𝟐𝟕 | 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 𝐏𝐭. 𝟑
❝ de corazones rotos ; tercera parte ❞
Cuando desperté, Petra ya no estaba. Dudo que se haya ido demasiado temprano a la casa de sus padres. Al parecer, no me despertó y ella ha regresado a su habitación. Observo el redondo reloj que reposa en una pequeña mesita. Aún es muy temprano, dormí apenas un par de horas. Lo cierto es que me pesan los ojos y mucho. Ni pude darme un tiempo para revisar los mensajes. Así que, dispuesta a leerlos, solo me llama la atención uno...
Nanaba: Hola guapaaaaa, hay que salir el sábado a donde mencionaste. Hanji si va a poder, y traeré a algunas amigas.
2:43 a.m.
Si ella hubiese mandado el mensaje por la tarde, probablemente hubiera respondido con un "Sí". El caso es diferente ahora, después de la conversación hace horas con Petra y no sé que responder, además que ya vi el mensaje..., Nanaba se percataría de aquello. Tampoco creo que sea buena idea preguntarle a Petra si quiere ir, cuando su respuesta claramente será un "no" o un "estaré incómoda toda la noche". De todas formas, le preguntaré después. Envío un mensaje a Nanaba luego de un sticker.
Voy a enviarle mensajes a Farlan, te escribo por la noche, se me hace tarde. 6:14 a.m.
Me levanto de la cama sin esperar más, y lo primero que hago tras salir del cuarto es volver a colocar los cuadernillos en mi mochila, dejando allí las hojas de práctica de la noche anterior... Necesito esforzarme más en mis estudios, así quizá logre distraerme un poco, como siempre ha sido. Mis clases comienzan a las ocho, pero he decidido ir temprano hoy con Gunther, ya que se lo pedí ayer mientras tonteábamos al subir las escaleras cuando llegué al apartamento. Supongo que él ya está despierto.
Tomo una ducha rápida, cepillo mis dientes y ya no tengo tiempo de tomar desayuno. Tal vez, en el primer descanso, tras dos horas, pueda hacerlo mientras estudio con Moblit. Me peino un poco el cabello húmedo y guardo el cepillo en mi mochila. Entro a la habitación de Petra, encontrando a mi amiga durmiendo plácidamente, asemejándose a una oruga. No quiero despertarla, así que solo la veo unos segundos y salgo al pasillo, topándome estrepitosamente con Gunther, casi chocando con él.
Veo su rostro, y el ve el mío. Comienza a reír. Ambos tenemos mucho sueño y yo estoy con los ojos algo hinchados.
—¡Tenemos que hacer una parada a una tienda, para comprar una botella de agua fría para bajar esa hinchazón!—exclama bromeando mientras caminamos hacia el ascensor. Suspiro después de reírme. Gunther me mira una vez más y dentro del ascensor, presiona el botón repetidas veces.
Me sorprendía el hecho de que con Gunther, Petra y yo nos sentimos bastante cercanas. Él es muy sociable. Y con ello no digo que mi amiga no lo sea y yo tampoco; sino, que él parece no dudar en hablar con alguien para cualquier cosa. Por el momento, a mí me toma mucho tiempo entablar la conversación con alguien; pero, desde luego, cuando logro hacerlo, no me detengo. Sonrío para mí misma cuando ya nos encontramos fuera del edificio, caminando con prisa, cruzando la pista casi volando.
Me gustan los días en que puedo caminar despacio, sin apuro. Pero hoy parece no ser uno de esos días y supuse que es lo mejor... Por que cuando camino tan apaciblemente, me pongo a pensar de más. No a tal punto como para perderme, pero si a tal grado que me lleno solo de pensamientos, sobrepienso demasiado, incluso las cosas con alta probabilidad de que sean erróneas.
Nos detenemos una cuadra antes. Aquí hay mucha gente, puesto que es la tienda de conveniencia más cercana al centro de estudio. Me quedo viendo algunos snacks, que solo provocan el hambre que hasta ahora me entero que tengo. Una sensación helada me recorre totalmente y doy un respingo, asustándome.
—¡Gun! ¡No hagas eso! —grito con susto, ¡Gunther ha colocado una botella, muy fría, en mi nuca!
—Estabas muy distraída ¿Quieres que te compre algo más?
—¿"Algo más"?
—Sí, sí. Esto es para ti —dice, estirando su brazo, logrando pasarme la botella—. Puedes ponerla sobre tus ojos, durante unos minutos, y así, ya sabes...—sigue hablando mientras lo veo tomar unas galletas saladas y luego pagarlas.
—¿Sueles hacer esto? —pregunto, refiriéndome a la acción de colocar una botella con contenido demasiado frío, sobre los ojos hinchados.
—No. Pero mi madre, cada que lee sus novelas y llora por los protagonistas, lo hace.
—Yo solo recuerdo que Petra, cuando íbamos a ver alguna película de drama, colocaba dos cucharas en el refrigerador... Así que, cuando amanecíamos con dolor en el rostro y frente, y con ojos que casi ni podíamos abrir, sacábamos las cucharas y las presionábamos levemente sobre nuestros párpados. Muy efectivo.
—¿Qué hacen qué? —ríe a carcajadas. Yo sonrío y bebo un poco del agua. Ya hemos llegado a la entrada —. Buen truco, buen truco. Se lo mencionaré a mi mamá.
Al final, termino contagiándome de su espíritu alegre. Gunther no cambia, siempre está sonriendo, a pesar de todo. Es gracioso, incluso cuando no pretende serlo y eso alivia nuestros días pesados. A veces suelo preguntarme cómo es que prefería pasar el tiempo con Petra y conmigo, teniendo él muchos amigos de varias facultades. Gunther se ha criado con muchos hermanos varones, eso es lo que sé, él es un chico que proviene de una familia numerosa..., mi amigo nos considera más como confidentes. Suele hablarnos de los rumores más jugosos de la facultad y algunas tonteras que hacen sus amigos, Petra lo tacha de exagerado casi siempre, pero aún así seguimos escuchando atentamente y riéndonos.
¿Soy muy afortunada? Sí, supongo que todos necesitamos a alguien que nos escuche aunque no entienda mucho del tema. Gunther no ha tenido parejas, pero es más porque él no quiere. Nos comenta sus intereses, o si alguna chica le parece atractiva. No obstante, todo termina en un "Me parece linda la chica tal, de la facultad de tal, pero no creo que a ella yo le agrade, ¿o sí?"
Y sonríe. Hasta que le decimos "No lo sabrás si sigues pensando así."
Sostengo con más fuerza su brazo.
—Oh, mira, mira, ahí esta Nifa —me susurra casi al oído.
—No la conozco —digo con franqueza, mientras observo a un grupo de personas en la entrada. Su nombre no me suena de algún lado, para nada. Y si lo escuché, probablemente lo olvidé muy rápido.
Pero no fue hasta que nos acercamos un poco, que la reconozco.
Ella es una de las personas que hablaban con Levi Ackerman, ayer, en la noche, antes de que me acompañara a mi apartamento... Está en el curso de Levi ¿creo?
—¿Te parece bonita?
—Claro. Me gusta su estilo. Ya quisiera ser buena escogiendo mis conjuntos de ropa que usaré a diario... ¡Y llegar así de temprano! Tendrá que pasarme tips.
—Mierda...—le escucho decir al verlo mirar su reloj. Parece que ya se le hizo tarde —. Te veo en el apartamento más tarde, voy corriendo a clase.
Los horarios de este ciclo no favorecen a ningún estudiante en realidad, me despido de Gun mientras lo veo correr, acercarse a unos chicos y dirigirse hacia el segundo piso del edificio de la facultad. Por mi parte, solo abro el paquete de galletas saladas que me regaló Gunther y me dirijo hacia una de las cafeterías para comprarme algo más, mi clase empieza en un menos de una hora.
...
Sentada en frente de Moblit, en el silencioso segundo piso de la biblioteca. Hanji acaba de llegar y debo decir que me parece muy intrigante la forma en que se contuvo de gritar al saludarnos.
—Hola chicos...—. La castaña nos susurra, ella aparece con una sonrisa, mientras se acerca a nuestra mesa y da unos brincos, que por algún motivo que desconozco, no emiten sonido alguno.
—Hanji, ven, siéntate aquí —Moblit palpa la silla que esta al lado suyo. Ella coloca su mochila encima de una de las mesas, para luego sacar un pesado libro y ponerse a estudiar sus propios temas. Estamos en una de las mesas pegadas a la pared, casi escondidos del resto. Mi celular carga en uno de los enchufes de la biblioteca al lado del de Moblit. Tenemos algunos cafés tibios para tomar. Yo bebo un poco mientras los observo.
Puedo decir ahora que los miro de una forma diferente. Soy consciente de su noviazgo. Petra tiene razón, una vez que lo sabes, se nota a leguas. Mucho. Fijo mi vista en mis hojas, tratando de enfocarme solo en eso. Hanji me pide con la mirada uno de mis resaltadores y se los paso.
De hecho, ahora que estoy mejor concentrada estoy logrando resolver las preguntas, que tanto me costaron resolver ayer, con facilidad. Moblit me señala los conteos que hice con mucho apuro y también cómo puedo resolver más rápido en menos tiempo. El sonido de sus dedos en la calculadora es extrañamente relajante. Hanji entierra su rostro en el libro.
Moblit también me muestra algunas pautas que en el siguiente ciclo suelen enseñar y yo le escucho atenta.
Al cabo de casi una hora, ellos ya tienen que ir a su siguiente clase.
—Pss, _______, pss.
—¿Eh? Dime, Hanji —pronuncio tras mirarla y dejar mi lapicero al lado, guardando todo en mi estuche.
—¿Me pasas el número de Levi? —pregunta. Ella cierra su libro, sin antes introducir un par de papeles entre sus páginas. Me sorprende la pregunta.
Evité decir un "¿No lo tienes?", aunque estaba a punto de hacerlo.
—Claro. ¿Lo perdiste?
—Se me borraron la mitad de mis contactos. Solo tengo el tuyo, el de Moblit, de Nanaba y Petra. Le pregunté a Levi, por su número hoy en la mañana. ¡Pero ese sigue siendo un enano resentido!
El castaño aguanta una risa, sin éxito. Por suerte no hay otros grupos de estudiantes leyendo cerca. Yo estoy boquiabierta, saco mi celular, guardo el cargador y busco el número del pelinegro.
—¿"Enano resentido"? —repito, Moblit quiere reír.
Caminamos de regreso, bajando las escaleras grandes.
—¡Eso es! —susurra Hanji —Solo lo fastidié un poco...
—¿Un poco? —. Incrédula, le dicto los números, que ella anota en sus contactos rápidamente.
—Un poco mucho, quizá —contesta.
Una vez fuera de la biblioteca, Hanji sigue hablando.
—Es normal que lo fastidie, me resulta increíble que se haya interesado en una chica.
Trago duro. Parpadeo muchas veces, mirando a la castaña de lentes. Ella se ríe con ganas.
—¿Puedes creerlo? ¡Porque yo no!
—¿Levi?
—Te comprendo, _______, incluso para mí fue difícil de digerir —Moblit se acerca a mí. Ambos parecen divertirse con ello.
Entramos al edificio A, yo quedo perpleja mientras Hanji y Moblit se despiden de mí para ir en otra dirección. Y yo, yo ni sé por qué estoy de nuevo dentro de este edificio, cuando ya no tengo otra clase hasta mañana. No he visto a Farlan por ninguna parte, tampoco a Gunther, aunque con él, son pocas las probabilidades de encontrarme debido a su ajustado horario.
Sin quererlo, comienzo a subir las escaleras. Sé a dónde voy. No es a la salida.
Solo quiero ver la sala de arte una vez más y luego me iría. No sé si Levi esté allí o no. Por dentro, necesitaba lo segundo, pero ansío la primera probabilidad.
Como siempre, el pasillo cerca a esa sala, es silencioso, tal y como lo recuerdo desde que ingresé a estudios superiores. Y como siempre, la puerta está entreabierta. Me río de mí misma tras recordarme asustada de entrar, que solo solía meter la cabeza para echar un vistazo.
Actualmente, no lo hago, simplemente entro. Y eso es lo que estoy haciendo.
Vacío. Ni una sola persona.
Pero esta lleno de lienzos con nuevas pinturas, como es de esperarse.
Contemplo algunos pinceles sucios. La ventana esta abierta de par en par y de repente una ráfaga de viento entra por ella, despeinando mis cabellos, haciendo rodar algunos de los pinceles más delgados puestos sobre una mesilla.
Sin opción, los recojo y los coloco en la mesa. Pero los tubitos de acuarela que están allí me resultan muy conocidos.
Por supuesto, son de Levi. Los que compró aquel día. Entonces... Él aún está aquí, en algún lugar de este amplio edificio.
Y, tal parece que le ha gustado pintar conejitos.
Sonrío tras ver a los diferentes tipos de conejos, ¡Oh, también hay cachorritos! Me río en voz baja, disfrutando de la vista tan agradable. Moví con mis dedos las pequeñas pinturas, hasta que mi vista se quedó fija en el lienzo al lado de la mesa: es una muchacha, pintada entre acuarelas de colores.
Es como dejar de respirar por unos momentos.
Aquella delicadeza para pintar, tan hermosamente, los cabellos...
Mi mano va a cubrir mis labios.
Cabellos naranjas... Nariz pequeña y ojos grandes, color de la miel...
—¿________?
Allí esta su voz, perforando mi corazón aún más. Y yo, admirando entre dolores, la bonita pintura, donde yace mi mejor amiga retratada entre variados colores cálidos, con la firma "Levi Ackerman" en una esquina.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱
¡Hola, hola!
Aquí lo prometido. Espero que les haya gustado el capítulo de hoy <3 (llora)
No tengo fecha para el siguiente capítulo pq empiezo clases el lunes y tengo que ordenar un poco mi horario, aparte se me acumularon las comisiones de dibujo y el trabajo me absorbe (sáquenme de aquí)
¡Gracias por leer hasta aquí!
Nos leemos pronto <3 Cuídense mucho, tomen mucha agua y coman todas sus comidas.
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