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𝟓𝟎 | 𝐎𝐋𝐕𝐈𝐃𝐎


olvido ❞


No me agradó la idea desde un inicio, así que no sé por qué acepté. Supuse que uno se arrepiente cuando está a segundos de hacerlo y gana más la sensación de quedarte en cama, en vez de salir al frío mañanero. Petra me zarandea un poco. Es la tercera vez que deseo quedarme, pues los anteriores días decidí no correr. Mi amiga parece ser más suave conmigo y con eso no quiero decir que otros días me levantaba de forma brusca, sino, que la siento diferente, como si ya no tuviera que preocuparse por nada y hubiese resuelto algunos problemas. 

Se echa encima mío y luego la escucho hablar.

—Anda, vamos, estoy cansada de que nadie me defienda cuando Gunther se burla de cómo corro.

—Petra, yo termino riéndome también.

—Si, pero si tú te ríes, yo también. Y entonces dejo de Gunther me moleste —Petra suspira mientras vuelve a su posición anterior y anuda sus zapatillas—. Siempre quieres dormir hasta tarde cuando no tienes clases en la mañana.

—Tengo demasiado sueño.

—Antes no dormías tanto.

—Petra, no sé si sabias, pero son diez para las cinco de la mañana.

Ella comienza a reír. Sin embargo, yo ya no tenía sueño, por lo que me siento y estiro los brazos. Ciertamente, me acosté tarde. Llevo solo dos días trabajando en la tienda de regalos, regreso a casa cerca de las once y media de la noche y, luego, me quedo estudiando por lo menos una hora más. En estos días, me encuentro a Petra escribiendo en su laptop, no sé desde qué hora, pues cuando llego de mi labor, ella ya se ve cansada. 

—Voy a cambiarme y vamos con Gunther.

—¡Yup! Entonces te esperamos en el pasillo.

Fue rápido. Y casi sin pensarlo, me encuentro con ellos, trotando la primera vuelta a todo el gran edificio. Cerca de las cinco y media, el ambiente exterior se ve diferente a cuando eran las siete u ocho. Quizás es que está vacío o que el cielo no tiene tanto color. El cielo se ve tan onírico, pero con las nubes de aspecto plano a esta hora, me provoca pensar que es extraño que seamos humanos y estemos vivos en un planeta. Porque todo ello suena muy loco. 

Gunther se ríe ocasionalmente. Él es más fuerte y, aunque aceleraba su trote, parece nunca cansarse. En cambio, a Petra y yo se nos va el aire a la quinta vuelta. A pesar de eso, seguimos corriendo pues, el que se nos fuera el aire no era ni es suficiente para detener nuestras piernas. En mi mente, solo está presente la idea de bañarme primero y luego echarme otra siesta. Mis clases de hoy comienzan a las tres, así que tengo cómo recuperar fuerzas. 

Mi amiga, que corre a la par conmigo, ajusta los audífonos más a su oreja. Yo también traigo unos, pero no escogí las canciones que deseaba para correr ya que es la primera vez y realmente no pensaba ir en serio. De forma simple, todas se reproducen de forma aleatoria, diferentes géneros. 

Cuando ya no podemos más, cerca de la vuelta número once, Gunther se detuvo mientras Petra recupera el aire y apoya las palmas en sus rodillas.

—¡Agh! ¡Quiero zambullirme en una gran piscina! —exclama la de cabellos naranjas. Mi amigo ve la hora en el reloj que llevaba en el brazo—. Nunca en mi vida he deseado tanto subirme a un ascensor, en vez de escaleras.

—Te va a dar un paro.

—Ay.

—Mira Petra, para mañana de seguro ya no correrás como un T-rex.

—¡Y sigues con eso! 

—No importa, Petra, si tú corres como un T-Rex, nosotros somos velociraptors. —dijo Gun mientras le propinaba unas palmadas en la espalda y volvíamos al edificio, una vez que el sol comenzó a alumbrar más. El ascensor estaba lleno, y hay otro par de personas que están por tomarlo. Tomé mis últimas fuerzas para ir corriendo por las escaleras y llegar más rápido a tomar un baño.


...


—¿Crees que este vestido sea el adecuado? —pregunto. Me siento muy nerviosa. Tengo frente mío a Gunther y Hanji. Me encuentro en una de esas boutiques de la plaza. Petra me mira minuciosamente, con una pose graciosa. Es un vestido corto, color rojo vino. Se ve simple, pero la textura satinada de la tela y como se luce en la piel, me dicen que es probable que esté fuera de mi presupuesto.

Gunther alza el pulgar. Pero eso lleva haciendo con todos los vestidos que me he estado probando. Por otro lado, Petra se veía diferente con su atuendo de trabajo. Ella comenzó hoy a trabajar en esta boutique. La razón por la que Hanji está aquí también, es porque me la encontré en el camino y, al verme y confesar mi preocupación, me acompañó. 

—¡Te queda muy bonito!

—Gracias, Hanji —digo, aunque soné un poco desganada. Me miro al espejo muchas veces y no me dejo convencer, por alguna razón, aunque todo me gusta. El vestido es precioso. Pero quizás no es para mí—. Creo que optaré por unos pantalones y una blusa, no me siento tan segura de un vestido y ya voy probándome como cinco.

—¡Vamos! ¡Si te ves preciosa! —Petra me mira sonriente y luego, sigue buscando algún otro que me pudiese llegar a gustar. De hecho, me gustan casi todos los vestidos, pero, cuando me los pruebo se siente diferente.

—Todas las chicas se ven bonitas usando vestidos porque tienen la confianza de usar uno. Anda, sé que te gusta ese, es el primero que viste al llegar y no le has despegado la mirada todo el tiempo que llevamos aqui. —habló al fin, Gunther. Le sonreí tímidamente y volví a quitarme la prenda en el vestidor para llevármela a casa.

En sí, la escena en el boutique, es extraña. Petra se encuentra tranquila alrededor de Hanji, y yo sé si en algún momento se pone incómoda pues, revela mucho con sus expresiones faciales. Sin embargo, este no es el caso. Y pienso que, de algún modo u otro, ambas saben que son muy amigas. Hanji nunca sospechó algo, creo.

Y Petra, ella dejó de intentarlo.

¿Ahora qué sucedía conmigo? ¿Yo he dejado de intentarlo? ¿Podré hacerlo?

Me pregunté si entonces, mi amiga trata de hacerse la fuerte. O si yo también lo hago. ¿Estoy tratando de olvidar a Levi Ackerman? ¿Estoy poniendo parte de mí para hacerlo? Porque parece tardar mucho. Ya no hay nada que me haga sentir esperanza. No me envía mensajes últimamente, aunque Hanji dice que está ocupado. Tampoco lo he visto... Sin embargo, luego, recuerdo que yo lo quiero desde antes de siquiera dirigirnos la palabra. Mucho antes. Y estoy acostumbrada a eso.

¿Cuándo podría finalmente, olvidar casi tres años que llevo enamorada de él? No es fácil y tampoco debo forzarme... Pero, a veces deseaba que fuese rápido.

Volviendo a donde estoy ahora, mi amiga me sugiere escoger un par de zapatos de tacón. No obstante, ya tenía un bonito par en el apartamento, que me compré hace tiempo.

Petra ya tiene un vestido de antemano, en casa de su madre, por lo que irá a recogerlo una vez termine su trabajo.

—¿Y tienen pareja? —pregunta curiosa Hanji. Se refería a Petra y a mí, en la boda.

—Eh, Gunther también invitó a los hermanos Galliard.

—¡Qué honor! —dice bromista.

Gunther y Hanji comenzaron a hablar entre ellos, mientras Petra atiende a una nueva cliente que acaba de llegar. La reconozco al instante, la misma chica rubia y guapa que vi en la tienda de regalos hace como tres días atrás. Petra habla animadamente con ella, para luego mostrarle la sección de vestidos y algunos bolsos pequeños y elegantes.

La chica tiene un andar muy elegante, al igual que sus expresiones corporales. Me recuerda a las protagonistas de libros de romance de duques y duquesas.

Llevo el vestido frente a otra chica encargada para que, finalmente, pueda pagarlo. No he comprado mucho para mí este año, ninguna cosa que pueda llamar una vanidad mía. A lo mucho compraba lapiceros, cuadernos y cosas así. Ahora un vestido, vaya, y uno precioso. Aunque seguramente no lo vuelva a usar luego de la boda, me agradará la idea de verlo en mi pequeño armario de prendas simples.

—¡Hola! —escucho una voz muy suave y algo grave. Pero, sin duda, femenina.

—¡Nifa! Pensé que me esperarías frente a la cafetería.

—Estaba caminando hacia allá, pero justo te vi aquí, y decidí entrar. ¡Cuando no, rodeado de chicas! —. La mujer de los cabellos de un tono marrón rojizo emite una risa. Sus ojos son grandes y bonitos, que me recuerdan a los de Isabel y trae puesto un vestido color blanco, floreado y bonitos zapatos.

De hecho, Gunther no nos ha comentado de esto, pero no le dije nada ya que fue técnicamente arrastrado por mí para que me acompañará a comprar un vestido.

Terminamos todos saliendo del establecimiento, menos Petra, que aún su horario de trabajo termina dentro de dos horas. Gunther, y Nifa, se despiden. Así que Hanji y yo caminamos cerca al paradero de autobuses.

—¿Has visto a Nanaba en el campus? —pregunto a la chica de lentes. No he visto a la rubia hoy aunque estuve en clases y he dejado mi celular en casa.

—Oh sí, ambas desayunamos juntas y estuvimos hablando de nuestras próximas clases. Quisiera ser igual de organizada que ella. ¡Yo soy un desastre en cuanto a estudio se trata!

Rio ante su último comentario. Yo soy organizada los primeros meses del año y luego me olvidó de ello. Solo me concentro en estudiar lo debido.

—Ah, ahí está Jean.

—¿Jean?

—Sí, un chico que conocí la semana pasada —menciono sin saber qué más decir sobre él. No hablamos mucho. Pero está junto con una chica de cabellos marrones y un flequillo.

Nos aproximábamos a él. Hanji observa que la chica tenía un gran perro blanco y peludo, por lo cual no se resiste y se acerca a acariciarlo. La muchacha la ve con sorpresa, pero luego sonríe ampliamente y menciona el nombre del can: "Copito". Un nombre muy dulzón para tan intimidante perro.

—_______ —dijo Jean, saludándome con la mano.

—¡Hola! —saludo y mi mirada se posa en su brazo lleno de tatuajes. ¿Qué valor tendría para uno, un tatuaje? A veces pensaba en hacerme uno, aunque me aterraba la idea del mínimo dolor—¿Te dolió? —pregunto en referencia a lo que veo.

—Los de aquí no mucho. El que está cerca a mi clavícula me dolió más —. Él estira su brazo, para que pudiese verlos mejor. Me recuerda a los tatuajes que llevan en la mafia japonesa en las películas, por el aire Nipón. Hay una gran serpiente surcando cerca de donde eran visibles las venas marcadas.

—Me encantan.

Por primera vez, lo escucho reírse con ganas.

—Te explicaría cada uno, pero son bastantes.

—¿¡Tienes más!? Quiero ver. —Mi curiosidad me gana, aunque sé que no puedo quedarme a conversar tanto.

La chica de cabellos marrones, el cual su nombre desconozco, rompe en risas al escuchar la conversación. Ella mete la mano en el bolsillo de su pantalón negro y suelto. Jean se toca el rostro un poco sonrojado.

Entonces, yo misma me doy una idea y, entre risas, pido disculpas por sonar algo atrevida. Aunque estoy a punto de explotar en carcajadas al ver a Hanji acomodar sus lentes y el perro lamiéndole la cara.

—¡Perdón por reírme, pero...! —.  La chica de flequillo se tapa la boca con ambas manos.

—Sasha, cálmate o no te llevo a comer.

—Soy la mujer más seria del planeta.

—Te lo prometo, no fui yo, Farlan me dijo que podrías mostrármelos, porque pensé que tendrías solo en los brazos o en los tobillos—digo.

—Si es algo respecto a mí, o Eren, Farlan es un maldito y va a bromear con todo.

Vuelvo a reírme y pienso enviar un audio al rubio para que me explique todo. Estoy algo roja por la vergüenza. Jean me habla, poco rato después, sobre los tatuajes que llevaba en el brazo. Me confiesa que le tenía miedo a las serpientes, pero aún así, le parecían magníficas. También, que le gusta mucho el estilo que mantienen los hombres en las películas de gore Yakuza. Me recomienda un lugar, por si me animaba a hacerme un tatuaje algún día.

Sasha se acerca a mí, mientras Hanji pasea al perro a un lado de nosotros. Ella es una chica carismática y le gusta comer, como a todos, pero ella lo lleva a un extremo. Jean me comenta que ella es muy buena tocando la viola y que estudia en la gran sinfónica que queda como a una hora de aquí. Me hace mucha gracia, de la buena, ver a un chico con tintes de rock, caminando a la par de una chica que mantenía el alma unida a la música clásica.

Mis ojos se topan otra vez con la chica rubia que he visto en la boutique. Lleva dos bolsas grandes y se acerca un hombre maduro que la espera frente a lo que podía ser su auto, o no, porque hay alguien dentro. Ambos parecen conversar, y luego sale del auto una figura conocida para mí. Al parecer se saludan y el chico que acaba de aparecer lleva las bolsas hacia la parte de atrás y luego abre la puerta de copiloto a ella. Para cuando él se adentra al auto, lo noto.

Ese es el auto de Levi Ackerman. Y no había notado que era él, hasta que lo veo de perfil.


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⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱

¡Hola, hola!

sigan porque hoy es capítulo doble !! <3

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