5
Omnisciente
Ahora todo descendiente real y el aprendiz estaban en la mesa de gran magnitud.
El rey y la se encontraban en la mesa, con una sonrisa mientras disgustaban de la cena.
Beomgyu frunció el ceño cuando se enteró que en la mesa el lugar del aprendiz se encontraba más cerca de los soberanos de Cosmina y del mismo rey Soobin. El rey sabía muy bien que ese lugar pertenecía a Beomgyu.
El rey y la reina nunca tuvieron el mínimo interés a pesar de los cambios tanto económicos como políticos y sociales que el doncél había impuesto sobre el reino llegando a impresionar a la mayoría de la población. El resto solo creía que la cabeza principal fue el rey.
Y ahora llegaba éste intruso de Ion Vasil a revolver todo por un simple acuerdo de bienes rurales y agrícolas que a cualquier imbécil se le hubiera ocurrido. Según el mismo doncél.
Ion Vasil...
Beomgyu salió de su ensoñación ahora prestando atención al tema de conversación principal en la mesa.
Yeonjun.
— ¿Y de dónde vienes, Yeonjun? — Interrogó la reina de nombre Ozama.
— Yo-
— De Ion Vasil. — Soltó de pronto el doncél.
El rey, que antes observaba al aprendiz con una sonrisa tal vez boba, volteó hacia su sustituto dedicándole una mirada de enojo.
Beomgyu sonrió desde sus adentros.
— ¿Sorprendente no? — Dijo el doncél después de beber su copa de vino disgustando el casi agrio sabor — Incluso yo creí que después de la masacre ese reinado había quedado hecha cenizas junto a sus pestes que tenían como gobernantes y ciudadanos. Pero al parecer no. — Terminó la ultima frase con una sonrisa.
Hace tres años atrás, Cosmina había tenido una guerra contra Ion Vasil cuando el reino se atrevió a robar de sus tierras. Ambos reinados acabaron en guerra, Vasil perdió quedando pobre de oro y rico en cultivos.
Sin embargo; Cosmina había rechazado cualquier trato con dicho reino, cancelando cualquier bien comercial y finalmente tachar al reino como "ratas despreciables". Especialmente que después de la masacre el reino quedó en extrema pobreza. Algunos ciudadanos como otra escapatoria comenzaron a hurtar entre las residencias de los herederos reales. Así llevando la mala fama de atracadores.
Bien, el vampiro debió pensar mejor en qué reino utilizar como excusa.
Yeonjun tragó duro entre las frías miradas de los reyes.
— Y-yo...
— Yeonjun estuvo en Ion Vasil cuando era pequeño, debido a algunas circunstancias a la edad de 2 años se trasladó al reino de Ghenan. — Dijo el rey tranquilamente, como si fuera cierto.
Los reyes de Cosmina eran extremadamente clasistas y se dejaban llevar de la persona depende dónde fue criado.
— ¿Por qué no dejas que hable Yeonjun? — Indagó el doncél.
— Es nuevo en ésto, es normal que esté nervioso.
La reina de Cosmina agradeció que Yeonjun no haya sido criado en Vasil y también lo felicitó por su limpio trabajo.
— No considero un trabajo tan limpio husmear entre cosas ajenas.
Todos volvieron a voltear hacia el doncél que había hablado.
Yeonjun estaba muy nervioso, no había dicho ni diez palabras. No sabía porqué el doncél se estaba comportando así.
— Dígame, ¿No le parece de mal gusto que uno de sus servidores comience a husmear en su habitación? ¿O donde la entrada esté terminantemente prohibida?
— Por supuesto que si. — Soltó el rey de Cosmina y Soobin carraspeó.
— Yeonjun no sabía que esa zona estaba prohibida, fue mi error.
— Igualmente no debería. — Afirmó el doncél.
Yeonjun solo mantenía la mirada gacha y acariciaba sus dedos bajo la mesa.
El comportamiento del sustituto estaba hartando a Soobin.
Luego de unos minutos la charla continuó de manera natural y fluida.
— ¿Terminaste tus estudios, Yeonjun?— Indagó el rey, el chico negó mientras terminaba de beber su copa.
El doncél rió bajo ante eso.
Los donceles, por seguir siendo hombres si tenían el derecho de estudiar ahora. Antes eran quemados en la hoguera por el hecho de estudiar. Como actualmente sucede con las mujeres.
La sociedad era simple. Los estudios no eran aptos para las mujeres dado que éstas únicamente servían para atender el hogar. Los donceles al principio tampoco, dado que; como para engendrar ya existían las mujeres, los hermafroditas únicamente para el deseo sexual. Únicamente por creencias, tanto religiosas como mitológicas.
Los hermafroditas siempre fueron signo de sensualidad y eran tratados como algo prohibido. Eran la tentación, eran el fruto de Adán y Eva.
Actualmente a los donceles les brindaron una academia donde debían estudiar maternidad. Ya que se creía que para éstos actos eran completamente inútiles. Las mujeres no lo necesitaban porque según la sociedad, ellas ya tenían eso implantado.
— Yo no pude terminarlas porque entré algo tarde en la academia de don- varones, entré algo tarde a la academia de varones. — Aclaró rápidamente.
— Fascinante, dejemos que el lado derecho del rey sea un inculto. — Exclamó el doncél observando su comida que no había sido tocada en casi toda la noche.
— Beomgyu...— Regañó ésta vez el rey — Yeonjun estudiará en la academia real.
— ¿Qué? Pero Yeonjun no es de la realeza. — Afirmó el doncél.
— Bueno, es la única academia cercana, podrá trabajar y estudiar. ¿O te parece bien que el próximo sustituto del rey sea un "inculto"? — Indagó el rey arqueando una ceja.
Beomgyu sintió su sangre arder ante una pregunta tan estúpida.
— ¡Ese intruso miserable jamás será mejor sustituto que yo! —Soltó el doncel elevando la voz a la vez que se colocaba de pie.
— Beomgyu...— Volvió a regañar el rey, acariciando los adentros de su boca con una gran molestia.
— ¡Lideró una maldita vez y todos lo adoran! ¿Cuántos años tuve que rogar por atención? ¡Sin mi éste reino sería una mierda!
— ¡Beomgyu! — Ésta vez el rey elevó la voz.
Yeonjun tembló ante el repentino grito y se puso de pie, temblando un poco.
— Yo... con permiso, me retiro.
— No, ¿A dónde vas? — Indagó Soobin tomando el brazo del mayor.
— A ningún lugar en especial. Creo que ya me conocieron lo suficiente. — Susurró el vampiro. — Fue un gusto conocerlos, hasta pronto.
Y el aprendiz se retiró.
El rey suspiró bajo y volvió a sentarse, sin observar al doncél.
Beomgyu tampoco subió la mirada.
• bd •
Yeonjun corrió a su habitación asignada, abrió las ventanas y se sentó en la cama, dejando caer su rostro entre sus manos.
Estaba consciente ahora del rotundo odio del doncél hacia él. Pero no se sentía una amenaza para el sustituto. Beomgyu había casi liderado por casi cuatro años a tan corta edad y él tan solo había dado una idea que se le ocurrió, ayudó en algunos casos políticos y hubiera parecido que Beomgyu dejó de existir. A pesar de que Yeonjun no era el culpable, así lo sentía.
De pronto, su estómago rugió con fuerza, no había probado un bocado de la cena.
Supuso que era hambre hasta que sus colmillos comenzaron a picar y se sintió bastante débil.
Nueve días sin ningún tipo de sangre en su organismo.
Las ratas no eran suficientes.
No podía salir así, no tenía fuerzas para ser ágil y el castillo se encontraba rodeado de guardias.
Su estómago dolía.
Se revolvió en su propio dolor aflicción por doce minutos exactos.
Hasta que la puerta de su habitación se abrió de golpe.
El rey observó a su aprendiz en completa agonía, en el suelo de su habitación.
Se agachó hasta el mayor y lo tomó en brazos para recostarlo en la cama.
Tocó su rostro y frente, el vampiro gimió de dolor al sentir la mano fría del rey acariciarlo. Estaba ardiendo en fiebre.
— Quédate aquí, traeré al doctor.
El rey fue en busca del doctor.
Éste lo atendió un rato después.
El joven se removía.
— Sus manos están frías, tiembla, el resto de su cuerpo caliente y dice incoherencias, está delirando. — Afirmó el doctor. — Les daré algunos tratamientos, solo espero que no sea lo que creo.
— ¿Peste negra? — Indagó el rey y el doctor asintió retirándose.
Si bien Yeonjun había tenido contacto directo con una rata, no era peste negra.
El rey se acercó a su aprendiz para sacar el paño de frente y enfriarlo un poco más con el agua para colocarlo nuevamente sobre su cabeza.
Antes de eso, el rey sintió unas manos acariciar su abdomen. Era Yeonjun, acariciando con descaro sobre la ropa.
El rey bajó la mirada notando que se encontraba posicionado casi sobre el mayor.
No pudo argumentar cuando el castaño de un tirón de aquella camisa lo jaló hacia él. Muy cerca de su rostro. Yeonjun no dijo nada, solo se removió un poco, acercándose haciendo que sus labios rocen con los del contrario, haciéndolo sentir su aliento caliente a uva.
Soobin a ese punto no sabía qué hacer, estaba inmóvil, no sabía qué pretendía el castaño.
Finalmente pareciera que el mayor había encontrado una posición, dejando al rey entre sus piernas. Éste lo notó y se resistió para no acariciarlas. Yeonjun sonrió antes de colisionar sus labios con los ajenos, tomando el cuello de su camisa.
El rey no entendía nada. ¿Y la fiebre?
Sin embargo no dudó y correspondió al apasionado beso, aniquilando finalmente el impuro deseo de acariciar las piernas del mayor. Tan suaves como esperó que sea. Su mano de gran tamaño tocaba cada curva con anhelo hasta llegar a sus muslos. El beso, cargado de chasquidos, lo terminó Soobin, descendiendo desde esos anchos y ahora rojizos labios hasta la mandíbula. El pecho del mayor subía y bajaba tratando de recuperar el aire.
Los besos del rey bajaron hacia su cuello y el mayor tiró su cabeza hacia atrás disfrutando de cada roce.
Soobin inhaló su dulce olor comenzando a mordisquear su cuello. Los labios del vampiro liberaron un sonoro gemido.
Beomgyu cerró la puerta lentamente ante la escena tan comprometedora.
Suspiró y salió de aquel lugar, donde el amanuense lo observaba. Ahora su rostro de confusión se había transformado en una dulce sonrisa.
— Hola, Tyun. — Dijo éste acercándose.
El castaño solo sonrió sin ganas.
— ¿Pasa algo?
— ¿Sabes, Beomgyu? Después de todo lo que pasaste aquí, creí que tendrías algo de empatía por el aprendiz.
— ¿De qué hablas? — Indagó el doncél.
— No deberías atacar a Yeonjun cuando él no tiene la culpa de nada.— Beomgyu suspiró sin ganas y giró los ojos— Él siquiera quiere tu lugar de sustituto.
— ¿Cómo estás seguro de eso?
— Porque me lo ha dicho. — ¿El amanuense compartía con Yeonjun? — Además no dijo una palabra para defenderse en la cena. Lo estuviste humillando como si él tuviera la culpa de algo.
— No me da buena espina.
— Adivina, a nadie en el reino le das buena espina. — Afirmó el varón — Me agradabas, Beomgyu.
— Espera... Tae-
— Me retiro. — Dijo el menor, sonriendo sin mostrar los dientes para irse dejando al sustituto con la palabra en boca.
Luego de unos minutos, el rey apareció. Se veía enojado.
Beomgyu no entendía eso.
Cuando el rey tomó asiento en su trono y pidió que evacuen el salón de tronos, el doncél se acercó.
— ¿Qué pasó? — Interrogó el doncél con algo de gracia en su voz.
Al no recibir respuesta se acercó más.
— ¿Te comió la lengua un gato? ¿O un aprendiz? — Dijo y soltó una suave risa al preguntar lo último.
El rey frunció el ceño observando al sustituto.
— Si sigues con esa actitud de mierda voy a sacar tu trasero de aquí. — Amenazó el rey.
— Ya, ¿Qué sucedió? Los vi muy a gusto.
— No es de tu incumbencia.
— ¿Por qué no? Eres mi amigo.
— ¿Y si mejor hablamos de tu comportamiento de hoy? — El rey se levantó del trono aún con esa clara molestia en su rostro.
— ¿Qué tiene de malo?
— Fue una mierda, Beomgyu ¿Qué te sucede?
— ¿A mi? ¿O a ti? — El doncél se acercó al rey con los brazos cruzados — Que estás idolatrando a ese imbécil como si fuera mucho. Que me humillas frente al general pasando por alto todos los malditos abusos que he pasado en éste maldito lugar.
— Dije que no volvería a pasar.
— Y cuando pase ¿Qué harás? ¿Dirás que no va a volver a pasar? Porque si lo dijiste creó que ellos no están enterados.
— Beomgyu.. deja de hacer drama, estás bien.
— Eres un idiota, igual que todos los varones.
— Y tú eres un interesado, igual que todos los donceles. Quieres el trono para destacar entre tu familia que dijeron que jamás tendrías un puesto de alto rango.
— Que gran detective eres. — Afirmó el doncél con sarcasmo — Lo quiero porque lo merezco, y ese varoncito lo tienes en un altar únicamente porque te trae loco.
— No es cierto.
— Te mueres por hacerlo tuyo y pecar en tu estúpida habitación de maniático.
— Cállate. — Amenazó el rey entre dientes.
— Lo quieres aún sabiendo que está mal y que podrías ir a la hoguera.
— Beomgyu-
— Lo quieres en tu cama más de lo que me quisiste a mi.
— ¡Pero él no! — Dijo el rey elevando la voz.
— No lo creo, lo vi muy a gusto, retorciéndose ante tus besos y caricias.
— Él no me quiere.
— ¿Por qué estás tan seguro?
— Gimió el nombre de otro hombre.
Hola uwu
Primero, avisen los errores, son las 01:40AM, cada día estoy mas ciega y no me llevan al oJoLogO así que porfa, no me molesta. SOLO DIGAN "Acá hay un error" Y DIGAN CUAL QUE DESPUES ME PIERDO.Gracias uwu
Ya está por terminar el año y hasta ahora aprobé todas las materias <3
Cap concluido el: Miercoles 17 de noviembre del 2021 a las 01:40am
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