19
Corrió hacia la habitación con desesperación, como si con cada paso todo se volviera una absurda fantasía.
Había sido su mayor imprudencia, con tantas ideas y mentiras que pudo decir decidió decirle la verdad y ahora estaba en problemas, el rey no lo dejaría pensar ni un segundo. Le quedó claro al oír sus fuertes pasos por los pasillos.
Sus pasos se desviaron, huyendo hacia la oscuridad.
— El palacio es grande, pero no eterno. — le recordó el monarca, aceleraba sus pasos para no perder al aprendiz.
— Le ruego que me deje solo. — murmuró con su voz quebrada.
— No voy a hacer eso, ahora tenemos que hablar.
— Déjeme solo. — pidió una vez más.
Sus pasos rápidos y su respiración irregular, el camino seguía oscuro y estrecho, cada vez más. Yeonjun sentía que iba a desmayarse.
— Yeonjun, detente. — ordenó el monarca pero el aprendiz no se detuvo — Yeonjun, hablo en serio.
— Deje de seguirme.
— Ya no sigas adelante, te lo ordeno.
— No le tengo miedo. — dijo volteando el rostro hacia el monarca, sin detenerse.
— ¡Yeonjun!
El aprendiz volteó nuevamente el rostro hacia el camino y de su garganta surgió un grito desgarrador al ver absolutamente nada en el suelo, más que oscuridad a miles de kilómetros de profundidad.
Soobin sostuvo la muñeca del aprendiz, atrayéndolo hacia él.
Ambos cayeron al suelo, sus pies al borde de ese vacío eterno
— ¿Q-qué-...qué es...? — el aprendiz temblaba en el pecho del monarca.
— Shh, calma. Subamos, nos hemos alejado mucho.
— No, no quiero...
— No te lo pregunté. O subes o te quedas.
El aprendiz se alejó de golpe del monarca, levantándose.
— Entonces me quedo.
— Ya quisieras.
— ¡Hey! ¿Qué hace?
— Te cargo, ahora cállate.
— No, no. ¡Está bien! Caminaré, bájeme.
Soobin hizo caso y bajó lentamente al aprendiz al suelo.
— Gracias. — agradeció el aprendiz sin voltear a ver al monarca. — ¿Qué lugar es este?
El aprendiz volteó el rostro hacia los lados, observando las paredes rocosas y húmedas.
— No creo que quieras saber. — soltó el monarca, sin despejar su vista del oscuro camino, el aprendiz iba frente a él.
— ¿Por qué no? — preguntó el curioso aprendiz, Soobin sonrió enternecido por el tono de voz.
— Porque eres vegetariano.
— ¿Y cual es el-...? — Yeonjun detuvo sus pasos al ver una habitación con varios instrumentos de tortura pesada.
Había bajado hasta las mazmorras, que al parecer era lo suficientemente profundo para parecer eterno, sobre todo con ese foso sin fondo.
— Mejor sigue caminando. — el monarca reposó su mano en el hombro del aprendiz pero este se soltó y volvió a caminar.
Soobin echó un suspiro.
— Aún recuerdo la conversación que tuvimos, dije que no te quería lejos de mi.
— Estoy frente a usted. — aclaró como si no fuera obvio, Yeonjun siquiera volteaba a verlo.
Ahora el camino de regreso parecía eterno.
— Sabes por qué quiero hablar contigo. — dijo el monarca, Yeonjun no dijo nada al respecto — Puedes confiar en mi y te conviene.
— Le mentí antes. — dijo el aprendiz con calma — Usted tenía razón, iba a ser capaz de mentir para salvar a Taehyun.
— ¿Entonces por qué huiste? — Yeonjun se detuvo de golpe y Soobin igual, riéndose de la situación.
— No huía, solo quería estar solo.
— Sí, claro, todos bajamos a las mazmorras para estar solos.
— Porque supongo que a todos los persiguen hasta las mazmorras. — atacó el aprendiz volviendo a caminar, sus pasos eran rápidos.
— Yeonjun, deja de mentir.
— No lo hago.
De pronto el aprendiz sintió como era estirado de su brazo hasta chocar contra el rey, quién se acercó a las rocosas paredes, acorralando a su aprendiz.
— Eres un doncél, lo he notado. — habló, Yeonjun no dijo nada — ¿Por qué me mientes? ¿Crees que te haré algo malo? Sabes que siento algo por ti.
— Creí que si era un varón usted se mantendría alejado. — confesó finalmente — Pero al parecer nada lo detiene.
Soobin sonrió ligeramente, aunque estaba molesto.
— ¿Querías alejarme? — Yeonjun asintió — Sigues esperando a Min, ¿verdad?
— Él no es tan malo como piensa-...
— Estoy harto.
El aprendiz sintió miedo ante la mirada del rey y tal sentimientos aumentó cuando Soobin tomó su muñeca y lo arrastró hacia una de las habitaciones de tortura.
— S-soobin...
— Entra, ahora. — Yeonjun hizo caso, sintiéndose sin ninguna otra opción. — Siéntate.
— ¿Qué hará? — murmuró haciendo caso a la órden del rey, quien cerró la gruesa puerta.
— Cuando salvé a Taehyun me prometiste algo, probablemente pensaste que te haría algun tipo de concubina. — Yeonjun alzó la mirada hacía el rey — Pero no, en eso vas a transformarte solo. Vas a decirme todo sobre Min Yoongi, te guste o no.
El aprendiz negó lentamente, sintiendo sus ojos picar. El monarca estaba siendo muy brusco.
— Yo solo me acosté con él. — confesó — No sé nada de su vida.
Soobin dudó y de pronto una idea cruzó por su mente.
— Comienza a quitarte la ropa.
— ¿Q-qué?
— Hazlo y deja de llorar.
Yeonjun mordió su labio inferior con miedo, el rey lo estaba asustando. Pero tenían algo pendiente, por lo que optó por hacer caso, retirando sus prendas inferiores.
El monarca observó con atención como su aprendiz bajaba sus pantalones, sus piernas brillaban ante la tenue luz de las velas.
— Alto. — dijo Soobin cuando el aprendiz estuvo por quitar su ropa interior. — Así está bien.
Soobin se acercó hasta Yeonjun, quien tenia la mirada en el suelo. El monarca observó su cuerpo casi desnudo, estaba impecable.
— Así que Min nunca te presentó ante su clan.
Yeonjun negó.
— Él pudo darte protección y en lugar de eso te abandonó.
— ¿Ya puedo vestirme? — Soobin asintió alejándose un poco para darle lugar al aprendiz.
— Min no es tan bueno como crees. — dijo finalmente, Yeonjun ya estaba vestido.
— El hecho de que sea un vampiro no lo hace malo.
Soobin negó frustrado.
— Sí lo hace, Yeonjun. ¿Cuánto tiempo conociste a Min? ¿Años?
— Unas semanas. — confesó.
— Yeonjun, Min tiene todo registro de siglos haciendo daño a las personas y tú aún lo amas.
— No, ya no lo amo. — soltó y Soobin calló — Él fue muy bueno conmigo...pero creo que ya no siento lo mismo.
— ¿Hay una razón por la que no quieres estar conmigo?
— Me da miedo. — confesó finalmente — Usted me atrae, no lo voy a negar, pero también me da miedo, me da miedo su entorno, me da miedo su sustituto y me aterra el futuro. Si no fuera por Taehyun y Kai no me sentiría cómodo aquí.
— ¿Yo te doy miedo? — Yeonjun asintió — ¿Por qué?
— ¡Acaba de obligarme a quitarme la ropa! — gritó el aprendiz.
— ¡Bueno, lo siento! No era para hacerte algo malo, de verdad.
— ¿Entonces?
— En cada clan es tradición marcar a tu pareja si es un humano, no solo te transforma en su especie, sino que tambien te hacen parte de su clan y eso se hace en un pacto de sangre. Dibujan el sello de su clan en tus costillas.
Yeonjun procesó cada palabra. Eso significaba que al ser marcado ya no estaba en peligro por los seres que buscaban a Min, entonces no pudo abandonarlo por eso.
— Bueno, pudo preguntarne, no asustarme para quitarme la ropa.
— Si hubieras sido un vampiro no me lo hubieras contado. — soltó el monarca y la piel del aprendiz se erizó. — Además, no iba a perder la oportunidad para verte casi desnudo de nuevo.
— Eres perverso. — soltó el aprendiz.
— Pude haberte dejado desnudo, pero te dejé en ropa interior.
— ¿Y debo estar agradecido?
— Claro. — Yeonjun bufó acercándose a la puerta.
— Me estoy muriendo de frío. — mintió — Como ya lo charlamos es mejor que subamos.
— Bien, dejemos la charla pendiente en la noche.
•bd•
"Debo pedirte un favor" Fue un segundo de pausa pero estaba siendo eterno para Beomgyu.
El sustituto se encontraba tan tranquilo como el amanuense, como si en unos momentos no estuviera a punto de subir a la corte y ver al único hombre que lo ha respetado sin importar qué; ser decapitado.
Y peor aún, se había rendido. Su mente no lo dejaba dormir, algo se le tenía que ocurrir pero su mente estaba tan vacia como llena.
— Tengo una idea. — soltó finalmente el amanuense — Pero quiero que me jures que si no funciona y al otro día no estoy aquí vas a dejar de atacar a Yeonjun.
— ¿Aún a nada de tu juicio me pides eso? — Taehyun suspiró pesadamente — Está bien.
— Quiero que me hagas tu siervo, Gyu.
Beomgyu arrugó las cejas totalmente confundido.
— ¿Qué? Taehyun, no puedes ser mi esclavo.
— Sí, sí puedo. Eres un doncél y yo igual. — por alguna razón llamarse doncél le dió una sensación extraña en el pecho, era desagradable — Pero tú eres un doncél que proviene de la realeza y eres sustituto del rey, estás en todo tu derecho de tener un siervo privado.
— Taehyun, ser un siervo es peor que estar muerto. Has visto como trataron a los esclavos de Soobin.
— Lo sé, pero déjame ser tu siervo íntimo. Serás el único que podrá ponerme una mano encima.
El sustituto observó al amanuense a los ojos. En su calma había miedo, piedad, tristeza.
— Creo que será lo mejor entonces.
De pronto sintió como la cabeza del amanuense se apoyaba en el pecho del sustituto, como único refugio. Beomgyu lo abrazó, ya que este no podía por sus manos encadenadas.
— Detesto verte así. — lloriqueó el doncél — No mereces nada de esto, Taehyun. Encadenado como un criminal. Juro que si pudiera hacer más yo-...
— Tranquilo, ya. Estás haciendo lo que puedes y lo valoro mucho. — soltó alejándose del doncél para ver su rostro.
No podía limpiarle las lagrimas así que optó por dejar besos cortos bajo sus ojos.
— Estoy seguro de que va a funcionar esto, confía en mi.
— ¿Puedo preguntarte algo? — Taehyun asintió — Me costaría demasiado dejar de amarte, ¿tú alguna vez lo hiciste?
— Yo aún te amo, Beomgyu y lo sabes.
— Cuando salió a la luz que eras un doncél creí que era por eso que defendías tanto a Yeonjun. Creí que te gustaba. — murmuró algo avergonzado y Taehyun negó.
— Él es mi amigo y lo quiero mucho pero te amo a ti, a pesar de todo. — confesó — También me será dificil dejar de amarte, hubiera preferido ser un varón real.
— Los varones son unos idiotas, ahora tiene sentido por qué eras el único que me trataba bien.
— No sé si haya sido eso, pero me gustas. Me gustaste desde el primer día que llegaste aquí, pensé que siendo varón iba a ser la única forma en la que me hubieras hecho caso y además todo fue más fácil.
— Mm, sí, todo es más fácil si eres varón. ¿Crees que si Soobin fuese doncél lo hubiesen dejado subir al trono sin haberse casado? De ninguna manera.
— Bueno, querían que ustedes dos se casen. — el sustituto carraspeó evitando el contacto visual — Ustedes sí tuvieron algo.
— Sí, pero no funcionó. — confesó.
— Aún así me dolió. — murmuró el amanuense.
Aún lo recuerda con claridad, hace unos 5 años atrás. Soobin a punto de ceder al trono junto con quien sería su acompañante, Beomgyu. El joven escriba había quedado completamente flechado por el doncél Beomgyu.
— Bueno, quizás un día huyamos nosotros y nos casemos por nuestra cuenta. — el sustituto sonrío hacia el escriba, quien se sonrojó de inmediato por lo dicho — ¿Qué? ¿no te gusta la idea?
— De hecho, la amo. — confesó viéndolo fijamente. — Ojalá pudiera quedarme aquí contigo para siempre.
— Pienso igual. — murmuró el doncél. — Pero tenemos tiempo así que déjame besarte antes de que me arrepienta de no haberlo hecho.
— Adelante. — soltó el amanuense, sonriente y temblando de miedo.
Beomgyu tomó en sus manos el rostro de su enamorado y se acercó para dejar un beso dulce en sus labios, Taehyun siguió sus labios, creando una armonía perfecta, lenta. El amanuense sintió como si todas sus preocupaciones dejaran su cuerpo y al momento estaba perdido en Beomgyu y sus labios, su mano en su mejilla, la otra en su cabello y en su embriagante aroma.
Cuando se separaron no abrieron los ojos, solo pegaron sus frente tratando de regular su respiración.
— No hay mejor última cena que esta. — bromeó el amanuense y Beomgyu negó riendo un poco.
Por si no se dieron cuenta eso último fue lo q pasó antes del juicio de Tae
Este cap iba a ser más largo pero no quise equipo
Bueno, ahora si se va a prender más el Soojun
Avisen errores porfa se los ruego
Cap concluido el miércoles 24 de mayo del 2023 a las 03:05 m estoy muriendo de mocos
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro