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𝟏𝟖 | 𝐄𝐋 𝐕𝐈𝐀𝐉𝐄 𝐩𝐭. 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥


el viaje; última parte


Mis labios no pudieron pronunciar palabra al instante. Me quedo mirando al hombre de cabellos negros quien no tiene expresión que me insinúe alfo más luego de lo que acaba de decir. Simplemente, después de pronunciar aquellas palabras su mirada fue hacia los colores y sus pinceles en la pequeña madera. A mí me ha derrumbado internamente y me encontraba un poco confusa.

—Yo...—. Quiero ser entendida. Aunque nunca lo he dicho antes abiertamente, deseo desde lo más profundo de mí ser pintada por él. Por supuesto que quería, mi boca debe abrirse para decir un "Si, hazlo". No podría nunca negarme en aparecer en un lienzo suyo, yo, muy dentro mío, ansiaba al menos que me dibujara en su libreta.

—Me tomaste por sorpresa... ¿De verdad quieres dibujarme? —pregunté con algo de duda. Me pregunto por qué dudo. No es que no confiara en él, pero me parece algo irreal hasta este momento estar aquí frente suyo. Él solo lo mencionó mas no dijo que escogería aquello.

—Si. Aunque dijiste que tienes que hacer otras cosas, como tomar fotografías.

Contesta Levi, desconcertándome. Entre las fotografías y él, lo escojo a él mil veces... ¿Cómo se atreve a cuestionarme así? Bromeo en mi mente. Me ruborizo de forma ligera al pensar en ello. Muestro una pequeña sonrisa una vez que siento la mente calmada.

—Puedo quedarme un rato —contesto. Él levanta la mirada, pues la tenía fija en los tubos pequeños. Me mira a mi directamente, y yo no aparto la mirada mía de la suya.

De verdad, de verdad me encantan sus ojos. Son tan...

—¿Te gusta algo en particular?  —pregunta a la vez que comienza a acomodarse para poder empezar.

La pregunta. Aquella pregunta... Hay muchas formas en que quiero responderla. Responder un "Tú" se queda guardado en lo más profundo de mi ser, con mi lengua presionando mis dientes. No puedo decirlo. No ahora.  Es más, parece que nuevamente el ratón me comió la lengua. "Me gusta particularmente tus ojos, o particularmente la forma en que pintas" parece también una respuesta no adecuada, me sabe a poco. Me gusta Levi Ackerman. Todo él.

—¿A... qué te refieres?

—Algún animal, algunos paisajes...—. Levi saca un lápiz.  Mi nerviosismo aparece de nuevo, pero esta vez, no me molesta tanto.

—Bueno, me gustan mucho las flores, esas, las cuales dibujaste y me regalaste.

Se queda en silencio un momento. Luego su mirada vuelve a mí y mi mente está torturándome con la idea de que, en cualquier momento, de mis labios se escapará decirle lo mucho que me gusta y la idea de abrumarlo con mis sentimientos representa un escenario muy surreal.

—Girasoles y tulipanes.

—Sí, girasoles y tulipanes.

Río porque siempre me ha causado gracia repetir lo que uno dice antes. Él me observa extrañado. Dudo, no sabía si tengo que hacer algo para que empiece a dibujarme, si es que se ha decidido a hacerlo. Bueno, es la primera vez que probablemente me van a dibujar y es normal que no sepa mucho. Tampoco he visto a Levi dibujar a alguien directamente.

Sin embargo, cuando lo miro en busca de alguna respuesta, él ya mantiene el lápiz pegado al lienzo. Él menciona en un murmullo que será la primera vez que usaría acuarelas de colores vivos y me emociono mucho. Mucho. Desvío la mirada avergonzándome. Grato error.

—Mírame un momento —. Voy a morir. Fijo mi vista en él con mucha pena. Él parece divertirse con ello, aunque no poseía en el rostro mueca alguna, pero el tono de su voz lo delata.

Escucho a alguien llamarme a lo lejos.

—¿Dónde estás? ¡Vamos a lanzarnos al lago! —. Reconozco la voz de Hanji. Levi y yo no estamos tan alejados de dónde ellos están... Quizás sí, pero no tanto como para que no vuelvan a encontrarme. Giro mi rostro y veo en la entrada del bosque a Hanji junto con Petra mirando a todos lados, buscándome.

Levi lo nota al instante. Después de todo, también escuchó claramente cuando Hanji me llamó.

—... Me buscan. —menciono con una sonrisa, aunque quiero disculparme si es que lo interrumpo.

—¿Vas a lanzarte al lago? —pregunta con curiosidad, ignorando lo que dije. Levi mantiene la vista en el lienzo.

—Planeaba hacerlo luego de tomar fotografías, ¿no vas a meterte también?

El sacude la cabeza para decir no, implícitamente.

—Puedes ir.

—¿Eh? —respondo. La voz suya no suena ni molesta ni fastidiaba. La calma es un tanto extraña a su alrededor y dejo de sentirme nerviosa al escucharlo. Suelo ponerme nerviosa al oír su voz y a la vez, me calma—, espero que consigas algo que te inspire —respondo y me levanto del pasto fresco —.  Aunque, de verdad me hubiera gustado que me dibujaras.

Sonrío mientras tomo el celular que dejé a un lado mío y sacudo mi ropa.

—... Está bien —. Levi vuelve a levantar la mirada para verme.

Quiero que diga que desea que yo me quede con él. Realmente ansío que me dibuje. Aunque yo no tengo el valor de decirle que quiero permanecer con él, tampoco quiero dejar a mis amigas de lado, pero... Lo veo a él, con su cabello oscuro y su mirada imposible de leer a simple vista; puedo permanecer para siempre haciendo solo esto. Quiero que diga algo, como un "Te dibujaré mañana" o un "Puedes volver luego, porque pienso dibujarte aún". Mis ilusiones suelen invadirme y sé que me dolerá más cuando estas pequeñas fantasías no se cumplan.

—... Después de todo, me sé los detalles de tu rostro de memoria.

Mi corazón se detiene por unos instantes que parecen eternos al escucharlo terminar su oración.

No pude ocultar lo que gritan mis ojos en este momento. Temía dar a notar que estaba sorprendida. Mi corazón comienza a latir muy fuerte, sin embargo, él luce como siempre, como si sus propias palabras no le afectasen y yo, aquí, muriendo en vida por lo que me acaba de decir... ¿Por qué?, ¿por qué no puedo responder? y ¿qué trata de decir con ello?

"Me sé los detalles de tu rostro de memoria." Yo también me sé los suyos. Su piel muy blanca y casi sin marca alguna, algo oscurecida bajo los ojos. La nariz fina, recta y pequeña. Las pestañas largas y caídas, espesas y oscuras. Los ojos azules, opacos, casi sin brillo; pero eso los hace hermosos y realmente cautivadores. Oscuramente cautivadores. Labios finos que se mantienen rectos la mayoría de las veces, con sus pómulos que suelen sonrojarse por frío y...

Estoy segura de que no se refiere a ello. Porque Levi Ackerman tiene una habilidad para captar bien el rostro y plasmarlo en sus pinturas y dibujos, así como lo hace con las otras mujeres de sus obras. No soy como ellas. No soy tan deslumbrante.

Pero, aquí estoy, emocionándome por algo que dijo sin poder evitarlo.

Mi corazón simplemente se detuvo.

Unos brazos rodean mi cintura, asustándome. Petra llega a mi lado. Levi sigue en lo suyo, sin prestar la mínima atención. Hanji está con ella, al igual que Moblit.

—¡Así que por aquí estás fotografiando! Oh, Levi, ¿Qué vas a pintar hoy? ¿El lago de nuevo? —. Hanji exclama y camina por los alrededores de él mientras se amarra el cabello. 

Petra se da cuenta de la situación, me pide disculpas con la mirada a lo que yo respondo que no es necesario, en un susurro. Sigo un poco atónita. Pero Petra me pellizca el brazo.

—Hanji, vamos un rato a ver a Nanaba, creo que nos llamó a ambas —dice Petra, alejándose de mí mientras tomaba del brazo a la chica de lentes y la arrastra un poco por donde llegaron.

—Ah, ¿sí? No escuché nada. — Moblit sacudió su cabello desde donde estaba, mojándome con pequeñas gotas de agua la cara. Él estuvo en el lago. Me pregunto si Erwin ya ha salido o permanece allí.

Petra le da una dura mirada al castaño. Moblit sigue sin captar la indirecta y yo me río.

—¡Pero quiero ver si está dibujando el lago!

—Ni te acerques. Tampoco hagas ruido —contesta Levi enfadándose.

Me doy la vuelta mientras suelto unas carcajadas. Mi amiga me toma del brazo mientras Hanji y Moblit hacen carrera desde donde están hasta el lago.

Petra me lleva con ella, disculpándose miles de veces más mientras yo volteo y despido con una seña a Levi. Este la vio y solo alzó un poco su pincel como respuesta. Me sorprendo, al parecer ya va a comenzar a pintar.

—¡Dios mío, Hanji no te quites la camiseta! —exclama Petra en un tono amistoso mientras la castaña corría solo portando su brasier y alzando su prenda.

—¡Solo se vive una vez!

Comienzo a reír.

—¡Mike, tápate los ojos! —grita Nanaba y por el susto, casi me hace soltar el celular. Ya hemos llegado a donde todos están reunidos y me encuentro a mí misma frente a las maderas donde me siento, con temor a saltar desde este pequeño muelle.

—Ya los tiene tapados con su cabello, bro —contesta Moblit. A parte, el Zacharius está de espaldas a todo, revisando la cocción de los alimentos en la parrilla.

Tengo ropa de cambio en mi maleta, cerca de la camioneta, así que podía lazarme con estas prendas. Petra tiene puesto un polo gigante que una vez utilizó hace tiempo para pintar su habitación, y bajo estos, su pantalón corto marrón. Las dos nos quitamos las sandalias y el contacto de nuestros pies con la madera nos hizo saltar.

Ella me toma de la mano mientras me muestra una sonrisa nerviosa. Hanji ya ha pasado a un lado nuestro, saltando hacia el lago y, detrás de ella, Moblit le siguió de nuevo, salpicándonos a ambas.

Le devuelvo la sonrisa a mi mejor amiga. Ambas temblamos y damos pequeños gritos cuando ya estábamos muy al borde. Siendo sincera, no me gustaba esta sensación próxima a saltar. No fui capaz ni en mis clases de natación frente a una piscina y ahora estoy frente a un lago.

—¡Hey, hey! ¡No salten sin mí! —. Nanaba se acerca, tomando mi mano libre. Ahora soy yo la que está en medio, incapaz de declinar. La rubia tiene puesto un traje de baño celeste de una sola pieza. —Bien, lo haremos a la cuenta de tres o se nos pasará el día sin hacerlo.

Las dos, Petra y yo, asentimos.

Erwin, Moblit y Hanji nos alentaban a hacerlo. Solo puedo ver sus pequeñas cabezas en el lago.

—¡No tengan miedo! ¡El agua no está tan fría! ¡De hecho, está perfecta! —dice Hanji mientras salpica a Moblit en el rostro ya que mientras ella nos hablaba, el chico andaba apoyándose en ella.

—¡Si no dicen "Entreguen sus corazones" cuando saltan, no valdrá la pena! ¡Yo sé lo que les digo! —. La gran sonrisa brillante del rubio tras decirnos eso me alienta aún más.

Uno. Nanaba pronuncia el primer número. Menos mal que aún no comimos porque estoy segura de que hubiera devuelto todo con esta tensión.

Dos. Miro a Petra otra vez. Está feliz, aunque los nervios están invadiéndola. Ella aprieta mi mano muy fuerte. Yo aprieto la suya con emoción. Veo a Nanaba cerrar los ojos. Yo cierro los míos, pensando en lo de hace minutos e imaginando a Levi pintándome.

Tres.

Mis pies saltan junto a Nanaba y Petra mientras gritamos lo que dijo Erwin, escuchando las risas de los chicos que se encontraban ya nadando. Me hundí en el contacto de mi cuerpo entero con el agua fría, por unos segundos, hasta salir a flote, tomando una bocanada de aire. Mi mano fue hacia mis cabellos completamente mojados, peinándolos hacia atrás mientras me río viendo a Petra que mantiene sus ojos cerrados con fuerza y pasando la mano por su rostro. Observo a todos que con gritos de júbilo se acercan a nosotras.

—¡Pensé que no saldría a flote! —. Petra comienza a reír tras lo que dijo, se abraza a mí, hundiéndome un poco hasta ambas nos estabilizamos. Hanji le da leves toques en la cabeza al igual que a mí.

—¡Chicos, sosténganme, siento que me hundiré en cualquier momento! —. Nanaba es sujetada por Hanji.

—Súbete a mi espalda. —dice la castaña entre carcajadas —. Un dólar por cada minuto de paseo.

—Qué pesada.

—¡De algo debo vivir!

La música de la camioneta se escucha fuerte así que me encuentro alegre lanzando agua con Petra.

Erwin nos enseña a ambas a cómo nadar como reos. Mi amiga y yo nos miramos entre sí con expresiones divertidas, no sabemos si esa información nos será útil algún día, pero por si acaso prestamos atención.

—Imagina que algún día te meten presa a una cárcel de alta seguridad, una del tipo que está en una isla —. Erwin nos mira. Yo trato de imaginarlo, aunque no sé decir con certeza por qué me encerrarían en un lugar así. Petra asiente —. Bien, ahora imagina que llevas allí años maquinando cómo salir, y cuando por fin burlas la seguridad, te ves frente a la gran masa de agua.

Eso sí que me desesperaría.

—Me dejaría atrapar. No podría nadar. Renuncio.

—¡Esa no es la idea! —exclama. Petra comienza a reír —. Imaginemos que no te da miedo...—. Asiento — y tienes esposas cubriendo tus muñecas a tu espalda.

—Auch —dice Petra mientras trataba de flotar por sí misma sin apoyarse en mí.

—¿Cómo nadarías con las manos en la espalda?

—Perdón, me imaginé moviéndome una foca —. La de cabellos naranjas puso su mano en el hombro del rubio para estabilizarse. Río ante su comentario.

Erwin se ríe con nosotras y luego puso sus manos detrás de su espalda y comenzó a moverse, nadando como un profesional, sin necesidad de usar sus brazos.

Suspiro pensando en cómo haré aquello, por otro lado, Petra se muere de la risa al ver al rubio nadando de esa forma. La risa era tanta que hasta parece haberle dado hipo y suelta pequeños gritos.

Al final las dos lo intentamos y asemejamos a peces fuera del agua tratando de movernos.

Gritamos emocionadas cuando Mike se lanza al agua, casi hundiendo a Nanaba en el proceso. Aprendimos a nadar de esa forma, aunque falta perfeccionar, pero ya sabemos por lo menos, como escapar por el mar por si alguna vez terminamos en una prisión en una isla.

(...)

Es muy gracioso. Comienza a atardecer y estamos todos, menos Levi, sentados en las mantas que tendimos en el suelo, cubiertos hasta las cabezas con nuestras propias toallas. Parecemos una cordillera. Todos como unas pequeñas montañitas, sentados, cruzado de piernas y castañeando los dientes, pues al salir del agua, el aire nos rozaba muy frío.

Ya nos hemos cambiado de ropas cada uno en el auto, por turnos. Mike, Erwin y Moblit dejaron sus prendas húmedas tendidas encima de la camioneta para que se secaran por el sol. Nanaba, Hanji, Petra y yo también dejamos nuestra ropa. Mi ropa interior también, aunque Petra no quiso dejar la suya a la vista. No quería que la vieran, pero Hanji la deja encima, un poco oculta, así que Petra y yo nos animamos más.

Tenemos un plato de comida casi ya por terminar y un Levi completamente seco, sin una sola gota de agua frente a nosotros, comiendo. Todos le miramos.

—¿Qué? —pregunta él algo incómodo por el hecho de que todos mantengamos nuestra mirada en él.

—¡No te metiste tampoco esta vez al lago! —. Nanaba le reclama colocando los brazos a ambos lados, exagerando su expresión.

—Me fastidia tener la ropa húmeda.

Agarro mi vaso con soda para tomar unos sorbos.

—¡Métete desnudo entonces!

Mi soda casi se sale por mi nariz. Casi. Petra comienza a reír junto con todos los demás por la expresión de indignación que ahora tiene Levi.

—Lo que sucede, es que Levi no sabe nadar —. Erwin menciona aquello y Levi lo ve unos momentos para luego asentir.

No voy a mentir, es algo que ya deduje.

—¡Rayos! ¡Yo quería decirlo primero!

Hanji parece enojarse por ellos mientras come. Exclama de nuevo lo mismo con la boca llena, ganándose que Nanaba le tirase una servilleta hecha bolita.

—Han pasado años y sigues con el hábito de hablar mientras estas comiendo.

—Me acostumbré a que me lances las servilletas.

Termino de comer, mi toalla cubre mi espalda para evitar que mi cabello humedezca mi polo delgado de mangas largas. Una de mis prendas favoritos, de color azul marino. Tengo puestos pantalones cortos de tela gruesa negros, que me gustaban mucho. Mis pies jugaban con mis sandalias a la par que veía a todos terminar de comer y guardar sus platos descartables y vasos en una bolsa, coloqué los míos también luego de tomar hasta la última gota de bebida de mi vaso. Moblit lleva la bolsa a la parte trasera de la camioneta. Ya cuando estemos de regreso, la botarán en uno de los contenedores grandes de basura que hay cerca de las gasolineras de la carretera.

Erwin prende la fogata en los trozos de maderas. Ver el fuego nacer entre ellas me parece maravilloso. Saco mi teléfono y tomo fotografías de algunas cosas triviales y luego del cielo que está coloreándose en tonos morados y rosas, encantadores.

—¡Tómanos una foto a Erwin y a mí! —. Moblit se pega al rubio mientras las llamas consumían las pequeñas ramas. Sonrío mientras enfoco a ambos y los capturo sonrientes en una foto.

Me giro a ver a Nanaba y ella apoya su hombro en Mike. Qué adorable. Les tomo una foto y al verla bien, Mike parece estar sonriendo. 

También tomé una foto a Hanji quien hace el signo de la paz mientras saltaba. La foto salió borrosa y con ella flotando.

Tomo de la mano a Petra mientras la llevaba cerca de la camioneta y la dejo allí.

—¡Ya, ya! ¿Qué pose hago?

—Como las que haría un fisicoculturista —bromeo y Petra me sigue el juego mientras hace las poses más raras posibles, como si tuviese los músculos muy desarrollados, mostrando los brazos.

Me río sin control. Mi amiga se acerca para llevarse el celular de mis manos.

—Yo te tomo una. Anda, ve a hacer las poses de Gunther. Imítalo.

—Yo digo que te subas encima de la camioneta —. Hanji levanta el pulgar en aprobación.

—Vamos a intentarlo.

Erwin no tiene problema alguno. Al parecer él también alguna vez se tomó fotos así antes. Hanji se agacha para que pudiese pisar su espalda y subir ayudándome de las barandillas que tenía la camioneta encima. Cuando lo logro, extiendo los brazos.

Desde donde estoy, todo se ve incluso más lindo. Extrañaré este lugar cuando yo ya no me encuentre aquí. Entre amigos, personas con las cuales pensaba que no iba a hablar nunca, ellos se divierten de esta manera y me siento feliz encima del vehículo, sin darme cuenta de que Petra ya me ha tomado muchas fotos. Veo que Mike ayuda a Erwin a armar algunas tiendas de campaña. Son grandes, en total hay dos, donde pueden entrar en cada una cuatro o tres personas. Levi menciona que dormirá en el auto, y Moblit también dormirá allí, pues debido a que los asientos de atrás están muy juntos, lo usará de cama.

—¡Yo duermo con ustedes! —dice la rubia de cabellos cortos caminando hacia nosotras.

—De igual modo lo ibas a hacer. Las cuatro dormiremos juntas.

Petra se apoya con una sonrisa en la camioneta. Me siento en el borde, con mis pies tocando una de las ventanillas cerca de mi mejor amiga.

—Pásame el celular les tomaré una foto tal y como están —. La chica de ojos azules se ofreció. La Ral y yo sonreímos.

Luego de ello, comencé a entregar a cada una sus ropas que estaban tendidas encima del auto.

Bajo de la camioneta con un poco de ayuda, pues tengo ocupado un brazo ya que estoy cargando mi propia ropa. Nanaba me entrega mi celular una vez toco el suelo. Enfoco de nuevo, tratando de ver que más capturar en mi celular aquí.

Levi de perfil, con el fuego intenso y llameante frente a él. Su rostro es iluminado, se colorea en esos tonos cálidos ante la llegada de lo morado y azul debido a que la noche está haciendo aparición. Él puede ser la captura perfecta.

Tomo unas dos fotos y luego me doy cuenta de que él ya se percató de lo que hice. Si él quiere que las borre, lo hare. Pero simplemente me mira unos segundos y luego sigue en lo suyo, hablando con Mike acerca de lo buena que estuvo la comida y algunas otras cosas que ya no puedo escuchar. Me acerco a la fogata. No sé si Levi terminó la pintura o si al final terminó dibujando otra cosa. Le he visto al regresar de cambiarme de ropas—yo fui la última en hacerlo—, y también vi cómo cubrió el lienzo y lo guardó en la parte de atrás de la camioneta. Mentiré si digo que no tengo curiosidad y quiero ver por lo menos hasta donde ha llegado con el dibujo que tuvo en mente.

Todos nos sentamos alrededor de la fogata. El cielo se oscurece mucho. La noche desde aquí es mágica. Sí, mágica, puedo contemplar muchas estrellas que no se pueden contemplar en la ciudad. Muchas de ellas, estas pequeñas estrellas, brillando. Mi vista se fija en su luminosidad. Cuando bajo la mirada con la intención de ver nuevamente la galería de mi celular, me topo otra vez con la mirada de Levi, quien mantiene los ojos en mí. Él está frente mío con la fogata en medio. De forma simple, él retira sus ojos sobre mí y sigue conversando con Mike.

Comenzaron a hablar sobre algunos chismes de la universidad. Recuerdan cuando Gunther me vomitó encima y me reí de ello, bueno, es que ahora eso me parece un hecho bendito y estaré agradecida con Gunther por el resto de mi vida o solo estoy exagerando. Levi no parece conocer ese hecho, es más, ni sabía que me habían vomitado encima en la fiesta. Aprovechando que soy tema de conversación, Hanji habla de cuando me confundí de salón y siento mis mejillas enrojecer. Moblit cambia de tema y nos cuenta de cómo Erwin se perdió una vez en la plaza central por andar buscándolo a él en la madrugada luego de una fiesta cuando Moblit andaba tranquilo y durmiendo en su casita. O también hablan de cómo Levi un día se quedó sin las llaves de su apartamento y tuvo que hacer "un acto vergonzoso": pedir ayuda a Hanji.

Nos quedamos hablando bastante y en un punto Hanji saca a bailar a Petra una de las canciones que puso ella en su celular y Moblit me saca a mí, aunque yo me la paso todo el rato sujetando mi estómago por las bromas que él dice. La fogata disminuye y nuestras sombras se hacen grandes. Después Nanaba murmura algo acerca de un ritual de baile en el bosque y Mike le acaricia la cabeza, diciéndonos que ella está hablando incoherencias porque se muere de sueño.

Yo finalmente me rindo ante el cansancio y voy a dormir en una de las tiendas, junto con Nanaba.

(...)

Estamos en la cabaña guardando nuestras cosas. Llegamos aquí cerca de las once debido a que a Hanji y a Moblit le pareció una buena idea ir a lanzarse al lago otra vez y, al final, Erwin y Nanaba resultaron metiéndose también. En fin, fue toda una odisea y llegamos más tarde de lo esperado a la cabaña. En la habitación que comparto con Petra, se encuentra Mike, quien agarra una de las armas colgadas en la pared, debido a que está mal puesta y puede caerse. La verdad, ni me di cuenta de lo peligroso que resulta. Levi se encuentra a mi lado mientras miro a Mike. El pelinegro me extiende algo y yo fijo mi mirada en el cuaderno que Levi me entrega sutilmente. Es la misma libreta donde están plasmados algunos bocetos suyos.

—Llévatela —. Escucho su voz calma y veo su mirada relajada. Sonrío. Tal vez adivinará siempre lo que trato de preguntarle a través de mis ojos.

El tercer día nos la pasamos hablando entre todos, con las puertas abiertas y sentados en el suelo de la cabaña. Alistamos nuestras cosas para partir por la noche y llegar, más o menos, en la madrugada del día siguiente y poder descansar por lo menos 12 horas antes del retorno a clases.

El día pasa muy rápido cuando uno realmente lo disfruta. Tengo una hoja de papel y un par de lápices que me prestó Levi hace unos minutos, y me puse a dibujar un poco mientras Petra estaba a mi lado observando curiosa mientras me contaba una tontería que hico Gunther hace unos meses. Yo tengo mi cabello amarrado y, en frente, a Hanji comiendo los dulces que sobraron de la reunión en la fogata. Cuando ya está por ser las seis de la tarde, tengo cerca de cinco dibujillos. Unos intentos. No dejaré que Levi los vea.

No por el momento, realmente debo perfeccionarme. Petra también intentó al lado mío, pero termina por arrancar su propia hoja y tira los restos al tacho de basura para que nadie lo viese.

Guardo la libreta en mi mochila junto con las pequeñas hojas y los lápices los coloco en la mesa, luego se los entregaré a Levi. Mientras estaba de pie acomodando mi mochila, observo como los chicos jugaban UNO y se están peleando. Me uno al juego y me siento al lado de él, Levi también está allí.

Entre bromas y risas tontas, llega las diez de la noche. Comenzamos a apagar las luces y cerrar las puertas. Echo un último vistazo a la habitación principal antes de cerrarla. Bajo las escaleras apresuradamente y, con Mike esperándome afuera, salgo de la cabaña. Él cierra la puerta principal, asegurándola.

Entro a la camioneta, me siento al lado de Petra en el último asiento. Levi está de copiloto y Mike va a manejar esta vez.

—Petra, pásame la manta amarilla.

—¿Ésta?

—Si, por favor. Gracias, ¡me despiertan cuando lleguemos a casa de Erwin! —avisa Hanji mientras se cubre con su manta y Moblit se acerca para quitarle los lentes y luego entregarlos a Petra. Ella los guarda en uno de sus bolsillos.

Cuando Hanji Zoe parece estar profundamente dormida, Nanaba habla:

—No la despierten cuando lleguemos.

—Qué mala.

—Lo siento, pero la vez pasada fui yo quien se quedó dormida y nadie me despertó ¡Hasta Mike estuvo metido en ese plan!

—Me obligaron. —responde el rubio aludido. Aguanto la risa porque Nanaba tiene esa expresión de que quiere vengarse de todo.

—Ajá.

Siento mis ojos cerrarse mientras apoyo mi cabeza en el hombro de Petra. Ella hace lo mismo, apoyando su cabeza en la mía. Mi amiga nos cubre a ambas con su manta, para finalmente dormir.


▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱

tuve bastantes problemas por aquí (escalaban de nivel) pero lo más importante es que tienen un nuevo capítulo. ayer me encontré en persona con una amiga que hice por internet. ella viajo a mi país y entre charla y charla me recordó este fic, ya que ella es una de las primeras lectoras de you're so cool y, además, nos conocimos por los comentarios que dejaba en este fic (tqm cami)

todo se siente tan surreal ahora

no puedo creer que estamos 2023

y sea junio

«Es junio. Estoy cansada de ser valiente.»

¿no es lo que dijo Annie Sexton?

Nos leemos el jueves <3

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