12
El reloj sobre uno de los muebles de la habitación del vampiro marcaban las nueve de la noche.
Encendió unas velas más para alumbrar la habitación, ya se había acostumbrado fácilmente al olor tan agradable de las velas, que si bien no eran aromáticas eran más agradable al olfato que las velas en la posada hechas de grasa vacuna que emanaban un olor pésimo. Las velas más caras eran usadas para el ambiente con los clientes del lugar que iban a comer, para los inquilinos no.
Se colocó una gargantilla más simple que encontró entre los cajones de la habitación, solo que esta no cubría toda su herida, por lo que se ayudó de una camisa usando el cuello largo de este.
Abrió la puerta de su habitación, lentamente para no llamar la atención y bajó hacia uno de los pisos principales.
Los nobles y plebes del castillo descansaban, a excepción de algunos caballeros que hacían de guardia a los alrededores.
Esperaba a que todos los del castillo duerman para poder comer porque para él no había nada más asqueroso que el olor de la carne, y esa noche habían cenado cerdo...mucho peor, Yeonjun odiaba el olor del cerdo y no quería imaginarse el sabor.
Todos en ese castillo eran unos carnívoros, no había nada más que carne y todo contenía carne. Carne vacuna, de cerdo, de cisne, bacalao, ostras, hasta pavo reales y ¡todo lo que sea carne!
Yeonjun solo se quedó como estatua en la mesa, sin apetito alguno.
Cuando bajó a la cocina se acercó a los estantes y demás para sacar los ingredientes.
Tenía antojo de pastas rellenas hace tiempo, quería comprar algunas cosas en el mercado como harina y vegetales pero el rey no lo dejó salir en todo el día, con suerte fue al baño. Pero al menos le permitió usar los alimentos de la cocina-
Y mientras seleccionaba poco a poco todos los ingredientes, una voz resonó en el lugar.
— ¿Aprendiz?
Y Yeonjun pegó un salto en el lugar de la sorpresa y a su vez volteando rápidamente.
— ¡Lo siento! Aprendiz Yeonjun...no era mi intención asustarlo. — Comentó la doncella sobresaltada también por la situación.
— No, no, está bien. — Soltó el castaño tratando de calmar a la chica.
— Es que salí por agua y me pareció curioso oír a alguien por aquí cerca.
— Sí, te entiendo, yo hubiera hecho lo mismo. — Admitió el chico con una sonrisa.
La pelirroja sonrió buscando alguna excusa para permanecer más tiempo con el aprendiz.
— Y...¿Puedo saber qué hace en la cocina?
— Bueno... iba a hacerme algo de comer. — Dijo el castaño apoyándose por la mesada tras de sí.
— Oh, no, no. — Soltó la doncella y se acercó rápidamente al aprendiz — Usted no tiene por qué hacerlo, ¿para qué estamos nosotras? Déjemelo a mi.
Yeonjun la detuvo de inmediato negando suavemente y la pelirroja se congeló en el lugar cuando el aprendiz tomó su cintura al detenerla.
— No, yo puedo hacerlo. — Le dijo el aprendiz alejando sus manos rápidamente al creer que le incomodaría — No es necesario que haga nada por mi, puedo permitirme una cena, es mejor que vaya a descansar.
La chica asintió lentamente.
— ¿Seguro?
— Ya dije que sí.
— Está bien.
La pelirroja volteó lentamente dispuesta a obedecer al aprendiz pero un ruido detuvo sus pasos.
— ¿Eso fue..? — Yeonjun levantó la mirada hacia la chica quien se había vuelto a voltear hacia la dirección del aprendiz — ¿Su estómago?
— No.. ¡Bueno, sí! Es que...—Tartamudeó la chica apenada por la situación — La verdad no nos permiten cenar lo mismo que los plebeyos y la comida para nosotros no estaba del todo buena, no tuve apetito.
Yeonjun frunció los labios pensando.
— Pues, no tengo problema en hacer más. — Comentó el vampiro — Podría hacer para ti también.
— ¿Seguro que le parece bien?
— Por supuesto, no tengo inconvenientes.
— Pues si no le molesta. — La pelirroja se acercó hasta sentarse en una silla cerca de la mesada — ¿Quiere que lo ayude?
— No, no, yo lo haré, tú siéntate ahí. — La doncella asintió quedándose en el lugar.
— Y... ¿Qué es lo que va a cocinar?
— A mi no me gusta la carne. — Admitió el vampiro — Entonces no suelo agregarla a mis comidas.
— Oh...— Soltó al doncella — ¿Come verduras? pero es muy malo comer frutas y verduras crudas, señor.
— Pero no las como crudas. — Confesó y la chica abrió los ojos con sorpresa — No te preocupes, puedo asegurarte que este plato va a estar mejor que cualquiera con carne que hayas comido.
El aprendiz limpió la mesa y reunió todos los ingredientes.
— ¿Va azar verduras?
— No, haré una pasta que de relleno tenga verduras.
— Ohhh, he hecho eso pero con carne.
— ¿Y te gustó?
— No probé en realidad, no me lo permitieron porque era para el banquete.
— Ya veo, pues estoy seguro que mi pasta va a gustarte, tú solo quédate ahí.
La chica asintió, al fin contenta de tener un momento a solas con el aprendiz.
"Quizás aquí empiece todo" — Pensó con una sonrisa ilusionada.
— ¿Y esa sonrisa? — Preguntó el vampiro con burla — Suelo verla con otra expresión en el día.
— ¿Suele verme? — Contestó la doncella e inconscientemente sus mejillas se sonrojaron.
— Um, sí. — Confesó el vampiro — Usted siempre se encuentra en la cocina o salón real y cuando paso por los pasillos usted está.
— Entiendo. — Habló la mujer.
Cuando la masa de los fideos y el relleno en su interior ya estaban, Yeonjun los echó en la olla de agua hirviendo.
La mujer juntó sus rodillas y entre ellas sus manos para evitar el frío.
Yeonjun lo notó de inmediato.
— Siéntate junto a mi, para no pasar frío. — Soltó y la fémina, enternecida por ello se acercó al asiento más cercano del aprendiz para sentarse en él, observando el fuego.
— Aprendiz...-
— Llámame Yeonjun. — Interrumpió el chico y la pelirroja volteó hacia él repentinamente, con un brillo de sorpresa en sus ojos.
— Uhm, claro...Yeonjun. — Murmuró la doncella acariciando sus manos con vehemencia para entrar en calor mientras el aprendiz retiraba las pastas que salían a flote— ¿Quién le enseñó a cocinar?
— Mi madre. — Respondió volviéndose a sentar y la mujer asintió.
— Mi madre nunca pudo enseñarle a mis hermanos.
— ¿Por qué razón? — Preguntó el curioso vampiro. agachándose un poco hacia la joven.
La joven observó las manos del aprendiz juntarse y colocar sus codos sobre sus rodillas, luego levantó la mirada y el oxígeno casi la abandona cuando se encontró a centímetros del vampiro,.
— M-mi padre...— La joven se alejó repentinamente secando sus manos sudadas de nervios con su delantal — A mi padre no le agradaba la idea. — Terminó la frase acomodando un mechón de su rojizo cabello.
— Entiendo.
Yeonjun se levantó de su asiento para fijarse en la salsa que estaba haciendo.
— Huele muy bien. — Felicitó la muchacha y Yeonjun sonrió.
— Lo sé. — Soltó egocéntricamente y la joven carcajeó suavemente.
El aprendiz sirvió la cena en dos platos y los colocó en la mesa.
La pelirroja levantó la mirada, aún nerviosa, observando con atención como el vampiro dejaba con una expresión de concentración el plato de comida frente a ella. Luego caminó hacia su asiento y dejó su plato.
— Poftă bună* — Dijo el aprendiz con una sonrisa y la mujer sonrió.
— Poftă bună* — Repitió, ambos asintieron antes de comenzar degustar la comida.
[Buen provecho]
La joven abrió los ojos de sorpresa, nunca antes había probado ese plato, como lo mencionó.
Pensaba "Ha de saber a lo que huele! y efectivamente pero el gusto era mil y un veces mejor que el aroma.
— Esto...está exquisito. — Elogió ella — Es lo mejor que ha llenado mi estómago en toda mi vida. — Decía casi con la boca llena que era cubierta por su mano.
— Gracias. — Yeonjun asintió felizmente.
— ¿Preparaba esto en su hogar?
— No siempre, la harina es cara pero por suerte las verduras no.
El plato de ambos pronto estuvo vacío, más no paraban de conversar de cualquier cosa de sus vidas.
La joven se sintió cálida y Yeonjun también, había conseguido a otra persona con quien hablar.
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— ¿Cómo puede saber si es él? — Preguntó el administrador hacia el monarca.
— Dudo que haya otro Min Yoongi a Kilómetros.
— Con todo respeto, fue muy imprudente preguntarle al aprendiz directamente si el que capturaron era Min Yoongi dado que se supone que usted no sabe quien es Min Yoongi.
— Estaba bastante molesto y fuera de mis cabales, ahora más que nunca necesito de Yeonjun, él sabe de Min, lo conoce, lo ha visto en persona. No como nosotros y la mayoría de pueblos y reinos.
— Lo entiendo, su majestad pero debería pensar las cosas, Yeonjun podría terminar asustándose o enojándose con usted.
— Tienes razón. — Admitió apoyando el codo en la mesa y dejando caer su mano sobre su puño— ¿Tú crees que... que Min...es un doncél? — Preguntó de repente el monarca.
— ¿Por qué lo sabría yo?
— ¿Sí o no?
— Lo dudo, en los libros, leyendas y testimonios siempre lo narran de un modo en el que sólo a los varones se le narra. ¿Por qué?
— Por nada, puedes ir cumplir con tus trabajos.
En ese instante, en el que Kamal se iba, el doncél y sustituto real entró al despacho del rey.
— ¿Qué haces aquí? — Preguntó el rey.
— El amor que recibo de tu parte todos los días me sorprende más. — Se burló el doncél con una sonrisa apoyando las palmas en el escritorio. — A pesar de que estos meses tú mi egoísta y narcisista rey...— Comentó jugando con las cadenas de oro puro del rey —...estuviste nadando en oro y diamantes por los impuestos y mercados, te veo tan despedazado como un trapo viejo. ¿Es por el vampiro de mito ese?
— ¿Qué esperas que haga cuando siento a ese miserable tan cerca?
— ¿Cerca? — Preguntó el doncél y se sentó sobre el escritorio recibiendo una mirada de disgusto del rey. — Has subido a más gente aquí para otro tipo de cosas, el que debería hacer esa mueca soy yo.
El rey giró los ojos dejando ir un suspiro pesado.
— El nombre que Yeonjun gimió esa noche fue el de Min Yoongi.
Beomgyu abrió los ojos de sorpresa.
— ¡Eres un completo idiota!
— ¿Puedes callarte?
— Es que.. ¡Me enojas tanto, estúpido, estúpido varón!
— A veces detesto contarte las cosas.
— Imbécil, ¿Qué más esperas para echar a ese piojoso de este reino? Eso significa que lo conoce y también conoce al otro idiota que atrapaste ¡¿Y te atreves a dejarlo acá?! ¿Qué más quieres para darte cuenta de que es un peligro?
— Beomgyu, escucha. Yeonjun está acá y lo voy a tener vigilado, no quiero que se vaya.
— Eres un asqueroso y homosexual.
— ¡Ya cállate! Lo hago porque necesito sacar más información ¿sí?
— Claro porque tocar sus piernas desnudas en la noche te da mucha información. — Beomgyu quería reír, después de todo no estaba saliendo tan mal.
— Eso es...otro tema diferente.
— ¿Por qué no admites que si cualquiera estuviera en el lugar de Yeonjun ya estaría en la horca?
Y el monarca comenzó a odiar como el doncél se paseaba frente a él cruzado de brazos y burlándose de todas las maneras posibles.
— ¿Por qué tendría que admitirlo?
— Porque es cierto.
— Si no vas a ayudar en algo vete.
— ¡Oh sí! eso. — Dijo y se volvió a sentar en el escritorio. — Sé que tu orgullo es tu mayor valor, y me encanta corromper hombres. Tengo algo curioso sobre tu adorado aprendicito.
— ¿Qué cosa?
— No lo sé, algo que te interese y puede que te lleve a querer otro tipo de información también.
— Ya dímelo.
— Admite que Yeonjun te hizo homosexual. — Rió y Soobin quiso golpearlo hasta la muerte.
— Vete a la mierda.
— Como quieras. — Siguió con su sonrisa y caminó hacia la puerta.
— Así como escapas de esto puede escaparse de mis labios decirle a Taehyun lo terrible que eres en la cama — Bromeó con una sonrisa traviesa en sus labios y Beomgyu carcajeó negando lentamente con la cabeza mientras se apoyaba en el marco de la puerta.
— Me harías un enorme favor poniéndolo en duda porque además de quitarle la curiosidad luego, también te estaría desmintiendo.
El rey solo sonrió mientras el doncél se retiraba.
— Si puedo manejar un reino puedo saber lo que yo quiera de un súbdito sin necesidad de preguntar. — Susurró para sí mismo mientras vagaba su vista en unos sobres en su escritorio.
Tomó los sobres y fue abriendo y leyendo con atención.
Luego bufó tomando en mano la carta más distintiva. De papel viejo y hecho de granos de arroz, de tinta barata y un sello de cera verde.
Era un comunicado de su famoso corsario y atracador en altamar, informando que iría al puerto más cercano rumbo a su castillo a ajustar cuentas.
"Y todo tu reino lo sabrá. Usted sabe su majestad el placer inmenso que me da causar temor pero no se preocupe, nuestro lazo no me permite caos, solo desesperación."
Al rey no le sorprendería que el bucanero vaya directo hacia él para ajustar sus cuentas con un disparo en el pecho.
Ese hombre era un ser sin corazón, famoso por ello mismo y la cantidad de pueblos que atracó.
El monarca dejó el papel a un lado, sin tener intenciones de responder dado que el hombre puede encontrarse en cualquier lugar del océano.
Se levantó de su asiento, no tenía sueño aún así que pensó recorrer el castillo y su planta baja.
En el momento en el que pisó el pasillo que conecta a la cocina y otras bodegas, pudo oír unas voces y al reconocer la de su aprendiz aceleró el paso.
Se atrevió a espiar sutilmente al aprendiz, acompañado de una sirvienta, que acariciaba lentamente la mano de su aprendiz quien sonreía escuchándola con atención.
El rey frunció el entrecejo observando la situación.
— No, mi alcoba es más pequeña y el compartirla con otras doncellas lo hace aún más. — Escuchó el monarca que contaba una doncella.
— ¿Dónde está?
— En este mismo piso, bajo las escaleras. Es horrible ya que es un lugar húmedo y es muy fácil enfermarse.
— ¿No lo comentaste?
— El doncél dijo que el rey no se preocuparía por el estado de los cuartos de las sirvientas y la superior me dijo que debía saber mi lugar de doncella.
— Y tu lugar no es este a estas horas de la noche.
El aprendiz borró su sonrisa y levantó la mirada buscando la voz que reconoció inmediatamente.
La criada también volteó buscando la voz del monarca.
— S-su majestad. — Murmuró la joven levantándose para ver el rey, dándole la espalda al aprendiz.
— No es muy seguro para usted estar en la planta más baja del castillo a estas horas de las noche.
— Lo lamento, su majestad. — Susurró ella y se alejó de la mesa — Con permiso.
El aprendiz frunció el ceño cuando la mujer se fue y se levantó el asiento.
— Soobin...— El castaño tomó los platos de la mesa — Que raro que bajó a la cocina. ¿Pasó algo?
Yeonjun llevó los cubiertos al lavabo, el rey se iba acercando a medida que el aprendiz limpiaba los utensilios con un paño.
— Nada importante. — El aprendiz sintió el aliento y la respiración cálida del monarca en su nuca, su piel se erizó pero siguió actuando con naturalidad. — ¿Y tú qué haces aquí?
El aprendiz se volteó, aún sabiendo la cercanía del rey y dió pasos hacia atrás rápidamente.
— Cenando. — Confesó viéndolo a los ojos
— ¿A estas horas de la noche? — Y el aprendiz asintió — ¿Con una doncella?
El aprendiz arqueó un poco la espalda y cruzó sus brazos sin dejar el contacto visual.
— ¿Insinúa algo?
— Insinuó que aprovechaste la noche para tener un pequeño encuentro.
El castaño rió negando lentamente con la cabeza.
— Bajé para cenar y la criada también tenía hambre así que le ofrecí la comida que preparé ¿Hay algún inconveniente?
— Ninguno. — El rey sonrió por el tono del aprendiz — El único que hay es que el doctor recomendó comer carne y veo que no la estás cumpliendo.
El aprendiz bufó haciendo un pequeño puchero.
— La carne me da muchas nauseas, prefiero morirme de hambre.
— Prefiero matar a todo el reino a que mueras así que es mejor que cumplas. — Yeonjun abrió los ojos en demasía cuando el rey colocó cada mano a un lado del aprendiz, arrinconándolo contra la mesera.
Yeonjun lo tomó como una broma ya que era algo que jamás creería.
— ¿No podemos dar esa carne a las sirvientas?
— Tienen sus alimentos.
— Lo más cercano a carne que han comido son huesos. — Se quejó el aprendiz — Si la carne es tan esencial prefiero que ellas lo tengan. Necesitan energía, mucho más que yo que lo único que hago es seguirte todo el día.
— Yeonjun...ten en cuenta que 156 personas conforman el castillo y toda la carne no es directamente para las personas el castillo, se vende igualmente en el mercado, no podemos permitirle lujos a todos.
— No es como si la comida tenga clase. — Susurró el doncél con el ceño fruncido.
— Sí la tiene, si no fuera así los pobres no vivirían de pan, queso, leche y cereales.
— Bien, bien... de todos modos quiero ayudarla con algo.
— ¿Pero por qué? — Ahora el monarca se alejó cruzándose de brazos.
— Soobin, me da lástima ella ¿está bien? Es la más joven y la más maltratada por eso mismo.
El rey suspiró con pesadez.
— ¿Cómo piensas ayudarla?
— Quiero darle mi habitación.
— ¿La tuya? — El doncel asintió — ¿Y dónde piensas dormir?
— Hay miles de habitaciones en el castillo.
— Sí, habitaciones húmedas, con poca luz y estrechas.
— Si pude dormir en un pozo una habitación dos metros bajo tierra no es problema. — Soltó alzando los hombros y el rey rió.
— Está bien, dejaré que la criada tome tu alcoba. — Yeonjun sonrió alegremente — Pero entonces vas a dormir conmigo.
— ¿Ah? — Yeonjun frunció el ceño muy confundido — Pero, ¿en serio? ¿Por qué?
— Creí haberte comentado que no me gusta dormir sólo.
— Pero...Beomgyu-
— Él tiene su habitación. ¿Quieres dormir entre ratas y humedad o dormir entre plumas?
— ...Plumas — Confesó y el rey sonrió nuevamente de oreja a oreja.
— Bien, ve a tu habitación, lo arreglaremos mañana. — El rey se alejó lentamente y el doncel evitó el contacto visual. — Aunque si tienes prisa yo no tengo problema en lo absoluto.
— N-no, no, con permiso me retiro. — El aprendiz subió a pasos rápidos hasta su habitación y el rey no borró su sonrisa mientras veía al castaño subir.
— Dios mío pero que animal apresurado.
Yeonjun se detuvo pensando que alguien le había hablado y se detuvo para voltearse.
El monarca volteó hacia la voz bien conocida.
— Te encanta escuchar lo que no te incumbe ¿verdad, Beomgyu? — Soltó el rey y Beomgyu sonrió.
— No lo pienso negar. — El sustituto se acercó con una sonrisa burlona — Así que tu plan de extraer información incluye llevar a tu aprendiz a la cama.
Yeonjun hizo una mueca oyendo con atención al oír que lo mencionan.
— Tu mente es tan increíble Beomgyu, parece que el poco sexo te hace imaginar cosas— Contestó con gracia — Beomgyu, evita mencionar cosas así en medio salón, por favor y ve a dormir.
— Bien, tú igual, tu aprendiz ha de estar esperándote.
Y cuando escuchó los pasos del sustituto, el aprendiz terminó de subir las escaleras.
— Yeonjun...— El aprendiz se volteó rápidamente para ver al final de las escaleras al monarca — Si vas a escuchar conversaciones ajenas ten en mente ser mas persuasivo.
El aprendiz asintió con pena.
Soobin soltó una suave risa por la expresión del aprendiz.
Si no hubiera escuchado un jadeo del aprendiz probablemente le hubiera dicho a Beomgyu algo fuera de lugar.
Dios mío me explota la cabeza lptm xd
Cap concluido el viernes 22 de julio a las 02:58 del 2022
Cuídense, si no me meto un tiro con este dolor de cabeza es puro milagro pero hago esto por pelotuda así que no hace falta los "No escribas con dolor de cabeza" Mejor díganme "Sos boluda o te llamas Bomi?" Pq así aprendo yo ahr chauuuu
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