𝟒𝟑 | 𝐈𝐍𝐓𝐀𝐂𝐓𝐎 𝐏𝐭. 𝟐
❝ Intacto ; segunda parte ❞
Me fue imposible concentrarme en la clase teórica el resto de la hora. Para suerte mía, no me bloqueé como esperaba en las pruebas de hoy, de hecho, eso lo mantuve en mi mente así que olvidé lo demás... Hasta que la prueba acabó y ya no tenía nada en qué pensar que no fuese lo de Levi. Con todo lo que me dijo, me genera picor en los ojos como si quisiese llorar, pero no puedo, o simplemente no brota de mis ojos. De seguro se estará preguntado el porqué de mi respuesta o seguro, no. Quizás él ya sabía cual iba a ser mi respuesta, pero de igual manera quiso preguntar... Lo pienso mucho, pues en la mayoría de veces me sucede algo parecido: Saber la respuesta y aún así, preguntar... Es decir, a veces, solemos creer que podrá ser diferente, que algo cambiará. Y sucede, solo en ciertas ocasiones, pero es suficiente para tener la confianza de preguntar más. Entonces llega una respuesta que esperabas y aún así, logra desilusionarte lo necesario como para tener otra vez la inseguridad de todas las acciones siguientes.
Aunque quisiera tenerlo, no lo hago. No puedo leer los pensamientos de otras personas.
Levi expresó que siente un gran aprecio hacia mí, y no sabe cuán feliz me hace eso... Pero sigue doliéndome, aún cuando trato de que no lo haga más. Me siento mejor cuando pude decir que no puedo calificar sus obras para él. Estoy pensando en mí, y aunque amaría ver lo que está preparando para la exposición de la galería, estuvo bien decir un gracias, pero que no podía hacer eso... No quiero lastimarme a mí misma. Sé que él no lo sabe.
Pero yo lo sé.
Así que me siento conflictiva, pero con un suave peso fuera.
De seguro termino haciéndolo, lastimarme, de alguna u otra forma.
En estos momentos estoy guardando algunos apuntes de mi casillero a mi mochila. Es fin de semana y dudo usar el casillero en el siguiente mes, así que estoy sacando todas las cosas que tengo allí. De hecho, estoy pensando en que el sábado y domingo deben ser más largos, mucho más. No sé, sinceramente aunque estoy emocionada por el lunes, no quiero que llegue; sin embargo, a pesar de que es feriado no laborable, la facultad donde está Erwin seguirá dictando clases y dije que iba a ir para que me mostrase el resto del video, y, luego de ello, le prometí a Farlan ir a aquel bar a divertirnos un buen rato con mis amigos.
Ciertamente, lo necesito.
Me estoy estresando antes de que siquiera sea lunes.
Llevo el abrigo en la mano, el sol ha salido, aunque esta ligeramente cubierto por nubes y, aún así, se siente un poco de calor. Hoy no podré encontrarme otra vez con Petra o Gunther porque, justo ahora, ellos deben estar en sus respectivas clases y yo soy la única de los tres que solo tengo unas pruebas y una pequeña clase de teoría... Por lo tanto, he acabado temprano y tendré que ir sola a casa.
Eso sí, Nanaba me comentó ayer que hoy en su facultad iban a hacer unas prácticas en el hospital con uno de los equipos médicos y, posiblemente, ya esté de regreso, puesto que salieron temprano y ella dijo que lo máximo que se iban a quedar, son seis horas. Recuerdo haber visto los dos buses ya partiendo cuando recién llegué al campus.
Veo a un chico rubio sentado en uno de los bancos y frente a él, está Isabel, inconfundible por su cabello rojizo. Al instante pienso en Farlan, y sí, es él. Me acerco a saludar, recordando las galletas que traigo en algún espacio de mi mochila y ruego de forma mental para que no se hayan aplastado.
Isabel me observa agrandando sus ojos verdes y rápidamente me llama a su lado, parece aguantar una risa coqueta. Farlan tose un poco y me saluda. Pronto me di cuenta, que los tres hemos tenido una mala noche y, aunque Isabel se ha maquillado bajo los ojos, su expresión luce somnolienta y ni qué decir de Farlan, resacoso.
Él me saluda y bosteza a la vez. Sonrío levemente.
—¡Vamos a almorzar todos juntos! —exclama la chica, aunque no tan fuerte. Se le nota el ánimo. Ella se pone entre ambos mientras nos sujeta del brazo, aunque no dura mucho tiempo, ya que vuelve a caminar de lado mientras conversa—. Lucimos como muertos en vida.
—Ni que lo digas. ¿A qué hora fueron a dormir? —pregunto, mientras rebusco en mi mochila, el paquete de galletas surtidas. Farlan me mira algo alegre, ya enterado que son para él.
La pelirroja amarra sus zapatillas al poner un pie en el banco.
—Casi hora y media —respondieron ambos.
—¡¿Qué?!
—Hubo una pelea fuera del bar e Isabel quería quedarse a ver cómo iba todo y luego se le unió Jean, para observar. Eren y yo estábamos matadísimos de sueño y como ya no queríamos armar discusión con ambos, dormimos un poco recostados en la pared.
—¡Es un chisme muy grande!
Los tres comenzamos a caminar, cabe decir que Farlan no se quería despegar del banco y yo tuve que jalarlo de los brazos para que se levantara mientras Isabel le quitaba el paquete de galletas.
—Un problemón porque no querían pagar la cuenta de las bebidas. Claramente, la barra no es libre si no es un día especial. Un grupo de chicos invitaron tragos a todo el mundo y luego quisieron que las chicas pagaran al ver la cuenta y ellas, al verse acusadas, llamaron a sus acompañantes. Hubo acción, comedia barata, romance, de todo.
—Entonces, el lunes es un día especial ¿verdad?
—Si, tercer aniversario. Va a estar algo lleno y bastante ruidoso por esos lugares. Mientras no beban de más y terminen tirados en plena avenida, borrachos, como ciertas personas, todo bien.
Isabel le entrega devuelta el paquete de galletas a Farlan pues él, con la mirada, se lo pidió. Lo cual se me hizo muy lindo.
—Oh ¿Y Eren y Jean? ¿Ellos...?
—Ellos no estudian aquí. Están en otra universidad, como a unos cuarenta minutos —contesta Farlan con la boca llena y cubriéndola. Tiene una casaca grande, de mezclilla y unos pantalones oscuros. Lo hace ver más alto.
—¿Cómo se conocieron? —. Isabel al escuchar mi segunda pregunta, se suelta los cabellos, los cuales antes tenía atados en una coleta, y se pone pensativa.
—Como en el último año de secundaria.
—¿Estudiaron juntos?
—No exactamente, fue en un festival que hubo en nuestra escuela media donde asistieron alumnos de otras escuelas y participaron en varios eventos, entre ellos, el de música—. Para la pelirroja, este parece un buen recuerdo, con solo mirarla cuando habla, se le ve muy ilusionada.
Sin embargo, Farlan permanece callado y con una mirada que no puedo entender. Le miro, buscando alguna explicación, pero él solo me mete una galleta en la boca, la cual como con curiosidad.
—Allí, ellos participaron. Verás, ellos tenían un vocalista y una chica tocando el bajo eléctrico. Nosotros, en esos tiempos, tocamos en el concurso del festival con un vocalista, Farlan tocaba el bajo, como ahora y yo la batería, siendo segunda voz en ciertas partes.
—¡Wow! ¿Batería?
—¡No era tan buena! Hacía lo que podía. Después, descubrí que me encantaba cantar. O, mejor dicho, avergonzarme en público.
Ella se ríe, su risa es bastante contagiosa. Farlan pone los ojos en blanco para reírse después.
—¿Y quién era su vocalista de ese entonces?
Isabel sonríe mostrando los dientes. Luego aprieta los labios mientras mira hacia otro lado, como si quisiese y a la vez no, decir algo. No obstante, Farlan se lo arrebata de la boca y lo menciona
—Creo que puedes hacerte una idea.
Fue suficiente para que un solo nombre inunde mi mente.
—No creo que...—digo reteniendo como puedo una sonrisa avergonzada. Poco a poco parezco comprender un poco más de ellos, aunque sigo sin saber el por qué se dejaron de hablar, incluso separarse tan abruptamente. De todas formas, preguntar sobre eso estaría fuera de lugar. Y no es algo que me concierne.
—¡Sí! Levi, él fue genial, en esos tiempos...
¡Vamos! ¡Así me será imposible quitármelo de la cabeza! ¿Por qué tuve que preguntar? Hay muchas cosas en las que es malo, pero habían muchas otras en las que es, joder, tan bueno y yo necesito pensar en todo menos en eso.
Debo haber adivinado que es bueno en todo lo que conlleva una actitud artística... Miro la salida del campus, que está extrañamente llena de alumnos. Mis preguntas siguen sin resolverse. Tengo que empezar a deshacerme de la ilusión que me hice de Levi, de la cabeza, pero me la está poniendo muy difícil y...
Sé que no está enamorado de mí, que debo desistir. Sin embargo, me pregunto... ¿Cómo fue, que le dijo a Petra que la quería? Quiero preguntarle a ella, quiero saber, pero sé que será incómodo para ambas. Y yo solo quiero saber, cómo, si él hizo algo, ¿miró hacia otro lado?, ¿se avergonzó?, ¿lo dijo naturalmente?, ¿actuó diferente?, ¿le miró de la misma forma como en la fiesta?
—¡Ajá! ¡¿A dónde van sin mí?
Alzo la mirada encontrándome con los ojos claros de Nanaba, quien porta una cuellera negra deportiva y un abrigo gigante que le sienta bien debido a que es alta. Me extraña verla tan abrigada y luego veo que sostiene en una de sus manos, una bolsa térmica donde está doblada la ropa de color neutro que utilizó en su ida al hospital.
—¡Nanaba! —exclamo. Isabel no tiene idea de quien es, pero igual saluda con la misma energía, mientras acomoda su bonito bolso al hombro.
Y, bueno, Farlan solo entrecierra los ojos, mirando acusador a la rubia y escondiendo las galletas que le di, detrás suyo.
—Ya las vi, Church, ahora me das cinco.
—¡No puede ser!
—¡No sabes fingir! Vi claramente como escondías esas galletas detrás tuyo.
Nanaba me tiene apretada a ella mientras saluda a Isabel y le propina un leve golpe en el brazo a Farlan.
—¡Mira nada más! ¡Todos tenemos la misma cara de querer morir durmiendo!
Me río, tal vez muy fuerte, mientras Nanaba ahora me rodea con sus brazos y se presenta ante Isabel. Poco a poco le comentamos de lo que hablábamos y lo de la salida del lunes al bar.
—Mierda, díganme algo que no pueda hacer el condenado de Levi Ackerman.
—Correr más de dos vueltas a la pista de atletismo —contestamos los tres a la vez, sorprendiéndonos a la vez y mirándonos entre sí. Nanaba asiente como si recordara recién que el Ackerman era malísimo en deportes, "Ah, Hanji suele molestarlo con eso, pero ella es igual cuando se le acaba la batería" comenta después.
—Me deben un chocolate.
—¡Yo lo iba a decir primero! —se queja Isabel en broma y luego se amarra los cabellos rojizos, en un recogido flojo.
Nanaba se toca los cabellos cortos, despeinándoselos una vez que estuvimos lejos de la avenida frente a la universidad. Los cuatro queremos comer algo de pasta, aunque por los horarios de cada uno no podremos sentarnos tranquilamente en una mesa. Por mi parte, pido comida para llevar a casa y Nanaba también, aunque indirectamente, me invita a su casa, alegando que ya llegó su compañera de piso hace unos cuantos días y que debo conocerla sí o sí.
Por otra parte, Farlan tiene una reunión de su club e Isabel iba a reunirse con Eren y Jean en veinte minutos.
—Te veo el lunes, te escribiré temprano. Mañana y el domingo estaré en casa de mis abuelos y por desgracia no hay internet —me menciona Farlan con una de sus características sonrisas.
—Mike se ofrece a llevarnos, ¿Irán Petra y Gunther, no? —pregunta Nanaba.
—Sí. La cuestión actual es cómo debo ir vestida.
Nanaba se ríe fuerte mientras echa la cabeza hacia atrás y se cubre los labios con una mano, mientras me dice que me puede prestar ropa o que ya veremos. Farlan se despide de nosotras e Isabel imita su acción, siguiéndolo por detrás hacia fuera del establecimiento para luego tomar su brazo. La rubia y yo esperamos nuestra comida para llevar a casa, pues lo que escogimos se tarda más en cocinar a comparación de lo que pidieron los dos amigos. Nos sentamos en unas sillas libres mientras conversamos.
—Ahora sí puedes contar cualquier cosa que sucedió hoy con Levi.
—¿Soy muy obvia?
—No te preocupes, solo para mí. Dudo que Farlan, con el sueño que se le veía en la cara, se haya dado cuenta. Además, creo que debe ser muy incómodo para ti hablar de este tipo de cosas con él—. Nana se encoge de hombros—. De los cuatro, soy la que mejor lleva el mal descanso. Mírame, estoy fresca como una lechuga y Mike me ha dicho a las cinco de la mañana que me veo guapa como siempre.
No pude evitar reírme de sus comentarios y eso es lo que termina por gustarme de Nanaba, siempre me hace reír con cualquier cosa que dice.
—Verdad, ¿Y Mike?
—En su casa. Hoy no ha tenido clases por la mañana. Va a tener clases nocturnas hoy. Solo que me acompañó temprano al campus.
—¡¿A las cinco de la mañana?!
—Sí, sí.
—Qué lindo. Quiero tener una relación como la de ustedes —digo mientras me río.
Nanaba se sonroja un poco y me golpea amistosamente el brazo para luego abrazarme. Casi nunca la veía sonrojarse al mencionar su relación o a Mike, así que me sorprende un poco.
—¡Me estás cambiando de tema!
Ambas recibimos, pagamos la comida y nos dispusimos a salir del establecimiento, pasando por la Casa del Arte. Echo un vistazo rápido mientras camino. He olvidado que yo también me estaba interesando en dibujar mejor que antes.
Entonces recuerdo la libreta de dibujos de Levi.
Aún sigue guardada en algún lugar especial de mi habitación. He evitado verla desde ese día.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱
¡Hola, hola!
2 capítulos hoy <3 Lamento no estar tan activa. Y, lo más probable es que el mes de noviembre este algo desaparecida ya que se acercan mis exámenes y proyectos finales, lo cual me conlleva mucho tiempo de lectura (son en su mayoría ensayos y otros trabajos escritos)
Así que no aseguro actualización en noviembre. Es bastante conflictivo porque la historia ya esta terminada y hecha, solo bastaría con corregir y publicar, pero incluso eso me toma algo de tiempo. </3
¡Feliz halloween! ¿De que se van a disfrazar o de que ya se han disfrazado? Yo estoy siendo Asami de la película Audition de 1999 para una fiesta y luego Angel Devil en la universidad.
Cuidense mucho <3 no se olviden beber agua y comer todas sus comidas, descansen lo suficiente y diviertanse.
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