𝟒𝐎 | 𝐏𝐄𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍
❝ petición ❞
—Quiero un café. Bien caliente, que me queme la lengua y no pueda comer nada bien durante horas.
—... Entonces un café.
—Sí.
Escuchar a Gunther hablar con Petra, me provoca reír. Pero mi boca no se mueve ni un poco y solo veo a mi amiga secar un poco sus ropas con papel toalla. Yo también lo hago, aunque solo parte de mis pantalones. No estamos mojados del todo, pero es una humedad que incomoda un poco. Farlan ha decidido que es una buena idea estar dentro de este establecimiento donde ofrecen café y algunos aperitivos, lo que nos sienta bien, pues el ambiente resulta acogedor. Dentro, me quito el abrigo húmedo en comparación del que porta Gunther.
Lo doblo y guardo dentro de mi mochila, la cual no podré usar mañana. Suspiro mientras me siento, por fin. Petra sujeta sus cabellos hacia atrás con ganchitos.
—Todos los que no tenemos paraguas estamos aquí —. Farlan se sienta en la silla al lado mío, mientras observa las demás mesas. Imito su acción, contemplando muchas cabelleras despeinadas y húmedas.
—... Nos agarró desprevenidos a todos —. Petra deja reposar su mejilla en su mano, uno de sus dedos masajea entre su nariz y su ojo. Luego, se detiene y busca algo en su mochila.
—O nadie mira el cielo. Las nubes avisaron de antemano —menciona Gunther, quien se quita la casaca rápidamente, como si recién recordara que debe hacerlo. Farlan hace lo mismo.
Una mujer joven, la mesera, llega hasta nuestra mesa a preguntar si pediremos algo. Cada quien responde con lo que quiere en ese momento. Petra, después de mostrar una sonrisa despreocupada, se levanta de su asiento y camina hacia el baño. Posiblemente a quitarse el poco maquillaje que tenía en su rostro. Miro las servilletas que tengo frente mío y comienzo a tocarlas con los dedos, mientras recuerdo la letra de una canción que hace tiempo que no escucho y estuve olvidando la melodía sin saberlo. Pienso en la práctica que tendré en dos días y el poco tiempo que hay para repasar, pero, lo cierto es que siento que no tengo tiempo para algo más que no sea referente a mis sentimientos. Golpeados sentimientos. Supongo que está bien pensar en ello, pero ahora no. Estoy acompañada por mis amigos y debería incluirme a mí misma en la conversación para olvidar las pequeñas cosas que me agobian.
Siento un dedo tocarme la mejilla repetidas veces.
Farlan me mira enarcando una ceja, pues al parecer me perdí otra vez y ya todos han pedido lo que querían tomar e incluso Petra, que acaba de volver. Me río por puro nerviosismo y un atisbo de media sonrisa se ve en el rostro del rubio.
Abro mis ojos más de lo usual al presenciar algo que antes no había notado.
—¡Ah! ¡No me di cuenta que se te hacen hoyuelos en las mejillas! —exclamo y me río. Luego me arrepiento al ver a Gunther mirar el rostro de Farlan detenidamente.
—¿Qué?—dice él como si recién se percatara de ello—. Oh, no, no, no, solo en esta. En la otra no. Por eso no me gusta mucho sonreír de este lado, se me escapó —bromea. Miró hacia otro lado y le digo a la mesera que me de lo mismo que pidió Farlan: café y tarta.
Petra apoya su mejilla en ambas manos. Se ha lavado el rostro completamente, así que ella está más cómoda aún. Cierra el pequeño estuche que tiene puesto sobre la mesa, para luego frotarse los brazos.
—Ey, pero los hoyuelos no son tan malos —. La de cabellos naranjas reclama—. A mí se me hacen unos leves, ¡en ambas mejillas!
—No es que sean malos...
—¿Entonces? —pregunta, curiosa. Gun saca su cuaderno y un bolígrafo, apuntando algo en las hojas, mientras mira su celular.
—Es que todos parecen sorprenderse cuando lo notan en uno.
Sonrío por ello. Un delicioso olor a café llegaba a mi nariz y solo me quedaba esperar.
—Yo creo que lo hacen a uno más bonito.
—Yo creo que hay cosas que a todos nos hacen bonitos.
La mano de Farlan toca mi hombro por efímeros momentos con sus nudillos, mientras Petra y yo nos echamos a reír gracias a Gunther, a quien se le cae el lapicero casi siendo disparado y por lo tanto, él lanza una maldición.
—¿Saben? Creo que sí es muy gracioso, sigan riendo —dice en tono sarcástico, mientras baja para buscar su bolígrafo debajo de la mesa.
—Creo que está bajo mi pie.
Petra mira hacia abajo.
—Okey, solo no lo pises.
—De hecho, sé que está bajo mi pie porque lo estoy pisando repetidas veces y sí, sí tiene forma de bolígrafo.
Tapo mi rostro con una mano al escuchar a Petra decir aquello. Una vez que Gunther vuelve a sentarse, le da unas palmadas suaves en la cabeza a mi amiga como si eso fuese suficiente para reprenderla.
—Cierto, Farlan, tú estás en el club de básquetbol ¿verdad? —pregunta mi amigo de cabellos oscuros. Otro mesero llega con nuestro pedido, el cual agradecemos.
Y sí, efectivamente, lo que ha pedido Farlan es un café muy cargado que lo más probable es que no me deje dormir por unas horas extras por la noche. Sin embargo, también me llega una pequeña porción de tartaleta de limón, que se ve muy apetitosa.
—Eh, sí, ¿quieres unirte? —. Farlan echa un poco de azúcar a su taza de café. Luego lo mira algo interesado.
—Creo que sí. No me he unido a ningún club este año, ya que ya no es necesario. Pero estoy comenzando a interesarme en el que estás tú.
Ahora que lo recuerdo, Petra y yo tampoco nos hemos unido a un club extra, ya que para el ciclo en el que estamos ya no es necesario, como dice Gunther. Cuando iniciamos las clases superiores por primera vez, estuvimos en un club deportivo general, que "explotaba" las pocas horas libres que poseían los novatos. Según Petra, iba a ser una buena idea meternos a un club de deporte, pues así sería como ir a la universidad y al gimnasio a la vez y en una sola cuota. Recuerdo haberme burlado de eso y luego encontrar un pequeño pasatiempo en las horas de descanso del club: Observar desde las gradas a Levi Ackerman correr menos de dos vueltas.
Farlan sigue hablando. Me perdí en mis pensamientos, así que ahora no sé cuál es el hilo de la conversación.
—Por lo general, necesito meterme a un club, para no estresarme mucho con la universidad, ya sabes... A mí no me gusta mucho el básquetbol, me gusta más cuando estoy agobiado de cosas por hacer y solo me dispongo a jugar. Procrastinar.
—Hasta hace meses me gustaba dejar los deberes o ensayos hasta la última semana de entrega porque así me estreso más y, por alguna razón, me gusta trabajar bajo presión —. Gunther come parte de su sándwich después de hablar. Me llevo una cucharada de la crema de tartaleta a la boca. Petra toma té caliente de su taza, mientras coloca en mi plato de tarta, un poco de la suya, la cual es de fresa y yo corto un trozo de la mía para dárselo.
Pienso en ello. Levi está en el club de Arte. Pocas veces lo veo saliendo de otros salones que no fuera ese. Él hasta parece vivir allí. El sitio está lleno de sus lienzos. Me pregunto cómo serán sus compañeros de club. Cuando voy, o cuando solía ir a ese salón, solía detenerme a ver los lienzos que sé que son de Levi, debido a la técnica que este usa. A veces también echaba una mirada a los demás lienzos, recordando la viveza de los colores que suelen rodear a la monocromática pintura, dándole más protagonismo. No sé si Levi está satisfecho con la carrera que estudia en estos momentos, pero él siempre parece preferir sus pinturas antes que todo.
—Aún tengo hambre.
—Cierto, solo te pediste un pedazo de tarta de limón —digo a Farlan—. Yo te puedo convidar... pero, solo un poco.
Él toma un sorbo de su taza, entrecerrando los ojos. Aguantando, quizás, una risa. Yo también tengo hambre así que...
—Pediré otro, ¿tú estás bien con eso? Puedo pedir algo más para ti.
—¿No será mucho?
—Esta bien, yo invito.
Desde donde estoy, puedo sentir la mirada de Petra y Gunther, hasta puedo imaginarme sus sonrisas. Hago una pequeña mueca y como si eso lograra ser más suficiente que un "sí" hablado, la mesera se acerca para escuchar los siguientes pedidos. La tarta de limón está muy buena.
—Para la próxima yo invito —menciono a todos mientras acabo mi porción. Petra me mira y en su cara está impreso "te vas a arrepentir de haber dicho eso." Y Farlan solo recibe feliz un nuevo pedazo de tarta y me entregaba a mí la otra. Petra deja a la mitad su taza de té. Gunther está satisfecho.
—¿Es tu favorita?
—¿Cual? ¿La tarta?—. Farlan pregunta mientras señala el postre. Yo asiento, solo espero su confirmación. Ya he visto en pocos minutos lo feliz que se pone al comer una—. Sí, es mi... ¿postre favorito? Pero no suelo comerlo en repetidas ocasiones. Hoy es la tercera vez en el año.
—¡¿La tercera?! —exclamamos, sorprendentemente, Petra y yo juntas. Gunther se asusta ante el repentino cambio de voz.
—Si. Pero, las terceras veces siempre son especiales —. Farlan comienza otra vez a comer. Y Gun tiene una expresión que da a entender que no entendió ni un poco.
—¿No serían "las primeras veces"?
—La primera vez que probé la tarta de limón no la quería ni tragar.
Comienzo a reír imaginando una escena así de incómoda.
—Dejando la broma de lado, creo que es depende de uno. Tal vez el próximo año pueda decir que "las segundas veces son especiales" porque algo sucedió la segunda vez. Depende, supongo.
Terminamos una vez que la lluvia cesa a su tiempo. Petra y yo salimos del baño del restaurante para dirigirnos a la salida. Gunther nos esperaba fuera, con nuestras mochilas mientras Farlan se recuesta en una de las paredes del local. Me siento llena por el momento, aunque sé que más tarde quizás quiera tomar una sopa instantánea.
Caminamos juntos y conversamos por la avenida. Los carros con sus luces pasan rápido, lo que nos hizo caminar casi pegados a las edificaciones, pues tememos que alguno de ellos bordeara los filos y nos salpicara con los charcos.
—¡Petra, cuidado!—grita Gunther.
—¡Ay! ¿¡Qué!?—exclama mi amiga apegándose a mí, cerrando los ojos, luego escuchamos la risa estruendosa del varón y supimos que solo la estaba asustando. Farlan trata de aguantar la risa—¡No grites, que me asustas!
—Mi culpa, es que me causa gracia que siempre en una situación de "peligro" te apegues a _______.
Todos nos reímos, excepto de Petra, quien procede a dar pequeños golpes en el brazo de Gunther.
—¿Queda aún en pie que vayas a escuchar a mi banda en vivo? —pregunta Farlan, como una ligera invitación.
—¿Hoy tocan? —pregunto, aún sabiendo que solo lo hacen los fines de semana. Pero, tengo dudas después de todo.
—Si, pero todavía en horas. Pensé en que podrías venir conmigo el lunes.
—¿Lunes? Oh, cierto, es feriado.
—Y habrá tragos gratis —. Él ríe, sabiendo que no acostumbro a tomar mucho. Lo dedujo en la fiesta de Hanji.
Me parece una muy buena idea. Terminando los exámenes que vendrán, podré relajarme un rato. Le escribiré a Nanaba para darnos una escapada con Petra y Gun, quien ya está chocando puños con el rubio.
—... ¿Quieres hacer videollamada más tarde? —pregunta Farlan en un murmullo suave.
—Voy a estar terrible.
Lo que más deseo hacer una vez que regrese al apartamento, es bañarme.
—Voy a estar igual.
Suelto una carcajada, debido a que Farlan comentó en algún punto que no tendrá tiempo para volver a casa y tiene que encontrarse con Isabel y algunos amigos luego de comer.
—Me parece genial...
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱
¡Hola, hola!
Editando un poco, me di cuenta que me gustaba narrar cosas simples y conversaciones simples entre amigos y gente estresada en la u JKSA.
Casi no llego a publicar hoy ya que estoy preparando algunas cosas para el cumpleaños de una amiga. ¿hacen algo en sus ratos libres? aparte de escribir, suelo dibujar (mentira, dejé de dibujar hace meses por el estrés universitario, pero ya vuelvo) ver pelis y cocinar.
Nos leemos el lunes <3 cuídense mucho !!
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