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𝟏𝟕 | 𝐄𝐋 𝐕𝐈𝐀𝐉𝐄 𝐩𝐭 𝟒



el viaje; cuarta parte


Cerca de las ocho y media de la noche comenzamos a ver unas películas que, tal y como dijo Erwin, son de hace ya muchos años, pero súper buenas que me ponen ansiosa. Me tienen pegada al sillón, observando y pensando en qué es lo que podría ocurrir en las próximas escenas. La película trata de unos jóvenes e intrépidos ladrones que, por azares del destino deciden asaltar un tren por la noche, fingiendo ser pasajeros. Cerca de diez personas están retenidas en el vagón mientras la película nos da a conocer cómo es que aquellas llegaron hasta ese infortunio. Una joven pareja, una familia con un niño, una pareja de abuelos, unos amigos, un hombre. Y mi curiosidad cada vez aumenta.

Petra cada que el ladrón ebrio habla con algún pasajero, se pone muy nerviosa y apretaba mi brazo, como siempre suele hacer para cualquier cosa. Me tenso por un momento al sentir el toque de Moblit en el hombro para pedirme que le pase uno de los vasos, pues va a servirse un poco de agua y el único vaso al alcance está en la mesita frente mío.

—Creo que vi esa película hace tiempo con mi madre...—musitó Hanji mientras entrecerraba los ojos tratando de recordar.

—Ni se te ocurra decirnos algo respecto al final. Yo no la he visto —. Erwin habla por el pueblo. Yo tampoco la he visto y está demasiado interesante como para que me digan el final de repente.

Todos estamos juntos en los sillones y alfombra. En la sala de estar hay dos sillones, uno para tres personas y el otro es individual. En el suelo, la alfombra gruesa más unas mantas tiene a Mike, Erwin y Moblit cómodos. Y aunque le dije a Moblit que yo me sentaría en el suelo acolchado, él dijo, en ese momento, un suave "No te preocupes, siempre hacemos esto". Y dice la verdad, pues Hanji contó antes del inicio de la película que la vez pasada que estuvieron aquí, ella ocupó dos espacios del sofá con sus piernas flexionadas. Ahora se está controlando, aunque mi amiga de cabellos naranjas dice que no le molestará, en absoluto, aquella acción, debido a que lo encontrará adorable.

Levi Ackerman está en el sillón individual, con la pierna flexionada, apoyada en la rodilla. Y sobre esta, descansaba su codo. La barbilla se apoyaba en sus nudillos. Él si ha visto la película, aunque solo cuando era un niño. Su mirada empieza a ver otra cosa a parte de la película, así que antes de que pudiese pillarme viéndolo, aparto mi mirada de él y me fijo en la fotografía en blanco y negro que caracteriza al filme. Casi no veo este tipo de películas, pero para mi sorpresa, es tan atrapante que me tiene sujeta.

El disparo que resuena debido al alto volumen de la película, hizo que todos saltáramos al mismo tiempo de nuestros sitios; por mi parte solo atino a colocar una mano cerca de mi pecho por el susto. Y Petra cierra los ojos muy fuerte. Luego de un rato y ver a Erwin tener la boca abierta mirándonos a todos a la cara, nos reímos a carcajadas.

Miro a Levi quien se da un autogolpe el rostro con una almohada. Y me río aún más.

Luego de aproximadamente dos horas, la película finalizó, dejándonos un sabor amargo, pues, aunque terminó a favor de los pasajeros, hay cierta aura de desconsuelo.

Un sabor extraño.

—¿Vemos otra o vamos a explorar? —pregunta Mike sacando el CD.

—¡La noche es joven! —exclama Nanaba, imitando uno de los diálogos de los ladrones del filme —. Vamos a explorar y luego regresamos a ver otra película, si es que todo termina bien

Me levanto del sillón junto a Petra, y la castaña de lentes, al ver los espacios vacíos, se desliza hasta quedar echada sobre este.

—¡Ah, ya me dio flojera! —. La de cabellos marrones bosteza mientras extiende los brazos.

—Mueve ese trasero. Hoy nos perdemos todos entre los árboles. Nadie se queda para avisarle a la policía nuestra causa de desaparición —. Le dice Nanaba. Ella se levanta de los cojines y a pasos lentos se dirige hacia la Zoe

Siendo sincera, me aterra un poco la idea. Si bien cuando Petra me dijo antes eso de ir a explorar las dos, ambas sabíamos que no duraríamos tres pisadas dentro del bosque y regresaríamos al instante; por ello bromeábamos acerca de eso. En cambio, estos chicos son más avezados y sabemos lo que eso implica: Adentrarse en el bosque hasta que alguno se pierda de verdad.

Estoy algo curiosa. Tengo la certeza de que Levi conoce todos los alrededores de este lugar, así que un veinte por ciento de mi miedo se ha ido con aquella idea. Pero, luego ese veinte por ciento, el cual pensé que se ha ido muy lejos, regresa al pensar que Levi hace tiempo que no vive por aquí; las fotos que hay son mayormente de él de niño con su familia, mas no encontré alguna de por lo menos, sus años de adolescencia. Y dudo que, en visitas anteriores con sus amigos, hayan ido a explorar el bosque en la noche.

Moblit abre la puerta y el aire frío recorre mi cuerpo. Voy con Petra y Mike al cuarto para traer los suéteres o abrigos de los demás, mientras estos nos esperan en la entrada con las linternas ya cargadas.

Bajo con mi abrigo de antes, solo que me lo había quitado cuando llegamos debido al calor; Petra, con su suéter y Levi quien ya tenía uno puesto. Entregamos algunos abrigos y salimos de la casa a empujones amistosos para decidir quién será el que va a ir al frente para guiarnos

Nanaba se ofreció ir de vanguardia y eso que mencionó alguna vez, y todos confirman, que nunca ha explorado el bosque.

A Levi le da igual con tal de distraerse un rato. De igual forma va a estar cerca de Nanaba. Lo veo bostezar y tapar su boca con una mano. Lamentablemente, ver aquello, me contagia el bostezo y lo hice.

Caminamos un poco desorientados mientras hablamos de todo tipo de cosas y nos reímos.

—¿Te imaginas que de repente alguien salga de entre los árboles con una motosierra y nos persiga?

—Erwin, no estoy listo mentalmente para ese tipo de preguntas —. Moblit responde mientras retrocede hasta llegar al lado mío y de Petra.

De pronto pierdo de vista a Mike e incluso dudo de haberlo visto con nosotros en la pequeña expedición.

—Eh, chicos...—llamo. Levi detuvo su paso para girar a verme. Petra, Moblit y yo somos los últimos en la fila, que andábamos entre broma y broma hasta que noto la falta de alguien. Pronto se suman las miradas de los demás—. ¿Dónde está Mike?

—Está justo a...—. Nanaba está sonriente, pero de un momento a otro su rostro deja de tener color, se ve incluso más pálida —, a... mi lado.

Creo que ya es muy obvio que al lado suyo no hay más que un árbol. Estaba comenzando a ponerme ansiosa, hasta que un sonido de hojas moviéndose nos puso a todos en alerta y apuntábamos con la linterna todas partes. El pelinegro también lo hace, pero él está más confundido que otra cosa.

En medio de la tensión, Petra dice que regresáramos todos, que, de seguro Mike trataba de hacernos una broma y que con lo alto que es lo confundimos con los árboles.

Justo cuando ya estoy por dar media vuelta, el grito de un hombre, me eriza los vellos y nos asusta a todos. Salimos corriendo de regreso mientras gritamos. Quien corre como desquiciado es Moblit, de hecho, podría haber ganado un concurso de atletismo, aposto por ello.

Cuando llegamos a la puerta de la cabaña, Nanaba se está riendo al igual que Erwin. Mike está detrás de la rubia con la expresión de mayor calma posible. Por supuesto que ha sido una broma, pero Moblit parece que va a morir en cualquier momento. No sé qué sentimiento tengo ahora mismo, pero Petra me aprieta la mano muy fuerte.

—¡Me...! ¡Me vieron la cara de estúpida! —vocifera Hanji al ver a Nanaba reírse tanto hasta tener que apoyarse en el suelo. Yo ni sabía hasta ese momento que Mike puede gritar de esa manera tan espeluznante.

—¡Yo tampoco sabía! ¡Fue obra de Erwin y Mike!

—¡No me jodan! ¡Casi muero! —. Moblit se sienta frente a la puerta, aunque luego de un rato suelta un par de carcajadas —. ¿Dónde está Levi?

—Conociéndolo, seguro recién va a salir del bosque. No corre ni por su vida —se mofa Hanji mientras se sienta al lado del Berner.

—Ya cállate cuatro ojos, estoy aquí —. No lo había notado, pero está detrás mío y camina algo enojado hacia la puerta.

La brisa es helada, el abrigo que tengo puesto es el que más me ha protegido hasta entonces y es muy extraño que ahora sienta que me congelo, aunque lo tengo puesto.

—Oigan tengo frío, ¿Me abrazan? —dice en tono bromista Erwin. Sonríe y Petra se acerca.

—¡Me ofrezco porque también tengo frío! —. Mi mejor amiga le sigue la broma, mientras por otro lado Mike abre los brazos y Hanji también, parándose del suelo.

—¡Me gustan los abrazos!

—Yo también me uno ya que...—. Moblit se acerca a mí, palmeando mi espalda para avanzar hacia el abrazo grupal.

Yo camino hacia los chicos. Miro a Levi quien junta un poco la puerta de la cabaña, y al percatarme de que me está mirando, le hago una seña para que se una también. Aunque noto cierto desagrado a la idea, no puedo evitar reír en voz baja por ello.

—La ronda, la ronda...

—Hanji, no. Mike no le hagas caso...—dice Nanaba. Petra parece comprender y empieza a moverse hacia la izquierda manteniendo el abrazo. Yo trato de dar significado a sus acciones hasta que veo cómo Hanji salta moviéndonos a todos, y estos le seguían mientras se mueven hacia la izquierda entre salto y salto.

—¡No, no! ¡Me voy a caer! ¡Me aterra saltar y girar todos abrazados! —grita Nanaba mientras se sujeta a la camiseta de su novio y se le alborotan los cabellos cortos.

—¡Tranquilas, chicas! ¡Esto no se va a descontrolar!

Me río tras lo dicho por el rubio de ojos azules. En un momento nos desequilibramos y veo a Moblit caer con Erwin. Se ahogan en risas por ello. Yo también me voy hacia atrás sin querer, chocando con Levi, que, al final se unió a la fuerza y este sujeta mis hombros con firmeza, lo que me recordó la vez en la que me confundí de salón y terminé por error en la sala de Arte.

Ni tiempo para sonrojarme tuve pues la risa me gana.

Él tampoco me suelta.

(...)

—¡Levántate, ahora! —. Pensé que un terremoto ocurría tras sentir las sacudidas y el peso sobre esta que me hundía. Por unos fragmentos de minutos pensé que, por tal movida, se van a caer las escopetas sobre mi cabeza.

Me restriego los ojos como pude y veo a Petra saltando encima de la cama donde estaba, hace tan solo unos minutos durmiendo. En uno de los saltos pisa mi pie.

Grito de la impresión.

Ella también porque al pisarme tiene que abortar la misión y termina por lanzarse al suelo.

—¡Mi pie! —exclamo mientras me siento entre las sábanas celestes y abrazo mi pierna.

—¡Lo siento! —. Petra se abraza a mí, pero luego frunce el ceño —. ¡Tampoco soy tan pesada!

—Chicas, dejen dormir al prójimo —. Moblit, quien dormía en un colchón inflable, también en la habitación, tiene los cabellos desordenados y los ojos pequeños al despertar. Lindo.

—Van a ser las nueve. Vamos a ir al lago...—menciona Petra a la par que se pone de pie y se coloca frente a la espalda de Moblit.

Unos golpes en la puerta suenan, y con algo de pesadez abro, encontrándome con Levi. Parpadeo porque creía que iba a ser Hanji la encargada de avisarnos.

—Salimos en una hora —. Levi observa su reloj que tiene puesto en la muñeca, luego me ve y queda estupefacto —. ¿Recién despiertas? —pregunta sorprendido.

—¿Buenos...días?

Me saluda de vuelta algo indeciso y luego ve detrás mío a Moblit que, por fin y después de tanta insistencia, se digna a levantarse.

—Espera... ¿Qué hace Moblit aquí? —contemplo cómo sus ojos se abren más de lo usual.

Y, bueno, esa es una larga historia... Resulta que, en primer lugar, solo Petra y yo dormiríamos en esta habitación y en la cama grande. Este dormitorio está unido por una puerta de madera a otro que tiene dos camas individuales y un colchón inflable. Hanji, al parecer, si resulta ser sonámbula y Moblit cansado de los ronquidos de Nanaba y la actitud extraña de Hanji, pidió casi a lloriqueos, en medio de la noche, dormir en nuestra habitación del momento.

Los tres nos quedamos despiertos a partir de ese momento debido a que Moblit tiene un juego en el celular que funcionaba sin internet; Petra y yo nos turnábamos hasta que el cansancio nos llegó de repente a los tres.

—Hanji no lo dejaba dormir, así que le hicimos un espacio —contesto rápidamente. Él sigue con su mirada sospechosa.

Se va luego de unos segundos y Moblit sale de la habitación para cambiarse en el baño del primer piso, en lo que nosotras nos cambiamos de ropas. El sol alumbra muy fuerte hoy y la atmósfera cálida es gratificante. Voy al baño para lavarme el rostro y los dientes, Nanaba me espera en el marco de la puerta sosteniendo un peine, ya cambiada y bonita, pero con su cabello hecho un desastre.

Ya en el auto y en medio de bostezos, a pesar de que ya eran las diez de la mañana, me siento con Moblit esta vez, pues Levi va a conducir y Erwin está de copiloto.

—¿Quieres repelente? —pregunta Moblit mientras me pasa el producto que él tiene.

Niego con la cabeza.

—Ah, tengo el mío, gracias —respondo. Moblit pregunta lo mismo a quienes están detrás nuestro. Busco en mi mochila y me aplico un poco en las manos para frotarlos finalmente en mis piernas desnudas.

Traigo puesto un pantaloncillo corto y ya veía venir las picaduras de mosquito igual de brutales como sucedieron en las piernas de Nanaba. Le pasé el repelente a Petra al girarme hacia atrás; ella está junto a Nanaba y Hanji, que no sé cómo logra entrar entre las dos. Adelante va Mike leyendo una revista.

—¿Recuerdan la vez anterior, cuando nos perdimos por unos momentos ya que Erwin estaba conduciendo? —. El castaño que estaba a mi lado preguntó aquello. Huele a bloqueador y su cabello castaño casi rubio, brilla más.

—Claro. Pero Erwin culpó a la fatiga que le causaron los exámenes.

Mike contestó la pregunta hecha por el Berner. El rubio, aludido, volteó a vernos.

—¡Es la verdad!

—Aunque no estuve allí, estoy de lado de Erwin porque sé cómo es la fatiga post exámenes —digo colocando mi codo en el hombro de Moblit y ambos nos reímos. Levi me mira a través del espejo.

¡Comienzo a extrañar a Gunther! De seguro que, si estuviera aquí, me encontraría menos nerviosa. 

—No va a tardar mucho, ¿verdad?

—Ah, no, Petra. De hecho, ya llegamos.

Yo bajo primero pues, esta vez, no estuve al lado de la ventana. Cuando mis sandalias tocan la zona llena de pasto seco, me entra un cosquilleo.

La vista es increíble. La laguna se ve entre un azul turquesa y el cielo está despejado. El sol se encuentra en lo alto pero la brisa fresca lo compensa. Petra baja de un salto y ayuda a Mike a abrir todas las puertas de la camioneta blanca, pues Erwin va a colocar música desde allí. Camino de vuelta hacia ellos, para acompañar a Nanaba quien está en la parte trasera de la camioneta sacando con cierta dificultad una pequeña parrilla roja y redonda. La ayudo y muevo también un pequeño saco de carbón vegetal. Llevamos ambas cosas hacia la zona donde vamos a instalarnos.

Una mano femenina sujeta mi brazo, Nanaba me mira sonriente cuando ya hemos dejado las cosas fuera del vehículo y me lleva con ella.

—Vamos a mojarnos los pies —. Me invita animada a lo que yo asiento mientras me quito los zapatos.

Ambas subimos cerca de lo que parece ser un puerto chico para botes de pesca de la gente aledaña. La madera húmeda, mis piernas temblaban un poco ¡Nunca había visitado una laguna! Luce grande, no tanto como el mar, pero lo suficiente como para causarme algo de temor.

Nanaba se sienta en el borde de la madera, y los dedos de los pies se hundían en el agua azulina. Yo imito su acción y entre las dos comenzamos a salpicarnos agua.

—¡Ahh, me gustaría estar más tiempo con esta edad! ¡Si no, en poco estaré a punto de terminar mi carrera! —exclama algo angustiada mientras se echa a mi lado

—¿Por qué? —pregunto. No sé si ella, al igual que Levi y casi la mayoría que están con nosotros este año, se va a graduar este año.

—Supongo que me da miedo la vida adulta. Verás, ya he cumplido hace tiempo la mayoría de edad, pero me sigo viendo como la misma adolescente tonta de la secundaria —. Ella levanta un poco la cabeza hacia arriba, observando algunos pájaros pasar —. Tú terminas en dos años, ¿verdad?

—Sí. Si es que no repruebo algunos parciales...

La rubia comienza a reír.

—¡Ojalá hubiéramos hablado mucho antes! Cuando termine este viaje, deberíamos ir todas las chicas al cine o a otro lado. Contigo y con Petra, ¿la viste antes? ella es muy graciosa.

—Aunque ella no intenta serlo.

—¡Aunque no intenta serlo!

—Hablando de eso... Tengo un amigo que me ha invitado a escuchar su banda, tocan en un club nocturno los ¿sábados? Si creo que me dijo los sábados —. Doy esa alternativa. He notado que la chica alta es muy eufórica cuando de música se trata, así que estoy convencida de que le encantará esta salida.

—¡Entonces, eso queda para la próxima!

Ella me iba a decir algo más, pero el retumbar en las maderas del pequeño puerto nos sacude un poco. La rubia voltea y al instante cubre su cabeza con sus manos.

Erwin corre en nuestra dirección sin camiseta y yo me sentía morir. No, no y no.

—¡Entreguen sus corazones! —grita mientras salta hacia la laguna, salpicándonos completamente a Nanaba y a mí, que, a las justas, llegué a cubrir parte de mi rostro del agua.

—¡No vayas tan al fondo! —grita Nanaba quien no podía abrir los ojos por el agua que salpicó, pero tiene una gran sonrisa en el rostro.

Erwin, quien, desde que cayó a la laguna no sale, lo hizo al fin y se ve muy gracioso con el cabello mojado pegado en el rostro y cerrando los ojos con fuerza. Unas ganas de intentarlo me invaden, sé nadar o eso es lo que pienso, solo lleve algunas clases de natación cuando era pequeña. Algunas que ya no recuerdo.

Me arrastro más atrás del borde y me levanto en busca de mi celular para tomar algunas fotos antes de decidirme si tirarme o no. Nanaba me dice que se queda un rato más allí y que solo se animará a lanzarse si es que yo me lanzo también. Petra observa a Erwin desde donde está mientras saca algunas cervezas heladas para Mike.

—¿Viste eso, ______? ¿Vamos a intentarlo?

Petra me mira con emoción. Mike se encuentra echado sobre una manta en el pasto, con latas de cerveza sin abrir al lado.

—Voy a tomar unas fotos primero, ¿dónde está mi mochila?

—Está al lado de Hanji.

—Ah, ya la veo, gracias, ahora vuelvo ¡Espérame!

Veo a Moblit quitarse la camiseta con prisa, también se quita los zapatos para luego ir corriendo a la laguna. Esbozo una sonrisa cuando escucho el chapuzón y los gritos de Nanaba.

Hanji está apoyada en el auto mientras revisa su cartera verde. Me percato que mi mochila al lado suyo. El carbón en la parrilla portátil comienza a calentarse y humear. La chica de lentes es la encargada de la comida de hoy.

—¿No te vas a meter? ¡A que te animas!

—¿Tú no lo harás? —pregunto. Será más divertido con ella. 

—En un rato, dejaré la carne cocinando y luego huyo para dejarle todo el trabajo a Mike —bromea y se quita los lentes para limpiarlos.

Agarro mi celular mientras río un poco y me fijo que la batería está en setenta por ciento. Preferible, no lo he utilizado mucho desde que llegué.

La cámara de mi celular no es la mejor, pero es suficiente para mí por el momento. Me alejo de Hanji para acercarme más a la laguna, enfocando el cielo también.

Al darme cuenta que las fotos no salen muy bien desde allí, retrocedo. El bosque está detrás, rodeando en forma de media luna el gran lago.

Tomo muchas fotos desde el lugar donde estoy, el inicio del bosque. Luego podría darme el lujo de elegir cual de todas se veía mejor e ir descartando las que menos me gustaran en compañía de Petra. Me encuentro tan concentrada en este pequeño momento de silencio, que, al escuchar el llamado a mi nombre, reacciono alarmada.

—¡Levi! ¡Me asustaste!

Él me mira, no se encuentra sorprendido como yo. Está de pie colocando un caballete de madera cerca a uno de los árboles.

—Oh, ¿Vas a pintar algo ahora?

—Sí. Lo hago cada que vengo por aquí—musita mientras saca de una pequeña caja las pinturas nuevas que compró en mi presencia aquel día.

Quiero preguntar si va a pintar un paisaje o una muchacha. Bueno, Levi suele dibujar muchos rostros femeninos y no cabe duda que es algo que lo apasiona. Entre ellos, recuerdo haber visto hace tiempo una pintura del rostro de Hanji.

—¿Vas a tratar con esos colores como me dijiste? De seguro te saldrán bien, como siempre —. Siento que hablo de más, así que enmudezco. Solo quería hacer la pregunta, sin embargo, la frase que vino después salió por si sola. Muevo los pies para distraerme

Me encuentro apenada.

—Aún no sé qué dibujar...

—¿Tal vez la laguna?

—Tengo muchos bocetos y pinturas de la laguna. Tantos que podría cubrir las paredes de una habitación entera. —menciona mientras gira el pincel húmedo.

Rio cuando dice eso. Él relaja la mirada que tiene sobre mí y eso me pone menos nerviosa.

Una pequeñísima sonrisa se forma en sus labios y quedo algo sorprendida.

—¡Qué dices! —. Suelto una carcajada —. Espero que encuentres inspiración pronto, puedes dibujar, tal vez a Erwin saltando a la laguna ¿Lograste verlo? Fue asombroso y...

—O... Podría dibujarte a ti.


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⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱

La situación es bastante difícil por aquí en el país y casi no me he metido a wttpd para nada :( A pesar de que se está cumpliendo mi primer mes de vacaciones no he estado animada ni un poco por todo lo que está aconteciendo y mi posición como universitaria. Sin embargo, espero que les guste este capitulo y nos vemos dentro de poco porque me voy a amanecer por diversión y para relajarme un rato <3

cuídense mucho !!

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