6
Omnisciente
— Gimió el nombre de otro hombre — Soltó nuevamente el rey pero ésta vez con decepción mientras que la anterior fue más bien cargada de enojo.
El doncél hizo un gesto de sorpresa, tan solo alzó las cejas y lo observó con los labios un poco abiertos.
— No está interesado en mi.
— Por supuesto que no, es normal. — Soltó el doncél acercándose al rey — Seguro es uno de esos... varones que solo buscan un doncél u doncella para despejarse un momento. Un varón que no busca otro varón.
El rey resopló y acarició sus sienes.
— Espero ahora dejes esa tontería y sepas el lugar que te corresponde. — Afirmó el doncél cruzándose de brazos.
— Sé el lugar que me corresponde.
— ¿Ah si? Si Yeonjun hubiera correspondido totalmente ¿Qué hubieras hecho eh? Lo seguirías idolatrando y dejando éste reino en manos de cualquiera solo porque te gusta.
— Beomgyu...
— Si Yeonjun no te hubiera dado vuelta las hormonas no te importaría más poco, no te importaría su situación académica y mucho menos darías validación a sus opiniones porque era un simple aprendiz.
— ¡Beomgyu!
El rey se puso de pie de repente haciendo retroceder al doncél.
— Escúchame muy bien, Beomgyu, yo soy el rey y hago lo que me plazca ¿está bien? No eres nadie para decirme qué hacer y qué no. Es mi puesto de rey y tú eres un sustituto, espero ahora dejes esa tontería y sepas el lugar que te corresponde. — Soltó el rey citando la frase del doncél mientras se acercaba a él peligrosamente en cada frase anterior.
El doncél solo lo observó con una mirada bastante furiosa.
— Está bien... está bien ¿sabes qué? Vamos a ver cómo te va con el reino haciendo lo que tu quieres, ya no me importa, tú y tu jodido varón inútil se pueden ir a la mierda.
El rey sólo volvió a sentarse ahora estando completamente enojado.
Mientras Yeonjun solo pensaba y soñaba en aquél hombre pálido que había arrebatado su alma.
Era una linda temporada en Răzvan, los aldeanos festejaban la hermosa paz que había en el pueblo.
Yeonjun trabaja en una posada donde también dormía, allí servía la comida y a veces la preparaba.
Muchas veces se juntaba gente, bailaban, cantaban y disfrutaban.
— Yeonjun, éste plato de arroz, papas y trozos de cordero a la última mesa por favor.
El doncél asintió y llevó el plato junto a un vaso de hipocrás casera.
El hombre que se encontraba solo le sonrió al chico.
— Aquí tiene su orden, señor.
— Gracias, dulzura. — El varón sonrió dejando ver sus dientes de oro y plata.
El doncél dejó el vaso y observó al hombre y a su espada en su cubierta.
Era un bucanero, un pirata, un ladrón entre mares.
— ¿Qué sucede cariño? ¿Te gusta? — El varón liberó el arma mostrando el filo brillante al doncél.
— S-si... es bonita.
— Se llama Sharea.
"Que lunático" Pensó el doncél.
— Me acompaña en cada aventura donde amenazo. — El pobre doncél tembló cuando fue apuntado con el arma, la mirada lunática y fría del hombre lo hacía temblar— Torturo... — Sintió el filo pasear su abdomen y miró a su alrededor con miedo buscando ayuda — Desgarro... — El joven lloriqueó cuando el filo rasgó su ropa — También desnudo.
El doncél con pánico solo se alejó corriendo cuando el tipo quiso acercarse.
Jamás le había ocurrido eso, era nuevo y no comprendía.
— Y-yo.. Sora Juliel no- yo... Sora Juliel ayúdeme.
— Dragă*, ¿Qué pasa, corazón?
Dragă* / [Cariño]
— Sora Juliel, fue a servirle al hombre que me dijo y m-me rasgó la ropa con su espada, mire.
El doncél enseñó la parte de su pecho, casi el pezón y ahí se encontraba la rasgadura que el hombre había causado y Yeonjun estaba cubriendo.
— Ay cielo, quédate aquí ¿si? Yo me encargaré.
— P-pero Sora Juliel-
— No, no... yo llevaré los platos, está bien.
El doncél bufó y asintió.
Entendía perfectamente que la mujer no podía hacer nada más que eso, si protestaba contra un hombre hiria a la hoguera y acusada de bruja por pensamientos antisociales.
El doncél se encargó de cocinar y atender esa noche.
Su cuerpo estaba cambiando y eso le aterraba.
Los donceles desde años bastante antiguos fueron vistos como objetos sexuales, se creía incluso que su útero era mucho más benefactor y que los hijos que concedieran serían más hábiles y fuertes.
Ésto resultó cuando un dios en la mitología griega tuvo una aventura y de ahí nació un poderoso dios que fue considerado el dios de dioses, el mil fuerzas, el progenitor de la familia de dioses más puro sin contener sangre de su madre.
Aún sucede, los donceles eran seres de placer y las doncellas se ocupaban de atender en otros asuntos.
Claro, también había creyentes de que los donceles fueron creación del inframundo y prefieren las doncellas, era un dilema bastante enorme y aterrador.
Cuando la posada estuvo casi vacía se fue hacia la parte de atrás para tirar algunos restos y barrer la parte trasera como todas las noches.
Con mucha calma, mientra el barullo de los clientes al frente se oía menos fuerte debido a que el doncél se iba alejando, tiró algunos desechos y buscó la escoba.
De pronto, algo lo pegó contra la pared, un ataque duro a su garganta.
Era el varón de mirada aterradora.
— Bello doncél que placer encontrarse así, estuve esperándote. — El hombre nuevamente sacó aquella espada empezando acariciar su abdomen con ella — ¿Sabias que en éste momento vales más que los barcos que atraqué a lo largo de mi vida? En mi pueblo a los jovencillos especiales como tú los comen vivos ¿Sabes por qué? Porque por generaciones ustedes han sido especiales, tienen algo que los dioses les dieron y no nos quieren contar, cada maldito hombre se ha vuelto loco por uno de ustedes y los ha llevado a la muerte.
Yeonjun no entendía ni una palabra de lo que el hombre decía.
— Seria un placer llevarte conmigo y me gustaría que cooperes o las cosas-
— Las cosas se pondrán muy feas si no desapareces en éste instante.
El varón volteó hacia aquella voz. El doncél igual con esmera curiosidad.
Ojos profundos, labios finos, piel pálida y rosácea en ciertas zonas, era un varón.
— Maldita rata, éste no es tu lugar, Răzvan es un pueblo de paz y si no quieres salir de aquí casi muerto vete.
El hombre casi carcajeó.
— ¿Un niño va a-
Y el joven pálido lo acorraló amenazándolo con una daga.
— No lo quiero decir dos veces.
— Bien, bien... me iré, porque en éste momento estoy solo.
El hombre se alejó apenas el pálido se había alejado.
Yeonjun se sintió inútil ante la parálisis de ya dos situaciones, no supo como reaccionar.
— Gracias. — Susurró.
— No es nada, Yeonjun. — El joven pálido estuvo por alejarse hasta que el doncél lo detuvo.
— Espera ¿sabes mi nombre?
— Si, soy compañero de Oán en la academia y él me habló de ti.
— Oh, entiendo ¿Cuál es tu nombre?
— Soy Min Yoongi.
— Un gusto, Min.
El pálido sonrió y el doncél igual, el joven era... era diferente a lo que había visto.
— ¿Qué haces aquí? Nunca te vi por éstos lados.
— Solo vine por algo de comida y vi que éste hombre comenzó a seguirte, imaginé lo más posible.
Yeonjun asintió embobado.
— Deberías entrar, un lindo doncél como tú no debería pasar tanto tiempo afuera, en la noche hace frío.
— Si... gracias Yoongi, de verdad te agradezco mucho. — El doncél se avergonzó cuando retrocedió y chocó por la puertas pero rápidamente la abrió — Adiós — Dijo antes de cerrar la puerta. Min solo hizo una seña con las manos diciendo adiós .
El pálido sonrió cuando el doncél cerró la puerta.
— Wow...— Susurró apoyándose en la pared.
Yeonjun igualmente se quedó viendo la puerta como un bobo.
Luego borró su sonrisa y se dió una cachetada mental.
— Shh, basta Yeonjun, nunca te gustó nadie ya cálmate, maldita sea. — Se dijo a sí mismo.
Caminó lentamente buscando a Sora Juliel, es la mayor en la posada y persona de confianza.
Cuando la encontró ella le sonrió, ella estaba cerrando las puertas de la posada.
—Hijo, ¿estás bien? — El doncél asintió y la mujer mayor se acercó para tomar asiento.
— ¿Necesita algo para beber?
— Oh si, Yeonjun por favor tráeme agua por favor, hijo.
El doncél asintió y tan pronto como fue llegó con el vaso de agua.
— Tome.
— Muchas gracias, corazón.
— Sora Juliel... — La mujer elevó su mirada hacia el doncél sentado frente a ella — A usted... ¿a usted también le sucedió lo que a mi hoy?
— Por supuesto que si, hijo.
El doncél bufó juntando sus manos sobre la mesa.
— Soy una mujer más en ésta sociedad, hijo, debes entender que no puedo elevar la voz aunque hayan abusado de mi cuerpo. — Aquello lo entristeció bastante — Pero en éstos tiempos tú si puedes, los donceles están siendo cada vez más valorados. ¡Mírate! Estás estudiando, yo hubiera hecho lo que fuera por tener esa oportunidad, querido.
— La entiendo.
— Deberías ir a la cama ya.
— Claro, por supuesto.
Finalmente el doncél se levantó de la mesa subiendo hacia uno de los cuartos donde se encontraba su habitación.
Estaba pensando demasiado ahora.
Ese había sido su primer encuentro con el pálido.
Ahora Yeonjun, en su habitación entre las paredes reales, estaba removiéndose en la cama, tratando de despertar.
Sombras y miles de sombras se reflejaban en el oscuro de su sueño.
Quería despertar, escuchaba susurros por todos lados hasta que un rostro familiar apareció de repente, surgiendo de entre las sombras teniendo la intención de atacarlo.
— ¡Min! — Gritó de golpe sentándose en la cama.
Sus ojos se abrieron al instante que había gritado, si respiración totalmente acelerada, su pecho se hinchaba ante la respiración morboza y recuperó el aire observando todos los rincones de la habitación que ahora estaba alumbrada por el amanecer y su radiante sol.
Lentamente la calma reinó su cuerpo y soltó un largo suspiro mientras cerraba sus ojos.
Cuando mantuvo la calma sintió algo húmedo entre sus piernas.
— No, no puede ser... — Tomó la mochila que había traído desde Răzvan y observó el calendario que traía — ¡Mierda!
•bd•
— Como bien se sabe el cuerpo de los hermafroditas tiene el don de dar a luz aún con el órgano sexual masculino, ésto se debe a que traen un útero dentro y junto al recto donde cada 28 días al igual que el periodo femenino liberan en éste caso fluidos que significan que están ovulando y es más probable que el hermafrodita quede en cinta. Los hermafroditas suelen tener dos órganos sexuales pero claro uno de ellos es infértil, claro en éste caso el miembro seria el aparato reproductor infertil.
Beomgyu suspiró escuchando al profesor.
Se cansó de oír la misma historia sobre los hermafroditas. Se quedaba al final de la clase para oírla ya que las mujeres y varones no debían oír.
Tirado en la silla, codo sobre la mesa y revoleando la pluma entre sus dedos, notó a alguien pasar frente a la puerta.
— ¿Terminó de copiar ésto? — La mirada del doncél se pasó al profesor cuando éste habló.
— Si, lo tengo todo.
— Puede retirarse entonces, lo veo el siguiente el lunes.
— Gracias, adiós.
El doncél salió del aula y observó a los costados.
No le dió importancia y siguió su camino hacia el tocador para limpiar sus manos.
Cuando terminó y estuvo por irse, oyó algo caerse y volteó.
— ¿Quién está ahí?
Ese lugar era únicamente para los doncéles y doncellas que salían de la academia real y él era el único doncél en el castillo y las doncellas ya se abrán ido por el horario.
El doncél frunció el ceño y abrió la puerta y luego la cerró sin hacer ruido y sin haber salido.
Fue paciente hasta que la puerta que dirigía a una ducha ya no funcional fue abierta dejando ver al sujeto.
— ¿Serias tan amable de explicarme qué hacías en el baño de doncéles y doncellas?
Yeonjun titubeó buscando qué decir.
— Doncél Beomgyu, eh...
— No tengo todo el día.
— Lo que sucedió fue que-
— ¡Su majestad! ¡General!
Unos gritos afuera del castillo alarmaron a ambos jóvenes.
— ¡Necesitamos ayuda!
Beomgyu dedicó una última mirada al mayor antes de dirigirse al primer salón y luego salir del castillo, con Yeonjun siguiéndolo.
— ¿Qué sucede?
El general junto al rey salieron para ver qué ocurría.
— Encontramos a Ionut a no muy lejos del reino, abandonado como un perro.
El hombre cargó al inconsciente.
— Llévelo adentro, Beomgyu llama al doctor real.
El doncél asintió y corrió hacia el castillo.
Soobin, cuando llevaron al hombre herido adentro, volteó encontrándose con la mirada del vampiro.
¿Recordará algo?
— Buenos días, su majestad. — Soltó el mayor al darse cuenta que no se habían visto hasta ahora.
— Mm... no creo que sean tan buenos. — Dijo el rey mientras lo observaba directamente a sus ojos — ¿Cómo amaneció, Yeonjun? ¿Le duele algo? — Indagó el rey con bastante curiosidad de saber si el joven recordará algo.
— Si, si... estoy mucho mejor, su majestad.
— Y usted... ¿No recuerda nada de lo que sucedió ayer?
— Bueno, tengo entendido que cené con ustedes y los reyes de Cósmica, comencé a sentirme mal en mi habitación y supongo que me dormí porque no recuerdo qué sucedió luego.
El rey sólo asintió y entró al castillo, siendo seguido por el vampiro segundos después.
El criado del rey estaba inconsciente sobre un tapiz.
— ¿Qué sucedió?
El doctor se acercó al hombre tratando de sentir su pulso y en ese momento notó la gravedad de la situación.
— Su majestad...
Soobin se acercó cuando el doctor lo observó con su rostro pálido. El hombre tomó la barbilla del herido y la movió dejando ver su cuello, en el dos pequeños orificios.
— Ionut... está muerto.
La respiración del vampiro se aceleró y empezó a retroceder.
— ¿Qué? — Indagó el hombre que había encontrado el cuerpo de su amigo — No, doctor... tiene que haber una-
— ¡Está muerto! — Soltó el rey haciendo temblar a cada ser al rededor — ¿Dónde lo encontraste?
— Cerca del pozo de agua, algo lejos del castillo.
El rey suspiró y acarició sus cabellos tratando de pensar.
— Está aquí, ya está aquí y seguirá atacando si no hacemos algo. — Soltó el rey.
Yeonjun siguió retrocediendo hasta chocar con una mesada.
— Beomgyu, recluta a todos los combatientes, saldremos.
— ¡¿Estás loco?!
El rey siguió caminando para prepararse mientras era seguido por el doncél.
— Soobin, no puedes irte y llevar a todos ¿no tienes cabeza para pensar?
— Si puedo hacerlo.— Soltó el rey volteándose hacia el doncél.
— ¿Ah si? ¿Y si se acerca al castillo? ¡¿Qué haremos sin los caballeros nosotros aquí?!
— Les dejaré algunos, no te preocupes por ello.
Beomgyu suspiró harto y el rey se acercó a él.
— Deja de estar tan preocupado ¿Mm? — Dijo tomó al menor suavemente de los brazos.
— ¿Y si te pasa algo? — Soltó el doncél mientras el otro lo recostaba en su pecho y rodeaba con sus brazos.
— Nada me va a pasar ¿está bien? Tu espérame aquí sano y salvo.
— Lamento haber arruinado tu noche ayer.
— Está bien, te entiendo.
— ¿Si?
— Si, creo que si he puesto un poco al aprendiz en un altar así que también me disculpo por eso.
Yeonjun observó la tierna escena y aprovechó la conversación de sus superiores para ir al baño de donceles y doncellas.
— Un paño, un paño, un paño...
Cuando lo encontró fue como pudo hacia su habitación.
— Ugh, maldito cuerpo. — Soltó al entrar — ¿Por qué ahora?
Si bien probablemente las mujeres de ahí han de reírse de su problema ya que la diferencia de fluidos hablando de cantidad es muy grande, seguía siendo incómodo para el doncél que estaba fingiendo ser varón.
Cuando el vampiro salió del cuarto fue hacia la biblioteca, Beomgyu le había dicho que él haría el trabajo de hoy.
Entró lentamente, ni un alma haciendo presencia más que él y alguien más.
— ¿Hola? — Susurró el vampiro llamando la atención del joven.
— Yeonjun...— Soltó el menor con sorpresa y una sonrisa.
— ¿Te molesta si me siento contigo?
— No, acércate.
— Gracias, Taehyun.
El vampiro sonrió y se sentó frente al menor.
— ¿Qué haces? — Indagó viendo unos cuantos libros en la mesa.
— Solo tarea de la clase de religión. ¿Y tú? es raro verte por aquí.
— Bueno... Beomgyu me dijo que hoy podía tener un día libre.
El amanuense asintió simplemente pensando en el doncél.
— Te hizo pasar una mala noche ayer ¿verdad?
— No, no... es decir, lo hizo pero sé que eso no es culpa suya, se siente amenazando supongo pero no tiene por qué estarlo, no pretendo robarle nada.
— Comprendo, más tarde Beomgyu se dará cuenta de eso, no te preocupes.
— Supongo que si, igual no quiero quedarme aquí por tanto tiempo.
— ¿Por qué no? No creo que en otro lugar seas tan bien recibido.
— No creo que pertenezca aquí.
— ¿Y a Ion Vasil si?
— Es un lugar terrible pero es mi hogar, mi padre, mi madre... todos.
— ¿Te gustaría enviarles una carta? — Indagó el menor con ansias.
— ¡No! Me encantaría... p-pero de verdad no me es conveniente ahora.
— ¿Por qué?
— Porque... mis padres en éste momento no pueden recibir cartas, está bien, no importa, soy paciente.
— Está bien.
El vampiro se puso de pie para ir hacia los libreros y buscar qué llamaba su atención.
Observó los nombres de algunos con curiosidad y luego se sostuvo por el librero al sentirse repentinamente débil.
— A-ah...— Posó su mano restante en su abdomen y su rostro se deformó en una mueca de dolor absoluto, incluso comenzó a sudar.
— ¿Está bien, Yeonjun? — Oyó al menor del otro lado del librero.
— S-si... estoy bien, solo... Estoy bien.
— ¿Seguro?
— Si, Taehyun, lo estoy.
El amanuense asintió siguiendo con su lectura.
— ¿Yeonjun? — Indagó cuando oyó algo pesado caerse — Yeonjun...— Repitió acercándose.
Finalmente rodeó el librero encontrándose con su mayor en el suelo totalmente mareado.
— ¡Yeonjun! —El amanuense se agachó hasta el mayor tomando su rostro pálido y sudoroso — ¡Magnolia! ¡Magnolia!
La bibliotecaria se acercó rápidamente.
— ¿Qué sucede?
— Llame al doctor Gha, por favor, el aprendiz real acaba de desmayarse.
Como pudo, el amanuense alzó al vampiro y lo sentó en un sillón.
— Tae...
— Ya llega el doctor.
El vampiro movió su rostro hacia un lado sin muchas fuerzas y el amanuense palideció al ver su cuello expuesto.
Dos marcas.
— ¿Qué?
— Ya estoy aquí, ¿qué ocurre?
Taehyun oyó al doctor y de inmediato colocó bien al vampiro y estiró el cuello de su camisa para cubrir las marcas.
— Oh, el joven aprendiz nuevamente. — El hombre fijó bien su mirada en el vampiro con atención —Déjeme adivinar, no siguió mi consejo ¿verdad?
El vampiro negó lentamente.
— ¿Cuál consejo? — Indagó el amanuense.
— El joven aprendiz debe comer carne, está pálido y delgado, necesita carne y él se resigna a comerla.
— No me gusta la carne.— Terminó por decir el vampiro como pudo.
— Pero su cuerpo carece de proteínas, joven.
— Lo sé, lo sé...
— Usted prometió que lo haría.
— Si, lo lamento, doctor.
— Las cocineras deberían encargarse de-
— No, no...doctor, yo podría hacerlo. — Soltó el amanuense.
— ¿Seguro? — El más joven asintió — Está bien, confío en usted.
Finalmente el doctor se retiró.
— Taehyun, no tienes que-
— Ahora vuelvo, debe quedarse aquí.
El vampiro no pudo decir nada cuando el menor ya había cruzado la puerta y estaba dispuesto a cometer la locura que tenía pensado hacer.
Fue hacia la parte de atrás rodeando el castillo y suspiró al ver la puerta de gran tamaño y dispuesto a entrar cubrió si nariz con una parte de su ropa.
Al entrar observó la gran guillotina frente a él y luego bajó la mirada a un pequeño balde, éste estaba repleto de sangre de la última persona en usarla, un ladrón y asesino que había sido ejecutado la noche de ayer.
Debía comprobar lo que pensaba asi que con justificado asco y repulsión tomó un pequeño frasco y lo sumergió en la sangre hasta llenarlo.
Se lavó las manos y se llevó el frasco cerrado ocultándolo con su vestimenta, llevaba un saco por el frío así que fue fácil.
Entró al castillo y fue directo hacia la biblioteca, el vampiro se encontraba ahí.
— ¿Qué harás?
— Necesitas tomar algo. — El amanuense tomó la copa e agua junto al mayor y derramó el interior por la ventana sin que nadie lo sepa y oculto entre algunos estantes llenó un poco el vaso de ese apestoso líquido — Bebe.
— ¿Qué es ésto?
— Es vino.
El vampiro olfateó e hizo una mueca de asco.
— Las doncellas le pusieron algunas hierbas para calmar tu... tu malestar.
Yeonjun observó con duda pero bebió de la copa.
Rápidamente el amanuense se levantó de su asiento, con la daga en mano y sin que el mayor lo note.
Había lidiado bastante con asuntos así y estaba preparado.
Todas sus dudas se dispersaron al observar aquellos ojos tornarse de un color rojo fuego.
Ahora Yeonjun dejaba de ser puro.
AAHHHHHH
Estoy haciendo maratón de Beomdit(xd) así que no se sorprendan si ven que actualizo un cap de varias cosas jeje.
Avisen si hay errores che que me da paja revisar y además no veo xd
Cap concluido el lunes 20 de diciembre del 2021 a las 00:30 escuchando Growing up is jsjs
Adiós
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