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O4. You're too shy to convey

Después de un día agotador, Izuku se derrumba en su cama, y cierra sus ojos dejando caer en el sueño.

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—Mmm... —Izuku murmura mientras su cuerpo se mueve ligeramente sobre las sábanas. Un estremecimiento lo recorre, y sin entender del todo lo que ocurre, entreabre los ojos. Siente algo, algo debajo de la manta, que se mueve lenta y deliberadamente. Confundido, levanta la sábana, y su corazón da un vuelco.

Ahí, entre la penumbra de su cuarto, ve a Bakugou Katsuki, que lo mira con una intensidad descarada mientras sus manos van subiendo lentamente la tela del pantalón de pijama de Pokemon, dejando al descubierto su piel desnuda. 

—Ka-Kacchan... —murmura Izuku, atónito, con su corazon latiendo frenéticamente. Pero Katsuki no responde. Sin decir una sola palabra, inclina la cabeza hacia su entrepierna, y en un movimiento inesperado, envuelve el miembro de Izuku en su boca.

Izuku siente que la respiración se le corta en seco, su espalda se arquea instintivamente mientras las manos de Bakugou se mueven con habilidad, una subiendo y bajando con ritmo sobre él, mientras la otra lo sostiene en su lugar.

Quiere apartarlo, intenta agarrar la cabeza de Bakugou para detenerlo, pero sus propias fuerzas le fallan ante el placer intenso que lo consume.

Katsuki continúa, sus labios y lengua moviéndose con precisión, sus ojos fijos en Izuku mientras lo observa reaccionar, disfrutando de cada temblor y cada jadeo. A medida que aumenta la intensidad, Bakugou saca el miembro de su boca, tomándolo en su mano y comenzando a masturbarlo con un ritmo frenético que hace que el cuerpo de Izuku tiemble y su mente quede en blanco. Cada movimiento provoca que sus piernas se tensen, sus manos se aferren a las sábanas, y un gemido escapa de sus labios.

Izuku siente que está a punto de perder el control, que el clímax se acerca, pero antes de alcanzarlo, Katsuki detiene el movimiento con un dedo sobre la punta, impidiéndole llegar. Izuku jadea, el placer retenido se convierte en una necesidad urgente, casi dolorosa.

Katsuki lo observa con esa sonrisa torcida y peligrosa, sus ojos brillando en la oscuridad.

—Hazlo en mi boca —ordena.

Esas palabras enloquecen a Izuku, y apenas escucha esas palabras, un estremecimiento intenso lo recorre. Katsuki envuelve su boca alrededor de él una vez más, succionándolo otra vez. Incapaz de resistir, Izuku tiembla violentamente, la intensidad del placer lo arrebata, mientras agarra la cabeza de Katsuki, sin poder contenerse.

Cuando finalmente se queda sin aliento, deja caer la cabeza hacia atrás, sus respiraciones entrecortadas llenando el cuarto. Katsuki traga con una sonrisa satisfecha, y luego, gatea sobre Izuku hasta quedar cara a cara con él. Los ojos escarlata de Katsuki se encuentran con los verdes de Izuku, y una corriente silenciosa pasa entre ellos.

Se miran en silencio por unos instantes. Izuku no sabe qué decir, su mente aún procesando lo que acaba de experimentar, y el brillo en los ojos de Katsuki no ayuda a que sus pensamientos se aclaren.

Finalmente, Katsuki sonríe con picardía.

—Hora de despertar, Deku.

Izuku abre los ojos de golpe, su cuerpo aún estremecido por el eco del sueño, y se encuentra solo en su habitación, las sábanas desordenadas y... un gran problema.

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Al día siguiente, Bakugou lo observa con una media sonrisa y una ceja levantada.

—¿Soñaste conmigo, nerd? —pregunta en tono burlón, sin dejarle un momento para reaccionar.

Izuku se pone rojo y empieza a negar de inmediato, torpe con sus palabras. Pero Bakugou se le acerca, mirándolo con una expresión de desafío.

—Dímelo de una vez —le susurra con picardía—. O eres demasiado tímido para admitirlo...

Izuku siente que sus piernas se debilitan al instante. Traga con dificultad y aparta la mirada, incapaz de mantener el contacto visual.

—Mirame, Izuku —murmura Bakugou, bajando el tono de su voz—. Si de verdad sientes algo, entonces sigue ese impulso. No seas cobarde.

Izuku titubea, atrapado entre su vergüenza y ese deseo inconfesable.

"¡Dios, eres todo lo que quiero!"

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