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16


Después de lo sucedido, Taehyun se quedó en cama descansando. El embrujo causó dolores diferentes más tarde, nada grave, solo simples dolores de cabeza y abdomen.

Yeonjun estaba más que preocupado, no dejaba de caminar por toda la habitación de un lado a otro, estaba seguro que ya había memorizado cada rincón.

Soobin suspiró pesadamente y se levantó de la cama.

— ¿Qué pasa, Yeonjun? — Preguntó como si ya no tuviera un presentimiento.

— Soobin... tengo miedo.

El aprendiz acarició sus manos con nervios, el monarca lo notó y se acercó para cubrir las manos entrelazadas del joven con las suyas.

— Él está bien.

— ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que se sienta mejor? ¿Qué va a pasar después? Lo van a ejecutar, Soobin.

El monarca pudo notar la preocupación con solo su voz.

— No lo permitas.

— Aunque sea el Rey, mi deber es cumplir con las peticiones de mi reino, el destino de Taehyun no está solo en mis manos.

Cuando el aprendiz comenzó a sollozar, el monarca soltó sus manos y rodeó su cuerpo entero con sus brazos, dejando que el chico llore en su pecho.

— No te ves en estado para trabajar, quédate en la cama hoy.

El aprendiz jadeó de sorpresa cuando fue levantado por el rey como si de recién casados tratase y recostado en el suave edredón, Yeonjun rodeó el cuello del monarca con sus brazos para no caerse.

— Descansa por hoy. — Dijo Soobin cuando separó su cuerpo del ajeno.

— ¿No te vas a acostar conmigo?

El monarca tuvo la intención de sonreír levemente y lo hizo, soltando una pequeña risa.

— Sí, solo aguarda aquí.

Yeonjun asintió cubriéndose con las mantas.

Soobin tenía un asunto muy importante y probablemente violento que atender.

Caminó fuera de la habitación, hacía la del doncél sustituto real. Desde el exterior pudo oír los gritos.

Abrió la puerta sin avisar, encontrándose con algo que no le sorprendió en absoluto.

El general bastante golpeado, sosteniendo a un doncél furioso y también lastimado.

— General, ya puede irse.

El hombre soltó bruscamente al doncél y salió de la habitación lo más rápido que pudo. En eso el sustituto planeó seguirlo para ir a ver el estado del amanuense, pero de un empujón el monarca lo hizo caer en la cama.

— ¡Soobin déjame! — Gritó cuando trató de huir nuevamente y el monarca sostuvo sus manos.

— ¡Cálmate! Deja de actuar como un descerebrado o juro que te ejecuto justo ahora.

Beomgyu, con la vista casi nula por las lágrimas, el rostro golpeado, moretones en el cuerpo y la voz casi rota, se quedó en su lugar.

— Taehyun está bien, está en su habitación descansando.

— ¿Y tú crees que eso va a tranquilizarme? — Preguntó con agresividad — ¿Después? Lo llevarán a la corte, nadie va a defenderlo y lo ejecutarán frente a todo el pueblo. ¿Cómo quieres que esté?

— Eso no pasará. — Afirmó como si estuviera seguro.

— Soobin, conozco más que tú a este asqueroso pueblo y su gente, conozco a tus estúpidos varones del congreso.

— ¿Y entonces qué planeas Beomgyu?, ¿que cubra un delito?

— Uno más no te hará daño. — Dijo con arrogancia.

— Este es público, no seas ignorante.

— ¡No me importa! Eres un egoísta, Yeonjun está involucrado íntimamente con bestias como Min Yoongi y no hay ninguna investigación real, solo dices hacerlo para abusar de él, eres un asqueroso. — Escupió con desagrado — Me importa una mierda tu puta reputación, quiero a Taehyun vivo porque de lo contrario yo mismo me encargaré de acabar con tu estúpido aprendiz, porque si él estaría en el lugar de Taehyun en primer lugar nada de esto sería público. Lo defiendes porque te tiene loco.

— ¿Quién crees que eres para amenazarme, Beomgyu? — Indagó acercándose al doncél — En parte no te equivocas, Yeonjun me tiene más loco de lo crees, lo suficiente para ganarme todo tu odio y su miedo, si supiera me temería peor que el mejor corsario de la década. Pero no tiene por qué saberlo, nadie tiene qué. Con amenazas no llegarás a nada, Beomgyu, lo sabes bien, porque ambos sabemos que si de secretos hablamos; Yeonjun no sería el único aquí.

— En ese caso tampoco me importaría, el camino más cercano a mi es irme de este estúpido reino, y es lo único que me permitiría hacerlo. Además, ¿crees que el pueblo sólo quiera echar a Taehyun después de saber la verdad del aprendiz real?

— ¿Qué verdad? — Preguntó sarcástico — ¿Crees que no tengo algo preparado por si descubren su vínculo con Min?

Y el hecho de tener una excusa para ello enojó más al doncel. De verdad Soobin sería capaz de arriesgar el reino.

— ¿Pero de qué hablas? No me refiero a eso.

— ¿Entonces? — Preguntó el monarca con intriga.

— ¿Recuerdas la vez que te dije que sabía algo de tu aprendiz que puede ayudarte? — El sustituto prosiguió cuando el monarca asintió — Tu querido aprendiz no solo mintió sobre su origen y vínculos con Min, sino también sobre su sexo.

El rey arqueó una ceja hacia el doncél.

— Yeonjun es un doncél. — El rey suspiró harto — Tengo pruebas y testigos.

— Beomgyu... si eso fuera así se hubiera retorcido de dolor en el salón real.

— ¿Por qué crees que Taehyun lo empujó lejos, Soobin? Taehyun estaba del otro lado del salón y solo se acercó a correr a Yeonjun. Además que oí una íntima charla de Huening y Taehyun, ellos también tuvieron sus sospechas. Vi a Yeonjun mucha veces en el baño de donceles y doncellas, nunca supe para qué pero Huening afirmó verlo tomar toallas.

— Gyu...

— Él está en su ciclo de doncél, está por terminar supongo.

— ¿Y eso significa?

— Significa que está ovulando, que sus hormonas están débilmente alborotadas. Por eso se volvió loco en la cena con los reyes de Cosmina y te besó, por eso cada que lo besas corre al baño. Yeonjun es un doncél y si vas a desterrar a Taehyun también a Yeonjun.

— ¿Y yo cómo puedo garantizar que lo que me estás diciendo es cierto? ¿Lo planteas por simples sospechas?

— Eso te lo dejo a ti, no me importa pero si vas a desterrar a Taehyun por engañar al reino también hazlo con Yeonjun.

— Y si esto es mentira...-

— Si es mentira puedes hacer lo que te venga en gana. — Interrumpió el doncel.

El doncél ya no pensó en decir nada en contra del Rey, solo lo observó marcharse.

Soobin salió de esa habitación y caminó hacia ahora la suya y así acompañar al aprendiz.

Estaba en juego muchas vidas ahora, no tendría tiempo para comprobar lo que Beomgyu afirmaba. 

No iba a dudar que lo quería, el hecho de que Yeonjun realmente fuera doncél lo tranquilizaba, ya que no habría excusa ahora.

Cuando entró a su habitación lo vio acostado en su cama; como tanto amaba, viendo la ventana con casi todo su cuerpo bajo las frazadas. Pareciera que tenía cosas en mente o simplemente se perdió ante la vista del precioso cielo nublado.

— Yeonjun.— Llamó el monarca a su aprendiz.

El tono de voz alarmó al joven y volteó hacia su rey.

— ¿Si?

El monarca se acercó a la cama, quedando de pie justo al borde de esta y le indicó al aprendiz que se acercase, este lo hizo. Soobin tomó entre sus manos el rostro de su aprendiz y se acercó a este.

— ¿Sabes que estás en deuda conmigo, cierto? — Preguntó y Yeonjun asintió lentamente.

— Lo sé. — Soltó, con un tono que el rey percibió como triste.

— No quiero obligarte a nada, Yeonjun. — Confesó — No voy a negarte lo mucho que te deseo, más de lo crees. Pero no quiero eso de ti, no así, no ahora.

— ¿Entonces qué-...?

— Solo quiero que te quedes conmigo. — Dijo.

Y era cierto, claro que tenía otra cosa en mente mucho más importante que sus deseos carnales pero no era algo que pediría aún.

— Me lo había dicho antes.

— Entiendo que no quieras estar conmigo por varias razones. — Soobin observó las pestañas del aprendiz caer un poco, estaba evitando el contacto visual — Pero si me permitieras-...

— Su majestad. — Interrumpió el aprendiz alejándose de repente — Y-yo lo entiendo pero también espero que usted me entienda, es extraño para mi.

Soobin pudo darse cuenta que cada vez que Yeonjun se sentía incómodo con él no usaba su nombre, ni lo tuteaba.

— También lo es para mi, estaba confundido. — Soobin volvió a acercarse — Pero ya no, sé perfectamente que te quiero, Yeonjun.

El aprendiz trató de retroceder un poco más pero sus brazos se habían adormecido por la posición anterior, haciendo que termine acostado en la cama, boca arriba y con los codos sobre la cama siendo estos su único soporte para mantenerse un poco elevado.

Soobin aprovechó eso y se colocó entre las piernas de su aprendiz, este se alarmó un poco pero el monarca no se acercó más ni hizo un movimiento brusco.

— ¿Q-qué hace? — Preguntó el aprendiz con los nervios helando su sangre.

— Solo respóndeme algo. — Soltó el rey inclinando más su cuerpo hacia el aprendiz — ¿Volverías a besarme? Sé que solo tratabas de sobornarme con eso, de todos modos quiero saber.

— No quiero responder. — Admitió el aprendiz.

— No te pregunté si querías responder. — Dijo el rey casi susurrando, muy cerca del rostro del aprendiz, específicamente en su mandíbula, admirando sus labios y cuello.

— No sé si volvería a hacerlo, no estaba pensando bien, lamento eso.

— ¿Por qué lo lamentas, Yeonjun? Dímelo.

— No sé.

— Sí lo sabes, sabes lo mucho que te deseo, y lo usas a tu favor. Admítelo.

— No es cierto.

Bueno, si Yeonjun supiera al cien por ciento es muy probable que usaría ese privilegio.

El monarca observó los ojos de Yeonjun, que no estaban viéndolo en ese momento.

— Entonces, ¿por qué no lo averiguamos?

Yeonjun no entendió bien de qué habló, así que volteó el rostro quedando cara a cara.

— ¿Averiguar qué?

— Si volverías a besarme.

Si fuera por el rey, siquiera preguntaría, pero no quería asustarlo ni nada por el estilo, estaba esperando que Yeonjun buscase contacto, estaba esperando ver el deseo en sus ojos.

Yeonjun no respondió.

— ¿Me lo permites?

— Es el rey después de todo y tengo una deuda con usted, no sé si debería siquiera preguntar.

— No me importa ser el rey ni la estúpida deuda.

El aprendiz sintió muy repentinamente el aliento cálido del monarca en su cuello y su diestra sujetando su cintura.

— Quiero que me lo digas tú.

Yeonjun entreabrió sus labios observados con deseo por el rey para responder pero otra voz lo interrumpió.

— ¡Ay Jesucristo!

Ambos voltearon hacia la puerta.

Era Kamal.

Yeonjun empujó al rey como pudo y se alejó de la cama, quedando de pie junto a ella.

— ¡Huening! — Le gritó el rey con molestia.

— ¡La puerta estaba abierta, su majestad!

Yeonjun se acercó a pasos rápidos a Kamal.

— No, no, está bien. — Le dijo Yeonjun — ¿Pasa algo, Huening?

— Pues es que Taehyun despertó y quiere verte. — Le dijo el administrador y el aprendiz asintió antes de irse rápidamente de la habitación, no sin antes darle una rápida mirada al rey.

Soobin rascó su nuca caminando por la habitación y quedándose a solas con Kamal.

— Kai....

— Lo sé, no se preocupe, sé lo que significaría todo esto. Mis labios están sellados.

— Yo...necesito que me ayudes con algo.

•bd•

Taehyun había finalmente despertado, encontrándose con Beomgyu al despertar.

— Tae... — Murmuró el doncél tomando la mano derecha del amanuense entre la suyas — ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?

El amanuense lo observó unos segundos y luego frunció el ceño moviéndose en la cama para levantarse, aturdido por las horas de sueño.

— ¿Qué haces? ¿Te quieres levantar? — Preguntó el doncél alarmado por cada movimiento del amanuense.

— Quiero ir con Yeonjun.

Beomgyu suspiró levemente y con una mano en el pecho del joven, lo detuvo para que no se levante.

— Acabas de despertar, Taehyun. Yeonjun está bien, está con Soobin.

— Quiero llamarlo.

El amanuense no hacía siquiera contacto visual con el doncél, solo observaba a Kamal que en ese momento se encontraba frente a la cama.

— Kai, ¿Puedes ir a buscar a Yeonjun? — Preguntó el doncél y el administrador asintió dejando la habitación. — Taehyun... ¿Estás bien? — El amanuense solo asintió — Mírame entonces.

— No me siento seguro en la misma habitación con usted.

— ¿Qué? ¿Por qué? — El doncél quiso acercarse un poco más para acariciarlo pero el amanuense se alejó muy de repente.

— ¿Por qué odia tanto a Yeonjun? — Preguntó de repente.

Aunque para Taehyun era el motivo de su enojo.

— Taehyun-...

— Ya no evite esa pregunta y responda, lo odia, no diga que es solo desconfianza. — Interrumpió con agresividad.

— Lo odio porque se ha ganado lo que yo nunca pude a través de mentiras y en solo unos meses —Confesó

— Supongo que lo suficiente para ponerlo en riesgo, ponerse en riesgo a usted y haber planificado con el general.

El doncél agachó la mirada avergonzado, Taehyun ya se había enterado de la situación.

— Estoy arrepentido. — Otra confesión.

— Su arrepentimiento nada va a cambiar, lo sabe bien.

Y tenía razón, si nada de lo que Beomgyu promete u diga se toma en serio para el pueblo mucho menos un simple arrepentimiento.

— Yeonjun no tiene nada en contra suya, no es ningún rival, nada le ha quitado.

— Te alejó de mi. — Casi murmuró.

— Eso lo hizo usted.

Los pasos que el amanuense escuchó hace unos segundos se escucharon más cerca de ellos, para cuando levantó la mirada a la puerta Yeonjun ya estaba ahí.

— Tae...— Sonrió levemente y se acercó a su amigo, sin haber notado al doncél.

El amanuense recibió con gusto el abrazo de su amigo y el doncél observó a Yeonjun acurrucado en el pecho del amanuense.

Con una leve puntada en su pecho, el doncél dió la vuelta para retirarse, chocando con Kai al hacerlo, este solo observó sus llorosos ojos.

— Lo siento, me retiro.

Y se fue, evitando el contacto visual.

— También me retiro, los dejo solos. — Ahora dijo Kamal

Yeonjun alejó el rostro un poco del pecho del amanuense, levantándose levemente para verlo a los ojos.

— ¿Cómo te encuentras? — Preguntó el aprendiz.

— Vivo, por ahora. — Murmuró, casi con gracia — Mañana anunciarán mi sentencia, aunque es bastante obvio ¿no?

— No, Taehyun, no digas eso ni de broma. — El amanuense ahora no respondió nada — Yo te prometo que haré lo que sea para que eso no suceda y el doncél Beomgyu igual.

— Beomgyu nada podrá hacer.

— Yo creo que sí. — Dijo con seguridad — Se llevó un gran susto cuando te vió en el salón, amenazó a todo el reino y sé que habla en serio.

"Tan inocente, Yeonjun" — Pensó el amanuense, con algo de lástima pero no dijo nada al respecto.

— No debiste hacer esto por mi. — Le dijo el aprendiz — El hechizo no tuvo efecto en mi.

El amanuense rió ligeramente.

— ¿Crees que no lo sabría? — Preguntó y carraspeó cuando creyó que su tono fue algo agresivo — Si no tuvo efecto en ti fue porque no lo permití. — El aprendiz frunció el ceño con confusión — Su hechizo fue como una especie de red, una red que solo cubría a las personas en el salón, por eso te empujé fuera de ella.

— ¿Y cómo sabias dónde acababa la red?

— Porque lo vi caminando por todo el salón con el incienso. — Cuando el amanuense observó nuevamente la mueca de confusión; soltó un ligero suspiro — Simplemente lo sé.

— De todos modos, arriesgaste tu trabajo, posición, alianza y salud con todo esto, Taehyun. 

— Lo sé, fue una reacción rápida, no pensé que el hechizo también me alcanzaría.

Yeonjun dejó ir de sus belfos un triste suspiro, sintiéndose culpable.

— La situación hubiera sido más irrelevante si el dañado sería yo. — Confesó — Tú eres casi parte de la familia real, por años y eres el amanuense real. Yo soy un simple aprendiz.

— El aprendiz que enloqueció al rey. — Comentó con gracia el amanuense.

— Y solo por eso soy el aprendiz. — Casi susurró Yeonjun con el mismo tono triste — Y también por eso mismo yo debería estar en tu lugar.

— No digas eso.— Soltó Taehyun con un tono molesto — Ya no hay nada que se pueda hacer y no me arrepiento de nada.

— Entiendo. — Murmuró — Entonces...eres un doncél. — Taehyun asintió lentamente, incómodo por ello.

— Supongo...

— ¿Supongo? — Indagó el aprendiz esperando una respuesta.

— No lo sé, creo que... me siento confundido.

Yeonjun solo asintió mientras acariciaba las manos del amanuense.

— Creo que solo es por haber fingido tantos años, nada más. — Comentó Taehyun.

— Si tú lo dices... — Murmuró el aprendiz — ¿Tienes hambre? 

— Un poco.

— ¿Quieres que te traiga algo?

— No, gracias, quiero levantarme.

 — Bien, te ayudo. 

• bd •

Mientras el doncél deambulaba por el castillo con el fin de seguir su rutina de trabajo, pudo distinguir algunas voces, se oían desde la habitación del supuesto congreso real. Detuvo sus pasos, con toda la intención de escuchar.

— Señor, no puede dejar pasar algo así, lo sabe. —  Escuchó la voz de uno de los jurados — El pueblo ya ha desconfiado lo suficiente.

— Como defensor judicial del escriba real debemos reiterar algunos hechos.  — Escuchó la voz de Kamal — El reinado de nuestro antiguo Rey acabó, y esta era prometió un reinado de consideración y sensibilidad. 

— Eso causó que nos proclamaran un reino frágil. —  Acusó el general.

—  Y ustedes deberían saber que eso no es cierto. —  Respondió ahora el monarca —  Si se creen frágiles  por ir a lo justo deberían marcharse, desde mi liderazgo ni una amenaza ha llegado.

— Continúo. —  Interrumpió Kamal — El amanuense no tiene la culpa, actuó para sobrevivir.

—  Cállate Huening. —  Atacó el general —  ¿No notas la situación? El pueblo ya lo sabe, y no dudarán en desear la muerte del plebeyo y en otro caso la del rey y nadie ante eso puede impedirlo.

—  Entonces en primer lugar asesinaré yo mismo a quien expandió la noticia. — Soltó el rey con molestia — Por mientras, el amanuense se queda con vida.

El doncél dió pasos rápidos lejos para evitar ser visto.

— Eres terrible escondiéndote.

Al oír aquella reconocible voz; el doncél volteó bruscamente.

— Y tú eres terrible con los tratos. — Murmuró furioso — ¿Por qué te empeñas en querer acabar con Taehyun? No ganarás nada con eso.

El general bufó con fastidio.

— Porque independiente de lo acordado, violó la ley.

— Me importa un bledo, todo el congreso e incluso el rey lo hace por ambición pero el amanuense mintió por él y su madre, es injusto.

— Para un plebeyo como él no es injusto.

— Voy a recordarte que si ese plebeyo es aniquilado no vas a obtener lo que quieres.

— Tú tampoco.

— Yo sí, por supuesto que sí, pero sin tí. — Soltó con un tono amenazante.

— Su ejecución será un hecho. — Dijo el general refiriéndose al amanuense, el doncél lo interpretó como una amenaza.

— Y con la suya la del todo el reino mediante una guerra.

— ¿Crees que puedes iniciar una guerra? — Indagó con gracia.

— ¿Crees que no? — El doncél se acercó peligrosamente — ¿Qué tan furiosos crees que estén los demás reinos después de enterarse de nuestro querido corsario y sus atracos en los pueblos cercanos? ¿Perdonarán ello? — Preguntó sin ver al general a los ojos, solo arreglando su saco lentamente como si estuvieran teniendo una conversación agradable y formal.

— Si te atreves-

— ¿Qué harán? — Interrumpió ahora levantando la mirada hacia el hombre, en su rostro una sonrisa traviesa — Para ese entonces ya no estaré aquí. — Y lo soltó de repente — Por tu bien, mantén tu boca cerrada. — Dijo entre dientes.

El general no dijo nada, solamente lo observó irse.

•bd•

Yeonjun había pasado toda la tarde con Taehyun, al parecer el rey había estado más ocupado que de costumbre. Escuchó a algunas personas quejarse, llamándolo inútil por no hacer nada en el castillo pero el rey siempre estaba vigilándolo y no le permitía mover un dedo, era tedioso.

Se había dormido en la cama del rey completamente solo, hasta que el hombre subió a acostarse junto a su aprendiz, cayendo en un profundo sueño.

Yeonjun sintió sus párpados tiritar, en medio sueño, estaba por despertar y cuando lo hizo fue a causa de un dolor punzante en su abdomen. Se contrajo en la cama y gimió levemente.

Abrió los ojos con miedo y observó con pánico toda la habitación. No había nada, ni nadie, más que él y el rey.

Sentado en la cama y bastante confundido, volteó y bajó la mirada hacia el rey, quien dormía profundamente. Yeonjun inconscientemente le sonrió por la imagen, dormía con los labios abiertos. Arrastró algunos mechones de su pelo tras su oreja y le acarició el rostro, era suave.

El dolor punzante llegó y se contrajo nuevamente, inclinándose hacia el rey mientras trataba de no quejarse tanto del dolor.

No entendía qué estaba sucediendo, pero dentro de unos segundos sintió miedo. Su estómago se revolvía de hambre, su boca de sed y más encima frente a él, una presa a su merced. Mientras el rey descansaba, su cuello inclinado estaba y a vista del vástago hambriento que de dolor sollozaba.

El aprendiz siquiera notó que de su piel brotaba gotas de frío sudor por tanta resistencia. Bien fácil podía levantarse y alejarse para no cometer la atrocidad que su cuerpo exigía, pero solo era un joven novato luchando con su hambre.

Jadeó y gimió hasta que se encontró a nada de la piel expuesta, probablemente babeando de deseo. Unos espasmos sacudieron su cuerpo y con el dolor en su cuerpo se alejó repentinamente con la fuerza de sus brazos y su voluntad.

Se echó al suelo, su pecho bajaba y subía como si hubiera corrido kilómetros y su boca se mantenía abierta.

Por el rabillo del ojo pudo notar el ventanal anteriormente roto, estaba abierto y sin siquiera pensar bien las cosas huyó del castillo.

A esa misma hora; las tres de la mañana, un joven amanuense no podía conciliar el sueño, no lo había demostrado en toda la tarde pero estaba aterrado completamente, no estaba seguro de qué pasaría en la mañana.

Con esa preocupación carcomiendo sus entrañas, bajó al comedor y deambuló por los pasillos hasta salir al exterior. Mientras el frío de la oscura noche erizaba su piel pudo oír algo cerca de él.

Trató de descifrar de qué se trataba pero su atención se distrajo cuando Beomgyu a pasos muy rápidos entró al castillo, sin percatarse de que el amanuense estaba a su izquierda y a unos metros.

El corazón del amanuense se aceleró cuando entre el sonido cercano puedo interpretarlos como el sonido de huesos siendo triturados, piel desgarrada, igual que cuando acompañaba al rey a su temporada de caza.

Silenciosamente se acercó, ocultándose con el muro, el sonido era más claro con cada paso y cuando llegó al final del mural asomó la mirada fuera de esta.

Estaba pensando que se trataría de algún lobo pero para su suerte no.

— Yeonjun, me asustaste, imbécil. — Susurró entre risas — ¿Qué haces aquí?

— ¿T-tae?

El aprendiz volteó hacia el amanuense de repente, quien se estaba acercándo pero al ver a su amigo se detuvo, alejándose lentamente.

— ¿Q-qué es-...?

El miedo volvió a revolver el corazón del amanuense cuando en el suelo notó el cuerpo de un guardia, casi destrozado y Yeonjun con el cuello y labios completamente manchados de sangre.

avisen errores porfa me revienta la cabeza no pienso releer esto

Cap concluido el martes 11 de octubre del 2022 a las 00:04am

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