gusta como luzco.

— A mi igual, pero supongo que es molesto que te confundan con un doncél todo el tiempo.

— Si, un poco.

El vampiro jugó un poco con sus manos, sin observar al escriba.

— ¿El sol me puede hacer mucho daño?

— Suele debilitar y quemar por tu piel sensible pero nada que una capa pueda arreglar.

— Taehyun, ¿cómo sabes todas éstas cosas?

El escriba suspiró y se acercó al mayor.

— Mi madre practicaba brujería.

Yeonjun levantó la mirada hacia el menor.

— Bueno, era la hechicera real en un reino que cayó hace un tiempo. Ella estudió todo tipo de cosas y... me enseñó todo.

— ¿Dónde está ella?

— Ella ocultaba algo fuerte en sus libros, nunca supe pero debía serlo para ser buscada en todo el reino, además de ser acusada de bruja por escribir libros, lo era pero no como todos creían. Me obligó a dejar el reino, tenía 13 años y ella desapareció.

— ¿Y tu padre?

— Murió hace tiempo, nunca supe nada de él.

— ¿Eres hechicero también?

El amanuense soltó una pequeña risa y negó.

— Mamá me contó que... hace mucho tiempo una mujer fue poseída por un incubo, demonios del sexo, la mujer quedó embarazada y trajo al mundo un hijo de un demonio. Merlín.

El vampiro dejó ir un jadeo de sorpresa.

— Merlín adquirió cosas fuera de lo común que lo llevó a ser probablemente historia. También era un escriba, guardaba sus escritos bajo una protección inmensa que fue perdida más tarde. Se casó y tuvo una única hija, mi madre.

— ¡El rey ha regresado!

Ambos jóvenes saltaron de sus asientos.

La ventana de aquella habitación daba una vista de las inmensas puertas del castillo.

— ¿Tan pronto?

— Fue a buscar un vampiro, no de cacería real. — Soltó el escriba.

— Mira, trae a un prisionero.

Taehyun posó su mirada hacia el joven con cadenas en sus muñecas y tobillos.

— Hay que bajar. — Susurró el escriba.

— Si, quiero ir.

Ambos bajaron entre susurros y rápidamente.

— No vayas tan rápido que nos vamos a caer. — Soltó el vampiro.

— Si me caigo te empujo al suelo para que mi caída duela menos. — Dijo el amanuense entre risas.

— No es divertido. — Susurró el mayor.

— Al fin y al cabo eres inmortal.

El doncél y sustituto también quiso averiguar sobre lo que sucedía y bajó del trono solo para acercarse a la escena.

Sin embargo otra escena se posó frente a él.

El aprendiz riendo suavemente junto al amanuense que tomaba su mano fuertemente.

Beomgyu frunció el ceño cruzándose de brazos.
Quizás si el aprendiz no se hubiera atrevido a besar al rey no tendría nada malo que pensar.

Yeonjun observó cómo el rey se acercaba a ellos, junto a su tropa y el esclavo.

El sustituto fue hacia el rey.

— ¿Encontraron uno?

— Si. — Soltó el rey junto a una sonrisa de victoria.

El amanuense soltó lentamente al vampiro, éste se estaba acercando al rey también.

Soobin sintió su garganta secarse al observar al aprendiz. Esos labios húmedos y gruesos cada día lo volvían más loco y debía obligarse a no verlos.

Yeonjun bajó la mirada al esclavo con una saco que cubría su rostro.

— ¿E-es un vampiro? — Susurró el aprendiz y el rey asintió. — Quiero verlo.

El esclavo estaba de rodillas, brazos tras la espalda junto a una correa y otras cadenas en los tobillos, totalmente inmóvil.

Los empleados murmuraban y algunos varones gritaban para que sea sacrificado.

— ¿Estás loco? no sabemos qué puede hacer. — Soltó el sustituto.

El amanuense se acercó para colocarse tras Yeonjun.

La multitud tras ellos solo observaba sin acercarse.

Todo estaba tan... denso.

Soobin notó una mirada extraña en los ojos de Yeonjun, quizás pena, y retiró el saco lentamente.

El aprendiz jadeó de sorpresa y retrocedió chocando con el amanuense que lo sostuvo recibiendo una mirada extraña de parte del doncél pero Taehyun ni nadie lo notó.

El vampiro de rodillas levantó la mirada y sonrió hacia el aprendiz.

— ¿Yeonjun?— Dijo el esclavo.

El rey frunció el ceño observando al aprendiz que se encontraba temblando un poco.

— ¿Te conoce?


jelou

que capitulo largo bld, 4382 palabras. Es que no tengo wifi

Bueno, cap concluido el martes ¡¿UNO DE FEBRERO YA?! fua xd del 2022 (ya sé que había dicho 2021 la otra vez pero se me fue XD) a las 14:17 

avisen faltas o les corto el pilin


adiós viejos y viejas polentas



















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