3
omnisciente
Cuando el joven doncél se retiró del salón de juntas bufó y se dirigió a su habitación.
Ese era su lugar, él debía ser la mano derecha del rey, no ese intruso.
Algo no le daba buena espina de él y lo iba a averiguar tarde o temprano.
Por otro lado, luego de que la carta acerca del nuevo acuerdo con respecto al trueque de bienes comerciales primos fuera redactada y enviada, los discípulos y súbditos presentes en el salón de de juntas sonrieron impresionados por el joven.
— Al fin un varón emblemático para sustituto del rey — Afirmó el general.
Yeonjun sonrió incómodo.
— Yeonjun ha hecho un gran trabajo — Certificó el rey acorde a las palabras del general.
El joven pudo sentir la presencia del rey tras él.
— Eso no implica que Beomgyu deje el trono — Completó el pelinegro con su voz grave habitual — Mi sustituto ha hecho increíbles trabajos también, años me ha acompañado y eso es de valorar.
Algunos de los hombres solo bajaron la mirada asintiendo y otros rebufaron.
— Si no es el agrado de alguno de ustedes no hay problema, las puertas de Mihai Sorin están abiertas para cualquiera y cerradas para el que se atreva a estar en contra de cómo se maneja el reino.
Ahora el salón se mantuvo en silencio.
— Bien. — Dijo el rey por último — Yeonjun, sigamos con el recorrido.
El joven asintió ante sus palabras mientras seguía al rey.
— Los últimos sitios que vamos a reconocer será la planta más alta pero primero la biblioteca y cocina.
El joven asintió.
Mientras iba junto al rey, comenzó a sentirse algo mal y mareado.
No le hizo caso, siquiera advirtió aquello y siguió caminando.
— Ésta es la biblioteca.
Yeonjun entró al enorme salón.
Era incluso más grande que toda la posada donde solía residir.
— Es...enorme — Afirmó el mayor.
— Si, fue construida hace 121 años.
El mayor se paseó por la repisas, variedad y variedad de libros se encontraban.
Subió la mirada hacia el techo, las pinturas de mural eran hermosas. Los estantes llegaban hacia el techo de aproximadamente 11 metros.
— Ven, subiremos a la planta alta.
Yeonjun siguió al rey aún embobado por la cantidad de libros.
Como Soobin había mencionado, subieron hacia la planta alta.
El joven observó con atención. Había grandes cortinas y alfombras de piel animal con bordados dorados y cuadros inmensos por ese largo pasillo.
— Estos fueron los anteriores herederos. — Afirmó el rey cuando encontró al discípulo observar con atención las pinturas.
Yeonjun siguió caminando hasta encontrar el cuadro de Soobin.
Había algo curioso en las anteriores pinturas, todos los hombres se encontraban con su doncél u doncella.
— Oh, ¿usted aún no ha formado ninguna alianza? — Indagó el castaño.
El rey sólo lo observó.
— Yo-...lo siento, no debí preguntar, disculpe. — Soltó el castaño juntando sus manos con vergüenza por su atrevimiento.
No estaba ahí para ser amigo del rey.
Soobin solo suspiró y se inundó en sus pensamientos por un segundo.
Si Yeonjun era un varón ¿por qué se demostraba tan sumiso y delicado ante sus profundas miradas?
El rey, ahora fuera de aquellos pensamientos, caminó hacia lo que sería su habitación. El castaño lo siguió.
Cuando el menor abrió la puerta y entró, Yeonjun entró tras él.
Jamás había entrado a una habitación real y seguro sería algo que jamás en la vida olvidaría.
La enorme habitación tenía ventanales grandes que irradiaban luz tras sus cristaleras de distintos colores. La gran cama estaba a disposición de mínimo 14 personas. El suelo tapizado con una gran alfombra roja, las frazadas gruesas también eran rojas, las almohadas blancas eran gordas y se veían suaves como nubes. Cada mueble traía un detalle dorado que parecía ser oro puro. También tenía un estante de libros y un gran espejo.
Yeonjun no creía que estaba pisando ese lugar.
— Ésta es mi habitación, te encargaras de supervisar que las empleadas realicen bien su trabajo, tanto en ésta planta como la última ¿entendido?
El joven asintió.
Cuando el rey volteó hacia su discípulo.
Estaba pálido más de lo normal y tenía sus ojos algo cerrados.
— ¿Te sientes bien?
El joven vampiro acomodó sus lentes y asintió.
— Yo...s-si.
Y luego se desplomó sobre la alfombra roja.
— ¿Yeonjun? — El rey rápidamente lo levantó y guió hacia su cama para recortarlo ahí.
Llamó a sus empleados para que lo atiendan.
Beomgyu al escuchar a las personas hablar sobre una urgencia, subió hacia la primera planta siguiendo a los sirvientes.
Se acercó solo al marco de la puerta para observar la situación.
Era el joven aprendiz.
El doncél bufó y se alejó de ahí.
Unas horas pasaron y el rey había desatendido un poco el trono.
Cuando el discípulo abrió los ojos lentamente, pudo observar al doctor de la última vez.
— Su majestad, el joven padece de desnutrición. Su cuerpo no está recibiendo los nutrientes necesarios. — Afirmó el doctor.
— ¿No comes? — Indagó el rey hacia el joven.
— Si, si lo hago — Dijo el mayor — Todos los días.
— ¿Tiene alguna dieta u algo?
— Bueno...soy vegetariano.
— Joven, su cuerpo carece de proteínas, necesita de carne y de más para que se mantenga activo.
Yeonjun asintió.
Eso no era cierto, él tenia una dieta donde las proteínas podían ingresar a su cuerpo sin necesidad de nada que venga de un animal. Vivió así desde los 12 años y nunca tuvo ningún problema.
Era por la necesidad de sangre humana en su organismo "nuevo".
— Está bien — Dijo el joven mientras se sentaba en la cama. — Ya estoy mejor.
El doctor asintió y el rey agradeció su visita mientras mientras hombre le hacía una reverencia.
— Deberás comer carne si no quieres que suceda lo mismo — Dijo el rey. — Puedo decirles a los encargados de la cocina que-
— No, no — Yeonjun cubrió su boca nuevamente al sentirse avergonzado al interrumpir al rey.
Sin embargo terminó su frase.
— Estoy bien, iré a hacerme algo de comer yo solo, muchas gracias su majestad.
El castaño se levantó de aquella enorme cama.
Sintió un ardor subir desde la planta de sus pies a su cabeza y cerró los ojos con fuerza mientras casi caia nuevamente.
El rey sostuvo su cintura y lo atrajo hacia él, las manos del mayor terminaron en sus hombros.
— Creo que debería descansar más — Dijo el rey y el vampiro negó.
— No...yo- estoy bien.
El rey prestó atención a sus manos al rededor de la cintura del mayor.
Éste solía usar esos trajes algo grandes que sus sirvientes le había otorgado pero esa cintura entre sus manos era pequeña.
La última vez no pudo notarlo tanto debido a la bata.
— Yo...estoy bien — Afirmó nuevas el mayor — Solo...iré a tomar algo de aire.
El rey asintió mientras el joven castaño dejaba la habitación.
En la puerta se encontró al doncél sustituto.
Yeonjun solo hizo una reverencia antes de dejar la habitación.
Beomgyu se encontraba con los brazos cruzados y su mirada seria, frente al rey.
— ¿Estás enojado? — Indagó Soobin.
— No, por supuesto que no. — Dijo el doncél con su voz hosca — ¿Por qué estaría enojado por dejarme de lado tan de repente cuando llegó ese intruso?
— Gyu...— Dijo el rey tomando la mano del sustituto — Nadie te dejó de lado.
— Lo hiciste, si ese varón no estuviera aquí me hubieras defendido ante el general — Afirmó seguro el doncél.
— Sabes bien que no puedes estar en el salón de juntas.
— Solo entré un momento — Murmuró el doncél — ¿Por qué tiene que ser así?
— Porque no puedo cambiar las reglas de la nada, Beomgyu. Tendrás que conformarte con ésto. Si estuvieras bajo el mandato de mi padre ya te hubieras casado conmigo.
Beomgyu bufó.
El doncél muy bien tenía su reputación por ser enviado del reino de Velkan, por sus padres; Alin e Ionut, el padre de Soobin siempre quiso una alianza entre dichos reinos.
La hubo, sin embargo sin el beneficio matrimonial.
Simplemente el doncél odiaba el hecho de estar comprometido, menos con un varón. Sabía lo manipuladores, posesivos y agresivos que solían ser.
Incluso Soobin a veces tiene su mentalidad relacionado al de su padre, claro, nació y crío en ese ambiente y no era algo que no siempre Beomgyu podía cambiar.
— Yo solo quiero que no me arrebates mi lugar por un varón.
— ¿Por qué te importa tanto ahora?
— Porque estoy harto de que me hagan menos por ser de esa estúpida jerarquía. Me insultan a mis espaldas y dicen que logro todo lo que quiero porque me revuelco en tu cama y no es cierto. Quiero demostrar que mis logros son por mis capacidades, no por un estúpido varón y que las que tengo no son criar un niño u atender los hogares. Soy más que eso.
Soobin asintió y abrazó a su amigo.
— Nadie te reemplazará, Beomgyu. No te preocupes. — El doncél asintió mientras se acurrucada en el pecho del mayor.
Mientras tanto, fuera del castillo, Yeonjun notó más habilidades.
Era ágil y podía escapar tranquilamente de los arqueros en las torres.
Estaba harto de consumir sangre animal. Tan solo fue dos días y lo odiaba.
Siquiera comía carne cocinada y debía asesinar el mismo a un animal.
Era fuerte para él.
Y lo odiaba.
Pero no iba a atacar a ningún ser humano ni soñando.
Se preguntaba cuanto tiempo duraría su secreto.
Ambos secretos.
La juventud trajo sus rasgos finos muy marcados. Su cintura, sus caderas, su clavícula, hombros, piernas y su pecho era un poco menos plano.
Claro, no estaba en cinta por lo tanto era normal que un doncél tenga semi pechos.
Debía usar un tipo de ropa para ocultar su cuerpo y también ocultar su marca en el cuello.
Todo por enamorarse de un maldito pálido.
Aquel chico había llegado al instituto y fijado su mirada en él al instante.
Al doncél le había parecido muy atractivo así que no dudó en aceptar las insinuaciones que el otro le hacía
Todo terminó en su cama, donde a la mañana siguiente después de entregar su virginidad y alma, el pálido había desaparecido.
Cuando el doncél terminó decidió entrar al castillo.
— ¿Por qué ocultaria su jerarquía?
El castaño se detuvo al oír al rey.
— No lo sé, Soobin — Esa era la voz del doncél Beomgyu — Quizás porque tratan a los hermafroditas como basura.— Soltó de forma irónica.
— Pero él vino a trabajar como los demás. No debería ocultarlo.
— En fin, ¿por qué te interesa su jerarquía? — Indagó el doncél.
— Bueno, él...
— ¿Él?
Yeonjun se mantuvo alejado para que no lo vean pero sin dejar de oír
— Es muy atractivo, su cuerpo es...es genial, nunca había visto a alguien que se vea tan bien y...sería incómodo sentir eso hacia un varón.
— Ambos son hombres, no tiene nada de malo.
— Sabes que los varones y donceles son diferentes, Gyu. Es muy delicado ese tema. Podría ir a la hoguera si se enteran que me gusta un varón.
Beomgyu bufó mientras asentía.
— Si, lo sé...
— Simplemente no creo que sea un varón, es decir...no lo sé...no es lo que todos creen.
— Me da mala espina — Admitió el doncél.
— ¿De qué hablas?
— No lo sé, sólo no siento que sea bueno en un futuro.
Soobin no dijo nada.
— Yo creo que es genial — Dijo segundos después.
Yeonjun sin más huyó de ahí.
Iban a saberlo, uno de dos. Cualquiera.
Debía tener cuidado con el doncél ahora.
Omnisciente/ tiempo atrás.
Cuando el doncél ingresó al instituto con Oán, éste se percató de las miradas sobre su amigo.
Yeonjun había cambiado durante el verano y todos eran conscientes.
— Iré a presentar algo, en un momento vengo — Afirmó el doncél y su amigo asintió.
Oán fijó su mirada en las caderas de su amigo que se movían al compás de su caminar.
— Ay dios, ¿ese es Yeonjun? — Oán sintió una presencia tras él — La naiba*. Oán, consigueme un momento con tu amigo y te hago la tarea del año.
[Maldita sea*]
Oán bufó ante las palabras de su amigo
— Yeonjun morirá antes de salir contigo, Antón. — El contrario bufó.
— Mierda, Yeonjun es todo lo que busco ahora. Es inteligente y sensual.
— El año pasado no sabías de su existencia.
— Lo hacia pero no le prestaba atención.
— ¿Ves? Olvídalo, él no estará contigo.
Yeonjun estaba consciente de su cambio, siquiera a los 17 años se veía así. Sin embargo lo ignoraba, era incómodo las miradas que caían sobre él.
Se sentía muy observado y le molestaba.
Incluso sintió la vista de su director en sus caderas y pecho. Aquello le dio algo de repulsión y al terminar salió rápidamente de ahí.
— ¿Estás bien? — Indagó Oán y Yeonjun asintió.
Debido a la crianza, no muchas mujeres u donceles ingresaban a los institutos normales, por lo tanto estaban lleno de varones.
Varones que creían tener poder hacia aquel pequeño doncél.
En toda su adolescencia hasta juventud, no había estado interesado en absolutamente nadie.
Recuerda con exactitud como mientras charlaba con Oán, un varón entró por la puerta principal.
El hombre era pálido, con una mirada seria, sus ojos eran pequeños, su cabello rubio y labios también algo pequeños.
El doncél no le prestó atención hasta que esté lo observó haciendo al doncél estremecerse.
Aquello le había parecido bastante extraño así que lo ignoró.
Finalmente entró a clases.
ola
Capítulo concluido el jueves 23 de septiembre del 2021 a las 01:34am
Lamento si no puedo actualizar, tengo tarea así que...
Nota: qsy no coman caca bue
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